Cuarteto Ex-Corde (01/Diciembre/2016)

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Jueves, 1 Diciembre, 2016 – 20:15 H.

Teatro el Albéitar ULE

CREACIÓN INJUVE

Invitaciones: a partir de media hora antes del concierto en taquilla

Programa:

«Música ricercata» (1951-1953)   –  György Ligeti (Arr: Jose Pablo Polo)

«Polimetria» 1988   –  Arthur Kampela

«Four for guitar»  2015  –   Jose Pablo Polo

«Musica ricercata»  – Gyorgy Ligeti

La idea de juego o reto, según se mire, gobierna las 11 piezas para piano que constituyen la Música Ricercata (1951-1953) de G. Ligeti. A través del empleo de un número limitado de alturas en cada uno de ellas, partiendo de dos notas (la-re) en la primera hasta el empleo del total cromático en la última, el compositor húngaro dialoga con diferentes fuentes del folclore popular húngaro y rumano (claras referencias a la música de Béla Bartok) así como con diversos géneros históricos como son el vals o el ricercare.

Polimetria – Arthur Kampela

Polimetria del compositor brasileño Arthur Kampela (1960-) explora las diferentes posibilidades tímbricas del instrumento a través del empleo de diferentes utensilios tales como pelotas de ping-pong, lápices, palillos, vasos de cristal, espuma de poliestireno, cucharas…De esta forma Kampela desarrolla un discurso polimétrico pero a la vez politímbrico en el que la guitarra abandona su rol tradicional para convertirse en un generador infinito de sonidos trepidantes.

«Four for guitar» – Jose Pablo Polo

Four for guitar es una pieza para guitarra a ocho manos (un guitarrista y tres manipuladores) realizada en colaboración con el Cuarteto Ex Corde. Como si de una marioneta se tratase, en Four for guitar los tres manipuladores actúan sobre los gestos sonoros continuos del guitarrista, creando una polifonía de sonidos y/ o movimientos cuyo fin es redefinir la idea de instrumento (lengua) e intérprete (lenguaje) así como la relación que existe entre ambos.

Los sonidos que los intérpretes obtienen de la guitarra interactúan con textos del escultor madrileño Juan Muñoz. Éstos suenan a través del instrumento mediante un altavoz de vibración que transmite el sonido al contactar con el instrumento.

CUARTETO EX CORDE

El Cuarteto Ex Corde, compuesto por Avelina Vidal Seara, Pilar Rius, Fernando López-Andújar y Jose Pablo Polo, nace de la confluencia entre cuatro recorridos musicales diferentes unidos por un interés común hacia la música de los siglos XX y XXI.

La experimentación, la nueva creación y una línea de expresión interdisciplinar constituyen el punto de partida de Ex Corde que, como la acepción más profunda del término indica, pretende acercarse con el corazón y la razón a este apasionante repertorio cargado de matices.

Cuarteto Ex Corde apuesta por la difusión del repertorio de la música de hoy. Actualmente es el único cuarteto de guitarras en España dedicado en exclusiva a la música contemporánea, con especial atención a los creadores nacionales. Compositores como Jesús Torres, Alicia Díaz de la Fuente, Olivia Carrión o Arturo Cardelús han dedicado sus últimas composiciones al cuarteto.

Desde su origen a finales de 2011, el Cuarteto Ex Corde ha participado en diferentes festivales como el 22 Festival de Primavera de Salamanca, la 52 Semana de Música Religiosa de Cuenca, el V Festival de Música de Cámara de Sigüenza, II Festival “La hora de la Música” o EMA Festival.

El Cuarteto Ex Corde es grupo residente de la Fundación Música Maestro, con la que organiza el Curso Internacional de Guitarra Ex Corde en Molina de Aragón. Desde 2012, cuenta con el patrocinio de Guitarras Pedro de Miguel para la realización de sus actividades.

Polimetria (Arthur Kampela)

Musica Ricercata (3º mov) G. Ligeti.

 

 

275º Aniversario del Fallecimiento de Antonio Vivaldi (1678 – 1741)

Este año se cumple el 275º aniversario de la muerte de Antonio Vivaldi, si, el de Las Cuatro Estaciones. Es un poco triste que a este genial compositor se le conozca únicamente por parte del gran público por esta obra, por otro lado extraordinaria.

La obra de Vivaldi, a semejanza de la de Johann Pachelbel con su celebérrimo Canon, quedó completamente eclipsada por la inmensa popularidad de Las Cuatro Estaciones. Estamos ante una figura imprescindible para comprender la historia y la evolución de la música, en especial, en el desarrollo del concierto, cuyas composiciones fueron de hecho la base de esta gran forma musical.

Los conciertos de Vivaldi se convirtieron en modelo de su género en toda Europa e influyeron en el estilo de sus contemporáneos, incluso en los de más edad. Vivaldi es para Italia lo que Bach es para Europa central, el compositor barroco más grande. De hecho el propio Bach, contemporáneo suyo, aunque algo más joven, estudió la obra de Vivaldi en sus años de formación y de algunos de los conciertos para violín y sonatas de Vivaldi sólo existen las transcripciones (en su mayor parte para clavecín) de Bach.

Vivaldi nació en Venecia el 4 de marzo de 1678. Era hijo de un panadero, que más tarde se hizo violinista y compositor, Juan Bautista. Su padre fue su primer maestro. Hay quién dice que Legrenzi (otro compositor italiano) fue también maestro suyo durante su infancia.

Vivaldi tenía solo 25 años cuando comenzó a trabajar en el Ospedale della Pietà. Durante los siguientes treinta años compuso la mayor parte de sus obras más importantes mientras trabajaba allí. Había cuatro instituciones similares en Venecia, cuyo propósito era dar refugio y educación a niños abandonados o huérfanos, o cuyas familias no podían sustentarlos. Estaban financiadas con fondos proporcionados por la República Veneciana. Los niños aprendían un oficio y tenían que abandonar la institución cuando llegaban a los quince años. Las niñas recibían una educación musical y las de más talento se quedaban y se convertían en miembros de la reconocida orquesta y coro del Ospedale.

Orientado hacia la carrera eclesiástica, fue ordenado sacerdote en 1703, aunque sólo un año más tarde se vio obligado a renunciar a celebrar misa a consecuencia de una enfermedad bronquial, posiblemente asma. A los 34 años obtuvo el título de compositor. Dos años más tarde, en 1718, comenzó a hacer giras por toda Italia y otros países europeos como Alemania, Holanda y Austria. Pronto se hizo famoso en toda Europa por su habilidad con el violín y sobre todo gracias a su música instrumental, que hizo con los solistas, los coros y la orquesta del Ospedale.

Conocido y solicitado, la ópera, el único género que garantizaba grandes beneficios a los compositores de la época, atrajo también la atención de Vivaldi, a pesar de que su condición de eclesiástico le impedía en principio abordar un espectáculo considerado en exceso mundano y poco edificante. De hecho, sus superiores siempre recriminaron a Vivaldi su escasa dedicación al culto y sus costumbres laxas.

Ópera «La Silvia» (1721)

Vivaldi produjo tal cantidad de obras que hubo quién dijo que hacía piezas musicales del mismo modo que un panadero hacía barras de pan. Nada más y nada menos que 554 composiciones, la mayoría son conciertos pero hay también sonatas, sinfonías, oratorios, óperas…

Más de 300 de sus conciertos están escritos para solista (220 para violín y otros para fagot, violonchelo, oboe y flauta). Además escribió concerti grossi, 25 para dos violines y 32 para tres o más instrumentos y algunos son concerti de ripieno (para orquesta sin solistas).

Estableció una de las características básicas del concierto de los siglos siguientes: su uso para lucimiento del virtuoso. Fue el primer compositor que utilizó de forma coherente el ritornello. Éste se repetía en diferentes tonalidades y era interpretado por toda la orquesta. Alternaba con episodios interpretados por el solista, a menudo de carácter virtuosista.

Utilizaba la forma a “tres tiempos” para sus conciertos, que consiste en una primera parte rápida (allegro) una parte lenta intermedia (adagio) y una última parte rápida (allegro).

Durante su vida fue más reconocido como violinista que como compositor, siendo también acusado por algunos de repetitivo y rutinario. Igor Stravinsky comentaba maliciosamente al respecto: «Vivaldi no compuso cientos de conciertos, sino que compuso un sólo concierto cientos de veces». Desde 1713 fue compositor y empresario de óperas en Venecia, visitando además otras ciudades para supervisar las representaciones de sus óperas.

Hacia 1740 entró al servicio de la corte del emperador Carlos VI en Viena, donde Antonio Vivaldi murió el 28 de julio de 1741. En su funeral, celebrado en la catedral de Viena, cantaron los niños del coro de la catedral, entre los que se encontraba el futuro compositor Joseph Haydn.

Antonio Vivaldi (Oboe Concertos)

Antonio Vivaldi (La Stravaganza)

Antonio Vivaldi (Gloria)

Steve Howe (Concerto in D 2º Mov.) 1979

Las Cuatro Estaciones (I Musici) 1959

Samuel Diz (25/Noviembre)2016

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Viernes, 25 Noviembre, 2016 – 20:15 H.

Teatro el Albéitar ULE

Invitaciones: a partir de media hora antes del concierto en taquilla

IMPRESIONES Y PAISAJES, COMO EL PRIMER LIBRO DE LORCA

La Guitarra en la Generación del 27

Otoño de 1916. Federico García Lorca viaja por vez primera a Castilla-León junto a un grupo de compañeros de la Universidad de Granada. Un ‘laboratorio’ itinerante dirigido por el profesor de Teoría del Arte y de la Literatura: Martín Domínguez Berrueta. De estas impresiones y paisajes nace su primer libro, dedicado a su profesor de música Antonio Segura. Cristos, conventos, ruinas, atardeceres, campanas, calles desiertas… escenarios que el joven músico con alma de poeta descubre gracias a la esencia de la Institución Libre de Enseñanza: el ansia por el progreso a través de la educación.

En Impresiones y paisajes, como el primer libro de Lorca el guitarrista Samuel Diz recoge su trabajo de investigación, recuperación y conocimiento de la guitarra en la Generación del 27’. Un crisol de composiciones que toman a Federico García Lorca como punto de encuentro de lo popular y erudito, de un legado intelectual y artístico que renovó la música española a partir del folclore como sustento y ente abstracto.

SAMUEL DIZ

El guitarrista e investigador Samuel Diz se gradúa en el año 2009 bajo la dirección de Gaëlle Solal en el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo de Sevilla. Amplia su formación artística con los guitarristas Alen Garagic y Daekun Jang, junto con el magisterio de José Luis Rodrigo en los cursos de Música en Compostela, donde recibe el Premio Andrés Segovia-J.M. Ruiz Morales por el estudio e interpretación de la música española.

Ha actuado en diferentes países de los continentes europeo, americano y africano, destacando su presentación en The Council on Latin American and Iberian Studies de la Universidad de Yale, en el Harare International Festival of the Arts de Zimbabwe, así como en el Palau de la Música Catalana, donde recibe el Premio de la Crítica El Primer Palau por el “estudio y coherencia del programa, demostrando una alta seguridad escénica y un sonido muy diáfano con la guitarra”.

Presenta su último disco Impresiones y paisajes, como el primer libro de Lorca (Poliédrica 2015) en el Centro Cultural Generación del 27′ de Málaga, donde se encuentra la antigua Imprenta Sur. Este trabajo discográfico dedicado a la guitarra en la Generación del 27′ cuenta con el apoyo de Ayudas Creación Injuve.

Samuel Diz, posgrado en gestión de empresas musicales en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, es desde el año 2008 el director artístico de Música no claustro, festival de música como arte social e interdisciplinar organizado por la Catedral de Tui.

Programa:

Homenaje a Claude Debussy

Danza del molinero (El sombrero de tres picos) Manuel de Falla (1876–1946)

Lía (Heraldos)

Pavana Salvador Bacarisse (1898–1963)

Española. Rosita García Ascot (1902–2002)

For whom the bell tolls. Robert Gerhard (1896–1970)

Invernal. Fernando Buide del Real (n.1980)

En el Café de Chinitas – Los cuatro muleros Anda Jaleo – La tarara – Las tres hojas Canciones populares españolas recogidas por Federico García Lorca (1898–1936)

Samuel Diz (Canciones Populares) Federico García Lorca

Samuel Diz (La Guitarra y la Generacion del 27)

 

 

Fernando Caballo / Jesús Rodríguez (24/Noviembre/2016)

Jueves, 24 noviembre, 2016 – 21:00 H.

Teatro el Albéitar ULE

Invitaciones: a partir de media hora antes del concierto en taquilla

Conciertos A.I.E.

Flamenco

FERNANDO CABALLO (VOZ)

JESÚS RODRÍGUEZ (GUITARRA)

Fernando Caballo es diplomado en Magisterio Musical por la Universidad de Sevilla.

Desde temprana edad, ya sentía una gran admiración por grandes artistas del mundo del flamenco como La Paquera de Jerez, Camarón, Caracol y Pepe Marchena. Con tan solo 11 años de edad, Fernando, más conocido por “el niño del Viernes Santo”, comienza cantando saetas en su querido pueblo sevillano de Marchena.  En el año 2003, recibe el premio de mayor proyección de la Escuela de Saetas de Sevilla. También, ha participado en numerosos pregones y exaltaciones de Semana Santa, tanto en Sevilla como en el resto de Andalucía, destacando el tercer premio en el I Concurso de Saeta de Fuentes del Maestre (Badajoz) en el año 2014 y resultando finalista en el Concurso Nacional de Saetas de La Unión (Murcia), también en 2014.

Recibe también el tercer premio en el concurso de cante flamenco de la Peña Flamenca Lepanto de Mairena del Aljarafe en el año 2014 y el segundo premio en el concurso de Soleares de Triana en el año 2015.

Durante su período de aprendizaje, recibió clases en numerosas escuelas como el Centro de Arte y Flamenco de Sevilla o la Fundación Cristina Heeren, de maestros de la talla de Esperanza Fernández, José de la Tomasa, Julián Estrada, Eduardo Rebollar, Manuel Romero, Paco Cortés, Milagros Mengíbar, José Galván o Rosi la Divi. Así mismo,  Fernando asistió a clases acompañando su cante para el baile en diversas academias como la de Andrés Marín, Juan Polvillo, Manuel Betanzos, Eduardo Rebollar y José Galván.

Ha actuado en tablaos sevillanos como Flamenquería, La Casa de la Memoria o la Carbonería y en salas como Garufa o Caja Negra.

Actualmente desarrolla actuaciones dentro de un programa de “Flamenco Social”, llevado a cabo por la ONG Anima Vitae, por toda la geografía andaluza.

Su voz ha resonado en Peñas Flamencas como la de Arahal o Marchena y la peña ilicitana El Polaco (Elche).  Actualmente, realiza actuaciones tanto como cantaor acompañante al baile, como solista, sin dejar de estudiar constantemente.

Fernando Caballo (Cantes de Trilla) Peña Flamenca de Arahal (Sevilla)

 

Día de la Música en la Universidad de León (22/Noviembre/2016)

Foto: Juan Luis García

El próximo martes 22 de noviembre, la Universidad de León celebrará el día de la música con una serie de actos. En esta primera edición se va a homenajear a Manuel Tejada, cuya temprana desaparición en 2014, sembró el luto en esta ciudad.

Gran activista cultural, catalizador musical de la ciudad, creador discográfico. Defensor de un León moderno y despierto, Manuel Tejada falleció a los 44 años. Tras su fallecimiento, su familia generosamente donó a la universidad de León toda su colección de discos, amén de revistas, películas, etc.

Este es el programa de actos para ese día:

De 10 a 13 h: Audición de música de la colección Manuel Tejada en el hall de la Biblioteca General San Isidoro.

13 h: Actuación del cuarteto de jazz Eleven Quartet.

17 h: Mesa redonda sobre la figura de Manuel Tejada, con asistencia de familiares y amigos en al sala de conferencias de la Biblioteca General.

20,30 h: Juventudes Musicales. Concierto de Órgano a cargo de Aarón Ribas en la S. I. Catedral.

Jesucristo Superstar. La Ópera Rock Definitiva

A finales de los años sesenta el rock llegó a su mayoría de edad. Fue el momento de plantearse metas más ambiciosas, no solo era la forma musical de expresión de toda una generación, además había llegado el momento de crear obras más complejas, con una linea narrativa a lo largo de las composiciones. Habían llegado las óperas rock.

Aunque siempre se ha considerado «Tommy» (1969) de The Who, como la que dio el pistoletazo de salida, un año antes, The Pretty Things, de reciente visita a nuestra ciudad, con su «S.F. Sorrow», donde se habla de la vida de Sebastian. F. Sorrow, desde su llegada al mundo, pasando por diferentes etapas de su desoladora existencia, se puede considerar realmente la primera ópera rock.

Jesus Christ Superstar, probablemente más que ninguna otra, se merece el calificativo de auténtico exponente de ese género revolucionario llamado ópera rock. En esta obra, nacida de las mentes de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber, encontramos los parámetros que debería seguir toda composición para poder llegar a ser catalogada como ópera rock: mucha teatralidad, pasajes que se repiten a lo largo del libreto, una historia conceptual o el uso de instrumentos eléctricos para la ejecución de la misma.

Andrew Lloyd Webber (Música) y Tim Rice (Letrista)

Esta obra narra los siete últimos días de la vida de Jesucristo, desde su entrada en Jerusalén hasta su crucifixión. Se adentra además en la psicología de Jesús desde el punto de vista de su discípulo Judas Iscariote, quien es retratado como una figura trágica y descontenta con la dirección que ha tomado la doctrina de su maestro, y plantea un enfrentamiento político y personal entre los dos que no está reflejado en la Biblia. Durante el desarrollo de la trama se presentan numerosos anacronismos intencionados, como actitudes y sensibilidades contemporáneas, argot en las letras de las canciones o alusiones irónicas a la vida moderna.

«Jesus Christ Superstar» fue concebida y escrita por sus autores entre 1968 y 1969. Aunque la intención inicial tanto de Lloyd Webber como de Tim Rice era llevar la obra a los escenarios, no encontraban quien la quisiera producir, de manera que, al contrario de lo que es habitual, grabaron el álbum antes de que el musical se representara en un teatro. El doble álbum, editado en 1970, se convirtió inmediatamente en un gran éxito de ventas.

Grabado en forma de álbum conceptual con Ian Gillan (vocalista de Deep Purple) como Jesús, Murray Head como Judas e Yvonne Elliman como María Magdalena. En el disco también tomaron parte Mike d’Abo (líder de Manfred Mann) como Herodes y el cantante de glam rock Gary Glitter (acreditado como Paul Raven) en el papel de uno de los sacerdotes, además de una orquesta sinfónica de 56 miembros y 6 músicos de rock. La grabación consiguió llegar al primer puesto del Billboard en dos ocasiones. Las canciones «Superstar» (interpretada por Murray Head y The Trinidad Singers) y «I Don’t Know How to Love Him» (interpretada por Yvonne Elliman) fueron publicadas como singles y se convirtieron en grandes éxitos.

Enlace a la Grabación Original de la Obra (1970)

Tras la publicación del disco, varias producciones no autorizadas de la obra comenzaron a proliferar, desde versiones en concierto a puestas en escena completas, provocando demandas por parte de los autores que acabaron con el cierre de todos estos montajes ilegales y convirtieron a Jesucristo Superstar en un referente en la ley de derechos de autor. El 12 de julio de 1971 se celebró el primer concierto oficial ante 13.640 personas en el Civic Arena de Pittsburgh, con Jeff Fenholt como Jesús, Carl Anderson como Judas e Yvonne Elliman como María Magdalena, para después embarcarse en un tour por 54 ciudades estadounidenses. La extraordinaria acogida de estos primeros conciertos hizo que otras dos compañías saliesen a la carretera ese mismo año, coincidiendo tres giras recorriendo el país simultáneamente.

Debido a que el álbum había funcionado mejor en Estados Unidos que en el Reino Unido, se decidió que la première mundial de «Jesucristo Superstar» tuviese lugar en Broadway, donde se estrenó el 12 de octubre de 1971 en el Mark Hellinger Theatre, producido por Robert Stigwood. A pesar de recibir críticas tanto positivas como negativas, el montaje obtuvo un gran éxito de público (las 724 representaciones durante las cuales se mantuvo en cartel la obra se distribuyen en 13 funciones previas y 711 funciones regulares). Sin embargo, Lloyd Webber nunca estuvo satisfecho con esta producción, que él mismo no duda en calificar de «horrible». Según el compositor británico, esta es la razón de que ninguna de las siguientes producciones de Jesus Christ Superstar en el resto del mundo tomaran como referencia esta producción original.

Fragmentos de la Obra Representados en la Entrega de los Premios Tony (1972)

Aunque la acogida inicial del álbum en Reino Unido había sido más bien tibia, el triunfo de la representación en Broadway allanó el terreno para su debut en Londres, que tuvo lugar el 9 de agosto de 1972 en el Palace Theatre del West End, con una producción diferente y algo más pequeña. El éxito fue aún mayor que en Estados Unidos, alcanzando las 3.358 funciones durante los 8 años que se prolongaron las representaciones. A pesar de que posteriormente su récord ha sido batido por otros títulos, el 3 de octubre de 1978 Jesucristo Superstar se convirtió en el musical de mayor permanencia en cartel en la historia de Londres al superar a Oliver!.

Como curiosidad reseñar, que en la producción original de Suecia, estrenada el 18 de febrero de 1972 en el Scandinavium de Gotemburgo, contó con Agnetha Fältskog, componente de ABBA, como María Magdalena.

Vart Skall Min Kärlek Föra

Nu Ska Du Bli Stilla

En 1972 se realiza también el montaje francés de la obra, donde destaca sobre todo, la cantante que asumió el personaje de María Magdalena. Anne Marie David ganó un durísimo casting en el que se presentaron más de 600 jóvenes. Se trata de una interpretación donde se requiere una gran voz y Anne-Marie era un portento en eso. Las tablas que adquirió gracias a este musical, le sirvieron para afrontar extraordinariamente los directos. Los críticos musicales la consideran como una de las mejores interpretaciones del papel de María Magdalena, internacionalmente hablando.

El tema “Chanson de Marie Madeleine”, adaptación realizada por Pierre Delanoë del tema «I Don’t Know How to Love Him» del musical, fue un rotundo éxito de la artista, que supuso su lanzamiento definitivo, culminado el año siguiente ganando el Festival de Eurovisión representando a Luxemburgo.

Anne Marie David (Chanson de Marie Madeleine) 1972

Versión Francesa de la Obra (Reparto Original) 1972

En 1973, «Jesucristo Superstar» fue adaptado a la gran pantalla bajo la dirección de Norman Jewison, convirtiéndose en la octava cinta más taquillera de ese año a pesar de las críticas de algunos sectores religiosos. La película se rodó en Israel y en otras localizaciones de Oriente Medio. El film, algo lastrado en la actualidad por una desbordante estética hippy, se beneficia de las desgarradas interpretaciones y de las privilegiadas y potentísimas voces de Ted Neely como Jesús, de Carl Anderson como Judas, de Yvonne Elliman como María Magdalena y de Barry Dennen como Poncio Pilatos. Los únicos vocalistas del álbum original que repitieron sus personajes en la adaptación cinematográfica fueron Yvonne Elliman (María Magdalena) y Barry Dennen (Pilatos), tras haberlos interpretado también en la producción original de Broadway y en su correspondiente grabación en disco.

Es posible que, como película, «Jesucristo Superstar» no sea una obra maestra. Es posible que la dirección de Norman Jewison sea un poco torpe, como se ve cuando abre los planos. Pero es que con esa maravilla de banda sonora (es decir, de guión, porque el 100% de los diálogos son cantados), ya no le hace falta nada más para resultar mítica y extraordinaria. Todos los actores son magistrales cantantes, y expresan tanto con la voz y los gestos que tampoco importa que algunos, como el propio Ted Neely, sean algo inexpresivos.

Pero si algo destaca en la adaptación cinematográfica, es el personaje de Judas, interpretado por Carl Anderson, y es en este punto donde empieza a flojear la grabación original respecto a la banda sonora de la película. En la versión inicial de 1970, Murray Head no siente el texto, sólo lo canta. De esta manera todo queda como muy plano, como si escucharas a un grupo de rock y ya está, nada más. Pero Carl Anderson es diferente, y no lo digo porque le estés viendo gesticular en la pantalla. No necesitamos ver su imagen. Hasta en la versión de la banda sonora original de este film se nota: Anderson tiene garra, fuerza arrolladora; no canta las estrofas, se las escupe al mundo. Al final se erige en el verdadero protagonista de la acción, eclipsando al propio personaje de Jesús.

Enlace a la Película (Subtitulada en Castellano) 1973

Esta entrada no podía terminar sin hacer una referencia muy especial al montaje español de la obra estrenado a finales de 1975, fruto del empeño y el tesón del que sería su protagonista principal, Camilo Sesto.

El estreno de Jesucristo Superstar en España tuvo lugar el 6 de noviembre de 1975 en el Teatro Alcalá Palace de Madrid, producido y protagonizado por Camilo Sesto, quien invirtió 12 millones de pesetas (algo más de 72.000 euros) para poner en marcha la obra. Fue todo un reto para la época, ya que, por aquel entonces, salvo excepciones puntuales, el musical anglosajón no se había prodigado en los escenarios españoles. Además, eran los últimos tiempos de la dictadura de Franco y los problemas que la versión cinematográfica había tenido con la censura para poder proyectarse en España aún estaban recientes. Sin embargo, el espectáculo se convirtió en todo un éxito de público y se mantuvo en cartel durante casi cinco meses, contribuyendo a aumentar aún más la fama de su estrella principal. El cierre se produjo el 28 de marzo de 1976, motivado por los compromisos profesionales adquiridos con anterioridad por Camilo Sesto.

Teddy Bautista, Camilo Sesto y Ángela Carrasco

Dirigida por Jaime Azpilicueta, quien también realizó la adaptación de las letras al castellano junto a Nacho Artime, y coreografiada por Gelu Barbu, la producción estuvo protagonizada, además de por Camilo Sesto como Jesús, por el vocalista de Los Canarios, Teddy Bautista, como Judas, Ángela Carrasco como María Magdalena, Alfonso Nadal como Pilatos, Paco Plazas y Charly Chausson alternándose como Caifás, Jason como Anás, Guillermo Antón como Pedro, Antonio García de Diego como Simón Zelotes y Dick Zappala como Herodes, quienes fueron escogidos entre los más de 1.200 aspirantes que pasaron por las audiciones. Teddy Bautista no solo interpretó a Judas, sino que además se encargó de los arreglos y la dirección musical, mientras que la escenografía y el vestuario fueron diseñados por Moncho Aguirre y la iluminación por Fontanals. Un doble álbum grabado en los Estudios Kirios de Madrid fue editado por el sello Ariola, y uno de sus singles, «Getsemaní», consiguió llegar al número uno de la lista de ventas.

Jesucristo Superstar (Versión Española) 1975

Estamos ante el musical por excelencia de los años setenta, del cual se siguen haciendo montajes constantemente. Puede que fuera una obra obra fruto de su tiempo, sin duda, habrán pasado de moda las melenas y los pantalones de campana, pero nunca la extraordinaria música de esta magna obra. Sencillamente imprescindible, la ópera rock definitiva.

Leonard Cohen. El Poeta de la Melancolía Cotidiana (1934 – 2016)

Cantaba Mercedes Sosa «Si se calla el cantor calla la vida». Nada más apropiado para expresar el sentimiento que deja la noticia de la muerte de Leonard Cohen. Cohen dio voz al desarraigo, la frustración de la vida que te ahoga con la soga del aburrimiento, al amor posible e imposible.

Con el bailamos un Vals a la sombra de La Alhambra, conquistamos Manhattan y luego Berlín, nos hicimos partisanos, soñamos con Suzanne. Cohen fue cambiando nuestras vidas al ritmo de su voz cambiante. De aquella voz dulce como un vino blanco, fresco y joven, pasamos a un tinto añoso, rugoso, lleno de matices.

Cohen, un estilo en si mismo, porque es inclasificable más allá de la manida etiqueta de cantautor. Nació en Montreal en 1934, en una familia de ascendencia judía, comenzó a interesarse al poco tiempo en la poesía de Federico García Lorca y durante su adolescencia, aprendió a tocar la guitarra y formó “The Buckskin Boys”, un grupo de country-folk. Aunque comenzó tocando una guitarra acústica, pronto pasó a tocar una guitarra clásica tras conocer a un joven guitarrista español que le enseñó “unos cuantos acordes y un poco de flamenco”.

Pero fue en la literatura donde Cohen empezó a desarrollar su talento. Publicó sus primeros poemas en marzo de 1954, carrera literaria que continuaría en los siguientes años, alternando la poesía con la narrativa.

En 1967, decepcionado por su falta de éxito como escritor, Cohen se trasladó a los Estados Unidos para comenzar una carrera como cantautor folk. Su canción “Suzanne”, fue un notable éxito de la mano de Judy Collins, y durante muchos años fue su canción más versionada. Tras tocar en varios festivales de folk, ganó la atención de John H. Hammond, representante de Columbia Records que años antes fichó para la compañía a Bob Dylan.

Cuando llega el momento de componer las canciones de su primer álbum, el trabajo está ya medio hecho: Cohen sólo tiene que desarrollar la melodía propia de los poemas que escribe y trasladarlos hacia el medio musical. El resultado es majestuoso, brillante. “Songs of Leonard Cohen” no es un disco revolucionario o innovador, es sólo condenadamente especial.

Songs of Leonard Cohen (1967)

Las canciones en este álbum transmiten una extraña calidez, una belleza atemporal que huele y suena a pura poesía, como si la experiencia abstracta de leer unos versos se hubiera embotellado para el disfrute de todos. Mucho de lo hermoso del disco viene de la contribución musical del productor John Simon, pero no nos engañemos, son las letras de Cohen las que ascienden sobre la música y las transforman en experiencias espirituales, únicas.

En 1971 edita «Songs of Love and Hate», donde la estética musical «coheniana», en toda su expresión de austeridad y densidad, se destila en este álbum grabado en un período difícil, envuelto en depresiones. La voz monótona, de letanía, en contraste con unos ansiosos acordes de guitarra, advierte de las visiones de desolación en la primera pieza, «Avalanche». Pero incluso el Cohen más severo y desesperanzado, sumido en un sofocante «Via Crucis» interior, se aferra a la belleza en las luminosas «Famous Blue Raincoat» y «Joan of Arc», entre metáforas inquietantes no siempre descifrables.

Songs of Love and Hate (1971)

Después de una periodo esplendoroso y de una tacada de discos maestros, Cohen en «New Skin for the Old Ceremony» de 1974, empieza a despegarse del folk para enriquecer sus composiciones, dibujar nuevos paisajes melódicos anudados a violas y mandolinas y lanzarse al campo de batalla del amor con canciones de altura como «Who by the Fire», «Field Commander Cohen» o «Chelsea Hotel No.2, en la que rememora su breve relación con Janis Joplin.

New Skin for the Old Ceremony (1974)

«Death of a Ladies´ Man» es un disco distinto de Cohen, que horrorizó a muchos fans por los frondosos arreglos de la producción de Phil Spector. Con el tiempo, se ha ido erigiendo en una obra extrañamente fascinante, de una decadente y retorcida belleza. El control de Spector sobre la grabación, con maneras intimidantes, incluido un uso disuasorio del revólver, dio un brillo inédito a piezas como «True Love Leaves no Traces», «Paper Thin Hotel» o ese «Memories» que suena como si Cohen cantara el pop fresco de aquellas bandas de chicas de principios de los sesenta.

Death of a Ladies’ Man (1977)

Asceta y espartano, Cohen se desmarca en «Various Positions» de 1985 con una nueva colección de salmos contemporáneos que miran de reojo al pop y se acomodan en esa voz cavernosa y en permanente fundido en negro. Aquí está, entre algodones y amagos de sintetizador, ese «Hallelujah» que han hecho suyo infinidad de artistas, pero también pequeñas maravillas como «Dance me to the End of Love» o «If It Be Your Will». Bendita madurez.

Various Positions (1985)

En 1988 publica «I’m Your Man». Un disco soberbio en el que no sobra nada. Rodeado de sintetizadores, la voz de Cohen renace más contundente que nunca para exhibirse como un casanova envejecido que ajusta cuentas consigo mismo y trata de disculpar tantos pecados cometidos. De la robusta y contundente «First We Take Manhattan» a esa delicada «Tower of Song», dedicada a Hank Williams, pasando por el homenaje a Lorca en «Take This Waltz» a los aromas intensos de «Everybody Knows», la exhibición es total, dando un contrapunto irónico a canciones con mensajes poderosos, a veces apocalípticos. En su perverso equilibrio de ligereza y gravedad.

I’m Your Man (1988)

En «The Future» (1992), el sarcasmo de «I’m Your Man» es aplastado por la voz de alarma que abre el disco: «He visto el futuro, hermano, es un crimen», canta, advirtiendo del rumbo que la humanidad tomará tras la caída, aparentemente feliz, del muro de Berlín. Disco de imágenes visionarias, que expresa una angustia más global que íntima a través de un lenguaje musical un poco más clásico que en el trabajo anterior y que, a través del escepticismo y el terror, deja piezas majestuosas como «Waiting for the Miracle», «Anthem’ y ‘Closing Time».

The Future (1992)

Tras sus años de retiro en el monasterio budista de Mount Baldy, California. En 2001 Cohen dio señales como creador en este disco de título desmotivado, donde compartió tareas compositivas con su veterana cómplice y corista Sharon Robinson. No hay que fiarse de las apariencias: en esta obra discreta hay un Cohen líricamente destilado y musicalmente conmovedor, que cultiva la canción pop adulta de sencillo acabado y desplaza su mirada desde los abismos emocionales de «A Thousand Kisses Deep» al paisaje hedonista de «Boogie Street»

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Ten New Songs (2001)

La última etapa de Cohen, esa página que añadió por estrictos motivos económicos, ha dejado trabajos de altura como «Popular Problems», acaso el más inspirado de todos los discos que grabó tras su regreso a los escenarios en 2008. El crepúsculo empieza a asomar la cabeza y la oscuridad gana terreno, pero Cohen se resiste a dejar escapar la belleza y la rodea de voces arenosas, lamentos servidos entre cuerdas y pinceladas de blues con la que se revela como una suerte de versión amable de Tom Waits.

Popular Problems (2014)

La atmósfera que rodea el decimocuarto disco de estudio de Leonard Cohen fue premonitoria. Recuerda al testamento sonoro de Bowie, «Blackstar». La voz de Cohen suena más profunda que nunca, y sus letras huelen a despedida. Son nueve canciones de un hombre sabio, desencantado, nostálgico, cansado, pero en paz consigo mismo y con el mundo.

En «You Want it Darker», primer single que da título al álbum, y el tema más dramático del mismo. «Estoy listo, mi Señor», repite en esta especie de réquiem de casi cinco minutos, con el acompañamiento del lúgubre coro de la Sinagoga Shaar Hashomayim. «Un millón de velas están quemándose pidiendo la ayuda que nunca llegó». Nos encontramos con el Cohen más espiritual, dirigiéndose a lo más profundo del alma humana.

You Want it Darker (2016)

Definido por el crítico Bruce Eder como «uno de los cantantes y compositores más fascinantes y enigmáticos de finales de los sesenta”. Cohen es eso y mucho más, son las palabras que caen sobre nosotros como hojas en otoño o la fina lluvia que nos empapa cada vez que le escuchamos. Escúchenle y cálense hasta los huesos.

Discurso en la Entrega del Premio Príncipe de Asturias de las Letras (2011)

 

The Pretty Things (S. F. Sorrow) 1968

El viernes próximo, The Pretty Things visitan León, actuando en nuestra Universidad. Aparte de la entrada informando de su actuación, no podíamos dejar de hacer referencia a este disco imprescindible de ellos, «S.F. Sorrow», que no se si será su mejor álbum, pero sí desde luego, el más influyente de todos.

Admiradores declarados de Bo Diddley, estos ingleses nos ofrecen una versión despiadada de la psicodelia, que entonces dominaba la escena. Este álbum sorprende por sus armonías vocales hipnotizantes, sus psicodélicas canciones folk-blues y una potencia eléctrica que por momentos nos transporta al hard-rock de los años que estaban aún por venir. Las sorpresas se suceden una tras otra sin dar un solo respiro al sorprendido oyente, que disfruta con la perfecta ejecución de guitarras y bajo y el buen trabajo de batería, percusiones exóticas y teclados, imprimiéndole esa sensación mística tan característica de la era lisérgica. Todo eso mientras nos cuentan las andanzas del solitario Sebastian F. Sorrow.

Producido por Norman Smith (que venía de trabajar con The Beatles en su primera época) y grabado en los estudios Abbey Road. «S.F. Sorrow» nunca gozó del reconocimiento que merecía; posiblemente debido al poco apoyo que recibió la banda por parte de la industria, concentrada entonces en difundir a grupos como Pink Floyd, que preparaba la salida de su segundo álbum “A Saucerful of Secrets”. Además, el álbum fue lanzado en la misma semana que The Beatles sacaba su «White Album» y The Kinks publicaban su  «The Kinks Are the Village Green Preservation Society». Así y todo, este trabajo ha envejecido de manera brillante y ocupa su merecido lugar dentro de las grandes joyas perdidas del rock.

ENLACE AL ÁLBUM COMPLETO + EXTRAS

The Pretty Things / Silver Club Bikini (11/Noviembre/2016)

Viernes, 11 noviembre de 2016 – 20:00 H.

CAFETERÍA DEL CAMPUS DE VEGAZANA

Entradas (6 €): a partir de una hora antes del concierto en taquilla

50% de descuento: Comunidad Universitaria, previa presentación de carnet  universitario y DNI y Abono Purple Weekend

THE PRETTY THINGS

Más de cincuenta añitos han pasado desde que los Pretty Things viesen publicado su primer single. La mejor banda de R&B británico de todos los tiempos. Y lo mejor de todo es que los Pretty Things continúan sobre los escenarios y como pudimos comprobar en su anterior gira de hace un par de años, ofreciendo a sus fans conciertos inolvidables.

Una carrera envidiable la de los Pretty Things, siempre rectos en sus convicciones e ideas, sin bajar la cabeza ante nadie, simplemente recorriendo su propio camino.

No es extraño que ese maestro de las seis cuerdas que es Dick Taylor decidiese un día abandonar a los mismísimos Rolling Stones, evolución de unos Little Boy Blue And The Blue Boys que había formado junto a Keith Richards y Mick Jagger. Taylor quería más crudeza, más energía y para ello dio forma a los Pretty Things junto a Phil May, compañero de estudios.

Los primos feos de los Stones, les colgaron los señores de la prensa. Cómo serían! Por su parte, May se enorgullecía de tener las melenas más largas de las Islas.

Estamos en 1964 y el sello Fontana se encarga de publicar el single del que hablábamos al principio. En la cara A, Rosalyn! Todavía hoy, cincuenta años más tarde, suena cruda y sucia. En esos surcos nació el Garage Punk de los Sesenta!

Otro par de discos pequeños, todos con entrada en listas y sale a la calle su primer largo, pura dinamita negra! He leido que The Pretty Things, el disco, hace que el primer trabajo de los Stones suene como los Beatles. Lo cierto es que suena crudo, salvaje, más que digno discípulo del R&B americano del que se emborracha, a mayor gloria de San Bo Diddley. El álbum alcanza el número diez de las listas británicas. Eran otros tiempos.

¿Por qué los Pretty Things no han alcanzado el reconocimiento general de otras bandas británicas que seguro están pasando por tu cabeza en este momento? Quién sabe! Quizás el público que a día de hoy hace colas para ver a los Rolling Stones ante una pantalla gigante no tenga ni idea de quién es Dick Taylor, pero puedes estar seguro de que su influencia en el Rock&Roll de las últimas cinco décadas ha sido incalculable. Los Pretty Things han sido en muchas ocasiones los primeros en experimentar con estilos que luego otros han continuado y se han llevado el reconocimiento. Algunos de sus imitadores se han llevado el gato al agua, otros se han quedado con el reconocimiento y la pasta en su cuenta bancaria. Pero recuerda, los Pretty Things fueron los primeros… y los mejores!

Pregunta a Iggy Pop, los Ramones, Sex Pistols o Nirvana sobre su influencia, en lo musical y también en esa actitud ante la vida que ha marcado a generaciones. Sus melenas harían temblar al peluquero de Mick Jagger y Brian Jones, fueron expulsados de Australia por drogas mucho antes de que Keith Richards fuese considerado el enemigo número uno de las aduanas de medio mundo.

Pero lo más importante es su música… Los Pretty Things compusieron la primera Opera Rock en 1967, S.F. Sorrow. Grabado en los estudios Abbey Road que compartían con Beatles y Pink Floyd. Un disco que está a la altura de cualquier otra obra del estilo en la que estés pensando. ¿Tommy de los Who? Pregunta a Pete Townshend…

Tras S.F. Sorrow la banda grababa  Parachute, de nuevo en Abbey Road y uno de los grandes discos de la época, votado en la revista Rolling Stone como disco del año 1970, por encima de Neil Young, Led Zeppelin, los Stones o los Who. Los mismísimos Pink Floyd reconocerían la inspiración que supuso Parachute para crear Dark Side Of The Moon…

En 1974 son elegidos como la primera banda que firma con Swan Song, el nuevo sello de Led Zeppelin. Esta asociación refuerza los lazos con el manager de Led Zeppelin, Peter Grant y con sus viejos amigos Jimmy Page (que había tocado en algunas de sus sesiones en 1965) y Robert Plant. En Swan Song publican dos excelentes discos y con el primero de ellos, Silk Torpedo, alcanzan por primera vez las listas americanas. Aprovechan entonces para girar por Estados Unidos junto a Led Zeppelin y hacen amistad con Aerosmith, cuyo cantante Steve Tyler siempre ha mostrado su admiración por Phil May y le ha considerado su mayor influencia.

En los ochenta se convierten en pioneros en otra faceta. Tras una lucha en los juzgados, se convierten en la primera banda de los Sesenta que consigue el control sobre todo su trabajo, aprovechando para remasterizar y reeditar sus discos y llegar a una nueva generación que parece reivindicar de nuevo a una banda única.

En los últimos años no han parado: han ganado el primer Mojo Hero’s Award, Bruce Springsteen les pidió que tocasen junto a él en Hyde Park, han seguido grabando, publicando discos y tocando en directo, en festivales y en salas.

En 2016 la banda está en un momento verdaderamente dulce. Sus directos están a la altura de su leyenda y su último disco, The Sweet Pretty Things (Are In Bed Now, Of Course…), publicado en 2015, ha sorprendido a todo el mundo y se ha ganado a pulso el formar parte de algunas de las listas de los mejores discos del año.

The Pretty Things son una de las bandas más importantes del Rock&Roll británico de todos los tiempos. No dejes de acudir a uno de los conciertos de esta gira si pasan cerca de tu casa!… y si no lo hacen deberías plantearte un viajecito…

The Pretty Things (Concierto) 2014

SILVER CLUB BIKINI (León)

Silver Club Bikini es un burbujeante y lisérgico cóctel en el que se mezclan las influencias de sus grupos favoritos; los ingredientes de esta amalgama sónica están claros desde el primer sorbo: ¡suenan a psicodelia británica de los sesenta eso sí, tamizada por ciertos grupos britpoperos de los 90’s y actuales como Kula Shaker, Charlatans, Stone Roses o Tame Impala, siendo palpable también el inevitable influjo de bandas míticas de la escena mod y sixties. Las versiones que eligen para interpretar en sus directos no dejan lugar a dudas: Tomorrow, los primeros Pink Floyd con Syd Barrett, los Beatles más psicodélicos… Pero Silver Club Bikini no es un grupo de versiones ni mucho menos, pues el grueso de las actuaciones lo configuran composiciones propias, resultando un directo coherente pero en constante cambio de ritmos y sonidos en el que temas de cariz soulero como “Elastic Jump” contrastan con otros más ensoñadores y atmosféricos como “Flying Fast” , “Hypnotic Signs” o “Across The Holes In Black”.

Victor Garrido a la guitarra y voz principal, Jorge McKenzie al bajo, y Samuel Carretero a la batería, cuentan con la colaboración de Carlos Yugueros a la armónica. A los teclados y coros se ha unido recientemente Eva Galáctica, que ha formado parte de la banda de Idealipsticks, y actualmente colabora puntualmente con los bilbaínos The Extended Plays.

Silver Club Bikini (Lucy Shoot the Devil / A Real Life Permanent Dream) 2013

 

Richard Harris (MacArthur Park) 1968 + Otras Versiones

MacArthur Park es un parque de la ciudad de Los Ángeles, llamado así en honor del general Douglas MacArthur. Pero es conocido sobretodo por ser el título de una canción, tan odiada como amada, que compuso el gran Jimmy Webb a finales de los años sesenta.

Jimmy Webb fue autor de una lista mareante de grandes éxitos para multitud de artistas. Muchas de esas canciones se han convertido en clásicos inmortales de la música popular moderna.

La inspiración para «MacArthur Park» fue la relación y la posterior ruptura entre Webb y una mujer llamada Susan Horton. En este parque, que da nombre a la canción,  fue donde los dos de vez en cuando se reunían para el almuerzo y allí pasaron los momentos más agradables juntos. En esa época (mediados de 1965), Horton trabajaba en una empresa cuyas oficinas estaban ubicadas justo al otro lado del parque.

Richard Harris y Jimmy Webb

La canción fue grabada por primera vez por el gran actor irlandés Richard Harris. Este conoció a Webb en una recaudación de fondos en Los Ángeles a finales de 1967. Webb había sido invitado para proporcionar el fondo musical a la fiesta. A bocajarro, Harris (quien acababa de protagonizar la película «Camelot» ) le sugirió que quería sacar un disco. Webb no se lo tomó muy en serio hasta que más tarde recibió un telegrama de Harris, pidiendo que se viniera a Londres para comenzar el proyecto. Después de escuchar de forma exhaustiva todas las composiciones de Webb, Harris selecciona «MacArthur Park» para su debut en la música pop como parte de su disco «A Tramp Shining» (su  primer álbum como vocalista).

De «MacArthur Park» destacan varios puntos interesantes. El más notorio de ellos es su duración de casi ocho minutos, algo que resultaba, resulta, muy inusual en una canción pop. Otro detalle es su estructura musical, que contiene gran cantidad de variaciones, acabando por convertirse en una especie de “canción de canciones” y en todo un reto para el vocalista que quiera interpretarla.

Pero lo que más llama la atención es su letra. Podríamos considerar a «MacArthur Park» como una pieza surrealista, puesto que está llena de metáforas, de frases totalmente fuera de lo común, con extrañas alegorías, que dan lugar a un curioso debate sobre mensajes ocultos, pero que suponen un exquisito y delicado aporte a la historia de la canción, que habla de amores, del paso del tiempo y los desengaños. El patetismo absoluto, el lamento, y en definitiva, la fuerte carga emotiva de la canción han cautivado a miles de personas a lo largo del tiempo. Es una joya absoluta, la mejor muestra del pop orquestal o pop barroco como lo denominan algunos críticos.

Richard Harris (MacArthur Park) 1968

La profunda voz de Harris dió al tema un aura realmente íntimista que lo convirtió en un clásico y en una de las mejores composiciones de finales de los sesenta. La canción destrozó las listas de éxitos en Inglaterra y Estados Unidos, en donde estuvo a punto de llegar a la primera posición de Billboard.

Diez años después sería versionada por Donna Summer, convirtiéndose quizá en la versiòn más famosa de la canción y que supuso un éxito internacional de la cantante.

Summer interpretó «MacArthur Park» durante los conciertos del Once Upon a Time Tour, en un medley titulado «MacArthur Park Suite». Una de las presentaciones fue grabada y lanzada dentro del álbum «Live and More», en el cual la canción tiene una duración de ocho minutos y cuarenta segundos, pero fue editada para ser lanzada como sencillo dejándola en menos de cuatro.

«MacArthur Park» se convirtió en el primer sencillo nº 1 de la artista en los Estados Unidos, manteniéndose en esa posición durante tres semanas. Además, Summer fue nominada a un Grammy en la categoría de mejor interpretación femenina de pop.

Donna Summer (MacArthur Park) 1978

«MacArthur Park», ha sido grabada por muchos otros intérpretes y grupos (se tiene constancia de más de 50 versiones). A parte de la versión de Donna Summer, Infinidad de artistas han versionado el tema, como el pianista Floyd Cramer, Tony Bennett, Frank Sinatra, The Four Tops, Waylon Jennings (con una maravillosa versión country del mismo), Andy Williams, Lisa Minelli o Sammy Davis.

Waylon Jennings (1976)

The Four Tops (1969)

 

Glen Campbell (1970)