Sucesor del también memorable «Let it Bleed» (1969), «Sticky Fingers» fue la puerta de entrada de los británicos a una nueva década, después de las convulsiones que vivió el grupo con la muerte del miembro fundador Brian Jones y la tragedia del concierto en Altamont (con varios fallecidos). Con el talentoso guitarrista Mick Taylor completamente integrado en la banda, y el dúo Jagger-Richards consolidados en la composición, los Stones dieron vida a un disco de transición que terminó siendo legendario, tan variado como sólido, con clásicos como «Brown Sugar», «Wild Horses», «Sister Morphine» y «Can´t you Hear me Knocking».
“Sticky Fingers fue la primera ocasión en la que añadimos trompetas, por la influencia que tenían en nosotros Otis Redding y James Brown”, declaró el batería del grupo Charlie Watts en una entrevista realizada el 2003.
Liberados de su contrato con Decca, este es el primer larga duración de la banda, donde se incluyen los sonidos más clásicos y que más influenciaron al grupo como son el blues, rock & roll, country y rhythm and blues. El disco se encumbró rápidamente a los números uno, tanto de Inglaterra como en los Estados Unidos, gracias también a la espléndida producción del disco que estuvo a cargo de Jimmy Miller.
El LP vió la luz el 23 de abril de 1971, pero se estuvo gestando desde hacía dos años. Se tomaron este periodo para poder realizar con todas sus influencias un disco que imprimiera su sello. Incluso, este álbum fue el primero que sacaron bajo su propio sello discográfico: Rolling Stones Records.
Aparte de todo esto, y sin entrar en la maravillosa colección de canciones que formaban el disco, «Sticky fingers» siempre será recordado por su original portada. En 1969, Andy Warhol presentó un peculiar diseño de carpeta para el álbum «Let it Bleed» en el que el disco se encontraba envuelto en unas medias de mujer dentro de unos pantalones vaqueros cortados; inmediatamente el personal de la oficina del grupo rechazó esta propuesta.
Warhol y los Stones retomarían dos años después la idea de los pantalones para la carpeta de «Sticky Fingers». La fotografía de la portada consiste en unos pantalones vaqueros ajustados, tan ajustados que podemos ver cierto bulto sospechoso; la contraportada muestra el trasero de esa persona embutido en sus pantalones. La peculiaridad de esta cubierta se encuentra en la ocurrencia que tuvo Warhol al colocar una cremallera auténtica. La cremallera que se podía subir y bajar de verdad. Como la cremallera podía rayar el disco, Warhol colocó detrás una fotografía de unos calzoncillos que se podían ver al bajar la cremallera y así proteger el vinilo.
Sin embargo, la censura española de la época no supo apreciar el arte de Warhol y el paquete de los Stones no pasó el filtro de los censores, que consideraron la cubierta muy ofensiva. En una muestra más del delirio al que obligaban los censores, la portada de la edición española, en lugar de enseñar los provocativos pantalones, ofrecía una estampa mucho más macabra: unos dedos de mujer dentro de una lata de melaza acompañada de un abrelatas. El resultado fue una portada más literal con el título del disco (dedos pegajosos) y, a la vez, una imagen más siniestra y desagradable que la fotografía de la funda original. Al mismo tiempo, esta versión española se convirtió en una edición rara y muy codiciada para coleccionistas. En esta edición, la canción «Sister Morphine» tampoco tuvo el visto bueno de los censores españoles y fue sustituida por «Let it Rock».
El disco se convirtió posteriormente en un gran éxito comercial. Este trabajo de los Stones recibió muy buenas críticas, llegando a ser considerado por la crítica musical como uno de los mejores materiales de la banda, e incluso, de toda la Música Contemporánea. En 2003 la revista estadounidense «Rolling Stone» lo colocó en el nº 63 en su lista de «Los 500 mejores álbumes de todos los tiempos».