El día 10 de marzo, La guía a la lectura de la segunda obra del club «Leemos juntos» corrió a cargo de José Luis Puerto, quien quiso comenzar la sesión con un recuerdo para el recientemente fallecido escritor José Jiménez Lozano, premio Cervantes 2002, en cuyo homenaje leyó para todos los asistentes el cuento «El pañuelo» (Los grandes relatos, 1991)
A continuación, y para contextualizar la obra de Tomas Val, José Luis Puerto aludió a la producción narrativa de Castilla y León de finales del siglo XX y comienzos del XXI, con figuras como el citado José Jimenez Lozan, Miguel Delibes, Gustavo Martín Garzo, Jesús Carazo y, por supuesto, el conocido como grupo de los escritores leoneses (Antonio Colinas, Luis Mateo Díez, Jose´María Merino, etc.)
Para J.L.Puerto, una de las características definitoria de estos escritores es la narrativa de la memoria, encuadrada en una serie de coordenadas como:
la importancia de la tierra, del campesinado.
la niñez, la infancia .
la historia, la vida espiritual.
la imaginación (no es una narrativa realista)
elementos bíblicos, semíticos (claramente inspiradores, por ejemplo, en G.Martín Garzo)
Todas estas coordenadas se muestran en esta obra de Tomas Val y, centrádose ya en ella de forma específica, el moderador señaló varios rasgos que le son propios, como el hecho presentar una literatura de rememoración de la niñez, con una prosa evocadora, sugerente, que utiliza el relato con un gran lirismo (tradición literaria ya explorada con éxito por autores como Juan Ramón Jiménez, Cernuda, José Antonio Muñoz Rojas, Federico Bermúdez Cañete o el propio José Luis Puerto)
En «La infancia de los pueblos desaparecidos», la niñez -presente desde el mismo título- es el elemento clave, narrada desde una perspectiva de adulto, desde la rememoración de un pasado ya finito: de ahí la presencia de una poética de la memoria en el libro. Hay un elemento de re-creación en toda la obra, un vaivén de recuerdo y olvido a través del cual se crea una nueva realidad psíquica que permanece y que se convierte poco menos que en eterna.
Gabriel Cualladó: Retrato de niños en la escalera II, 1960
La obra de Val está formada por diecinueve pequeños relatos,que presentan una visión caleidoscópica de personajes y situaciones. Estos relatos son autónomos entre sí, pero con una cierta ligazón íntima, un hilo transversal que los une y cuyo conjunto presenta una estructura cerrada que nos descubre una visión global de las historias narradas (tradición literaria que ya hemos visto como lectores, por ejemplo en la primera parte del Quijote)
El libro propone un cronotopo muy bien definido sobre la Castilla rural de la segunda mitad del siglo XX, con el pueblo de Marcillo de Burela como espacio literario y la niñez del protagonista como tiempo del relato (de los relatos) en los que el propio autor toma la voz el narrador, apareciendo en ocasiones como un personaje más.
La obra se enriquece con una auténtica cartografía de personajes rurales (ancianos, maestros, médicos, curas…) marcados todos ellos por lo ancestral, la costumbre, la crueldad o el desamparo, En cierto modo, Tomás Val, vincula al personaje con el mundo arquetípico, trasladando éste también al uso del lenguaje utilizado: el habla rural de Castilla, fundamentada en sentencias, refrenes, sentido de la propiedad, rigor y riqueza del idioma.
A lo largo de la obra, la muerte aparece repetidamente como un elemento clave, teñida de un carácter simbólico y claramente polisémico. Imprevisible, irremediable, plural, constante, exponente de la fatalidad…, tanto para los individuos como para las colectividades, para los mismos pueblos como entes vivos que pueden llegar a desaparecer. «Los muertos van a Madrid» leemos, pues en Madrid, un emigrante rural pierde su propia identidad, la vida que tenía en el pueblo e inevitablemente, una parte de sí mismo muere.
¿Es la obra un un réquiem por un mundo desaparecido o una fe de vida en la que el autor da testimonio ante el olvido, ante la muerte simbólica, de que esa realidad ha existido? En todo caso, esta escritura supone la fundación del mito pues, por más lejana, difícil o precaria que haya sido, el paraíso está en la niñez.
José luis Puerto quiso señalar un punto de fuga en el final de la obra, con un último relato que apunta a lo alto, a las nubes, que cuestiona la propia realidad del pueblo, la veracidad de la existencia tanto de sus personajes como la suya propia, en un guiño a la perspectiva irónica (al estilo de Unamuno) hacia “el mundo del desvarío”. La estructura de la obra queda pues claramente orientada hacia lo lo celeste, hacia la ensoñación, a través del lirismo y la poetización. Porque ensoñación, niñez y poesía son los elementos vertebradores de este título
Otros centros de interés temático podrían ser la presencia de cierto realismo mágico, los héroes civilizadores, el amor, las secuelas de la guerra civil o la vida tradicional antigua. Pero esto (y todo lo anterior) será para la próxima sesión, inicialmente prevista para el martes 17 de marzo, a las 19:00 horas, en la Biblioteca de San Isidoro de la Universidad de León, con la presencia del autor de la obra Tomás Val, pero que por motivos de sobra conocidos nos hemos visto obligados a posponer.
El martes 10 de marzo en la biblioteca San Isidoro continúa la V edición de “Leemos Juntos”, el club de Lectura conjunto entre la Biblioteca de la Universidad de León y los Bibliobuses de León, este año con tres lecturas unificadas bajo el título Zonas rurales despobladas
En esta ocasión recibimos la visita de José Luis Puerto, premio Castilla y León de las Letras 2018 que nos introducirá en la guía a la lectura de la obra «La infancia de los pueblos desaparecidos», de Tomás Val. El días 17 de marzo será el propio Tomás Val quien venga al club para hablarnos de su obra.
Información de la editorial:
La vida, entonces, era dulce y alegre; un regalo. Los niños que nacen y pasan su infancia en pueblos próximos a la desaparición, disfrutan una especie de canto de cisne, como si la proximidad del abandono llevara a esos lugares a condensar sus esencias y ofrecérselas a los más pequeños.
Sin embargo, inevitablemente, en esas almas infantiles también hay un poso de nostalgia, como si ya empezaran a añorar lo que aún no han perdido, el mundo que se irá en muy poco tiempo.
La infancia de los pueblos desaparecidos es la mirada de esos niños hacia un universo agónico; el relato que hacen de los últimos días de la existencia de su pueblo. Lo que ellos cuentan es la crónica final de esa España que perdió sus habitantes, que lo perdió todo. Es la voz de los guardianes del recuerdo, los herederos de aquello que se evaporó a cambio de nada y que dejó una imperecedera sensación de orfandad.
Ignacio Prieto Sarro (León, 1967) es Licenciado en Geografía e Historia (especialidad de Geografía) por la Universidad de León (1991). Tras licenciarse decidió especializarse en Cartografía y Sistemas de Información Geográfica (es Máster en Gestión de Sistemas de Información Geográfica por el SITGE de la Universidad de Gerona). Desde 1995 desarrolla (primero como becario y luego como técnico especialista) su labor profesional en el Servicio de Cartografía de la Universidad de León.
Desde su época de alumno de doctorado de la Universidad de León se interesó por los temas relacionados con el mundo rural, elaborando para la obtención del Diploma de Estudios Avanzados (2003) un trabajo titulado Despoblación y despoblamiento en la Provincia de León (1950-1991). Anteriormente (1988) ya había participado en la elaboración de un informe sobre esa misma temática para la Unión General de Trabajadores de León. Este interés se ha ido consolidando a lo largo del tiempo debido a su gusto por la montaña y a su experiencia vital en el pueblo babiano de La Majúa (León), de cuya Junta Vecinal formó parte. Parte de sus ideas sobre lo rural las ha ido plasmando en algunas aportaciones bibliográficas, en un blog (A pesar de todo, Babia) y una web (Babieca) y alguna contribución periodística (La esperanza de Babia).
También ha desarrollado un interés por el estudio de la toponimia del Noroeste leonés como forma de acercamiento a la geografía de estas comarcas (Babia, Laciana, Luna, Omaña,…) y de contribución al mantenimiento de un acervo cultural en peligro de extinción (en especial lo relacionado con el patsuezu, habla leonesa característica de esta zona).
2. Sergio del Molino
Sergio del Molino Molina (Madrid, 16 de agosto de 1979) es un periodista y escritor español; reportero y columnista en el ámbito periodístico, adquirió a principios de la posada década cierta reputación como novelista. Su salto a la fama fue debido a la publicación (2016) del ensayo titulado La España vacía; Lugares fuera de sitio (2018) es otro ensayo del autor que ha tenido cierta repercusión.
La confluencia en este autor de varias facetas (todas ellas relacionadas con lo periodístico y lo literario) puede considerarse determinante, creemos, a la hora de explicar su éxito en el ámbito del ensayo; en este género ha construido una fórmula exitosa, mezclando la corrección, la soltura y el desenfado en la escritura y la capacidad argumentativa en lo ensayístico.
Independientemente de la opinión que merezca su quehacer en el ámbito del ensayo, es innegable la dimensión sorprendente del impacto de La España vacía en los ámbitos político, social o cultural. De hecho, el título de la obra ha pasado a denominar las zonas rurales españolas más despobladas en el contexto del debate que últimamente ha generado el devenir de estas; incluso podría decirse que la obra ha supuesto un detonante para la intensificación de tal debate.
La España vacía es una obra encuadrable en el género literario del ensayo, esto es, se trata de un «Escrito en prosa en el cual un autor desarrolla sus ideas sobre un tema determinado con carácter y estilo personales» (D.R.A.E.). Un repaso, aunque sea somero, al concepto de ensayo, puede servir para, previamente a la lectura del libro, hacernos una idea de lo que cabría esperar en el mismo desde el punto de vista de la ortodoxia del este tipo narrativo.
La presente guía de lectura pretende proporcionar materiales y reflexiones sobre la obra, especialmente desde el punto de vista para el que, supuestamente al menos, habilita la cualificación del ponente; esto es, sobre el fondo de la cuestión (la despoblación rural) y sobre la validez de sus argumentaciones y cuestiones afines. En este sentido, esta guía de lectura es claramente tributaria del que creemos es el mejor análisis de La España vacía publicado hasta el momento (El imaginario de la España vacía), obra de una geógrafa de gran prestigio: Josefina Gómez Mendoza.
Estructura
El libro se arma a base de un prefacio (El misterio de las casas quemadas), tres partes (1, El Gran Trauma; 2, Los mitos de la España vacía; 3, El orgullo) y un epílogo (Coda: explicaciones no pedidas).
El misterio de las casas quemadas
Primera parte – El Gran Trauma
I. La historia del tenedor (algo así como una introducción)
II. El Gran Trauma
Segunda parte – Los mitos de la España vacía
III. La ciencia del aburrimiento
IV. Tribus no contactadas
V. Marineros del entusiasmo
VI. La belleza de Maritornes
VII. Manos blancas no ofenden
Tercera parte – El orgullo
IX. Una patria imaginaria
Coda: explicaciones no pedidas
El prefacioconstituye una declaración de intenciones centrada en la necesidad de empatizar con las distintas versiones de lo rural. El epílogo, que resulta difícil de interpretar y quizás pretendidamente contradictorio, es a la vez pesimista y optimista: «Sin embargo, a veces pienso que la tragedia que es mi país puede llegar a celebrarse. Lo propio es lamentarla, como yo mismo la he lamentado en este libro. Lloramos por los pueblos abandonados y por ese desierto demográfico que parece irrecuperable. Pero ese desierto tan raro, tan antieuropeo, y esa conciencia del abandono que gobierna tantos salones y tantos álbumes de fotos, han hecho de España un país más tranquilo […/…] Es muy difícil que la despoblación se corrija, como difícil es que aparezca en el orden del día de la discusión pública, pero si algunos toman conciencia de lo peculiar que es España y escuchan los ruidos que llegan desde el yermo, tal vez seamos capaces de imaginar una convivencia que tenga en cuenta las rarezas demográficas y sentimentales de este trozo de tierra al sur de Europa. Hemos sabido romper la inercia de la crueldad y el desprecio de los siglos. Nos falta darnos cuenta y hacer algo con esa conciencia».
En la 1ª parte, el autor nos hace una descripción del proceso de despoblación de lo que denomina la España vacía: un territorio interior formado por cinco comunidades autónomas (Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja) y que presenta unos guarismos demográficos sorprendentes: 268.083 kilómetros cuadrados habitados por 7.317.420 personas (un 53,12% de la superficie española y un 15,75% de los habitantes), «…un territorio extenso que, además, no tiene ciudades» La hipótesis que presenta es la de ser esta una situación sin parangón en nuestro entorno que supone, además, una relación de dialéctica o dualidad entre campo y ciudad armada a base de ingredientes muy diversos como la desconfianza, el desprecio,… Relación que contrasta, por otra parte, con el hecho de que el éxodo rural haya trasladado gran parte de lo rural a los imaginarios urbanos.
En la 2ª parte, el mensaje se resume a la perfección en la siguiente reflexión del autor «A la España vacía le falta un relato en el que reconocerse. Las historias que la cuentan complacen a quienes no viven en ella y halagan dos clases de prejuicios: los de la España negra y los del beatus ille. Los primeros se difunden por el telediario. Los segundos, en la guía Michelin. Infierno o paraíso. No hay término medio. O los asesinos o los monjes. Aunque, según la habilidad del guionista, pueden ser monjes y asesinos a la vez».
En la 3ª parte se presenta una visión renovada de lo rural a través de la mirada de una generación de creadores desvinculada de las visiones polarizadas que se analizan en el apartado precedente.
Visión crítica
Dejando aparte las poco recomendables reseñas ligeras que se limitan a extractar la obra, mencionar su éxito editorial y su impacto en el contexto del debate sobre la despoblación rural, el libro ha tenido tanto valoraciones muy negativas y hasta ácidas como críticas más favorables.
Por mi parte, me viene a la cabeza una rara habilidad de un conocido, que interpreta con gracia su desacuerdo con las valoraciones binarias: mientras afirma o niega de palabra, gesticula ostentosamente en sentido contrario; en el contexto de estas reflexiones sobre la España vacía podemos decir que nuestra valoración de la obra no es unívoca.
El libro es una amalgama de referencias de todo tipo (culturales, políticas, sociales, etcétera) partiendo de las cuales se pretende construir un argumentario sobre la cuestión de la despoblación rural. Seguramente la forma amena de desgranar este anecdotario y la capacidad para integrarlo en la visión de la ruralidad que se propone es la mayor fortaleza de este libro.
Desde nuestro punto de vista, el libro puede analizarse en dos planos: uno será el de la solidez argumentativa y otro el de la propuesta de interpretación del proceso analizado: la despoblación rural y, diríamos, la propia ruralidad.
En el primer caso no es cuestión de hacer un repaso minucioso de cada una de las referencias del citado argumentario y hacer un repaso de las mismas a la manera de los Ripios del leonés Antonio de Valbuena. Pero no sería honrado por nuestra parte dejar de apuntar que al menos alguna argumentación, a la vez que atractiva por la manera en que se formula, evidencia notables debilidades: simplificación, premisas erróneas y razonamientos forzados, a veces aderezados con un afán por desmitificar y escandalizar desde la heterodoxia como premisa. En concreto, me viene a la mente la frase latina que reza Sed nunc non erat hic locus y con la que se alude al hecho de traer a colación hechos ciertos, pero de difícil encaje en un razonamiento determinado.
Para muestra un botón: desde mi especialización profesional, para alguien del ámbito de los mapas es sorprendente que un escritor reflexione sobre la proyección de Mercator y la propiedad de la equivalencia y luego adjunte mapas sin ningún recurso, como por ejemplo la escala, que pueda ayudarnos a dimensionarlo mentalmente. Lo que dice del Molino respecto a la proyección citada es correcto en lo que se refiere a lo que los cartógrafos denominamos The Grenland problem pero adolece de la revisión de un cartógrafo o de un vistazo a la Wikipedia cuando afirma que «… la proyección Mercator es, sencillamente, una operación matemática que permite llevar mapas en un bolsillo o imprimirlos en un libro sin necesidad de ir a todas partes con un globo terráqueo».
En el segundo caso y también desde mi condición personal (de geógrafo en este caso) tampoco resulta convincente la descripción de lo rural, al menos en sus aspectos más técnicos y menos subjetivos. Otro botón: en realidad, para nada es cierto que, aparte de Zaragoza y Valladolid, no haya en la España vacía ciudades de más de 100.000 habitantes. Tampoco son los cien mil habitantes los que para demógrafos, geógrafos, sociólogos, etcétera, constituyen el umbral que determina la frontera entre lo rural (o semiurbano) y urbano.
Tendrá que decidir el lector si lo de la ignorancia feliz del diletante desde la que afirma el autor escribir es falsa modestia. Tendrá que valorar igualmente si las múltiples especulaciones sobre temas diversos que hace del Molino se adentran o no en el terreno de lo falaz y caso afirmativo, si lo hacen esporádicamente.
Sobre la idea del autor acerca de la ruralidad española, se comparta o no, es evidentemente algo inesperado y no del todo desechable. Lo cual no es poco.
4 Propuesta de debate
(1) Una mirada general
Se propone una reflexión en torno a los siguientes planteamientos:
Habitualmente se atribuyen ciertas características al género del ensayo, a saber: «Es un escrito serio y fundamentado que sintetiza un tema significativo / Tiene como finalidad argumentar una opinión sobre el tema o explorarlo / Posee un carácter preliminar, introductorio, de carácter propedéutico / Presenta argumentos y opiniones sustentadas». ¿Cómo valorarías La España vacía respecto a estos presupuestos?
En relación a lo anterior, ¿cómo calificarías los razonamientos de libro respecto a una hipotética clasificación, un tanto borgiana, con las siguientes clases: heterodoxos, subjetivos, divagatorios, científicos sin prueba explícita (según el concepto de Ortega y Gasset), ocurrentes, imaginativos, blandos al estilo de Perelman y su Nueva Retórica, correctos, equivocados, forzados, inductivos, deductivos,…?
¿Qué opinas de la polémica que generó en su día el capítulo de la España vacía tituladoLa ciencia del aburrimiento en el que se reflexiona sobre cuestiones como la neorruralidad, el aislamiento, la monotonía, el aburrimiento, etcétera?
¿En relación con la política hidráulica de la que se habla en el libro, ¿cómo valorarías el contenido del contenido del documental sobre el Desalojo del pueblo de Oliegos (Servicio de Información y Publicaciones de la Delegación Nacional de Sindicatos, 1945)?.
¿En relación con el tema de La España vacía, que opinión te merece el documental Barbecho (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, 2019).
¿Qué opinas de la visión de Sergio del Molino del libro La lluvia amarilla del leonés Julio Llamazares? ¿Qué opinas de la frase referida a la narrativa de Llamazares: «…, intenta enfatizar la soledad y el abandono con un punto dramático que no siempre consigue»? Qué opinas del hecho de que, en 1988 Llamazares afirmara en una entrevista ser «…un escritor representativo español, porque la sociedad española es una sociedad urbana con una memoria rural…».
¿Echas de menos algún referente en el libro de del Molino, por ejemplo, Puerca Tierra (John Berger, 1979)?
(2) Una mirada desde León
Se propone una reflexión en torno a los mensajes de las siguientes obras:
Donde las Hurdes se llaman Cabrera (Ramón Carnicer, 1964).
Antonio B El Ruso, ciudadano de tercera (Ramiro Pinilla, 1977).
Relato de Babia (Luis Mateo Díez, 1981).
La lluvia amarilla (Julio Llamazares, 1988).
El reino de Celama (El espíritu del Páramo, La ruina del cielo, El oscurecer) (Luis Mateo Díez, 1996, 1997, 2002).
Distintas formas de mirar el agua (Julio Llamazares, 2015)
El martes 18 de febrero en la biblioteca San Isidoro comenzamos la V edición de “Leemos Juntos”, el club de Lectura conjunto entre la Biblioteca de la Universidad de León y los Bibliobuses de León, este año con tres lecturas unificadas bajo el título Zonas rurales despobladas
La primera de ellas «La España vacía: Viaje por un país que nunca fue», del escritor y periodista Sergio del Molino será presentada por Igancio Prieto Sarro, director del Servicio de Cartografía de la Universidad de León.
Continuamos con nuestra colaboración entre el Servicio de Biblioteca de la Universidad de León y los Bibliobuses de la Diputación bajo el inspirador lema “Leemos juntos”. Basándonos en nuestra experiencia y en las sugerencias recibidas, este curso presentamos una oferta de lecturas que esperamos sea de interés los lectores. Para facilitar y agilizar la participación de los lectores hemos introducido varias novedades.
Para cada lectura tendremos dos encuentros:
Coloquio participativo de guía a la lectura: un experto en la temática de la obra te ofrecerá claves para la lectura y comprensión de la misma.
Coloquio participativo, en el que juntos comentaremos los aspectos que más nos hayan llamado la atención, que nos hayan gustado, que no hayamos entendido….
Formas de participación
La participación es gratuita y está abierta a todo el mundo. Según tus gustos o tus posibilidades, hemos arbitrado para ti diferentes canales de participación. Puedes seguir las sesiones y expresar tu opinión:
Asistiendo físicamente a los encuentros.
Los encuentros presenciales de las lecturas tendrán lugar los días indicados en el calendario, en la sala de conferencias de la Biblioteca General San Isidoro a las 19:00 horas. Se ruega puntualidad.
Siguiendo los encuentros por streaming.
Todas las sesiones se emitirán en directo a través de vídeo streaming para que quien lo desee pueda seguirlas en tiempo real desde donde quiera a través de este enlace.
Los ejemplares de las obras se podrán solicitar en el propio bibliobús o en el teléfono 987 234 612, pudiendo ser remitidos por correo a cada lector si fuera necesario. La Universidad de León dispone de un ejemplar de estas obras en todas y cada una de las bibliotecas
Este año, queremos dedicar la V edición de “Leemos Juntos”, el club de Lectura conjunto entre la Biblioteca de la Universidad de León y los Bibliobuses de León a un título que unifica las lecturas escogidas:
Zonas rurales despobladas
Primero inquietan los titulares. El mayor desierto demográfico de Europa tras la zona ártica de Escandinavia. El territorio más desestructurado del Viejo Continente. El feudo español de la despoblación. El primer caso ibérico de demotanasia. Un éxodo humano transmutado en metástasis de la desolación. Un etnocidio silencioso. Una zona biológicamente muerta y condenada a su inmediata extinción. La Laponia del sur. El vacío.
Después estremece el contexto. Si el distrito hongkonés de Mongkok acumula 130.000 habitantes por kilómetro cuadrado, Manila acaricia los 43.000, Manhattan supera los 27.000, Barcelona rebasa los 15.000, la provincia de Madrid sobrepasa los 800 y el conjunto de España conserva una media de 92 humanos por kilómetro cuadrado, este vastísimo territorio incrustado en la periferia de cinco comunidades españolas, que se extiende por diez provincias y agrupa a 1.355 municipios, esta tierra donde el silencio cabalga montañas y las voces infantiles quedaron afónicas el siglo pasado tiene una densidad media de solo 7,34 habitantes por kilómetro cuadrado. Igual que la gélida y boreal Laponia. Menos de ocho personas por cada 140 campos de fútbol. Imagine todo Mónaco: con dicha densidad allí vivirían dieciséis ciudadanos. Imagine la Ciudad del Vaticano: allí habitarían cuatro.
En “Los últimos. Voces de la Laponia española” de Paco Cerdá.
(Pepitas de Calabaza, 2017; pág. 7)
El 90% de la población se concentra en 1.500 municipios de los 8.124 que tiene España.
La huida de los habitantes del interior de España hacia las zonas costeras, en el mejor de los casos, o al extranjero, en el peor, viene condicionando las formas de vida de todos desde los años 60 del S. XX.
La falta de medidas políticas de calado, con acciones parciales y a corto plazo y una preocupante ausencia de planes al respecto, nos han conducido a una situación tan alarmante como lo es pensar que gran parte del territorio nacional acabará siendo un desierto en pocos años, cuando ahora mismo ya demasiadas zonas sufren sus consecuencias.
Una parte importante del área rural español cuenta con densidades de población inferiores a los 10 habitante/ km2 e incluso a los 5 habitantes/km2 en las zonas que se encuentran en situación más crítica, la denominada “Laponia española”
Las recientes manifestaciones de ciudadanos rurales denunciando su abandono, han puesto sobre la mesa de la ciudadanía en general la apremiante necesidad de considerar el problema en sus justas dimensiones.
A falta de otras medidas más amplias, recientemente el gobierno de Galicia ha promulgado la primera ley de repoblación en nuestra era, sin que llegue a contemplar ninguna medida de carácter cultural, lo que le priva a priori de un resultado exitoso, dado que las personas no somos únicamente economía.
La preocupación por este tema dentro del mundo cultural es creciente, en sintonía con las bibliotecas del mundo, que se han puesto a trabajar en el cumplimiento de la Agenda 2030 de la ONU para, desde sus servicios, contribuir a la aniquilación del hambre, el analfabetismo, la mortalidad infantil o las desigualdades, entre otros de un conjunto de 17 objetivos.
En España la atención bibliotecaria sobre este grave problema cada vez es mayor, como se puede apreciar con la convocatoria ya, para este mismo año 2019, de varios foros dedicados al tema: el 9º Congreso Nacional de Bibliotecas Móviles de la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles (octubre), la Jornada Biblioteca y Municipio del Ministerio de Cultura (noviembre), la Mesa Redonda sobre la Despoblación de la Asociación La Sal para el Fomento de la Lectura (noviembre) o la constitución de un Grupo de Trabajo en el propio Ministerio de Cultura.
Y el problema no ha hecho más que comenzar:
“Lo primero que detectamos los demógrafos fue la despoblación rural, pero las siguientes en caer son las ciudades intermedias, antiguos centros comarcales. Luego, les llega el turno a las ciudades medianas” (Diego Ramiro Fariñas, jefe del Departamento de Población del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC)
Para afrontar el reto del despoblamiento, los organismos oficiales se implican en la puesta en marcha de políticas para fomentar el relevo generacional, reforzar el papel de las mujeres rurales, ayudar económica y fiscalmente a la creación de empresas agrarias e impulsar la innovación y la digitalización, además de continuar con el plan de extensión de banda ancha en las zonas de baja densidad de población.
Este año, en nuestro Club de Lectura queremos aportar nuestra pequeña contribución conociendo más el problema de la despoblación y la… ¿existencia, subsistencia supervivencia? en entornos rurales desde lecturas cautivadoras, que lo mismo nos puedan llevar al corazón de las personas que lo sufren a diario, como a sus paisajes, sus tradiciones, sus inquietudes, su riqueza patrimonial, otros modos de vida alternativos. Sin un límite prefijado de antemano porque, como en años anteriores, la lectura en nuestro club nos puede llevar a lugares y momentos insospechados.
Este año no se nos ocurre mejor manera de celebrar el día internacional de la mujer que poner sobre la mesa todo lo leído, pensado y discutido con nuestra «comadre» Marta Sofía López en los coloquios sobre las obras de Chimamanda Ngozi Adichie ( “El peligro de la historia única” y “Todos deberíamos ser feministas”). Si lo deseas, puedes ver el Vídeo de la guía a la lectura y el Vídeo del coloquio. Pero ahora, vamos a empezar por el principio:
¿Sabes qué es la litecostura?
Coser, bordar, tejer… son actividades que, cuando se hacen a pequeña escala y de forma privada, asociamos a las manos de las mujeres. Buen punto de partida para pasar de lo privado a lo público, de lo individual a lo social.
De forma entrañable, Marta Sofía (Chían en las distancias cortas) nos rodeó en los coloquios del club de lectura de una colección de mujeres-recipientes vestidas de símbolos, de pelo, de poemas, de lucha… Nos acercó sus vidas, sus pensamientos y sus obras a través de lo que llamó, ingeniosamente, la litecostura.
No está mal planteado el término «litecostura» para presentar los dos textos de Chimamanda Ngozi Adichie, pues la escritora nigeriana nos propone unas tareas pendientes desde hace siglos que avanzan lentamente en cada generación, un poco como esas colchas tradicionales que van elaborando manos sucesivas en el tiempo y que muestran el recorrido (avatares, logros y sinsabores) de grupo familiar.
Los ejemplos y la experiencia de Chían apoyaron las tesis de la lectura, y gracias al humor y la perspectiva de Chimamanda Ngozi Adichie nos hemos acercado a una paradoja con bastante historia: nuestra percepción del feminismo desde nuestro tiempo y lugar no tiene por qué ser válida ni parecida a la de tantas otras mujeres en el mundo, cuya organización social y modo de vida exige otro tipo de demandas. Desde nuestra posición privilegiada, olvidamos las otras formas de sometimiento y de injusticia que no solamente tienen que ver con el género.
En la sesión salieron a la palestra cuestiones diferentes a las planteadas por Chimamanda, y que son reflejo del tiempo convulso de desprestigio y desinformación hacia el movimiento histórico del feminismo así como de la escasa y condicionada visión que tenemos de un continente como África desde Occidente, así como de Occidente desde África. Con temas que en apariencia no parecen tener conexión llegamos a la conclusión de que los seres humanos nos regimos por los estereotipos culturales tras los que nos escudamos y creamos nuestra propia concepción del mundo, aunque nos perjudique.
Al respecto, Chían nos recomendó toda una serie de autoras de diversas procedencias y momentos históricos que pueden arrojar mucha luz sobre este asunto, y que sin duda nos ayudarán a comprender y a empatizar con toda una serie de diversas realidades que la literatura nos acerca.
Three Women (Ashley Seil Smith)
Recomendaciones de lectura de Marta Sofía López.
tan a punto para este 8 de marzo…
Para que leas, para que pienses, para que hagas.
Sojourner Truth. Discurso “Ain’t I a Woman?” (“¿No soy yo una mujer?”), pronunciado en 1851 en la “Convención de los derechos de la mujer de Ohio” (Akron, Ohio)
«Ese hombre de allí dice que las mujeres necesitan ayuda al subirse a los carruajes, para cruzar las zanjas y que deben tener el mejor sitio en todas partes. ¡Pero a mí nadie me ayuda con los carruajes, ni a pasar sobre los charcos, ni me dejan un sitio mejor! ¿Y acaso no soy yo una mujer? ¡Miradme! ¡Mirad mi brazo! He arado, plantado y cosechado, y ningún hombre podía superarme. ¿Y acaso no soy yo una mujer?»
«Tal como consta por experiencia, y hay muchos hechos que lo demuestran, las hijas de los hombres con educación siempre han ejercido el pensamiento sobre la marcha; no bajo verdes lámparas en mesas de estudio, no en claustros de aisladas universidades. Han pensado mientras vigilaban el puchero, mientras mecían la cuna. Así conquistaron para nosotras el derecho a nuestra flamante moneda de seis peniques. A nosotras nos corresponde seguir pensando. ¿Cómo vamos a gastar los seis peniques? Debemos pensar“ («Tres guineas»)
“Cuanto más cambian las cosas, más igual siguen estando.
«Los animales del mundo existen por sus propias razones. No fueron hechos para los humanos, de la misma manera que los negros no fueron hechos para los blancos o las mujeres para los hombres. «
Werewere-Liking Gnepo. «Elle sera de jaspe et de corail : Journal d’une Misovire» (1983)
«La idea de un nuevo idioma me atrae. Un lenguaje que se adapte a nuestra situación como mutantes, un lenguaje integral y agresivo que comprometa todos nuestros sentidos y todas nuestras facultades a la vez para limpiarlos y remodelarlos en un lenguaje capaz de sacudirnos hasta que cada costra sea eliminada, cada costra de ignorancia, de indiferencia, de limitaciones y complejos inyectados por dos siglos de inactividad forzada, de épocas privadas de creatividad, de originalidad. La idea de un nuevo lenguaje me atrae, y lo mantendré como la piedra clave de un nuevo camino»
Buchi Emecheta. «Las delicias de la maternidad» (1979)
«…pero ¿cómo iba a saber ella que, cuando crecieran sus hijos, los valores de su país, de su pueblo y de su tribu cambiarían tan drásticamente hasta el extremo de que fuera posible que una mujer con muchos hijos tuviera que afrontar una vejez en soledad y quizás una muerte miserable, como una mujer estéril?»
Flora Nwapa. «Efuru» (1966)
“Cuando Efuru se fue a casa, Ajanupu no pudo evitar admirar su carácter.
– Ella es una mujer entre las mujeres. Me gusta la forma en que está llevando su carga. Todavía ama a ese marido imbécil que tiene y va a buscarlo«
“El cuerpo para las mujeres ha terminado siendo tan problemático que a menudo han decidido prescindir de él y viajar como un espíritu incorpóreo […] El cuerpo de la mujer es el territorio donde se erige el patriarcado […] el temor y el odio a nuestros cuerpos muchas veces nos ha estropeado el cerebro”
“Detentar el poder sobre los otros significa que a los poderosos se les permite acceder por un atajo a lo más complejo de la personalidad humana. No necesitan penetrar intuitivamente en el alma de los débiles, ni escuchar lo que dicen en sus distintos idiomas, inclusive el lenguaje del silencio. El colonialismo subsiste en virtud de ese atajo ¿De qué otra manera podrían tan pocos vivir entre tantos y comprender tan poco? […] El poder parece engendrar una especie de ignorancia deseada, una estupidez moral acerca de la interioridad ajena y, por consiguiente, de la propia”
Ama Ata Aidoo. «Nuestra hermana aguafiestas: Reflexiones desde una neurosis antioccidental» (1977)
“Y ahora mira a esos para los que ella ha estado economizando, ahorrando e hipotecando su dignidad para enviarlos a la escuela más cercana, o al extranjero. Mírales volviendo con nietos con los que ella no se puede comunicar: porque sólo hablan inglés, francés, portugués…»
Audre Lorde. «La hermana, la extranjera: Ensayos y conferencias» (1984)
«Muchas mujeres blancas están empeñadas en ignorar lo que nos distingue.”“Cuando las mujeres blancas ignoran el privilegio que supone ser blanca en una sociedad racista y definen a todas las mujeres únicamente en base a su propia experiencia, las mujeres de Color[1] nos convertimos en “las otras”, unas extrañas cuya experiencia es demasiado ajena para ser comprendida. Un ejemplo es la significativa ausencia de la experiencia de las mujeres de Color en los estudios de género. A menudo, la excusa es que la literatura de las mujeres de Color solo puede ser enseñada por mujeres de Color y que es difícil de entender porque proviene de experiencias “demasiado diferentes”. He escuchado este argumento en boca de mujeres blancas que, sin embargo, no tienen ningún problema en enseñar el trabajo proveniente de experiencias de vida tan dispares como las de Shakespeare, Molière, Dostoievsky o Aristófanes.”
Amma Darko. «Más allá del horizonte» (1991)
“Tu vida es tu camino, Mara. Dios te pone al comienzo de este camino y te impulsa a caminar, y solo Él sabe dónde terminará tu camino, pero es el camino que Él eligió para ti y debes recorrerlo con agradecimiento porque es lo mejor para ti «
“En el burdel de Oves me he entregado a mi oficio, convirtiéndome en prostituta hasta la médula. No hay vuelta atrás”
“La única razón por la que dices que la raza no fue un problema es porque desearías que no lo hubiera sido. Todos deseamos que no fuera así. Pero es una mentira. Vengo de un país donde la raza no era un problema; No me consideraba negro y solo me volví negro cuando vine a América. Cuando eres negro en Estados Unidos y te enamoras de una persona blanca, la raza no importa cuando están solos juntos porque solo eres tú y tu amor. Pero en el momento en que sales, la raza importa. Pero no hablamos de ello. Ni siquiera les decimos a nuestros socios blancos las pequeñas cosas que nos hacen enojar y las cosas que nos gustaría que entendieran mejor, porque nos preocupa que digan que estamos reaccionando de forma exagerada o que estamos siendo demasiado sensibles» («Americanah»)
Desirée Bela-Lobedde. «Ser mujer negra en España» (2018)
«Los cánones de belleza occidentales (piel clara y pelo liso) se traducen en presión y violencia que ejercemos nosotras mismas sobre nuestros cuerpos”
Me llamo Marta Sofía López, pero todo el mundo me conoce como Chían. Enseño literaturas varias y estudios postcoloniales en el Departamento de Filología Moderna de la ULE. Aunque mi tesis doctoral fue sobre la metaficción historiográfica en las literaturas en lengua inglesa, soy más conocida por mis trabajos sobre literatura de mujeres, en particular por mis estudios sobre la tradición sáfica (mi libro Ginealogías sáficas fue publicado por Peter Lang en 2012) y por mi trayectoria como africanista. Empecé muy pronto a trabajar en literaturas africanas, allá por 1992, cuando en España eran muy poco conocidas, y he dedicado muchas horas a organizar y a participar en congresos, cursos y toda suerte de foros relacionados con el tema. En 2006 la pequeña editorial Zanzíbar publicó mi primera traducción de un autor africano, en concreto la novela Un grano de trigo de Ngugi wa Thiong’o. A partir de ese momento, tuve la suerte de poder traducir y prologar a unos cuantos autores de los realmente grandes: del propio Ngugi he traducido también dos libros de ensayos, Descolonizar la mente y Reforzar los cimientos, ambos en la colección DeBolsillo de Penguin Random-House; para la misma editorial traduje Me alegraría de otra muerte y Termiteros de la Sabana, de Chinua Achebe, y prologué las cinco novelas de su pentalogía africana, y últimamente estoy en gira de promoción de una muy cuidada reedición de Nuestra Hermana Aguafiestas, de Ama Ata Aidoo, publicada por la editorial Cambalache en 2018.
Sobre esta última autora versó mi trabajo de investigación pre-doctoral y mi primera publicación académica, aparecida en la revista El Patio, del centro Cultural Hispano-Guineano de Malabo en 1993. Desde entonces, la literatura y el pensamiento de las mujeres africanas y afrodescendientes me han interesado extraordinariamente, en la medida en que exponen muchos de los prejuicios y límites epistémicos y metodológicos de los feminismos blancos. Puedes echar un vistazo a mi última contribución a este debate en la revista Cuestiones de Género, que edita el Seminario Interdisciplinar de Estudios de las Mujeres de la ULE:
En la página de Casa África encontrarás alguna información sobre Chimamanda Ngozi Adichie. Es autora, además de las obras que se mencionan en esta página, de otra novela que ha tenido enorme éxito y ha recibido un montón de premios, Americanah (2013).
Para quienes leáis inglés, es muy interesante acudir a su web oficial:
En un texto muy antiguo, incluido en la colección de ensayos Otras Mujeres, Otras Literaturas, editada por Asunción Aragón e Inmaculada Díaz Narbona, yo definía a Adichie como quizá la más brillante representante de la generación de “las hijas,” a la que también pertenecerían otras escritoras como Amma Darko de Ghana o Yvonne Vera de Zimbabue. A diferencia de la primera generación de mujeres escritoras africanas, la de Mariama Bâ, Buchi Emecheta, Grace Ogot o María Nsué, cuyo universo narrativo se centra sobre todo en el mundo rural y que explora preferentemente la transición entre la época pre-colonial y colonial, las escritoras más jóvenes arraigan sus narrativas en el mundo postcolonial, urbano y cosmopolita (o “afropolita”, en un término acuñado por Taije Selassie) del África actual y del mundo globalizado. Otra diferencia importante entre las dos generaciones, aunque no estrictamente aplicable a todas las narradoras y pensadoras por igual, es que mientras las pioneras expresaron a menudo su incomodidad con el término “feminista” y lo matizaron de muchas maneras, las escritoras contemporáneas tienen menos reparos a la hora de asumir su militancia, aunque sus visiones de cuáles son las prioridades para las mujeres africanas y afrodescendientes sigan estando muy “coloreadas” por su análisis de las interrelaciones entre género, clase, etnia, cultura etc.
Si nos centramos en los dos textos propuestos para debate en esta sesión del club, quiero proponeros una serie de preguntas sobre cada uno de ellos para intentar reflexionar sobre la importancia de las aportaciones de Adichie a algunas conversaciones que me parecen extraordinariamente relevantes en nuestro contexto actual
«El peligro de la historia única»
¿A cuántos escritores y escritoras africanas has leído antes de esta sesión?
¿En qué aspectos te sientes identificad@ con los problemas que, como mujer negra, plantea Adichie?
¿Sabes quiénes son Chinua Achebe y Camara Laye?
¿Cuáles de los ejemplos de “historia única” propuestos por Adichie te resultan más llamativos, y por qué?
¿Por qué crees que a Adichie le molesta que se hable de África como “un país”?
¿Cuántos países africanos sabrías situar en un mapa mudo?
¿Qué crees que sugiere Chimamanda Adichie cuando ironiza sobre la “autenticidad”?
¿Qué entiendes por Literatura Universal?
¿Puedes reflexionar sobre algún momento en el que te hayas hecho consciente de tus propios prejuicios sobre otras personas, pueblos o culturas?
¿Qué papel desempeña el sistema educativo en la transmisión de una “historia única”? ¿Y los medios de comunicación?
“Todos deberíamos ser feministas”
¿Qué entiendes tú por feminismo? ¿Te identificas como feminista?
Si alguien te dice de un libro que es feminista, ¿te anima a leerlo o te desalienta?
¿Es el feminismo un fenómeno puramente occidental?
Si eres mujer, ¿recuerdas algún momento en el que hayan frustrado tus expectativas de ser o hacer algo por el hecho de serlo? Si eres hombre, ¿has sentido alguna vez que por el mero hecho de serlo se te concedieran ventajas o un trato especial?
¿Qué aspectos de la educación de niños y niñas en Nigeria sobre los que reflexiona la autora te parecen relevantes en nuestro contexto español?
Si eres hombre, ¿te has sentido alguna vez intimidado por una mujer? Si eres mujer, ¿has sentido alguna vez que intimidabas a algún hombre?
¿Piensan las mujeres de tu entorno que el matrimonio y la maternidad son las opciones de vida “naturales” para ellas? ¿Qué piensas tú?
Mary Wollstonecraft, autora de la Vindicación de los Derechos de las Mujeres (1795), ya denunciaba que a las mujeres se las enseña sobre todo a aparentar conformidad con los roles de género prescritos para ellas por la tradición. ¿Crees que esto sigue siendo así?
Seas hombre o mujer, ¿hasta qué punto te has sentido axfisiad@ por los roles de género tradicionales?
Seas hombre o mujer, ¿cuánto tiempo has dedicado a reflexionar sobre cómo el género nos afecta, tanto en el día a día como en nuestra forma de ver el mundo y organizar la realidad?
Para finalizar esta edición del club Leemos juntos que hemos titulado “La libertad en juego” hemos elegido dos breves obras de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie: «El peligro de la historia única» y «Todos deberíamos ser feministas» y encontrarás un ejemplar en todas las bibliotecas de la ULE. También se pueden solicitar en el propio bibliobús o en el teléfono 987 234 612,
Estas obras son la transcripción de dos de sus conferencias TED, un ciclo creado con la idea de cambiar el mundo 🙂 , cuyos vídeos podemos ver subtitulados en castellano:
Chimamanda Ngozi Adichie, en la charla TED titulada ‘El peligro de la historia única’ (2009).
Chimamanda Ngozi Adichie, en la charla TED titulada ‘Todos deberíamos ser feministas’ (2012).
Los estereotipos territoriales, raciales, sexuales… ¿nos ayudan a entendernos o a distanciarnos? ¿Nos relacionamos a través de prejuicios? Podemos acceder a mucha información, pero ¿a cuántas voces? ¿quién cuenta la historia? O mejor aún ¿quién cuenta las historias? ¿Crees que el feminismo es una moda? ¿«No hay que ser machista ni feminista»? ¿El cambio de la sociedad «será feminista o no será»? ¿Te cuesta detectar comportamientos inadecuados en las relaciones entre hombres y mujeres? ¿El discurso feminista crea indefensión hacia los hombres?
Seguro que tienes una opinión sobre estos temas.
¡Ven!
La entrada es abierta y gratuita.
Te esperamos el martes 19 de febrero a las 19:00
en la Sala de Conferencias de la Biblioteca General San Isidoro
para abordar la guía a la lectura de estas obras.
Todos los encuentros del club de lectura Leemos juntos se retransmiten en directo
a través de ULE TV,y posteriormente se almacenan en nuestro canal de vídeos.
La literatura lo permite todo. Más allá del ensayo, del informe, del artículo académico… la literatura mezcla lo cotidiano con la Historia para mostrar la verdad más allá de la verdad,
«El orden del día» comienza con la reunión secreta del 20 de febrero de 1933 en la que un grupo de financieros y empresarios alemanes se comprometieron a aportan su capital para apoyar la campaña de Adolf Hitler. Entre los dos primeros y el último capítulo del libro, Vuillard expone los acontecimientos que se produjeron en los años anteriores a la segunda II Guerra Mundial.
Pero todo lo que ocurrirá ya está implícito en esos dos primeros capítulos; en el orden del día de aquella asamblea ya están «presupuestados» los hechos que relata la obra: las trampas, las conversaciones, la mezquindad, la cobardía, la egomanía, la avaricia, la desfachatez. Los asamblearios citados se retiran a un segundo plano para que otros ejecuten sus propósitos. Todo está envuelto en las maneras contenidas de quienes saben con seguridad que, ocurra lo que ocurra, su empresa y su fortuna están a salvo y por encima de cualquier minucia política. Y así vamos leyendo el resto de los capítulos, alguno de cuyos títulos bien podría dar nombre a amables comedias de situación, con divertidos enredos e ingeniosos personajes: «Un día al teléfono», «Una visita de cortesía» parecen anticipar anécdotas, diálogos y tramas llenas de frivolidad.
Hasta que llegan los dos últimos capítulos, «Los muertos» y » ¿Quién es toda esa gente?» en los que se hace presente la horrible acusación de las sombras de los suicidas, los asesinados, los humillados.
A pesar de la tragedia, todo siguió igual para esas 24 máscaras, para las formas torpes y arrogantes de los dirigentes políticos, e incluso para gran parte de la población en la que encontramos la misma resignación, ceguera o indiferencia. ¿Hasta donde llega la banalidad del mal?
“Cierto es que el dominio totalitario procuró formar aquellas bolsas del olvido en cuyo interior desaparecían todos los hechos, buenos y malos, pero del mismo modo que todos los intentos nazis de borrar toda huella de las matanzas…también es cierto que vanos fueron todos sus intentos de hacer desaparecer en el ‘silencioso anonimato’ a todos aquellos que se oponían al régimen. Las bolsas del olvido no existen. Ninguna obra humana es perfecta, y por otra parte, hay en el mundo demasiada gente para que el olvido sea posible. Siempre quedará un hombre vivo para contar la historia. En consecuencia, nada podrá ser jamás ‘prácticamente inútil’, por lo menos a la larga. (Arendt, Hannah. 2003. «Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal». Barcelona : Lumen, p. 337.)
Encontrarás un ejemplar de «El orden del día» en todas las bibliotecas de la ULE
Todos los encuentros del club de lectura Leemos juntos se retransmiten en directo a través de ULE TV, y posteriormente se almacenan en nuestro canal de vídeos.
Luis Buendía es profesor en el Departamento de Economía y Estadística de la Universidad de León desde 2015, adonde llegó tras haber trabajado en otras cinco universidades españolas. Es Doctor en Economía Internacional y Desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid y su principal campo de investigación es la economía política de los Estados de bienestar, en especial en los países nórdicos y en España. Sobre estos temas tiene artículos publicados en revistas como Socio-Economic Review o Cambridge Journal of Economics, entre otras.
Luis Buendía
Ha publicado, solo o en co-autoría, varios libros en editoriales como Fondo de Cultura Económica, Icaria o RBA. Su último libro, del que ha sido co-editor y co-autor, ha sido The Political Economy of Contemporary Spain. From Miracle to Mirage, Routledge, 2018, y en él ha analizado los elementos que explican el último auge económico de España y su crisis desde 2008.
Además, es el coordinador del Grupo de Innovación Docente sobre Economía, Comunicación y Arte de la Universidad de León, grupo en el que ha puesto en marcha con otros profesores de la Universidad un proyecto sobre Economía y literatura con el que se propone un acercamiento a la economía desde la literatura.
El pasado 15 de enero hizo un siglo desde que los Freikorps, unos cuerpos paramilitares alemanes de extrema derecha, asesinaran a Rosa Luxemburg. 1919. Ni siquiera pasaron 14 años antes de los hechos que se relatan en el inicio de El orden del día. Las relaciones son evidentes. Veremos por qué.
Antes, es importante empezar conociendo un poco del autor. Éric Vuillard es un autor francés que ha dedicado la mayor parte de su obra a relatar en forma de ficción algunos acontecimientos de importancia histórica. En castellano, su obra era inédita, con la excepción de Tristeza de la tierra, una novela sobre los claroscuros de la conquista del Oeste, que fue publicada en 2015. Cuando en 2017 obtuvo el premio Goncourt por El orden del día, creció también su fama internacional, y al tiempo que el propio Vuillard está terminando su última novela en francés, acaba de salir en castellano 14 de julio, que novela el inicio de la Revolución Francesa, y que él había publicado en 2016.
Vuillard se vale de la novela para arrojar luz sobre determinados hechos históricos. Lo hace con una perspectiva crítica sobre esos acontecimientos, sabedor como es de que la novela le permite jugar con la realidad con muchas más posibilidades que el ensayo, pero sin dejar de ser fiel a los acontecimientos históricos, que es lo que ha elegido hacer. Así, en el diario El país, el autor afirmaba:
“El papel de la ficción cambia en función del momento político en que nos encontremos. Por ejemplo, cuando se vive en un periodo de fuerte autoridad, la ficción puede ser una manera de escapar a la censura. Hoy no nos encontramos en esa situación. Recurrir a la ficción puede ser engañoso. Como lector, me siento cada vez más ávido de realidad, de obtener claves de comprensión”.
En el caso de la novela que nos ocupa, la llegada de Hitler al poder, el autor entronca con una vasta literatura que ya ha tratado el asunto, y sin embargo, lo hace con mucha originalidad. En efecto, son muchas las aristas del ascenso, consolidación y, afortunadamente, derrota del nazismo que han recibido atención a estas alturas de nuestra existencia. Y muchos también los campos desde los que se han abordado. Desde la psicología, el ya clásico El hombre en busca de sentido, de Viktor Emil Frankl; desde el cine, por supuesto, La lista de Schindler o El niño del pijama de rayas, pero también la monumental Amén; desde el ensayo analítico, necesariamente, las obras de Hannah Arendt y también la llamada de atención más tardía de Zygmunt Bauman en Modernidad y holocausto. Y naturalmente desde la literatura. Aquí es donde se encuentra Vuillard, y antes que él, también en cuanto cronología del contenido, también podemos encontrarnos con Una princesa en Berlín, de Arthur G. Solmssen, que precisamente traza el nexo entre esos acontecimientos con los que iniciamos esta entrada, es decir, el asesinato de Rosa Luxemburg, y el ascenso del nazismo en Alemania.
El orden del día, de Éric Vuillard
El contexto
La novela relata se ubica en la llegada al poder de Hitler y sus primeras medidas, pero también la II Guerra Mundial y el genocidio que practicaron los nazis. Es importante entender un poco de esta historia. Así, los orígenes remotos de estos acontecimientos podríamos situarlos durante la I Guerra Mundial, y con ella, dos hechos muy importantes que servirían para desencadenar acontecimientos posteriores.
Por un lado, la guerra en sí, y la derrota sufrida por Alemania con las consiguientes sanciones impuestas al país a raíz de ello. Contra estas sanciones surgieron críticas importantes, como las de J. M. Keynes, por lo que suponían para el país. Esas sanciones resultaron humillantes para la población alemana, pero, más allá de lo simbólico, resultaban además imposibles de pagar y llevaron al país a una situación económica de penuria. Terminada la I Guerra Mundial, el gobierno alemán opta por imprimir dinero para estimular la economía y devolver la deuda. El resultado fue un episodio de hiperinflación que sigue utilizándose en todos los manuales de economía como ejemplo de las consecuencias de una política monetaria errada. Precisamente, en Una princesa en Berlín, se trazan muy bien los rasgos de esta situación, el sufrimiento cotidiano (la humillación para conseguir moneda fuerte, es decir, extranjera, y por tanto no afectada por esa depreciación o la necesidad de utilizar una carretilla para llevar el dinero que costaba una rebanada de pan) y las consecuencias que podría tener. En efecto, si bien hubo franjas de población que salieron beneficiadas con aquella situación (quienes tenían acceso a divisas, o quienes operaban con deuda, que de un día a otro ya no valía nada), buena parte de las clases bajas, no. Y la denominada clase media, ésa que anhelaba no parecerse al proletariado, se vio de repente en las mismas condiciones que las y los obreros, con todo lo que de insoportable tenía para ellos.
Por otro lado, es necesario incorporar la variable política. Alemania fue cuna del primer partido socialdemócrata de Europa en la década de 1860, y como tal, en paralelo a una intensa industrialización económica, el movimiento obrero fue haciéndose cada vez más fuerte. A comienzos ya del siglo XX surge en el seno de la socialdemocracia alemana el debate entre reforma o revolución, sintetizado en la discusión teórica entre Eduard Bernstein y Rosa Luxemburg, debate que tendrá su réplica en el resto de Europa. Dicho debate concluyó con una mayoría dentro del partido a favor de la vía reformista al socialismo, y una minoría, liderada por Karl Liebknecht y la propia Luxemburg, que terminará formando el Partido Comunista Alemán. La disputa ideológica se plasmó también en la posición ante la guerra, con la mayoría socialdemócrata favoreciendo una posición belicista y la minoría oponiéndose a ella (al considerar que en las guerras siempre es la clase trabajadora la que pierde). Finalmente, Alemania decidió ir a la guerra y el desenlace ya lo conocemos, pero no se quedó ahí: en medio de una insurrección obrera (que dio pie a la formación de consejos obreros en Berlín, Baviera y otros lugares del país), de la que formaba parte esa minoría mencionada, el gobierno socialdemócrata optó por resolverla armando a unos cuerpos paramilitares de extrema derecha que terminarán asesinando en enero de 1919 tanto a Liebknecht como a Luxemburg.
Rosa Luxemburg se dirige a una multitud de Stuttgart en 1907. Está flanqueada por los retratos de Karl Marx (derecha) y Ferdinand Lassalle (izquierda), los fundadores del movimiento socialista alemán.
El consenso político en contra del izquierdismo se impondrá a partir de entonces, incluso en un contexto en el que el propio Adolf Hitler diera un golpe de Estado como reacción a la invasión francesa de la cuenca del Ruhr (golpe que le llevó a la cárcel, donde escribió Mi lucha). Sin embargo, la justicia se empleaba de forma desigual con los extremistas de izquierdas y con los de derechas: si con los primeros se empleaba con “dureza”, mostraba, sin embargo, hacia los segundos una “indulgencia sistemática”, a decir por Hermann Kinder y Werner Hilgemann (Atlas histórico mundial, Ediciones Istmo, Madrid, 1990, vol. II, p. 167).
La inestabilidad política y los problemas económicos nos llevan directos a la década de los 30: aunque ya sin hiperinflación, la depresión económica afectó también a Alemania, de suerte que, a la llegada de Hitler al poder, la tasa de desempleo del país estaba por encima del 40%. Entretanto la inestabilidad política se traducía en refriegas en las calles y el ascenso electoral del Partido Nacionalsocialista de Hitler, que se apoyó en otros partidos políticos. Con el apoyo de Zentrum (Partico de Centro, católico) y del Partido Nacional del Pueblo Alemán (conservadores nacionalistas), Hitler es nombrado Canciller el 30 de enero de 1933. Justo ahí es donde Vuillard inicia su relato, y es por tanto ahí, donde debemos dejar que sea él el que continué el resto.
Los acuerdos de Múnich fueron aprobados y firmados durante la noche del 30 de septiembre de 1938 . De izq. a der.: Chamberlain, Daladier, Hitler, Mussolini, y Ciano, fotografiados antes de firmar los Acuerdos de Múnich. (CC BY-SA 3.0 de File:Bundesarchiv Bild 183-R69173, Münchener Abkommen, Staatschefs.jpg)
Aspectos en los que fijarse en la lectura
La complicidad entre las empresas y el régimen nazi, y derivado de ello, la lógica de los negocios. ¿Quién pone el dinero? ¿Para qué?
Una vez en el poder, los vínculos entre la forma de proceder de la economía y las estrategias perseguidas por el régimen nazi. ¿Qué papel juega «lo económico» en esas estrategias? ¿Qué tienen en común?
El papel de los políticos que, al menos en teoría, no apoyaban el nazismo (Halifax, Schacht, Chamberlain, etc.). ¿Cómo se desempeñan los políticos ajenos al nazismo con éste?
La neutralidad del “ser humano” común. ¿Qué hizo la población en su conjunto? ¿Cómo reaccionó ante un ascenso que suponía la supresión de las libertades más básicas?
El miedo al izquierdismo (comunismo) como realidad y como pretexto. ¿Qué papel desempeñan las diferentes corrientes de izquierda antes del nazismo y tras su llegada al poder?
La idealización de la efectividad. El hecho de que un país pusiera en jaque a la mayoría del mundo occidental, y lo hicieran en relativamente poco tiempo, lleva a extender cierto sentimiento de admiración: ¿qué nos dice la novela sobre lo que había detrás, sobre la fundamentación de esa admiración?
Os esperamos el martes 12 de febrero a las 19:00
en la Sala de Conferencias de la Biblioteca General San Isidoro
para abordar el coloquio participativo sobre esta obra