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Demasiada Felicidad: coloquio participativo de los socios

En la tarde de ayer nos reunimos los socios del club como es costumbre para charlar sobre Demasiada felicidad, una de las últimas obras de la canadiense premio Nobel que, si bien a algunos no les ha terminado de convencer, ha generado más de un seguidor que no tardará en conseguir toda su bibliografía. Lo primero que hay que decir es que difícilmente en una sesión se puede abordar esta obra con una solvencia mínima, ni si quiera uno solo de los cuentos. Los niveles de lectura son tales que, aunque dedicáramos todo el curso a Demasiada felicidad no nos acabaríamos de quedar satisfechos.2ae10e3e826e99a2d766f7f595e0f76b

Si la lectura de Bonilla nos familiarizaba con los relatos donde las anécdotas puramente triviales escondían reflexiones sobre el paso de la adolescencia a la madurez, Demasiada felicidad es un perfecto compendio de la importancia de la «lectura entre líneas». En la guía a la lectura ya se apuntó la idea primordial de que la obra de Munro es de fácil lectura pero muy difícil comprensión. Esto se traduce en que formalmente nos encontremos ante una narrativa sintácticamente sencilla y sin florituras, que participa más de la brevedad que de la construcción de oraciones subordinadas que se encadenan a lo largo de las líneas. Más concretamente, lo esencial de los textos suele encerrarse precisamente en frases muy cortas cargadas de ambigüedad e ironía que se encuentran diseminadas en el desarrollo de las historias y sobre todo en sus finales, -a veces necesarios para dar sentido al cuento- como el nunca se sabe de «Radicales libres» o Yo me hice mayor, y vieja de «Algunas mujeres». En cualquier caso, una sola lectura no basta para percibir todo lo necesario ni la riqueza de los cuentos. Ante la insatisfacción de no haber podido pararnos a hablar todo lo que nos hubiera gustado, en los próximos días aparecerá otra entrada profundizando sobre aspectos que se mencionaron ayer a través del comentario de tres cuentos.

Basta un vistazo a la bibliografía de la autora (Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio, El amor de una mujer generosa, Las vidas de las mujeres..) para percatarse de que el foco de su narrativa se inclina (¿sin querer?) sobre las mujeres Más en concreto, sobre «la terrible vida de las mujeres». A pesar de lo que pueda parecer, lo hace sin sin victimización, sin juicios, de una forma tan magistral que nos parece estar tratando a personales reales en lugar de a personajes literarios. Nadie puede f4a8a04bf9306b3294a77e6632865da5salir indemne de lo que ellos piensan, dicen o hacen porque nos hacen partícipes de su historia. A veces se insinúa que la autora presenta a estos personajes como víctimas, o que se ensaña con dureza con los hombres: nada más lejos de la realidad. La profundidad psicológica de los mismos es tal que debemos descartar por completo esa afirmación. La tan famosa frase de los evangelios «por sus obras los conoceréis» se les puede aplicar: no es necesario describir a los personajes en términos morales, ya que el hombre que asesina a sus hijos, el joven que mata a  su familia y luego la fotografía, las niñas que ahogan a su compañera en el campamento de verano: no hace falta que el narrador juzgue lo más mínimo, el lector ya tiene datos suficientes para decidir si lo hace o no. Entrar a debatir si son los personajes masculinos peor tratados que los femeninos es una necedad, ya que ambos simplemente son descritos de tal manera que nos parece encontrarnos ante un espejo del que no siempre nos gusta la imagen que nos devuelve. Todos ellos están vistos desde la distancia y la frialdad que solamente puede tener una persona que ve la vida con más de ochenta años, todos con sus virtudes, sus vicios, y en ocasiones una mezquindad demasiado cotidiana.

Continuará.

Demasiada felicidad: Coloquio participativo de guía a la lectura.

 

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En el año 2013, la Academia Sueca otorgó el premio Nobel de literatura  a la escritora Alice Munro  a la que calificó como «la maestra del cuento contemporáneo».

Adoraría escribir ahora una novela, pero el cuento resulta la forma en la que me siento cómoda. Yo siempre pensé que iba a ser novelista. Me decía que cuando mis chicos fuesen grandes y yo tuviese más tiempo para escribir novelas, iba a hacerlo. El cuento estaba puramente determinado por el largo de las siestas de mis hijos. Pero después resultó que ésa fue la manera en la que aprendí a escribir y ya no pude hacer otra cosa. (A.M. 2009)

La autora: Alice Munro.Alice-Munro-traves-espejo_CLAIMA20130803_0029_24

Alice Ann Laidlaw nació en un pequeño pueblo de Ontario, Canadá, en 1931. Hija de un granjero y una maestra de escuela sus primeros años transcurrieron en  una época de depresión económica y un ambiente rural que resultaron ser decisivos como trasfondo de gran parte de sus relatos. A los 18 años marcha a la Western University de Ontario, donde inicia sus estudios de inglés y periodismo; un par de años después los abandona para casarse con Michael Munro. Viven en Vancouver desde 1951 a 1963, año en que se mudan a Victoria, donde fundan una librería.

«Danza de las sombras felices (Título original: Dance of the Happy Shades, 1968) es la primera de sus recopilaciones de relatos; está compuesta por  quince cuentos escritos entre 1953 y 1967, que la hacen merecedora del  Premio del Gobernador General, el más prestigioso de su país. En ese título ya están presagiados temas y estrategias narrativas de lo que será su quehacer literario.

Tras divorciarse en 1972  y regresar en 1974 a Western University como escritora residente, contrae de nuevo matrimonio en 1976 con  Gerald Fremlin y  ambos se mudan a una granja. Su segundo marido muere en abril de 2013. Alice Munro vive actualmente en Clinton, cerca de su ciudad natal, en el sudoeste de Ontario.

Aunque en 2006 Munro anunció su retiro como escritora; ha publicado dos libros desde entonces («ya no sirvo para una vida normal: he escrito tantos años que no sé hacer nada más») .

Estas son sus obras publicadas en castellano:

  • Las lunas de Júpiter / traducción de Esperanza Pérez Moreno. – Barcelona : Versal, 1990. – Título original: The Moons of Jupiter (1982)
  • El progreso del amor / versión castellana de Flora Casas. – Madrid : Debate, 1990. – Título original: The Progress of Love (1986)
  • Amistad de juventud / traducción de Esperanza Pérez Moreno. – Barcelona : Versal, 1991. – Título original: Friend of My Youth (1990)
  • Secretos a voces / versión castellana de Flora Casas. – Madrid : Debate, 1996. – Título original: Open Secrets (1994)
  • El amor de una mujer generosa : relatos / traducción de Javier Alfaya Bula, José Hamad, Javier Alfaya McShane. – Madrid : Siglo XXI de España, 2002. – Título original: The Love of a Good Woman (1998)
  • Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio / traducción de Marcelo Cohen. – Barcelona : RBA, 2003. – Título original: Hateship, Friendship, Courtship, Loveship, Marriage (2001)
  • Escapada / traducción de Carmen Aguilar. – Barcelona : RBA, 2005. – Título original: Runaway (2004)
  • La vista desde Castle Rock / traducción de Isabel Ferrer y Carlos Milla. – Barcelona : RBA, 2008. – Título original: The View from Castle Rock (2006)
  • Demasiada felicidad / traducción de Flora Casas. – Barcelona : Lumen, 2010. – Título original: Too Much Happiness (2009)
  • La vida de las mujeres / traducción de Aurora Echevarría. – Barcelona : Lumen, 2011. – Título original: Lives of Girls and Women (1971)
  • Mi vida querida / traducción de Eugenia Vázquez Nacarino. – Barcelona : Lumen, 2013. – Título original: Dear Life (2012)

 

 

La obra : Demasiada felicidad

(información ofrecida por el editor)

Una joven madre recibe consuelo por la muerte de sus tres hijos, otra mujer reacciona de forma insólita ante la humillación a la que la somete un hombre; otros cuentos describen la crueldad de los niños y los huecos de soledad que se crean en la vida de pareja. Como broche de oro, en el último relato acompañamos a Sofia Kovalevski, una matemática rusa que vivió a mediados del siglo XIX, en su largo peregrinaje a través de Europa en busca de una universidad que admitiera a mujeres como profesoras, mientras vive una historia de amor con un hombre que hace todo por decepcionarla. Anécdotas en apariencia banales se transforman en las manos de Munro en pura emoción.
«Ella odiaba la palabra escapismo referida a la ficción. Era más bien la vida real la que merecía ser tildada de escapismo». Esta afirmación, pronunciada por uno de sus personajes, podría referirse a toda la prosa de Munro, que pasea heridas con inteligencia e ironía, con esa hondura feroz y austera que sorprende a quien lee, como si algo de nosotros mismos que no sabíamos, que quizá no queríamos saber, de pronto se hubiera deslizado en las páginas de un libro.alice munro demasiada felicidad

  1. Dimensiones
  2. Ficción 
  3. El filo de Wenlock
  4. Pozos profundos
  5. Radicales libres  (puedes escuchar el relato)                     
  6. Cara
  7. Algunas mujeres
  8. Juegos de niños
  9. Madera
  10. Demasiada felicidad

El último de los diez cuentos  que componen esta colección de relatos  publicada en 2009  da título a la misma y es el que puede parecer  en principio algo diferente de los restantes, tanto por su mayor extensión (es en sí una pequeña novela)  como por la elección de un personaje protagonista extraído de la realidad:  la matemática y novelista rusa Sofía Kovalevski (1850-1891). No obstante, no hay que dejarse llevar por las apariencias de aquello que le diferencia sino en todo cuanto tiene en común con los nueve relatos restantes.

  • Ocho comparten el punto de vista de los narradores con más edad que buscan volver a incidentes formativos fundamentales de su juventud.
  • Seis dan testimonio de dinámicas socialmente sancionadas, o de las consecuencias de las mujeres dominadas en sus relaciones  por el poder masculino.
  • Tres historias tienen lugar en el presente.
  • Dos  tienen protagonistas masculinos.
  • Todos merecen (necesitan) múltiples lecturas.

Alice Munro crea un universo propio para sus personajes, y los mueve con destreza a través de sus recuerdos, sus decisiones, de los hechos inesperados (adversos, desastrosos, terribles  a veces) que ocurren en sus vidas. Pero además lo hace con la fría precisión del cirujano que disecciona la vida porque la comprende en profundidad.

A través de situaciones cuidadosamente elaboradas, Munro nos muestra a sus protagonistas, sus relaciones y sus traumas y,  por muy tremendos que éstos sean,  los muestra sin tremendismo. Sus personajes sobreviven al desastre, a la desgracia,  se sobreponen como pueden,  no son víctimas ni héroes, y siguen adelante con sus vidas.

La escritura es de una sencillez expresiva tan engañosa que con frecuencia  conduce a la perplejidad del lector, quien no se explica cómo comprendiendo todo lo que el relato muestra en primer término, no es capaz de entender qué es lo que está sucediendo de verdad en la historia, aunque  sospecha que se le está escapando una parte crucial de la misma. Y es cierto: la sensación de extrañeza que queda al finalizar cada uno de los relatos, obliga a una relectura detenida para detectar los detalles que han pasado inadvertidos y que, ante una revisión más atenta,  iluminan de repente, como un relámpago, la historia narrada.

 

La lectura de la obra.

Para empezar a leer

María Jesús Hernández Lerena (Universidad de la Rioja).

    • 0:00 Alice Munro y el premio Nobel de LIteratura
    • 3:50 La obra de Alice Munro.
    • 4:55 El género del relato breve.
    • 8:25 Consejos para la lectura de Alice Munro.

Texto de la conferencia de Soledad Puértolas, escritora y miembro de la Real Academia, dictada en la Residencia de Estudiantes el 7 de mayo de 2014 con motivo del Encuentro en torno a Alice Munro.

A Munro hay que leerla muy despacio. Todo cuenta. Cada frase, cada personaje, por mínima que sea su intervención, todo parece estar medido y calculado. Esa es su maestría, porque nos transmite la sensación de que todo fluye de forma natural, casi espontánea. En eso consiste, efectivamente, la maestría: en la naturalidad del resultado, en el extraordinario fluir de las palabras, tan plenas de sentido y, a la vez, tan enigmáticas. Son historias intensas, pobladas de grandes emociones, salpicadas de casi insignificantes gestos. Pequeñas emociones, también.

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  Alice Munro.

Una historia no es un camino a seguir; es más bien una casa. Entras en ella y te quedas un rato, yendo de un lado a otro, parándote donde te apetece, viendo cómo se conectan la habitación y los pasillos, y cómo cambia el mundo exterior si lo contemplas desde las ventanas.

También tú, el visitante, el lector, cambias al estar en este espacio cerrado, tanto si se trata de uno amplio y cómodo o sinuoso y retorcido, tanto  si está escasa como  lujosamente amueblado.

Puedes volver una y otra vez y, siempre, la casa y la historia contienen más de lo que viste en la última ocasión. Da una  fuerte sensación de haberse construido por propia necesidad, no solo para resguardarte o seducirte.

Para fijarse al leer

Los lugares

«En la vida tienes unos cuantos sitios, o quizá uno solo, donde ocurrió algo; y después están todos los demás sitios». (Cara)

La mayor parte de las historias de la autora tienen lugar en una ubicación geográfica muy concreta:  transcurren en  sur de Ontario, en el Condado de Huron, en un ambiente básicamente rural y provinciano, rígido, estricto,  con fuerte presencia de  los convencionalismos sociales y del pragmatismo moral.

Ambiente y  decorado (la poética del linóleo)

La vida de la gente, en Jubilee como en todas partes, era aburrida, simple, asombrosa e insondable, cuevas profundas cubiertas de linóleo de cocina. (La vida de las mujeres)

«Las grandes obras de la literatura universal son vastos panoramas globales o minúsculos retratos de la vida cotidiana. Alice Munro es el genio indiscutible de estas últimas, capaz de hacernos ver a través de una banal circunstancia toda la gama de nuestras pasiones y de nuestras pequeñas derrotas y victorias» (Alberto Manguel, crítico literario)

La estética y  los dispositivos narrativos

La prosa debe tener cierta aspereza, y actualmente me gusta escribir así. Me gusta escribir de un modo que, no sé… ¿qué asuste un poco a la gente? (Alice Munro)

La prosa es elegante, nítida, clara;  carece de artificiosidad o grandilocuencia,  su estilo es  casi austero (tanto en su vocabulario como en su sintaxis), sencillo… y deliberadamente engañoso, ya que está repleto de detalles sin importancia, vocablos o situaciones que podrían ser de relleno si no fuera porque al avanzar la historia nos damos cuenta de que son los causantes de los  giros Refugio, de Andrew Wyethrepentinos en la misma, y porque contienen matices  que amarran  lo que, como lectores, intuimos que se nos están escapando.

Nada en los relatos de esta autora ocurre en vano; todo lo que hay está «por algo»; cada personaje, cada frase y cada palabra, cada trivialidad que aparece  en una escena tiene un motivo y  responde a la suave y firme (¡firme!) pluma de Munro que nos sitúa ante algo que ella decide que debemos ver.

En los relatos de Alice Munro hay un momento en el que se produce un hecho que golpea la realidad con tal fuerza que llega a resquebrajarla; las consecuencias de ese golpe trascienden el momento y marcan  la vida futura de los protagonistas. Estos hechos desencadenan un giro en la historia, independientemente de que sean:

  • episodios terribles:  Dimensiones ; Radicales libres ;  Juego de niños.
  • anécdotas triviales: Ficción ; Pozos profundos .
  • sucesos encubiertos, escondidos:  Algunas mujeres ; Madera.

El narrador de estas historias suele ser omnisciente, aunque en ocasiones el protagonista, de forma autodiegética cuenta sucesos de su propia vida sobre los que hace recaer la atención del lector. No obstante, la primera persona no es mayoritaria, pero el  punto de vista del narrador es muy cercano al del protagonista, casi acechando desde detrás e incluso desde dentro de él. Esto hace que, como lectores, lejos de  distanciarnos de los hechos, sintamos  inquietud por  lo que está ocurriendo en el relato.

 

El tiempo

“Cuando eres pequeño te transformas en una persona distinta todos los años. (…) Durante mucho tiempo te desprendes del pasado con facilidad y de una forma que parece automática y adecuada. Las escenas del pasado, más que desvanecerse, dejan de tener importancia. Y entonces se produce una brusca vuelta a  atrás, lo que estaba acabado y bien acabado resurge de repente, requiere tu atención, incluso que hagas algo al respecto, aunque salte a la vista que no se puede hacer nada.” (Juego de niños)

El tiempo es un componente fundamental en la estructura narrativa de Munro. Cronológicamente sus historias poseen un largo alcance y a la vez una medida fragmentación que incluye saltos en el tiempo (hacia atrás y hacia adelante) o elipsis narrativas. El resultado muestra instantáneas que  ofrecen  distintos pasados y distintos presentes, y que aportan una definición del  personaje en su esencia más que en el transcurrir de su existencia.

 

Los temas.

La complejidad de las cosas, las cosas dentro de las cosas, parece sencillamente inagotable. Quiero decir que nada es fácil, nada es simple (Alice Munro)

«Ya tengo casi todos los cuentos listos, espero que los lectores no los encuentren demasiado lúgubres. No los pensé de esa manera. Pero por lo que yo sé de la vida, siempre es dura»,(sobre Demasiada felicidad)

En Demasiada Felicidad aparecen en primer plano algunos temas muy evidentes y llamativos (asesinato,  celos, humillación y traición, violencia, adulterio, crueldad extrema, duplicidad, robos, suicidios). Otros, más sutiles,  al fondo del relato: los secretos, la actuación, la memoria y los recuerdos. la  dinámica de las relaciones de amistad de familia, de pareja y su evolución, la conciencia del propio yo, el destino, el tiempo, el amor, los resultados inesperados, el deseo de escapar de una vida para empezar otra. Y otro siempre  en el aire : la verdad oculta de las cosas.

Todos ellos contienen  alguna complejidad moral que enfrenta al protagonista (¡ y al lector!) a lo mejor y a lo peor de sí mismo.

Los personajes:

La vida de la gente es suficientemente interesante si tú consigues captarla tal cual es, monótona, sencilla, increíble, insondable (Alice Munro)

Alice Munro muestra  la vida extraordinaria de la gente corriente, y para ello no se preocupa por crear personajes «agradables». Muy al contrario, son complicados, sorprendentes y esencialmente humanos, capaces tanto de la bondad como de la  crueldad. La franqueza y la honestidad emocional de cada uno de los narradores de Munro, es escalofriante y desconcertante, hasta el punto de que el lector queda desarmado, quizá descubierto en alguno de sus  propios sentimientos más oscuros. Los protagonistas de estos relatos muestran una naturalidad exenta de artimañas. La autora no juzga su comportamiento, pero  obliga al  lector a  asomarse de forma descarnada a la vida íntima de los personajes.

Atención especial merecen los personajes femeninos, mayoritarios en sus historias, sobre los que la mirada de la autora no propone una visión de género, sino que son el material con el que replantea una y otra vez su mirada sobre el ser humano.

Los títulos…. y la última frase.

Los títulos de los relatos  son mínimos, simples, sosos de tan desnudos ¿o no tanto? Y la última frase de cada uno de los relatos ¿es el fin de la historia?

Citas

La obra está llena de frases  que resuenan en la cabeza, citas y párrafos memorables que son enunciados definitivos.


Para el debate

  1. Dimensiones. ¿Conoces algún caso que te recuerde al del relato? ¿Hay consuelo para la protagonista (religión, psicología, amigos)?  ¿Se siente una víctima? ¿Por qué visita Doree a su esposo?  ¿Qué sugiere el final de la historia?Andrew Wyeth watercolor-campfire-no
  2. Ficción.  ¿Cómo insinúa Munro que el matrimonio de Joyce y Jon no va a durar mucho? ¿Que opinas de esta cita?: » ‘Cómo hemos de vivir’ es una colección de relatos, no una novela. Eso ya supone una decepción. Parece mermar la autoridad del libro, da la impresión de que la autora se queda a las puertas de la literatura en lugar de encontrarse acomodada dentro»? ¿Cómo crees que te sentirías si alguien escribiera de ti en una novela? ¿Cómo es posible que la protagonista y la escritora no se recuerden la una a la otra?
  3. El filo de Wenlock. La narradora y Nina son tan diferentes…  ¿Por qué la primera acepta los deseos del Sr.  Purvis? ¿Qué sensación le deja su propio comportamiento? ¿Por qué escribe la nota al señor Purvis? ¿Y qué hacen aquí el espejo del pasillo y la caverna de Platón?
  4. Pozos profundos. Pozos, islas… ¿Hay  amor más «profundo» que el que existe entre una madre y su  hijo?
  5. Radicales libres. En el relato se hace referencia a diferentes muertes y modos de morir ¿por qué? ¿Es tan inocente e indefensa Nita como nos parece al principio? ¿En qué elementos se materializa la violencia en el relato? «¿Quién ha matado a quién?» ¿Te parece adecuado el título? ¿Y la última frase?
  6. Cara. ¿Qué actitud muestran los personajes ante  la mancha del  narrador en su infancia? ¿Por qué su madre reacciona así ante Nancy?  ¿Cómo es posible que el narrador olvide esa historia?
  7. Algunas mujeres. ¿Cómo se llama la protagonista de esta historia? ¿Qué actitudes toman los personajes femeninos de este relato ante el hombre y/o ante sí mismas? ¿Por qué «A veces me sorprendo de lo vieja que soy«? Hombres y mujeres, ricos y pobres, jóvenes y viejos.
  8. Juegos de niños. Aunque desde las primeras líneas la narradora apunta al desenlace de la historia , éste no se muestra hasta las dos últimas páginas ¿Cómo determina ese suceso la vida las protagonistas?  ¿Por qué Marlene se convierte en antropóloga?  ¿Qué poder tiene Verna? ¿Por qué Charlene pide a Marlene que vaya a ver al Padre Hofstrader? ¿Por qué  «Lo hecho, hecho está»? Sobre la culpa y el perdón, la crueldad y la compasión: ¿Cómo puedes echarle la culpa a una persona por haber nacido así? ¿Acaso tiene ella la culpa?
  9. Madera. Érase una vez un bosque, y un leñador… ¿Qué crees que está pasando, de verdad,  en esta historia?
  10. Demasiada felicidad. Aparentemente distinto de los relatos anteriores ¿en qué coincide con ellos? ¿Cómo se expresa la ambición y la frustración de Sofía? ¿A qué renuncia y a qué no quiere renunciar? «Esto le permitirá descansar un poco si se le hace pesado el viaje»  ¿Qué pueden significar sus últimas palabras  «Demasiada felicidad»?
El mundo de Cristina, de Andrew Wyeth

El mundo de Cristina, de Andrew Wyeth

 

 

El libro que me cambió la vida (VII y final)

Amigos todos: para cerrar este capítulo en la reciente historia de tULEctura, es de obligado cumplimiento daros de nuevo las gracias. Cuando surgió la idea de este concurso nunca imaginamos que iba a tener tanta difusión, ni a dar los frutos recibidos. Así es que GRACIAS de nuevo a los más de ciento cincuenta participantes que nos habéis hecho llegar vuestros textos. A los que venían de ultramar y a los de compañeros de la comunidad universitaria; a los adolescentes epatados por los best-sellers de Ruiz Zafón o Patrick Rothfuss, y a los que también en su juventud fueron cautivados por otros autores más sesudos como Tolstói 93edfd17978f10c7832c10c38c2bc0ado Dostoyevski que hoy ya son abuelos. Y viceversa. Gracias a los que nos habéis escrito con el corazón y las entrañas en la mano y a los pudorosos. A los que nos han dicho la verdad y a los que han jugado con la ficción. Por si tenéis curiosidad, y antes de mostraros el texto ganador, merece la pena que os hagamos un resumen de qué libros y autores han encabezado el ranking de los favoritos. Sin ninguna duda, el más citado de todos es El Principito, ese adorable ser que nos domesticó y que desapareció en mitad de la noche, el niño de cabellos dorados al que muchos seguimos esperando mientras miramos a las estrellas y nos preguntamos si finalmente el tigre se comió o no a la rosa. Además, la novela Las uvas de la ira o diversas obras de Julio Cortázar han tenido una presencia más que notable.

775d5bed59c382778647a2bdfaa1f73aAfortunadamente, cada uno de vosotros ha interpretado la pregunta del concurso según sus propias vivencias. Así, queremos destacar sobre todo y a modo de conclusión que la manera en la que a uno un libro le puede cambiar la vida no suele tener que ver con la calidad estética de la obra en cuestión,  sino en hechos como que ese libro te convierta en lector, o que despierte en ti la vocación de la escritura. Agradecemos la generosidad con la que varios de vosotros nos habéis hablado de ambas experiencias. Convertir a alguien en lector es una virtud tan loable que, haciendo ejercicio de honestidad, debemos reconocerle al César lo que es del César: las historias que a la mayoría nos cautivaron de niños poco tienen que ver con la filosofía, la moralidad o el sufrimiento existencial, y sí mucho más con historias de aventuras en lugares imaginarios. Así lo habéis reflejado a través de repetidos referentes comunes como los tebeos, libros infantiles o algún clásico, sobre todo La isla del tesoro, La historia interminable o la colección de Los cinco. Por supuesto, quienes hemos leído vuestras participaciones hemos sonreído cuando nos hemos identificado con vuestras lecturas predilectas, que son también nuestras. Imposible también no ruborizarse al compartir la experiencia de quienes nos habéis confesado vuestro amor descarnado por algún que otro personaje literario al que habéis convertido en el ideal de vuestros sueños. Por supuesto, las protagonistas de las novelas de adulterio del XIX como La Regenta, Madameec3ee403a96c6498dacb3230165e6244 Bovary oAnna Karenina siempre han tenido muchos fans y esto ha sido notable, pero… ¿se imaginará un autor tan joven como Andrés Neuman que su viajero del siglo se ha convertido en el amor platónico de más de una adolescente?

A los más devotos, la lectura de la mismísima Biblia os ha supuesto un hito literario además de espiritual, frente a los ateos y otros desengañados que, como Juan Bonilla al contestar la pregunta que inspiró este concurso, «culpan» a las lecturas de Nietzsche y de diversos libros científicos de su pérdida de la fe. Otros (que se han tomado al pie de la letra la pregunta del concurso), que no han sido pocos, han encontrado la salvación en el término medio: los libros de autoayuda. Por supuesto, el más insigne de los caballeros españoles y su lucha contra las injusticias ha sido la metáfora literaria y el consuelo que alguno habéis encontrado, mucho más como símbolo de la derrota que como imagen de la locura. Mas no desesperéis, que no es verdad eso de que Alonso Quijano ha muerto. A la contra del desengaño de la senectud está el vitalismo de la infancia y la juventud, a veces de una forma imprevisible. Algo que nos ha enternecido sobremanera es que una mamá nos haya hecho llegar la ferviente defensa de su hija de diez años, Clara Eugenia, a quien no hemos podido por menos que enviarle (hasta Granada) un certificado que atestigüe su amor por los versos de Gloria Fuertes, para que nunca olvide y deje de ser la lectora entusiasta que es.

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 Y ahora, por fin ha llegado el momento que muchos estabais esperando, y es momento de conozcáis el nombre por el que habéis preguntado en las últimas semanas. Bien es cierto que a la hora de juzgar vuestras participaciones poco o nada hemos tenido en cuenta la calidad literaria del libro sobre el que hayáis escrito, sino la de vuestro texto personal. Curiosamente, tanto el texto ganador como el accésit se refieren a Rayuela de Cortázar, obra sobre la que unos cuantos os habéis animado a escribir con devoción. Hemos de reconocer que, aunque no teníamos prevista la concesión de un accésit, nos ha gustado tanto el texto que nos ha enviado Mª Dolores Esteban Álvarez que, cuando nos hemos dado cuenta de que es miembro de nuestro club de lectura, no hemos podido disimular nuestro regocijo y por eso aprovecharemos su cercanía para recompensarle su participación como podamos. Escoger un libro es decir mucho de uno mismo sin saberlo, y así ha ocurrido con  la forma en la que Mª Dolores nos ha hablado de sus experiencias a través de Rayuela, de cómo el libro la eligió a ella y no al revés, de las servilletas literarias en el día de su boda, y del amor y la filosofía en la obra como metáfora del mundo. Precisamente quienes habéis escogido esta novela sois los que más citas literales habéis tomado también, sobre todo en referencia al amor, y es que a nadie se le escapa (y vuestros textos lo evidencian) que Rayuela -entre mil maravillas destacables- es una novela que habla de amor, pero no como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman,f1c2809014e41c0357587b89bd2260da yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. (capítulo 93)

Al igual que cuando apartamos en el plato la parte de la comida que más nos gusta para el final, nos despedimos con el texto ganador para que os deje un excelente sabor de boca, un regusto a bohemia parisina. Si bien es cierto que en la ULE estamos acostumbrados a la presencia de lo insólito (ya que además contamos con varios estudiosos de lo fantástico), la historia de juegos literarios que rodea al texto ganador -uno de los solamente dos que nos han llegado presentados bajo pseudónimo o personalidad ficticia sin datos que lo identifiquen- nos ha hecho volver a creer en aquello que decía Borges de que no puede ser, pero es, y que Cortázar no mentía cuando aconsejaba cambiar nuestra manera de mirar el mundo para así descubrir las maravillas que se esconden detrás de lo cotidiano. Agradecemos a todos nuevamente que nos hayáis hecho recordar viejas lecturas, y en especial al ganador, el argentino que resultó ser leonés y que rompió la rutina de la vida bibliotecaria, nos puso el alma de tango y nos dejó medio muertos de amor. Por su calidad literaria, su valor expresivo y su excelente manejo de la intertextualidad, por unanimidad el jurado declara como ganador del concurso El libro que me cambió la vida a Juan Carlos Carbajo.

Me enamoré de la Maga y todavía la busco en el Pont des Arts. Siempre quise tocar en el piano de Berthe Trépat los tres movimientos discontinuos de Rose Bob. A menudo me despierta el llanto del niño Rocamadour, su tristeza clava sus agujas en mis labios y no puedo decir nada. Saint-Germain-des-Prés llena mis pasos del áspero bebop y de las tristes promesas que enmudecen las esquinas de la Rue Guenegaud. Horacio Oliveira me traicionó (permítanme la discreción) y nunca se lo perdoné. En el boulevard de Sébastopol un clochard me dio un sobre con la fecha de mi muerte. Si no fuera porque un día me arrinconaron con sus pedanterías y risas que mermaron mi sentido común, nunca les hubiera quemado sus discos de vinilo; por si no lo saben estoy hablando del Club de la Serpiente. Al final acabaron echándome del piso y me alegré, así tuve más tiempo para pasear por el cementerio de Montmartre. Todas las noches alimento mi insomnio con la lectura de Voltaire, un librito que «distraje» a los bouquinistas. Siempre estaré agradecido a Gregorovius, que me enseñó dos cosas: «el jazz es un modesto ejercicio de liberación y París una enorme metáfora».

“Star dust» suena en mi cerebro y mi corazón escucha el ruido de los vasos cuando bailaban los muchachos en la ‘cave’. Por más que lo intenté, fui incapaz de aprender el gíglico, ese idioma que oculta el vuelo de los pájaros al amanecer.

Una noche estuve en la casa del escritor Morelli, quien me preguntó si leía a Spinoza; tenía un gato y muchísimos libros. «Solo viviendo absurdamente se puede romper este absurdo infinito»: ¿a quién escuché estas palabras con hilo de cometa? No se me ha olvidado el sabor del mate ni de las historias de pendencieros, «porque el recuerdo es el idioma de los sentimientos, cada vez iré sintiendo menos y recordando más». Talita, con sus bolsillos llenos de piolines, me susurraba las causas perdidas que todavía podíamos ganar, y Traveler, perdido en su melancolía, me regalaba entradas para ver al gato calculista en el circo del Señor Ferraguto.

De eso hace ya tanto tiempo.

Hoy, por fin, me he decidido a escribir sobre Rayuela, el libro que me arruinó la vida.

JUAN CARLOS CARBAJO LARSEN

 Cortazario - Julio Cortazar - Graffiti Stencil (11)

 

 

Balance de resultados

 

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Llevamos poco más de un año con nuestro  club de lectura en marcha y, puesto que estas fechas parecen llamar a  hacer balance de resultados, no podemos por menos de felicitarnos y agradecer a nuestros seguidores  la gran acogida que ha tenido.

Desde el  primer momento hemos resaltado los beneficios de la lectura:  favorece la imaginación, la concentración, la memoria; contribuye al desarrollo del espíritu crítico y la libertad de expresión, fomenta el logro de  puntos de vista alternativos y, por ello, la empatía, la autorrealización, la solidaridad. A los aspectos intelectuales y culturales de la lectura se unen, por tanto, otros beneficios importantes para el desarrollo emocional, pues en el proceso de leer intervienen, a veces sin poder evitarlo, los sentimientos personales.

Nos hemos esforzado en atender la lectura como acto  individual, pero a la vez  hemos potenciando su parte social.  Y lo hemos hecho con tal ahínco  (tal vez se nos ha ido un poco la mano…) que hemos empezado a recibir frutos inesperados; a los más que satisfactorios resultados del número de visitas en nuestro (vuestro) blog, los gratificantes encuentros de los socios o las inspiradoras charlas con  los autores,  hemos de añadir ahora otros resultados no por imprevistos menos exitosos: varias relaciones (¡ejem!) sentimentales se están fraguando en el seno literario del club de lectura.

Que si aún no he comprado el libro, que no importa, que quedamos y yo te presto mi ejemplar y volvemos a quedar para que me lo devuelvas…, que qué te ha parecido este relato, que te doy toda, pero toda ¿eh?, toda la razón y que qué ardorosa eres para defender tus opiniones (“Dios mío, como sea así para todo…”), que qué vas a hacer al salir del coloquio, porque a las 9 (¡qué hora tan tonta!) no es ni pronto ni tarde, y que ya, si te parece, nos quedamos para por la noche…

Revestidos de discreta prudencia, los socios del club hemos asistido a los inicios de algunas historias que, sin dejar de ser fantásticas, no eran de ficción sino de afición  en su sentido más etimológico (Del lat. affectĭo, -ōnis: afección, afecto). En este punto nos gustaría hacer notar a los implicados más directos que el hecho de que no hablemos no quiere decir que no veamos.

En fin, que la lectura no tiene cura, y que el amor es una dolencia  capaz de escribir derecho en los renglones de los libros más retorcidos e hipocondriacos.

Y es que la luz ambiente de la sala en la que celebramos las sesiones del club tiene la cualidad de crear un entorno íntimo y de hacer parecer aún más flamígera (si es que es posible)  alguna cabecita ya de por si refulgente. Nada tiene pues de extraño que algunos de nuestros miembros hayan tomado la decisión de ir directamente  (en lo literal y en lo literario) «a saco». Y ya no decimos más…

Así las cosas, el largo paréntesis hasta la tercera lectura del club el día 5 de marzo, se nos antoja un periodo insoportable para el seguimiento del romance con cuyos protagonistas simpatizamos. Tan es así, que desde tULEctura estamos pensando en organizar algún evento que nos congregue a todos, quizá en enero o principios de febrero, para estar al tanto del transcurrir del idilio.

Al fin y al cabo, de nuestras estadísticas ya se ocupa Google Analytics, nuestra finalidad no es obtener un beneficio económico, y nuestros objetivos esenciales de fomento de la lectura se están cumpliendo: el balance general es positivo. Pero esta  amortización añadida que el curso de extensión universitaria está aportando a algunos de los matriculados, no cabe duda de que es un incentivo que seguramente tendrán en cuenta (además de los créditos LEC y ECTS) las sucesivas promociones de inscritos.

Nuestro natural comedimiento nos lleva a tratar el tema con delicadeza, pero no por ello queremos dejar de  enviar a nuestros protagonistas (con nombre propio) la entusiasta felicitación que se merecen.

 

en la biblioteca

Una manada de ñus: Encuentro de los socios con el autor

 

Este pasado jueves 16 de diciembre los socios del Club de Lectura Universidad de León tuvimos el honor y la fortuna de disfrutar del encuentro con Juan Bonilla, autor de, entre muchas otros títulos, el libro de relatos Una manada de ñus (2013, Pre-Textos).

Descubrimos a un escritor prolífico que supera las etiquetas genéricas y que ofrece una obra unitaria con motivos recurrentes e interconectados. Además de finalizar leyendo uno de sus poemas, nos explicó diversas claves de Una manada de ñus. Puso de manifiesto la relevancia que le concede a la palabra, a la estructura de su obra y a la metaliteratura. Reconoció, además, el punto de partida biográfico de algunos relatos siempre insertados, como no podía ser de otro modo, en el ámbito de la ficción, a pesar de retratar de modo certero y bellísimo la vida. Nos confirmó que no busca ofrecer un tono pesimista pues existe en varios relatos una apuesta por la celebración de la vida. Y profundizó en algunos de los motivos esenciales, como el de la identidad, del equipo de relevos que la constituye, y lo complicada que es la relación con aquello que fuimos en momentos pasados de nuestra existencia; y el de la adolescencia, una etapa esencial de la existencia, vista desde la perspectiva del adulto. Como expresa en su último relato, “Subasta holandesa”:

“Las novelas sobre adolescentes las han escrito siempre gente mayor, es decir, desterrados; las novelas que escriben los adolescentes, cuando los adolescentes escribían novelas, se trasladan a otros mundos, y si tratan de hacer costumbrismo para retratar los alrededores de una vida cotidiana sólo son documentos balbuceantes que no dicen nada de la extraordinaria hondura y complejidad del país que habitan. El adolescente que fuimos es nuestro principal enemigo, con su mirada abrasiva de hincha que no puede creer cómo le ha dado por apoyar a un equipo tan inepto y en todo momento considera que él, en el peor de sus días, lo haría mejor de lo que lo hacemos nosotros.” (2013: 246-247).

Si no pudiste asistir, aquí tienes el vídeo del encuentro

 

Una manada de ñus: coloquio participativo de los socios

Por Raquel de la Varga Llamazares

El jueves 4 de diciembre nos hemos reunido los socios del club para debatir intensamente y «desbrozar» al máximo la última antología de relatos publicada por Bonilla. Pese a que en los días previos hemos recibido comentarios que auguraban posiciones muy encontradas respecto a la la lectura, hoy los más reticentes han confesado haberse rendido finalmente ante el autor, sobre todo conciliados con la obra tras el término de su lectura y la advocación  final de «Subasta Holandesa» por la pervivencia de los sueños y metas vitales por encima del fracaso cotidiano.

Sucede a veces que tras la obra, -en apariencia sencilla-, se esconde un mensaje que a primera vista nos parece más llano y superficial de lo que en realidad es. Una manada de ñus está más cerca de lo primero que de lo segundo, y si no se destierra la ingenuidad o no se presta la debida atención en nuestra lectura podemos perdernos las -nada baladíes- reflexiones que no dejan de meter el dedo en el ojo y que no esperábamos recibir de quien nos las enuncia. Es precisamente el narrador uno de los grandes logros de Bonilla, desde una aparente inocencia y visceralidad adolescente que en realidad nos lleva y nos trae al terreno que quiere a su antojo, entre lo poético y lo cotidiano transitando los caminos de la autoficción. Sin florituras ni alardes de erudición en la sintaxis, oscila entre la oralidad y la construcción de imágenes poéticas con un lenguaje sencillo, pero muy efectivo. Así, hay relatos que nos puede parecer que se asientan sobre postulados más bien próximos al juego posmoderno y sin demasiado trasfondo. Podemos estar más o menos de acuerdo, pero hay que tener presente que se trata de textos de digestión lenta,Andalusian hacienda y de no pararnos a paladear y reposar lo leído de la forma y en el tiempo adecuados, corremos el riesgo de dejar escapar, no solamente sentencias de una calidad expresiva notable, sino también el mensaje entre líneas no tan obvio que esconden tras de sí. ¿Quién puede no sonreír (y salivar) de puro deleite ante las deliciosas expresiones con las que el autor habla del vino de Jerez y la idea comercial idea del sol embotellado? Es más, ¿se puede permanecer impasible ante la lectura tras esa evocación de la tierra a la que no se ha de volver a través de una imagen tan potente como la nostalgia transformada en el vino, ese pletórico líquido derretido, símbolo del sol de su infancia?.

Inicios deslumbrantes, pero los finales aún mucho más memorables. Sin buscar ese fin sorpresivo del cuento clásico que da sentido a lo que no tenía, la trama y el todo funcionan como un soneto barroco: al revés que un iceberg, muestra todo un constructo que remata la puntilla, lo que permanece invisible. El inicio de cualquier relato de la antología escogido al azar supondría un magnífico ejemplo de cómo comenzar una historia creando unas expectativas de calidad que, siendo justos, no siempre se cumplen. No obstante, (y aunque en gustos no suele haber términos medios) parece un común de los lectores la elección de «Brooke Shields», «Subasta Holandesa» y «Cuidados paliativos» como sus favoritos, y sobre todo este último como EL cuento. Es más, para alguno, quizá sea también fuera de la obra uno de los pocos elegidos que se salvarían de una hipotética quema en la que hubiera que salvar una docena de objetos privilegiados. «Cuidados paliativos» es en definitiva el mejor ejemplo de que el pesimismo y el descreimiento que parece envolver la obra de Bonilla no es tal, porque si hay un ejemplo de literatura que reconcilia con la vida desde luego es este.

Al igual que ocurre con la historia más próxima, tan difícil de ficcionalizar de una manera objetiva y con calidad por falta de distanciamiento, lo mismo sucede con experiencias como la muerte o, alguna tan terriblemente cercana y habitual como la enfermedad incurable. Es casi imposible no caer en la sensiblería o evitar recrearse en el dolor y la emoción fácil de determinadas escenas, hecho por el que textos como este logran no caer en la conmiseración y convertirse en ejemplo de manifestación literaria y en muchos casos también de honestidad. Desde el mismo título, pero sobre todo el inicio, dejan bastante claro que ni la madre enferma ni el matrimonio del narrador van a conseguir salvarse, ergo el tono del relato está en principio condicionado por la tragedia. Aquí se encuentra uno de los grandes logros narrativos de Bonilla: la distancia precisa, la ironía y la elipsis consiguen el tono justo y necesario para no caer nunca en el tremendismo al que son proclives ciertos temas. Esto es evidente si nos fijamos en cómo se trata la enfermedad y muerte de la madre: prácticamente no se describen los síntomas, y el momento del adiós final (tan atractivo para los autores que buscan la recreación lacrimógena) se elude. ¿Para qué decir más cuando no es necesario ni se sabe qué decir?. Si la literatura es muchas veces el cómo más que el qué se cuenta, los grandes aciertos vienen precisamente de lo que se calla. Así, la construcción de la psicología del personaje es redonda: lejos de dar evidencias verbales del vacío en el que se ha sumido, el hecho de que no abandone su rol de cuidador y de que se empeñe en seguir siendo imprescindible para alguien (aunque sea un gato, hecho que lo hace aun más lamentable) ya dan buena cuenta de que la tristeza va más allá de todo cálculo. Al narrador no le quedan fuerzas para cosas raras ni para nada, de ahí que la impotencia sea tal que al lector no le debe extrañar en ningún momento la calma con la que nos habla. Eso sí, de vez en cuando aparecen las dosis justas y necesarias de «exaltación» que sin hurgar en la herida, duelen. Así, la inevitable reflexión sobre la etapa de los cuidados paliativos pasa por una sola frase que no necesita de más para evidenciar lo terrible del concepto: los enfermos en cuidados paliativos no son los que se están preparando para morir, sino náufragos licenciados en geografía que saben que ni aun a miles de kilómetros de donde están hay isla donde puedan salvarse. Se eluden por completo las horas que tieIndia - Varanasi, votive candles floating in the waters of the Ganges @ Assi Ghatnen que ver con la agonía final y la muerte, y la única concesión al sentimentalismo que se permite es el deseo de ver a la madre falleciendo en el sofá de su casa con un álbum de fotos entre las manos en lugar de en el hospital. Son escasos esos momentos, pero son clave, como el golpe más certero en el sentimentalismo del lector al describir los desvaríos del personaje que va a morir dejándose llevar por los recuerdos que le llevan a la infancia de su hijo y al deseo subconsciente de dejar llena la despensa antes de irse del todo. El matrimonio muere, la madre muere y sin embargo, le ha dejado la despensa llena, el corazón vacío y además le ha salvado la vida. El relato mantiene el ritmo hasta que se acerca el final, donde la tensión y la calidad narrativa despuntan con un magnífico estrambote que nos estalla en la cara, veloz como la vida misma que no cesa y que se proclama.

«Cuidados paliativos» es seguramente uno entre los cien textos que llevar a una isla desierta sin posibilidad de retorno. Aunque la literatura no enseña de forma tan eficaz como la experiencia, es casi imprescindible saber que ya hay suficiente trascendencia en el hecho de estar aquí como para pensar en la intrascendencia de dejar de estar. Un poeta dijo una vez algo así como que en el fondo de toda alegría siempre se esconde la tristeza. Bonilla nos recuerda que el proceso contrario también sucede, y que las pequeñas cosas llenas de insignificancia maravillosa que nos rodean son en realidad cosas monumentales, que hay vida por todas partes, y que cada desgracia que supone un cambio no es más que el momento inevitable en que hay que entregar el testigo al nuevo corredor en la carrera de obstáculos que lleva nuestro nombre. Y decir esto ya es decir mucho.

 

 

Una manada de ñus: Coloquio participativo de guía a la lectura.

Por Natalia Álvarez Méndez

El autor: Juan Bonilla

 

Además de libros de ensayos y reportajes periodísticos, Juan Bonilla (Jérez de la Frontera, Cádiz, 1966) es autor de poemarios recopilados en el volumen Hecho en falta (Visor, 2014), libros de relatos –como El que apaga la luz (1994), La compañía de los solitarios (1998), La noche de Skylab (2000), El estadio de mármol (2005), Tanta gente sola (2009), Una manada de ñus (2013, Pre-Textos)– y novelas –como Yo soy, yo eres, yo es (1995); Nadie conoce a nadie (1996); Cansados de estar muertos (1998), Los príncipes nubios (2003), Prohibido entrar sin pantalones (2013)–.

 Entre los temas abordados en su obra, en la que se superan las etiquetas genéricas antes definidas, sobresalen, entre otros, la identidad, la soledad, la memoria y los recuerdos, concretados todos ellos en personajes corrientes que se muestran atormentados, obsesivos o desorientados. A pesar de ello, el lector se encuentra con una celebración de la vida revestida de humor gracias, en muchas ocasiones, a una visión irónica.

Los cinco libros favoritos de Juan Bonilla:

La obra: Una manada de ñus

(Información contenida en la contraportada)

Todos hemos visto ese documental en el que los ñus migran en pos de pastos y son obligados a cruzar un río infestado de cocodrilos. La manada pasa cada año, no sin dejar atrás a unos cuantos componentes: gracias a esas víctimas, que entretienen el hambre de los cocodrilos, la manada puede seguir adelante. Así, también, los protagonistas de este libro: ñus que tienen que enfrentarse a una charca infestada de cocodrilos sin saber si serán ellos los sacrificados para que la manada pase. Muchos de ellos son adultos visitados por el adolescente que fueron. Mirada desde lejos, nunca contada in situ, la adolescencia de los personajes de esta manada se puede reflejar en ambiciones que no tendrán más remedio que ser incumplidas –una lista de deseos, enamorar a una estrella de cine- o en logros que tardan demasiado en llegar, cuando ya no son más que una cándida celebración que multiplica la nostalgia –el ascenso de un equipo pequeño a primera división, la venganza con la que se le quiere devolver una grandeza inconquistable a un poeta menor-.

Los maximalismos propios de la adolescencia son aquí corregidos por la mirada narradora, siempre situada ya en un lugar desde el que se sabe que aquel paraíso perdido no fue nunca un paraíso y permanece con tal fuerza en nuestros adentros que tampoco será nunca perdido. La agonía de una madre en un hospital, la relación con un padre a través de los fracasos de un equipo de fútbol, las tablas que le hace un chico a Bobby Fischer en una partida simultánea, el olvido del pin de una tarjeta de crédito, el llanto de un bebé en el piso de los vecinos, son algunos de los puntos de partida desde los que los ñus que protagonizan estos relatos tratan de pasar la terrible charca infestada de cocodrilos.

 “Un tema recorre todos los cuentos, por debajo de su trama argumental, es la reflexión sobre los proyectos de la adolescencia y la comprobación de su fracaso. Ilusiones naufragadas, vidas resignadas, voluntades rotas, frustraciones de distinta naturaleza planean sobre los personajes que son, en realidad, variantes de un mismo narrador en circunstancias y ámbitos diferentes: el colegio, la habitación de un hotel, el rincón de un cajero automático, el hogar familiar, el lugar de trabajo actual, el cubículo del adolescente…”

Cita de Ricardo Senabre (El Cultural):

 

La lectura

Para acercarnos a Una manada de ñus y compartir nuestras lecturas del libro de relatos podríamos centrar la atención en aspectos como los siguientes:

Arquitectura narrativa:

  •  Pulcritud de su prosa con un destacado dominio del lenguaje y un ritmo narrativo sostenido que hace disfrutar al lector.
  •  Voz narrativa unitaria.
    • Relatos atravesados por la misma metáfora, la referida a la manada de ñus que da título al libro. En cada cuento se muestra dicha metáfora con los cocodrilos acechando, ya sea en forma de pasiones frustradas, deseos no alcanzados, sueños incumplidos…, en suma, lo que se podría calificar como fracasos.
    • Estructura con más puentes de conexión, con pasillos, entre los diversos relatos (al margen de la metáfora de la manada de ñus que recorre todo el libro): conexiones que remiten a personajes, a motivos temáticos, a imágenes concretas y a formulaciones de frases completas que se repiten en diversos cuentos.
  •  Inicio de los relatos (primera frase que capta con maestría la atención del lector)
  •  El humor sutil.
  •  Originalidad gráfica, juegos con personas narrativas.

Migración de ñus en Serengueti (Tanzania)., foto de J.L. Gómez de Francisco.

Migración de ñus en Serengueti (Tanzania)., foto de J.L. Gómez de Francisco.

Motivos abordados:

  •  Recuerdos personales.
  •  Narración construida con detalles, con hechos cotidianos, con las pequeñas cosas de la vida a las que se enfrentan los personajes corrientes que sobreviven al paso del tiempo.
  •  Referencias literarias y metaliterarias.
  •  Personajes posicionados en tres ejes temporales:
    •  La adolescencia
    •  El mundo adulto
    •  Visión de la adolescencia desde la perspectiva del adulto, con la pugna de ambas identidades. Así se percibe, por ejemplo, e inicialmente, en el último cuento del libro: “Las novelas sobre adolescentes las han escrito siempre gente mayor, es decir, desterrados; las novelas que escriben los adolescentes, cuando los adolescentes escribían novelas, se trasladan a otros mundos, y si tratan de hacer costumbrismo para retratar los alrededores de una vida cotidiana sólo son documentos balbuceantes que no dicen nada de la extraordinaria hondura y complejidad del país que habitan. El adolescente que fuimos es nuestro principal enemigo, con su mirada abrasiva de hincha que no puede creer cómo le ha dado por apoyar a un equipo tan inepto y en todo momento considera que él, en el peor de sus días, lo haría mejor de lo que lo hacemos nosotros.” (246-247). Aunque, al finalizar el relato, el lector se encuentra con una superación de la melancolía y con una constatación de que los sueños siguen intactos a pesar de las ambiciones incumplidas.
  •  Profundización en la naturaleza humana, el alma humana:
    •  Las relaciones
    •  La dificultad de comunicación
    •  La frustración
    •  La soledad
    •  La incertidumbre
    •  La identidad
    •  El recuerdo, la memoria

 

Pinturas urbanas. Grupo III. Darío Hernández

Pinturas urbanas. Grupo III. Darío Hernández

El asesino hipocondríaco: Encuentro de los socios con el autor

Por Natalia Álvarez Méndez

El martes 4 de noviembre tuvimos la fortuna de disfrutar de la presencia de uno de los escritores jóvenes más interesantes de nuestro panorama literario español actual, que nos asombró con su cercanía y con su gran erudición. Juan Jacinto Muñoz Rengel corroboró y amplío las conclusiones a las que, el 30 de octubre, habíamos llegado en nuestra sesión de coloquio de los socios sobre El asesino hipocondríaco.

Joseph Merrick "El hombre elefante" por Javier Jubera García

Así se profundizó en el sentido de la estructura circular de la novela y en la existencia de varios finales previos al final abierto del libro. Comprendimos cómo no importa tanto la trama policial sino la novela de personaje, surgida de la pretensión del autor de divertirse y, a su vez, de ofrecer un planteamiento original. En esa línea se explicó la estructura elegida, con la combinación de historias que se alternan con la ficción criminal y que remiten a vidas de personajes insignes, tanto filósofos –Kant, Descartes, Voltaire…– como escritores –Poe, Swift, Byron, Coleridge, Tolstói, Proust…–. Dicha arquitectura formal es fruto de la soledad del protagonista que le hace recurrir a estos amigos imaginarios a los que considera compañeros de penalidades e infortunio, pues comparte con ellos una exacerbada hipocondría que hace que el propio Joseph Merrick, personaje histórico conocido como “El Hombre Elefante” y único enfermo verdadero, les dé una auténtica lección dando a entender que no hay que compadecerse o marginarse sino superar la adversidad y enfrentarse con alegría a la vida.

La delirante, y en ocasiones surrelista, trama de ficción policiaca, con unos intentos de homicidio que se frustran constantemente, ponen de relieve que ese criminal a sueldo no es para nada un asesino, sino un ser atormentado, cuya parodia se incrementa por la pedantería del lenguaje que emplea. Hipersensible, maniático y obsesivo, se muestra como un perdedor, melancólico, solitario y asocial, lo que hace que se pueda empatizar con él (aunque no es así en todos los casos) al no identificarlo con un sicario despiadado tal como se esperaría de esa figura.

Juan Jacinto nos descubrió cómo determinadas obras podrían estar en el origen de la inspiración de su singular protagonista, de su contradictorio narrador, por ejemplo El guardián entre el centeno de Salinger (narrada en primera persona), American Psycho de Bret Easton Eallis (narrada por  el psicópata protagonista), El hombre que fue jueves de Chesterton, y El curioso incidente del perro a medianoche de Mark Haddon (narrador con síndrome Asperger, un tipo de autismo) entre otras influencias.

Esta magnífica novela que nos invita a reírnos un poco más de nosotros mismos es una excelente recomendación para cualquier lector pues, además de hacernos disfrutar de una prosa exquisita y de una trama ingeniosa, nos aproxima a datos culturales muy interesantes, todos ellos verdaderos a pesar de la lógica inicial incredulidad de algunos lectores ante los mismos.

Este es el vídeo del encuentro

 

 

 

 

El asesino hipocondríaco: Coloquio participativo de guía a la lectura.

Por Natalia Álvarez Méndez

ASESINO

JUAN JACINTO MUÑOZ RENGEL (Málaga, 1974), con gran formación en Filosofía, combina su quehacer literario con la docencia de escritura creativa y su colaboración en programas de radio con secciones dedicadas al relato y al microrrelato. Es autor de una obra que no solo desborda imaginación sino que se define por la fusión de esta con una exquisita prosa y una cuidada arquitectura formal, unidas ambas al juego intelectual, al desarrollo de ideas, ofreciendo al lector múltiples niveles de contenido e interesantes experiencias estéticas.

Sus cuentos, publicados en 88 Mill Lane (Alhulia, 2005) y en De mecánica y alquimia (Salto de Página, 2009) –además de en diversas antologías, como es el caso de “Bestiario en el London Zoo” en el volumen de Ana Casas titulado Las mil caras del monstruo (2012), “Brigada Diógenes” en la edición de Fernando Ángel Moreno denominada Prospectivas. Antología del cuento de ciencia ficción española actual (2012), “London Gardens” en la edición de Félix J. Palma titulada Steampunk: Antología retrofuturista (2012), o el reciente “Colapso” en la edición de Ricard Ruiz Garzón Mañana todavía. Doce distopías para el siglo XXI –,  se adscriben al género policiaco, al gótico y al de la ciencia ficción, aunque sobresale entre todas la tendencia a lo fantástico, categoría a la que también pertenece su novela El sueño del otro (2013), en el que los motivos de lo onírico y del doble cobran especial relevancia.Si Muñoz Rengel emplea el género fantástico es para, en sus propias palabras

«cuestionar los límites de nuestro modelo de realidad y la validez de las explicaciones de nuestra ciencia”, como “un recurso para analizar lo real, para introducir la reflexión filosófica, la reflexión en torno a los límites de lo que nosotros llamamos realidad”

Cierto es que logra aproximarse de modo original a la problemática de los límites de nuestro modelo de realidad con reflexiones e inquietudes filosóficas, metafísicas y epistemológicas.

                                                                                                                  

EL ASESINO HIPOCONDRÍACO (2012), finalista del premio Clarín, es una muestra más del modo en que este escritor trasciende los géneros clásicos jugando con ellos. En este caso nos presenta una novela original y divertida pero que, a su vez, además de lúdica, es exigente y sobresale por su calidad literaria.

GÉNERO. Lo que en apariencia podría ser una ficción criminal se convierte en parodia del género negro, una comedia negra sobre un criminal a sueldo que debe cumplir un encargo de asesinato y que se obsesiona de forma muy exagerada con múltiples enfermedades y manías. A ese tema, que podríamos denominar como principal, se une un teradiografia posibles (2)ma de fondo configurado por anécdotas reales de las vidas privadas de grandes pensadores o escritores universales. Así pues, la parodia negra se entrelaza, de manera fluida y amena, con la filosofía y con lo metaliterario, con la reflexión sobre la relación entre la enfermedad y el acto creativo en una novela que desborda ingenio y humor.

Dos de los rasgos de las obras de Juan Jacinto Muñoz Rengel son los que se conocen como culturalismo e intertextualidad, concretados respectivamente en la alusión a pensadores y personajes históricos, y en el empleo de significativas referencias artísticas a determinadas obras de pintores y músicos, así como a destacadas obras de la literatura universal. En esta línea, en El asesino hipocondríaco encontramos interesantes homenajes literarios, por ejemplo a Edgar Allan Poe, el reconocimiento a filósofos, como Kant, y a figuras históricas como “El hombre elefante”, Joseph Merrick.

ARGUMENTO. El narrador (M. Y.), de identidad desconocida, nacionalidad argentina y “moral kantiana”, cuenta en primera persona elproceso para llevar a cabo, por encargo, el asesinato de Eduardo Blaisten. Sus frustrados intentos de homicidio, hilarantes y surrealistas, nos envuelven con una trama tan disparatada como lo es el propio personaje que está convencido no solo de que va a morir en uno o dos días, sino de que él mismo es un milagro médico pues en su ser se reúnen todas las dolencias físicas y psíquicas existentes en el mundo.

 Puesto que la condición de un asesino profesional no puede ser otra que la de un ser solitario, obsesionado por su incomprensible mala suerte, recurre a grandes escritores y filósofos que fueron también grandes hipocondríacos, con males reales e imaginarios, a los que considera sus amigos, sus iguales en su condición de espíritus sensibles y perseguidos por la adversidad.

 

APROXIMACIÓN AUDIOVISUAL A LA NOVELA Y A SU AUTOR:

Juan Jacinto Muñoz Rengel 

 

Entrevista a Juan Jacinto Muñoz Rengel en Página 2

 

El asesino hipocondríaco 

● Booktrailer.

● Imagen de la portada

  asesino hipocondríaco   Portada Lassassino ipocondriaco    tueur-hypocondriaque

● Audio: Fragmentos de la obra leídos por Juan Jacinto Muñoz Rengel.

 LECTURA:

Para acercarnos a El asesino hipocondríaco y compartir nuestras lecturas de la novela podríamos responder, entre otras muchas, a preguntas como las siguientes:

  1.  Descubre las peculiaridades de la estructura del libro:
    • Fíjate en las primeras y las últimas páginas de la novela. ¿Qué opinión te merece el final?
    • Centra la atención en los guiños que el autor hace enlazando lo que le pasa al protagonista con lo que les había sucedido a los personajes insignes cuyas vidas se cuentan en la novela. Elige algún ejemplo que te llame la atención en este sentido.
  2. ¿Qué capítulo de la trama dedicada a la ficción criminal te ha gustado más? ¿Cuál de los siete intentos frustrados de homicidio te ha resultado más divertido?
  3. ¿Qué capítulo de la trama dedicada a las vidas de pensadores y escritores te ha gustado más?
  4. ¿Qué personaje histórico te resulta más atractivo? ¿Por qué crees que se introduce en la trama la figura de “El hombre elefante”?
  5. ¿Te ha gustado el recurso de alusión a la mitología que aparece en varios capítulos?
  6. ¿Te ha gustado especialmente la referencia a alguna obra artística o a alguna obra literaria?
  7. ¿Qué personaje de ficción te ha resultado más interesante?
  8. ¿Es el asesino hipocondríaco tal como se espera de un criminal?:
    a.- ¿Cómo lo definirías? ¿Qué adjetivos utilizarías para caracterizarlo?
    b.- ¿Existe algún momento de la narración en el que empatices con él?
    c.- ¿Cuál crees que puede ser la causa de la hipocondría del protagonista?
    d.- ¿Qué opinión te merece el lenguaje del protagonista? Selecciona algún fragmento que te llame la atención especialmente en relación con su manera de expresarse.
  9. ¿Es la víctima un triunfador tal como se le define al inicio de la novela?
  10. A medida que avanzaba la narración, ¿quién creías que había encargado el asesinato? ¿Cambiaste en algún momento de opinión al respecto?
  11. ¿Crees que se puede extraer algún aprendizaje a partir de esta hilarante historia presentada en un tono tan lúdico y humorístico?
  12. ¿Crees reconocer alguna posible influencia, tanto de autores nacionales como internacionales, en la trama desarrollada en la novela?
muerte aburrida

Leer es una fiesta

fiesta de libros

Club de Lectura de la Universidad de León

Te invitamos  a la fiesta que comenzará el día 16 de octubre y que durará varios meses (ya sabes cómo puedes participar). Para ir entrando en  situación, te proponemos un juego que te introducirá en el ambiente de  las reuniones.

Todas las preguntas tienen relación con los títulos que trataremos o su contenido, con los autores,  su biografía o bibliografía  y con el entorno de nuestro club. Las respuestas están disimuladas entre otras referencias editoriales o literarias y tendrás que jugar a desenmascarar la opción más afín al programa propuesto para este curso. A veces será evidente, a veces será «pirata» y a veces tendrás que investigar qué opción está relacionada con alguna de las cuatro de sesiones de nuestro club.

(Pincha en «Empezamos» para jugar)

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Post scriptum: Aquí puedes encontrar las soluciones