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“Faltástrofes” o de cómo un error ortográfico podría costarte la Selectividad

Dedicado a todos los que durante los días 15, 16 y 17 de junio de 2015 van a examinarse de las
Pruebas de Acceso a Enseñanzas Universitarias en la Universidad de León.

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Fuente de la imagen: Blog oficial de Esperanza Gracia.

azulSi yo fuera de esta  generación, de la que en unos días realizará las antiguas pruebas de Selectividad (actuales P.A.E.U.)  habría añadido al título de esta entrada  un emoticono medio azulado, de ojos saltones y con sudores fríos.

Para eso, puedo poner de ejemplo a Charo y a su novio Antonio, dos íntimos amigos  que en unos días realizarán estas pruebas. Charo me lo confesó por Whatsapp:

“ola Mon tengo 1 prblem cn las faltas k ago???”

A ver: yo entender, la entiendo; pero quizás no por cómo escribe, eso está claro, sino por todos los años que hace que nos conocemos.

¡Uf! (antes  “buffff”). He de confesar que  después de dos meses intensivos de Gramática, de practicar un español correcto hablado y escrito, y de un compromiso férreo de enviar  los mensajes respetando  todas las normas habidas y por haber hasta que llegara Selectividad, solo espero que todo vaya bien. Eso espero…

Bueno, como lo que pretendemos es “aprobar”, vamos a plantear un enfoque positivo de por qué escribir correctamente en lugar de por qué diantres los chicos de hoy no lo hacen.

¿Qué sucede? analicemos dicho porqué. Vamos a realizar unas pruebas que evalúan nuestros conocimientos sobre diversas materias, pero lo que a priori cojean son las herramientas básicas (¡vaya!, andamos mal de herramientas, tengámoslo en cuenta…). ¿Cómo expresamos esos conocimientos?, ¿no sabemos escribir?, ¿carecemos de prosodia? No sabemos si es con “v” o con “b”, con “h” o sin “h”, no ponemos ni un punto ni una coma.

Por qué no pensé en esto cuando ayer me whatsapeaba  -¿esta palabra existe ahora verdad?-  con Antonio…. Ajjjj”falta de ortografiafaltas

Cada uno en su entorno privado se  escribe con quien quiere y como le da la gana. Yo, que no soy tan polivalente ni de lejos, me reconozco  incapaz de escribir incorrectamente en un lugar y correctamente en otro (quizás por eso que nos enseñaron en mi generación de la memoria visual…). Y tú ¿serías  capaz de escribir en un entorno en el que no se permite ni una falta de ortografía y se exige una sintaxis correcta? ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! (o como diría Charo “aiaiaiaiiiiiiiiiiiii”)

Seamos prácticos, cumplamos objetivos. Vamos a ver: hemos memorizado cientos y cientos de folios, hemos practicado miles de problemas de Química, Física, Matemáticas e incurrimos en el peor de los errores, caemos en lo fundamental porque no sabemos trasladar esos conocimientos adquiridos durante todos nuestros años de Instituto, no sabemos escribir correctamente,  y eso  conllevará un descenso de la  nota (o un suspenso 😥 ) en Selectividad y, lo que es peor, la  pérdida de la posibilidad de acceder a la profesión a la que nos gustaría dedicarnos con un  buen trabajo en el futuro. No sabemos rellenar una instancia para solicitar oficialmente algo, no sabemos escribir un cartel para promocionar nuestra tienda, una receta para nuestro paciente, una defensa para nuestro cliente. Es que así, vamos mal…

Qué ocurriría si tuviéramos que hacer un par de grupos: por un lado el de los que pueden decir «yo sé escribir correctamente»  y por otro el de los que tienen que decir «yo escribo bastante regular». Dos grupos: uno que, gramaticalmente hablando, realizase su examen tranquilamente, y otro que tendría que hacerlo… a expensas sustodel botón del corrector ortográfico. El caso es que, por mucho que nos pese en Selectividad,  este botón para revisar ortografía y gramática  ¡NO EXISTE!

Del autocorrector ya, ni hablamos:

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Al cabo de los dos meses de gramática y más gramática, de observar la evolución y de obtener buenos resultado,  Charo y yo hablamos  por Whatsapp:

– Entonces, ¿lo tenemos claro?
chachi mon
– chachi piruli, pero de esto nada en Selectividad, ¿eh?

Y sí, yo también he cometido faltas de ortografía (en el colegio mil dictados y mil «copia cien veces la palabra»). La peor de todas, la que no se me olvidará, una que me costó bien caro: no fue en Selectividad, pero sí en un año de carrera en que, con las prisas, escribí «ect.» en lugar de «etc.». Lo pagué caro, carísimo: un punto, entero (o como diríamos los de mi generación, entero y verdadero, por el daño que hace).

Así que Charo, Antonio y  todos los que os presentáis: recordad todo eso de «lee bien las preguntas, piensa antes de contestar». Y sobre todo, muchísimos ánimos y muchísima suerte. Chicos y chicas ¡a por todas! O como diríais vosotros ¡al lío!

¡Os deseamos mucha suerte!   0567_0

 

Mónica Fernández Freile

Educar en la sensibilidad

Pedro Moya Carbajo

Pedro Moya Carbajo

Cristina Alonso Domínguez

Cristina Alonso Domínguez

A raíz de la reciente entrada en vigor de de la LOMCE en la Educación Primaria y del currículo programado para la Educación Secundaria, los expertos en educación denuncian el menosprecio de las asignaturas que tienen que ver con la educación artística y cultural -como plástica o música- frente a la ciencias, las matemáticas o la lengua. Sin embargo, desde el punto de vista de la enseñanza de la lengua, pese a la supuesta relevancia de su asignatura, los profesores también se preguntan dónde quedan aspectos que en realidad no se trabajan suficientemente. Además de las destrezas orales y escritas, la enseñanza de la literatura se ha planteado (y se plantea) desde un enfoque historicista por lo que los contenidos que marca la ley no dejan demasiado lugar al gusto por el texto que plantea la Educación Literaria.

Clara Guerrero

Clara Guerrero

      Lo que ocurre con la literatura es parejo a lo que pasa con los demás contenidos artísticos del currículo, en tanto que los alumnos deben memorizar o ejecutar una serie de conocimientos que quizá no lleguen a valorar en la mayoría de los casos. Sin pretender elucubrar si es culpa de la falta de tiempo, de la metodología o del profesorado, lo que parece claro es que no enfrentar al alumnado a la obra de arte -no solo a interpretarla sino a disfrutarla, a contemplarla despacio, a emitir juicios y valoraciones sobre ella sin evaluar los mismos- durante su formación puede suponer que en muchos casos los futuros adultos que son ahora adolescentes no  volverán a escuchar una sonata, a leer un poema o a disfrutar de un cuadro jamás.

Alba  Rivera Campos

Alba Rivera Campos

Como somos conscientes de que por haber hubo y hay maestros y profesores que intentaron por todos sus medios educar(nos) en la sensibilidad y transmitir el amor que profesaban ellos mismos por el arte, queremos hoy darles las gracias, y agradecer especialmente a aquellos que sin nada a cambio han acercado durante este curso a sus alumnos a actividades de la Universidad de León que estaban relacionadas con el mundo del arte para que vieran su relación con el mundo más allá del aula.

 

…Gracias a Alicia López Martínez (IES San Andrés del Rabanedo) por tratar de llevar el mundo del Bookcrossing a su centro, con todas las posibilidades que ello supone para fomentar la lectura entre sus alumnos.

Jorge Ordás Solís

Jorge Ordás Solís

 

Mónica Antequera

Mónica Antequera

…Gracias a Lourdes Zapico Alonso (IES Santa María de Carrizo) por facilitar el encuentro entre sus alumnos de Bachillerato y los alumnos del Máster en Formación del Profesorado para que los más jóvenes pudieran mostrar sus «Libros de artista» a los universitarios, a quienes dejaron boquiabiertos y convencidos de que existe otra manera de enseñar Lengua y Literatura.

 

…Gracias a Amelia del Caño (IES Juan del Encina) por su esfuerzo para que sus alumnos pudieran escuchar en vivo al escritor Juan Bonilla.

Raquel Celada Ruano

Raquel Celada Ruano

…Gracias a Marta Vivas Martínez (IES Eras de Renueva) y en especial a sus alumnos de 2º F y 2º E por cederle a Raquel,  su profesora de prácticas, los caligramas que realizaron como tarea durante su estancia (de los que se siente muy orgullosa) para su reproducción en este blog. Por problemas de espacio sentimos no poder ponerlos todos…

Diego Santamarta Diez

Diego Santamarta Diez

 

Un profesor interesante…

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4 de junio de 2015. Aula 10 de la Faculta de Filosofía y Letras de la Universidad de León. Son las 11 de la mañana y Valdés imparte su última clase.

Muchos años de docencia e investigación que me hacen volver a los inicios del curso 82/83. Coincidencias: la misma aula 10 y, con idéntica  impaciencia que entonces, escucho hoy su última clase.

El interés de ayer es hoy admiración. Hace 33 años fue Arte Antiguo y hoy es la Bauhaus. Un largo recorrido en la Historia del Arte, pero con el mismo entusiasmo por el arte  que me transmitió entonces.

Porque es un profesor interesante…

M.Y.G.F.

«El Principito» se va a poner de moda

el-principito-antoine-de-saint-exupery_mla-f-122779109_8750Durante el reciente  Festival Internacional de Cine de Cannes (68ª edición) se presentó al público una nueva adaptación cinematográfica de  la obra “El Principito”, de Saint-Exupéry

La película integra la historia del libro dentro de una trama principal protagonizada por un anciano autor-aviador; el espacio de ambas narraciones queda delimitado por una técnica específica para cada una de ellas: el dibujo digital para la trama principal y la stop-motion para las aventuras del Pequeño Príncipe.

Esta obra de Saint-Exupéry ha sido adaptada  a la televisión, el teatro y el cine en múltiples ocasiones, pero la versión  del director Mark Osborne pretende específicamente  “proteger el libro y acercarlo a las nuevas generaciones».

Estamos seguros de que la totalidad de nuestros seguidores han leído esta obra (y si no es así, no hay excusa: aquí la tienen). Además de ser uno de los títulos más aclamados por la crítica, es uno de los más traducidos y vendidos de la historia reciente de la literatura. Escrita e ilustrada por Antoine de Saint-Exupéry en 1943, la historia parece, en principio, destinada  a lectores infantiles debido a su corta extensión y a su lenguaje sencillo. Pero no nos engañemos: al abordar la lectura de esta obra llena de metáforas  nos sentamos ”sobre un trono muy sencillo y, sin embargo, majestuoso.”

La profundidad filosófica y trascendente con la que se abordan temas que tocan la esencia de lo humano alejan al texto de la calificación de “libro infantil”… o no tanto, pues el Principito muestra de forma simbólica la historia de un niño que se hace mayor y a la vez la de un adulto que reencuentra su niñez perdida. Pero ésta es solo una de las muchas y muy variadas interpretaciones que el libro ha  recibido.

A la belleza de la historia, a su indudable valor como obra de culto, a la gran colección de citas memorables que encierra, a la preciosa (¡preciosa!) dedicatoria del libro,  hay que añadir la habilidad con la que los herederos del escritor gestionan los derechos de autor y  la promoción comercial de los artículos afines a la obra.

Desde el 1 de enero de 2015  los derechos de logo_LLP_Licensingautor de la obra “Le petit prince” pasaron a ser de dominio público, lo que significa que está permitido que cualquiera pueda publicarla, traducirla o adaptarla sin pagar a sus herederos. Pero ¡atención! sólo la obra, porque según Olivier d’Agay, uno de sus herederos: “El uso de su título o de cualquiera de las ilustraciones independientes seguirá violando las leyes de derechos de autor. Cada uno de los personajes del libro, entre ellos el Príncipe, el zorro, la rosa y el planeta Baobob, están protegidos por marcas separadas”.

El mismo Olivier d’Agay, en julio de 2014  y  de nuevo en  calidad de director de la fundación que controla el legado del escritor, presentó al público el parque temático dedicado a la obra: «Habíamos recibido infinidad de peticiones para crear un parque temático dedicado a el Principito, pero ninguna nos parecía acorde al mensaje humanista que transmite el cuento. Hasta que llegó la oferta de Aérophile… El sitio, la calidad de las atracciones y el espíritu que reina aquí nos sedujeron inmediatamente».  Se refiere a Ungersheim, la  localidad francesa situada  en la región de Alsacia donde se ha inaugurado el parque, con  una superficie de 24 hectáreas, y más de 30 atracciones: 2 grandes globos cautivos que pueden superar los 150 metros de altura, un cine 4D o un aerobar.

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Sospecho que no tardaremos en vivir un sarampión principesco del que muchos (no nosotros, que ya hemos leído el libro y si no es así, no hay excusa: aquí la tienen  🙂 ) únicamente reconocerán los síntomas estéticos más evidentes:

 

Volviendo a la película, cuyo estreno está previsto para octubre de 2015: algunos espectadores saldrán furiosos al sentir que se juega con su emotividad; otros estarán agradecidos de contar con la opción de un hermoso filme lleno de valores positivos con el que educar a los niños y entretener al público familiar  en vacaciones. La mayoría saldrán encantados… ¡seguro!

¿Un  pequeño anticipo? Aquí está:

https://www.youtube.com/watch?v=6Hfnttt1BRA

 

Día de la madre

María Teresa Llamazares, profesora de  Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de León, ha tenido la gentileza de colaborar con nosotros con ocasión del próximo día de la madre.

*****

Que la madre da vida, nadie lo pone en duda. Con ser el alumbramiento un hecho crucial, el papel de la madre se acrecienta porque proporciona a su hijo el alimento que le hace crecer física y espiritualmente. Es la primera mediadora entre el niño y la literatura de tradición oral cuando salmodia al niño mientras le arrulla, casi en un murmullo, con dulces palabras. Más adelante, con la narración de cuentos le hará entrar en otros mundos, vivir otras vidas desde la seguridad que da estar en brazos de la madre. Madre que da, madre que guía…

Canción tontaamor cmyk 300pp

Mamá.
Yo quiero ser de plata.

Hijo,
Tendrás mucho frío.

Mamá.
Yo quiero ser de agua.

Hijo,
Tendrás mucho frío.

Mamá.
Bórdame en tu almohada.

¡Eso sí!
¡Ahora mismo!

(García Lorca)

 

¿Eres de los que compran o de los que leen?

¿Es sincera nuestra celebración del día del libro?

¿Las propuestas institucionales son devoción o impostura?

¿A quién benefician las ferias del libro?

¿Son los autores más vendidos estos días tus autores de cabecera?

¿Compras libros habitualmente?

¿Se lee más a un autor tras haber recibido el premio Cervantes?

¿Qué opinas de los actos, maratones y lecturas públicas del Quijote que se hacen en el día de hoy en multitud de municipios españoles?

¿Qué libro te gustaría regalarte a ti mismo?cervantes

Tanto si eres crítico con esta festividad como si no,

   sin importar si te apasiona el Quijote o si  no lo has llegado a abrir,

     si entras en cólera cada vez que se nombra a Cervantes en vano un 23 de abril,

        si regalas hoy un libro o si te lo regalas,

       si no lees habitualmente, empiezas a leer o si lo haces a diario,

 por entretenimiento, por obligación o por devoción,

     si lees novela o poesía, ficción criminal o ensayo,

      a Paulo Coelho o a Muñoz Molina,

 si utilizas un eBook o si eres un fetichista olfateador de la tinta recién impresa,

 ¡ Te deseamos de todo corazón un feliz Día del Libro !

Tres cuentos de Munro

El día de la guía a la lectura comentamos una imagen que simboliza a la perfección la experiencia del lector cuando se embarca en la lectura de Munro. Más allá de que determinados cuentos nos hayan llamado más la atención por su contenido (como es el caso de «Dimensiones»), esta experiencia lectora no deja de parecerse a un viaje por el interior de una casa -casa que somos en realidad nosotros mismos- en el que nos detenemos más en unas habitaciones que en otras según nuestra propia manera de ser, vivencias previas o sencillamente nuestro momento vital. En cualquier caso, la mirada con la que nos dirigimos hacia cada detalle escondido en el espacio de lo privado en cajones y armarios no está empañada por la nostalgia de quien rebusca entre objetos del pasado, sino de reconocimiento y vergüenza ante personajes y acciones de los que se nos hace partícipes silenciosos y que tiene que ver con lo que se oculta tras la cotidianidad, una nada condescendiente visión de la condición humana. Insatisfechos por lo que nos quedó dentro el día del coloquio, retomamos algunos aspectos que se insinuaron para que no caigan en balde, ahondando un poco más dentro de nuestras posibilidades. Que las siguientes palabras -dentro de las limitaciones espaciales y cualitativas- sirvan como pequeño homenaje a Munro.

alice munro

Respecto a los cuentos que abren y cierran la obra existen varios nexos temáticos. El más obvio es el de la focalización en un protagonismo de lo femenino, ya que ambos sitúan en el punto de mira a una mujer que de una u otra manera es esclava de un condicionamiento de género. Sofía  Kovalesvski es una de las muchas mujeres cuyo nombre no conocemos que han poblado la historia de la humanidad, y que por su condición de mujer no han podido dedicarse por entero a la actividad cultural o científica en el mejor de los casos, asumiento que han sido infinitamente mayores en número las que sencillamente por la misma razón no han tenido -no una alfabetización- sino unas condiciones de vida dignas. Pese a que no se trata de comparar la calidad de ambos textos, muy diferentes en esencia, ni tampoco de restar importancia a las af3447de0d4234e0b589b0725343c279situaciones reales o no vividas por ambos personajes, es cierto que “Dimensiones” parece haber causado una sensación mucho más honda en el lector. Quizá porque se trata del texto que abre la obra o seguramente por lo terrible de lo que se nos narra. Como comentábamos en la entrada anterior, la intención de la autora no es crear personajes cargados de victimismo. Sin pretender escribir un cuento cuyo tema principal sea la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones, en esta historia hay un trasfondo que evidencia la relación de dominación que comúnmente hay entre maltratador y víctima en un caso de violencia de género, poniendo de manifiesto que ni la violencia física llevada al extremo llegando al homicidio de unos hijos en común es suficiente para que desaparezca la relación de dependencia y de sometimiento emocional que va más allá de lo que la razón pueda comprender. A la autora no le hace falta recrearse en descripciones lacrimógenas ni en ahondar a través de un personaje en primera persona en unas emociones desgarradoras que puede sentir la protagonista, porque los simples hechos hablan por sí mismos. Otro de los nexos que conectan esta historia con “Demasiada felicidad” es el motivo del viaje, algo nada novedoso en la historia de la literatura y que sin embargo resulta esencial para comprender ambos textos. El increíble manejo del tiempo que hay en cada relato hace que en “Dimensiones” llegue un momento en el que nos olvidemos de que la narradora está haciendo un viaje en autobús, ya que hemos pasado a 12d4fd00095790391d2cee83dff2a20bconocer qué es lo que la ha llevado a estar allí viviendo una vida que nos describe como anodina y sin mucho sentido. Cuando por fin sabemos que se dirige a la cárcel a visitar a su marido, -quien no solamente la maltrataba sino que acabó terminando con la vida de sus hijos-, se retoma de nuevo la atención hacia el viaje, el autobús y la carretera que la lleva de nuevo hacia lo único que le queda en la vida, aunque paradójicamente se la arrancara sin piedad. Paradójicamente, Sofía Kovalesvski viaja hacia la muerte, mientras que Doree, prácticamente muerta en vida, que parece que irremediablemente nunca podrá salir del bucle infernal en el que se encuentra se topa «por accidente» con un pretexto que le conduce de nuevo a vivir. Con tres hijos muertos a manos de su padre y por lo tanto, una vida destrozada por completo, solo hay algo por encima del bien y del mal que puede dar sentido a una existencia tan absurda como la realidad en la que se encuentra inmersa. Tras haber corrido para socorrer al joven al que han atropellado y conseguir reanimarlo con su aliento es capaz por primera vez de decir «no». De decir no a la muerte, y de dar vida.

Si nos fijamos en los elementos recurrentes en la obra de la canadiense, hay que tener en cuenta que, además de la violencia explícita o no que se esconde detrás de la cotidianad (la poética del linóleo) y de la presencia de la religión, se observa una voluntad expresa de reflexionar sobre la propia ficción en varios aspectos. El caso más evidente es un fragmento muy citado en el que se deja entrever a la Munro real y no a un narrador ficticio, y es que se ha escuchado hasta la saciedad (sobre todo a quienes no son precisamente lectores) la identificación entre literatura y evasión: “Ella odiaba la palabra escapismo referida a la ficción. Era más bien la vida real la que merecía ser tildada de escapismo”. Este comentario en apariencia inocuo, es el perfecto resumen de una de las mayores enseñanzas que podemos extraer de su obra, y es que por ejemplo un cuento como «Ficción» tiene muy por encima de la trama una importancia suprema en cuanto a la demostración de que vida y ficción son a veces categorías que pueden llegar a confundirse. Pero atención, no en un sentido obvio que podamos pensar inicialmente, ya que nada tiene esto que ver con que la narradora acabe descubriendo su aparición como personaje en una novela, sino por una cuestión que va mucho más allá. Resulta imposible no dedicarle al menos unas líneas a «Ficción», donde a pesar de que posee una trama más o menos cotidiana que puede o no llamar nuestra atención la tesis nada tiene que ver con lo prosaico, ni con la infidelidad en las relaciones de pareja ni con los traumas de una paternidad irresponsable. Seguramente lo más importante que un lector puede extraer de este cuento ni siquiera es el consuelo de que la vida puede cambiar radicalmente de un día para otro, y que quizá con el paso del tiempo lo que ahora nos preocupe en otro tiempo no tendrá ninguna importancia. No, no solo habla de la importancia del momento, sino de la vida misma, que a veces nos puede parecer tan inverosímil como la ficción, y -qué duda cabe- infinitamente más apasionante. El mayor logro de Munro respecto a la dignificación de lo literario como un reflejo de la vida, que no está relacionada con el escapismo sino con el compromiso de la literatura, se plasma en este relato, cuyo título podría ser el siguiente «Ficción (= Vida)». Como la narradora, cada uno de nosotros es consciente de lo que como protagonista de su propia obra teatral ve, siente y padece; Pero no solo en el gran teatro del mundo actuamos en soledad, sino que interactuamos con otros seres y, nos guste o no, nuestros actos no controlan los designios ajenos ni la casualidad. A nuestra protagonista, que seguramente cuando fue abandonada por su marido no pudo creer en que recuperara las riendas de su existencia acabó haciéndolo, y cuando volvió a ser feliz se percata de que también ella fue el antagonista que le negó la felicidad a alguien. Y no lo perdamos de vista, todo ello gracias a la ficción. Puede que sea una afirmación demasiado personal y arriesgada, pero ante un texto como este no se le puede dejar de reconocer a Munro el mérito de hacer que leyendo y no viviendo sea como realmente nos damos cuenta de que la ficción nunca podrá superar a la vida.

La maestría narrativa de Munro se materializa especialmente en el cuento central de Demasiada felicidad, texto del que seguramente más se ha hablado y -paradójicamente- del que nadie parece tener una interpretación que convenza a todos. Precisamente, este cuento fue uno sobre los que se trabajó el año pasado en la «Experiencia cuento» de tULEctura y que, a pesar de ello, sus admiradores no comparten unas mismas conclusiones. En lo que sí que parece haber unanimidad es en el convencimiento de que, si en general con cualquier texto una sola lectura nunca aclara el sentido, en el caso de Radicales libres todas las lecturas del mundo no parecen suficientes, ya que cada vez percibimos un detalle nuevo anteriormente imperceptible que, o bien nos decanta hacia una determinada interpretación de un personaje o sencillamente nos asombra la profundidad inimaginable de los niveles de lectura , algo que  se resumen y se entiende en la afirmación que muchos han hecho sobre el ingenio de la canadiense, capaz de escribir cuentos en los que se encierran en realidad novelas. En cuanto a la trama, tras una primera lectura que nos deja convulsos, preguntándonos qué se nos habrá querido decir, por las sensaciones provocadas solo podemos estar seguros de una cosa, aquello tan famoso de “aquí alguien ha matado a alguien”. Las apariencias son tan engañosas, que en una lectura inicial Nita puede 410e7947c8a4b11b8bcd84e0265d490eparecernos incluso una ancianita adorable e indefensa. Descartada la primera impresión, algunos lectores toman por verdaderas las palabras de nuestra protagonista para lograr la complicidad del joven asesino y por lo tanto asumen que Nita envenenó a la amante de su marido. Sin embargo, esta información se desdice cuando el narrador en tercera persona vuelve a focalizar la atención en los pensamientos de la anciana y nos dice entonces que ella era en realidad la amante de Rich y que su anterior mujer Beth, aún sigue viva y además ha publicado un libro sobre plantas del que Nita ha extraído el conocimiento conveniente sobre las propiedades tóxicas del ruibarbo. Indudablemente, la narración es deliberadamente engañosa. O para ser más exactos, además de por los detalles al principio imperceptibles, la grandiosidad del cuento reside más que nunca en lo que no se llega a decir, cuya interpretación queda enteramente bajo la responsabilidad del lector. Esto se materializa a la perfección en la parte final, tras la huida del triplemente asesino y su muerte. Ciertamente, no hay manera a ciencia cierta de saber lo que ocurrió en el pasado y si de verdad hubo un intento de asesinato o quién intentó envenenar a quién. Hay opciones para elegir: unos optarán por considerar a Nita como la instigadora de un crimen, otros como lo suficientemente inteligente como para haber previsto que la mujer de su amante trataba de envenenarla. Hay incluso quien pueda pensar (¿por qué no?) que lo que Nita prepara no es té en hebras, sino ruibarbo con el que envenena al joven.

En general, los cuentos de Munro están habitados por personajes con tal profundidad psicológica que colocarnos frente a nosotros y reconocernos en ellos resulta una experiencia tan poco  halagadora como necesaria. Si tomamos como referencia la famosa cita de Shakespeare acerca del teatro como espejo de vicios y virtudes de la sociedad y la extendemos a la literatura en general, llegaremos a la conclusión de que a Munro le interesa más devolvernos no lo positivo, sino las miserias inherentes a la condición humana que se esconden sutilmente detrás de la cotidianidad. En este mundo loco no se puede tachar a sus historias de inverosímiles, porque un vistazo a las noticias nos acerca de un porrazo a una realidad en la que, como en la ficción, hay mezquindad sin límites, falta de honestidad incalculable en las relaciones personales, una discriminación cultural hacia lo femenino, sentimiento de superioridad respecto al prójimo y monstruos, muchos monstruos que son capaces de asesinar en serie, a su vecino e incluso a sus padres o hijos. Quizá lo más estremecedor de esto no es solo aceptar su existencia, sino la posibilidad de que el monstruo esté en nosotros. Puede que cualquiera de nosotros haya sido infiel o se lo haya planteado a costa de destrozar una familia, e incluso siendo niño hubiera apretado fuerte la cabeza de alguien el tiempo necesario bajo el agua. ¿Por qué Nita no iba a ser capaz de ponerse a la altura de su atracador y ser ella capaz de matar? Quizá deberíamos plantearnos que transcurre toda una vida hasta llegar a su edad y que eso no nos hace menos culpables ni susceptibles de todo acto. Tal y como se alude a la religión en cada cuento, a los personajes de Munro la idea de Dios parece servirles más bien de poco para dar sentido a una realidad cruel, mucho menos a una anciana enferma de cáncer. ¿Y si en el interior de NIta y de todos nosotros hubiera un monstruo que pudiera en un determinado momento despertar?

Nunca se sabe.

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Un libro es…

                    

                               687cf8e1245cebb2bbfe58e3a68a855f                                                                                                   Un libro no es solo
lo que hay en él,
también lo que a uno se le ocurre mientras lo lee. 
Por eso
hay libros ostensiblemente ligeros o triviales que, sin embargo,
pueden dejarnos una huella más honda que otros de mayor densidad intelectual o literaria
(Fernando Aramburu)

Y a ti ¿qué se te ocurría mientras leías “aquel” libro? Deja una respuesta 

El libro que me cambió la vida (VII y final)

Amigos todos: para cerrar este capítulo en la reciente historia de tULEctura, es de obligado cumplimiento daros de nuevo las gracias. Cuando surgió la idea de este concurso nunca imaginamos que iba a tener tanta difusión, ni a dar los frutos recibidos. Así es que GRACIAS de nuevo a los más de ciento cincuenta participantes que nos habéis hecho llegar vuestros textos. A los que venían de ultramar y a los de compañeros de la comunidad universitaria; a los adolescentes epatados por los best-sellers de Ruiz Zafón o Patrick Rothfuss, y a los que también en su juventud fueron cautivados por otros autores más sesudos como Tolstói 93edfd17978f10c7832c10c38c2bc0ado Dostoyevski que hoy ya son abuelos. Y viceversa. Gracias a los que nos habéis escrito con el corazón y las entrañas en la mano y a los pudorosos. A los que nos han dicho la verdad y a los que han jugado con la ficción. Por si tenéis curiosidad, y antes de mostraros el texto ganador, merece la pena que os hagamos un resumen de qué libros y autores han encabezado el ranking de los favoritos. Sin ninguna duda, el más citado de todos es El Principito, ese adorable ser que nos domesticó y que desapareció en mitad de la noche, el niño de cabellos dorados al que muchos seguimos esperando mientras miramos a las estrellas y nos preguntamos si finalmente el tigre se comió o no a la rosa. Además, la novela Las uvas de la ira o diversas obras de Julio Cortázar han tenido una presencia más que notable.

775d5bed59c382778647a2bdfaa1f73aAfortunadamente, cada uno de vosotros ha interpretado la pregunta del concurso según sus propias vivencias. Así, queremos destacar sobre todo y a modo de conclusión que la manera en la que a uno un libro le puede cambiar la vida no suele tener que ver con la calidad estética de la obra en cuestión,  sino en hechos como que ese libro te convierta en lector, o que despierte en ti la vocación de la escritura. Agradecemos la generosidad con la que varios de vosotros nos habéis hablado de ambas experiencias. Convertir a alguien en lector es una virtud tan loable que, haciendo ejercicio de honestidad, debemos reconocerle al César lo que es del César: las historias que a la mayoría nos cautivaron de niños poco tienen que ver con la filosofía, la moralidad o el sufrimiento existencial, y sí mucho más con historias de aventuras en lugares imaginarios. Así lo habéis reflejado a través de repetidos referentes comunes como los tebeos, libros infantiles o algún clásico, sobre todo La isla del tesoro, La historia interminable o la colección de Los cinco. Por supuesto, quienes hemos leído vuestras participaciones hemos sonreído cuando nos hemos identificado con vuestras lecturas predilectas, que son también nuestras. Imposible también no ruborizarse al compartir la experiencia de quienes nos habéis confesado vuestro amor descarnado por algún que otro personaje literario al que habéis convertido en el ideal de vuestros sueños. Por supuesto, las protagonistas de las novelas de adulterio del XIX como La Regenta, Madameec3ee403a96c6498dacb3230165e6244 Bovary oAnna Karenina siempre han tenido muchos fans y esto ha sido notable, pero… ¿se imaginará un autor tan joven como Andrés Neuman que su viajero del siglo se ha convertido en el amor platónico de más de una adolescente?

A los más devotos, la lectura de la mismísima Biblia os ha supuesto un hito literario además de espiritual, frente a los ateos y otros desengañados que, como Juan Bonilla al contestar la pregunta que inspiró este concurso, «culpan» a las lecturas de Nietzsche y de diversos libros científicos de su pérdida de la fe. Otros (que se han tomado al pie de la letra la pregunta del concurso), que no han sido pocos, han encontrado la salvación en el término medio: los libros de autoayuda. Por supuesto, el más insigne de los caballeros españoles y su lucha contra las injusticias ha sido la metáfora literaria y el consuelo que alguno habéis encontrado, mucho más como símbolo de la derrota que como imagen de la locura. Mas no desesperéis, que no es verdad eso de que Alonso Quijano ha muerto. A la contra del desengaño de la senectud está el vitalismo de la infancia y la juventud, a veces de una forma imprevisible. Algo que nos ha enternecido sobremanera es que una mamá nos haya hecho llegar la ferviente defensa de su hija de diez años, Clara Eugenia, a quien no hemos podido por menos que enviarle (hasta Granada) un certificado que atestigüe su amor por los versos de Gloria Fuertes, para que nunca olvide y deje de ser la lectora entusiasta que es.

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 Y ahora, por fin ha llegado el momento que muchos estabais esperando, y es momento de conozcáis el nombre por el que habéis preguntado en las últimas semanas. Bien es cierto que a la hora de juzgar vuestras participaciones poco o nada hemos tenido en cuenta la calidad literaria del libro sobre el que hayáis escrito, sino la de vuestro texto personal. Curiosamente, tanto el texto ganador como el accésit se refieren a Rayuela de Cortázar, obra sobre la que unos cuantos os habéis animado a escribir con devoción. Hemos de reconocer que, aunque no teníamos prevista la concesión de un accésit, nos ha gustado tanto el texto que nos ha enviado Mª Dolores Esteban Álvarez que, cuando nos hemos dado cuenta de que es miembro de nuestro club de lectura, no hemos podido disimular nuestro regocijo y por eso aprovecharemos su cercanía para recompensarle su participación como podamos. Escoger un libro es decir mucho de uno mismo sin saberlo, y así ha ocurrido con  la forma en la que Mª Dolores nos ha hablado de sus experiencias a través de Rayuela, de cómo el libro la eligió a ella y no al revés, de las servilletas literarias en el día de su boda, y del amor y la filosofía en la obra como metáfora del mundo. Precisamente quienes habéis escogido esta novela sois los que más citas literales habéis tomado también, sobre todo en referencia al amor, y es que a nadie se le escapa (y vuestros textos lo evidencian) que Rayuela -entre mil maravillas destacables- es una novela que habla de amor, pero no como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman,f1c2809014e41c0357587b89bd2260da yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. (capítulo 93)

Al igual que cuando apartamos en el plato la parte de la comida que más nos gusta para el final, nos despedimos con el texto ganador para que os deje un excelente sabor de boca, un regusto a bohemia parisina. Si bien es cierto que en la ULE estamos acostumbrados a la presencia de lo insólito (ya que además contamos con varios estudiosos de lo fantástico), la historia de juegos literarios que rodea al texto ganador -uno de los solamente dos que nos han llegado presentados bajo pseudónimo o personalidad ficticia sin datos que lo identifiquen- nos ha hecho volver a creer en aquello que decía Borges de que no puede ser, pero es, y que Cortázar no mentía cuando aconsejaba cambiar nuestra manera de mirar el mundo para así descubrir las maravillas que se esconden detrás de lo cotidiano. Agradecemos a todos nuevamente que nos hayáis hecho recordar viejas lecturas, y en especial al ganador, el argentino que resultó ser leonés y que rompió la rutina de la vida bibliotecaria, nos puso el alma de tango y nos dejó medio muertos de amor. Por su calidad literaria, su valor expresivo y su excelente manejo de la intertextualidad, por unanimidad el jurado declara como ganador del concurso El libro que me cambió la vida a Juan Carlos Carbajo.

Me enamoré de la Maga y todavía la busco en el Pont des Arts. Siempre quise tocar en el piano de Berthe Trépat los tres movimientos discontinuos de Rose Bob. A menudo me despierta el llanto del niño Rocamadour, su tristeza clava sus agujas en mis labios y no puedo decir nada. Saint-Germain-des-Prés llena mis pasos del áspero bebop y de las tristes promesas que enmudecen las esquinas de la Rue Guenegaud. Horacio Oliveira me traicionó (permítanme la discreción) y nunca se lo perdoné. En el boulevard de Sébastopol un clochard me dio un sobre con la fecha de mi muerte. Si no fuera porque un día me arrinconaron con sus pedanterías y risas que mermaron mi sentido común, nunca les hubiera quemado sus discos de vinilo; por si no lo saben estoy hablando del Club de la Serpiente. Al final acabaron echándome del piso y me alegré, así tuve más tiempo para pasear por el cementerio de Montmartre. Todas las noches alimento mi insomnio con la lectura de Voltaire, un librito que «distraje» a los bouquinistas. Siempre estaré agradecido a Gregorovius, que me enseñó dos cosas: «el jazz es un modesto ejercicio de liberación y París una enorme metáfora».

“Star dust» suena en mi cerebro y mi corazón escucha el ruido de los vasos cuando bailaban los muchachos en la ‘cave’. Por más que lo intenté, fui incapaz de aprender el gíglico, ese idioma que oculta el vuelo de los pájaros al amanecer.

Una noche estuve en la casa del escritor Morelli, quien me preguntó si leía a Spinoza; tenía un gato y muchísimos libros. «Solo viviendo absurdamente se puede romper este absurdo infinito»: ¿a quién escuché estas palabras con hilo de cometa? No se me ha olvidado el sabor del mate ni de las historias de pendencieros, «porque el recuerdo es el idioma de los sentimientos, cada vez iré sintiendo menos y recordando más». Talita, con sus bolsillos llenos de piolines, me susurraba las causas perdidas que todavía podíamos ganar, y Traveler, perdido en su melancolía, me regalaba entradas para ver al gato calculista en el circo del Señor Ferraguto.

De eso hace ya tanto tiempo.

Hoy, por fin, me he decidido a escribir sobre Rayuela, el libro que me arruinó la vida.

JUAN CARLOS CARBAJO LARSEN

 Cortazario - Julio Cortazar - Graffiti Stencil (11)

 

 

Carnaval, carnaval… carnaval te leo.

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¿Somos conscientes de hasta qué punto la literatura está incorporada en nuestra vida y costumbres?

El mismísimo Carnaval que ahora celebramos es en El libro de Buen Amor  un personaje literario: ¿recordáis la famosa batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma?

Es una fecha en la que una y otra vez acudimos a los tópicos que conocemos por nuestras lecturas, en la seguridad de que todo el mundo va a reconocer qué personaje estamos representando. Y ¡atención! porque  «a algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro» (Gilbert K. Chesterton)

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Uno de los disfraces más recurrentes en carnaval es el de Caperucita Roja en sus múltiples variantes, desde la más tierna… a la más tierna. (El tiempo va pasando, la gente crece y la ropa no).

Seguramente este personaje literario sea uno de los primeros que cualquier niño haya interiorizado en su aprendizaje de la vida, y todo gracias a Charles Perrault, quien fue el primero que recogió este cuento de hadas  de la tradición oral europea.

 

Aprendemos a leer y nuevos personajes entran a formar parte disfraz-de-superman-superheroe-ninotintinde nuestra vida. Tal vez no haya gran profundidad en la historia (menos mal, porque aún no tenemos mucho vocabulario…) pero cuánto nos gustan las viñetas de los comics.   Son quizá las primeras lecturas en solitario, y aventureros y héroes  nos llevan a viajar y recorrer el mundo.

 

Pero hay más mundos. Llega la magia a las lecturas juveniles  y ahí ya…  el reino de la fantasía no conoce límites: señores con anillos, tronos que juegan, cálices de fuego y máquinas del Juicio Final.

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Drizzt Do’Urden, el Elfo Oscuro

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tumblr_nir2k6lusV1sljr6io1_500                                                                                                      Todo ello, en general, con una variante mucho más… tierna destinada al público  femenino, que o es menos cuidadoso con el vestuario (se le suele romper habitualmente) o es insensible a las inclemencias del clima.

 

Bien. Quedamos en  que la gente crece; d68483e3f961a687d338ab53501a08cea veces tanto y tan de repente  que hasta la casa le queda pequeña. El país de las maravillas también ofrece varias posibilidades rápidamente identificables: el conejo, el sombrerero o la reina de corazones; los naipes aportan una posibilidad añadida para el disfraz grupal, que siempre es un plus.

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A partir de un momento en la vida, es casi seguro que uno se ha encontrado con algunas  obras…

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con algunos  autores…

Edgar Allan Poe

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 y por supuesto con algunos personajes.

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Leyendo y leyendo nos vamos haciendo mayores.

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Nadie puede parar el tiempo.  Es inevitable crecer, dejar atrás la infancia y entrar de lleno en la 9846d246d2efbc350ec54fc6cdf83d6eedad adulta, aunque ellopoirot conlleve abandonar algunos de nuestros sueños, establecer  compromisos y responsabilidades o aceptar que ya no podremos volver a ser habitantes del País de Nunca Jamás, un mundo perfecto en el que todo fue felicidad y diversión.

Conocer en profundidad la naturaleza humana  (la propia tanto como la ajena) nos convierte en personas más sensibles, a veces más quisquillosas y maniáticas y, si tenemos suerte, más inteligentes y sabias.

Mantenemos como podemos nuestro orgullo y abatimos nuestros prejuicios.

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Pero la vida nos hace cambiar, poco a poco cyrano de bergeraco de golpe; la hipocresía, la mediocridad, las circunstancias ¿quién sabe por qué? Y una mañana, al despertar, nos damos cuenta de que nos hemos transformado. Otros triunfaron donde nosotros ni siquiera nos atrevimos a intentarlo, y probamos a superar  nuestros miedos riéndonos de nuestros defectos…

…mientras por dentro, una parte de nosotros sigue cobijando a aquel niño  que leía tebeos y  jugaba a inventar palabras.

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Para los casos de emergencia – los clásicos nunca fallan – siempre podemos confiar en los valores de la amistad, la nobleza y la comprensión de quien también se siente diferente.

 

 

Porque al final, medio vivos y medio muertos por dentro y por fuera, nuestros días  pasan sin darnos cuenta, mientras buscamos insaciablemente algo  que nos permita seguir sintiendo que estamos  vivos.

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Total, que así se pasa la vida…

Puesto que es sabido que no hay manera de escapar al devenir  del tiempo ni a la afición a la lectura, vivamos y leamos como mejor nos parezca y más disfrutemos. Y mientras tanto, «Como es don Carnal muy grand emperador, et tiene por el mundo poder como señor»  hagámosle los honores y recibámosle  ¡a lo grande!

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Epílogo: Personajes  literarios referenciados en la entrada.

  • Caperucita Roja. Cuento de Caperucita Roja,  versión de Charles Perrault, o de los  hermanos Grim
  • Tintín. Serie de historietas Las aventuras de Tintín,  de  Georges Remi (Hergé) (1929-)
  • Capitan Haddock. (ibidem).
  • Superman. Superhéroe de comics creado por  Jerry Siegel y  Joe Shuster (1932-)
  • Drizzt-Do’Urden-el-Elfo-Oscuro. Universo  de los Reinos Olvidados. R.A. Salvatore (1988-)
  • Harry Potter. Saga literaria  de Harry Potter, de J. K. Rowling (1997-2007)
  • Personajes Steampunk: subgénero literario de ciencia ficción en la  época victoriana (1980-)
  • AliciaLas aventuras de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll. (1865)
  • El Sombrerero. (ibidem).
  • El Conejo blanco. (ibidem).
  • El principito. El principito,  de  Antoine de Saint-Exupéry. (1943)
  • Edgar Allan Poe, escritor.
  • Ramón del Valle Inclán, escritor.
  • William Sakespeare, escritor.
  • Sherlock Holmes .  Todo el Canon holmesiano escrito po  Arthur Conan Doyle, (1887)
  • Bond, James Bond. Saga literaria  de Ian Fleming (1952-)
  • Holly Golightly.  Desayuno en Tiffany’s , de Truman Capote (1958)
  • Peter Pan. Obra de teatro del mismo título, de  J. M. Barrie (1904)
  • Campanilla. (ibidem).
  • Capitán Garfio. (ibidem).
  • Hércules Poirot. Personaje creado por la escritora  Agatha Christie. (1920-)
  • Elizabeth Bennet ( y no lejos, Mr. Fitzwilliam Darcy). Orgullo y prejuicio, de Jane Austen (1813)
  • Gregorio Samsa. La metamorfosis, de Franz Kafka (1915)
  • Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand, (1987)
  • Personajes de comic (aprox. 1940)
  • Scrabble. Juego de letras
  • Bookworm. Juego de letras. La expresión equivalente a «ratón de biblioteca» en español es bookworm «gusano de libros» en inglés.
  • D’Artagnan (y señora). Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas, (1844)
  • Don Quijote de la Mancha (y tal vez Aldonza Lorenzo / Dulcinea del Toboso). El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. (1605)
  • Frankenstein (y señora).  Frankenstein o el moderno Prometeo, de  Mary Shelley. (1818)
  • Conde Drácula. Drácula,  de  Bram Stoker,(1897)
  • Dama lectora de la sección financiera del periódico: Sin datos  (lo sentimos: no conocemos su nombre, ni su número de teléfono, ni sabemos si tiene facebook 😥 ).