The Bangles fue un grupo con formación totalmente femenina, que reinó en las listas de medio mundo en los años ochenta. Éxitos como «Eternal Flame» o «Manic Monday» están en la mente de todos los que ya tenemos una cierta edad y se les puede considerar ya clásicos a pesar del poco tiempo transcurrido.
The Bangles no era el típico «grupo de chicas» al uso. Todas tocaban sus instrumentos y componían la mayor parte de las canciones que interpretaban, eran mucho más que unas caras bonitas. Su música, plagada de influencias sesenteras como The Beatles o el folk-rock de la época, estaba trufada de sonidos exquisitos, de armonías perfectas. Era una música comercial, pero con una calidad enorme, sobretodo las composiciones de la bajista Michael Steele.
Pero la que podemos considerar la líder, o por lo menos el rostro más visible del grupo es Susanna Hoffs. La guitarrista y voz principal de la banda, ha sido la que ha tenido una carrera en solitario más o menos regular, tanto por el número de discos editados, como por la calidad de los mismos.
Susanna es un talentazo que ha mantenido el tipo a través de las últimas décadas con una discreta pero solvente carrera en solitario. En la última década la cantante ha venido desarrollando su particular mezcla de «folk barroco» y power pop, amalgamando lo mejor de la música americana: el country, el pop, el punk, el folk rock, la new wave…
Hoy presentamos su tercer trabajo en solitario, «Someday», editado en 2012. Pasados ya dieciséis años desde su anterior disco, y solo un año después del último de The Bangles, en su última reunión como banda, ya sin la presencia de la hinóptica Michael Steele.
«Someday» es un elegantísimo disco con una producción preciosa. Muy Influenciado por la música de los sesenta y con un marcado acento folk, el álbum tuvo una excelente recepción en Norteamérica.
El sonido del álbum resulta fresco, agradable, refinado y muy hermoso. Una verdadera delicia con canciones que suenan confortablemente cercanas, pero que no son tópicas ni redundantes y sí bonitas y bien construidas. La voz de Susanna suena joven, mimosa, aniñada y con algo de esa dulzura que durante décadas nos estaba prohibido escuchar so pena de que te llamasen blando.
El resultado es un bellísimo álbum que puede evocar en algunos momentos el estilo y la sofisticación de Burt Bacharach, como es el caso de la canción «Picture me». Los sesenta revisitados en un disco imprescindible que no evoca la nostalgia, sino volver a aquellos sonidos puros y frescos de cuando todo estaba por inventar.