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Guía a la lectura: «Tres maneras de decir adiós», de Clara Obligado

Por Ana Abello Verano

«Transgredir los patrones culturales, mirar desde un punto de vista libre. Todo, menos una literatura obediente»(Obligado, 2020: 23).

                                                                        Foto de Miguel Lizana Barco

Aproximación a la trayectoria de Clara Obligado

Exiliada de la dictadura militar argentina, Clara Obligado(Buenos Aires, 1950) ha desarrollado desde 1976 su carrera literaria en España, con obras de reconocido prestigio que la avalan como una figura sobresaliente en el cultivo del cuento actual. Fue pionera en la implantación de los primeros talleres de escritura creativa en nuestro país, tanto en colaboración con otras instituciones académicas como de forma independiente. De hecho, su proyecto se ha perpetuado en el tiempo y a día de hoy el Taller de Escritura Creativa Clara Obligado acoge clases presenciales y cursos a distancia, convirtiéndose en un centro de referencia en la formación de escritores novelesy en la publicación de sus composiciones.

La amplia producción de Obligado abarca también la novela y el ensayo. En el ámbito de la narración extensa se inscriben los libros La hija de Marx (1996, Lumen), galardonado con el Premio Femenino Lumen, Si un hombre vivo te hace llorar (1998, Planeta), No le digas que lo quieres (2002, Anaya), Salsa (2002, Plaza & Janés)y Petrarca para viajeros (2015, Pretextos), que obtuvo el premio Juan March Cencillo. Por lo que se refiere al ensayo, destacan los títulos Mujeres a contracorriente. La otra mitad de la historia (2004, Plaza & Janés), ¿De qué se ríe la Gioconda? O por qué la vida de las mujeres no está en el arte (2006, Temas de hoy), Una casa lejos de casa. La escritura extranjera (2020, Contrabando), Todo lo que crece. Naturaleza y escritura (2021, Páginas de Espuma) y el recientemente publicado Un árbol de compañía (2025, Páginas de Espuma), escrito en colaboración con el biólogo Raúl de Tapia.

Ha volcado sus mejores armas literarias en la cuentística, ámbito donde ha ido configurando una obra que ha de leerse en conjunto y que se define por el experimentalismo formal y la indagación en los límites del género breve. En esa línea, también ha realizado labores de rescate de voces a través de la edición de dos volúmenes de microficción que se han convertido en títulos imprescindibles para conocer la repercusión del género a ambos lados del Atlántico: Por favor sea breve(2001) y Por favor sea breve 2 (2009), ambos publicados en Páginas de Espuma.

Después de su ópera prima Una mujer en la cama y otros cuentos (1990, Catriel), sus publicaciones de cuentos han estado ligadas a la ya mencionada editorial Páginas de Espuma. Ahí vio la luz el volumen Las otras vidas (2006),cuyos relatos abarcan precisamente eso: las vidas que son, que fueron o que pudieron ser. La publicación de este libro es clave en el conjunto de su carrera, pues a partir de ahí surgen otros que enlazan de algún modo con las preocupaciones argumentales del primero: El libro de los viajes equivocados (2011), merecedor del IX Premio Setenil en 2012, La muerte juega a los dados (2015), La biblioteca del agua (2019) y Tres maneras de decir adiós(2024).

Su escritura tematiza la identidad escindida o en conflicto, la nostalgia, el sentimiento de extranjería o la sensación de desarraigo; en definitiva, la microhistoria de unos personajes mayoritariamente desplazados que se muestran ante el lector como seres híbridos. A través de sus voces se refleja la interacción entre el presente y el pasado, entre la vida perdida y otra que empieza a construirse en el proceso migratorio. Esta problemática también se manifiesta en el plano lingüístico mediante la lucha entre un término peninsular y uno propio de la lengua materna de la autora. Todo ello da lugar a una literatura mestiza y fragmentaria que quiebra la linealidad tradicional y facilita el acercamiento a un mismo asunto a través de múltiples puntos de vista. Desde ese lugar fronterizo e indeterminado surgen nuevos espacios que invitan al lector a repensar un mundo en crisis.  

Poética narrativa. Hacia una escritura excéntrica 

Consciente de escribir una literatura periférica que se aleja de los patrones normativos y los discursos considerados «del centro», Clara Obligado define su escritura como una «escritura excéntrica», «transterrada». Se podría decir que su literatura se construye «desde la verja», una posición que ella misma califica como privilegiada, dado que desde ahí se pueden poner en cuestión los modelos narrativos dominantes, a los que se atribuye un carácter más comercial.  

Los principios generales que sustentan la estética de Obligado son los siguientes:  

Búsqueda de la hibridez genérica. Sus escritos apuestan por el cruce entre cuento y novela, al tiempo que se muestran permeables a patrones líricos, ensayísticos o epistolares. Un ejemplo significativo es La muerte juega a los dados, que resume muy bien la poética narrativa de la autora y su tendencia a emplear recursos intergenéricos. Se trata de un libro que se construye como una saga familiar con toques de ficción policiaca y sentimental, pero al mismo tiempo, bajo la apariencia de una novela configurada a base de estructuras más pequeñas, el lector localiza microrrelatos y géneros que oscilan desde el realismo a lo fantástico, pasando por lo humorístico, el cuento tradicional, el componente histórico y ciertas estrategias de autoficción y metaficción.  

Propuestas estéticas innovadoras. Clara Obligado aboga por estructuras complejas que subvierten las convenciones literarias. Proyectos creativos como El libro de los viajes equivocados adoptan la forma matemática de la espiral logarítmica, con la que articula una reflexión más profunda sobre los ciclos naturales y vitales, remitiendo a la circularidad, a la capacidad regeneradora o al tiempo mítico, con motivos como la caracola que alcanzan una fuerte simbología. Al carácter cíclico mencionado, se suman otros experimentos en el plano estructural que le permiten, bajo su consideración, dar cuenta de un mundo roto, imposible de interpretar en una única dirección. Surgen así libros que se construyen a modo de rompecabezas y disposiciones fractales (La muerte juega a los dados) o mediante la forma de palíndromo (La biblioteca del agua). 

El propósito constante de renovación formal se concreta también en el empleo de voces polifónicas, construcciones en abismo, saltos geográficos y en el tiempo, finales abiertos, estructuras paralelísticas, superposición de planos, escenas que se repiten con pequeñas variaciones o tramas entrelazadas a través de pequeños detalles. Precisamente las estrategias de cohesión que la autora desarrolla, con nexos de unión entre los relatos, permiten hablar en muchas ocasiones de colecciones de cuentos integrados. A lo largo de su carrera, Obligado ha trabajado los mecanismos de unidad y fragmentación de los volúmenes de cuentos, con microhistorias que se ramifican y multiplican su significado al conectarse con la obra general de la autora. Surgen así diferentes posibilidades de lectura que invitan al lector a tomar sus propias elecciones, alejándose de la linealidad tradicional y llevando a cabo una importante labor constructiva.  

-Temáticas. Si se analiza en conjunto la propuesta narrativa de Clara Obligado es posible percibir una serie de temas recurrentes, entre los que destacan los siguientes: la fragilidad del amor, la otredad, lo fronterizo, el erotismo, el encierro, los ideales revolucionarios, la experiencia del desplazamiento y las tensiones derivadas de este proceso, la culpa, el abandono, la maternidad, la situación del sujeto femenino en la sociedad, el azar o la imprevisibilidad de la vida, el anhelo de libertad, la soledad, las formas literarias, el choque cultural y lingüístico entre países, los asuntos mitológicos —que se revisitan o reescriben bajo su pluma—, el deseo de indagar en los orígenes o la violencia con múltiples manifestaciones. Asimismo, el mundo vegetal emerge con fuerza en sus escritos, ya sea para incidir en cuestiones medioambientales que promueven una lectura ecológica o para generar similitudes con el proceso creador.  

«No puedo dejar de comparar la escritura con la naturaleza, mis estrategias literarias se acercan cada vez más a ella, es la dueña de una economía impecable, todo se reutiliza y lo que muere se convierte en abono. La tensión de los textos, esa necesidad primordial de contacto y palabras» (Obligado, 2021: 82).  

 –Ficcionalización de datos biográficos. En las composiciones de Obligado lo autobiográfico se combina con la materia literaria. Así, los recuerdos de infancia, su historia familiar, el pasado en Buenos Aires, la dureza del exilio o el hecho de sentirse extranjera en España son elementos que utiliza como detonante creativo y que se acaban mezclando con el poder de la imaginación. Del mismo modo, muchos de sus personajes suponen una proyección bastante fidedigna de la figura autorial. Se erigen como creadoras de ficción que, al tiempo que buscan un deseado equilibrio entre vocación y avatares personales, meditan sobre la complejidad del oficio de escribir y describen los entresijos literarios referentes a la construcción del relato, lo que confiere a su obra cierto carácter autorreflexivo y metaliterario.  

Irrupción de elementos insólitos. Hay que recordar que la autora sostiene en Una casa lejos de casa que, tras leer a Julio Cortázar y descubrir su modo de explorar «el otro lado», «la literatura no volvió a ser realista» (2020: 33). De ahí que le interese la distorsión de lo real que desemboca en el territorio fantástico. Algunas de sus composiciones integran elementos sobrenaturales o imposibles como vía para explorar, desde un punto de vista crítico, asuntos como la complejidad de la existencia, la infancia, la alteridad, la identidad fragmentada, el proceso migratorio o la devastación de la guerra. Las figuraciones monstruosas recorren muchos textos, abarcando motivos como la metamorfosis, los seres híbridos, el doble o el espectro, figura clásica de lo no mimético que sirve para poner de relieve el peso del pasado y los traumas derivados de conflictos bélicos.  

– Intercomunicación de elementos. Un rasgo que dota de singularidad a la narrativa de Obligado es la red de conexiones que puede establecerse entre diferentes piezas, lo que permite hablar de una lectura unificadora en su producción. Esa sensación tiene que ver con la reaparición de determinados personajes, que van migrando de una narración a otra, espacios, objetos, motivos, símbolos y efectos sensoriales. 

Aproximación a Tres maneras de decir adiós 

Su última aportación al género breve es Tres maneras de decir adiós, donde el lector encontrará tres relatos de considerable extensión entre los que se van tejiendo coincidencias: «El héroe», «Tan lleno el corazón de alegría» y «El idioceno». Dentro de la autonomía que caracteriza a cada composición se puede apreciar una macroestructura más amplia que recuerda a la dimensión de la novela. El mestizaje genérico como signo esencial de la prosa de Obligado se observa también en la variedad de estéticas que confluyen en el libro, dado que se combinan rasgos ensayísticos —al reflexionar sobre temas como la violencia, los contornos entre la vida y la muerte, la escritura o el porvenir desolador del mundo—, tono intimista o confesional, lirismo y elementos no miméticos. 

El personaje de Emma constituye el hilo conductor de todo el libro y permite adentrarse en la historia de una saga familiar cuyos integrantes femeninos han de afrontar la experiencia de la pérdida y del amor en sus múltiples formas. Las tres mujeres protagonistas del volumen se encuentran desplazadas, fuera de su lugar de origen, aspecto que enlaza con las preocupaciones temáticas de la autora y la reflexión sobre el viaje, en este caso desde una perspectiva mítica. El viaje se produce del pasado al futuro, pero también abarca diferentes momentos vitales como la juventud, la madurez y la vejez, lo que permite ahondar en el modo en el que las relaciones familiares y sentimentales se transforman con el paso del tiempo. A estos ejes argumentales se suman otros como la expresión artística, el sentido de la creación, la memoria, el dolor de la ausencia, la melancolía, la maternidad, el abuso de poder o la necesidad de poner palabras a acontecimientos históricos silenciados, entre otros. 

La focalización diegética del libro es un aspecto a tener en cuenta, pues se reflexiona sobre la voz enunciadora del texto, abocando al lector al territorio de la indefinición. Así, el sujeto narrador del segundo texto cuestiona las limitaciones de la primera persona y considera que es conveniente promover cierto alejamiento y optar por un «tú», «pronombre que incluye al receptor, al otro, un yo desdoblado ante un espejo que te observa desde tu propia nuca» (2024: 60).  

Es importante detenerse en las numerosas redes intertextuales que concentra Tres maneras de decir adiós. El mundo clásico, concretado en la Odisea de Homero, emerge para recordar la universalidad de su significación: «Qué fácil es hundirnos en esa vieja historia» (2024: 19). Además de extractos de la epopeya griega, hay paralelismos entre los personajes homéricos (Ulises, Penélope y Telémaco) y los perfilados por Obligado, sobre todo en el primer relato. De hecho, el mito aparece como un territorio que permite repensar el lugar del héroe, figura que al final del libro se transforma en heroína, aportando una nueva lectura. En la línea de diálogo con otras obras y autores deben citarse otras referencias: «Cuento de horror» de Juan José Arreola, Pedro Páramo de Juan Rulfo o los tres cuentos sobre Julieta que se integran en Escapada de Alice Munro, sin olvidar el homenaje explícito a ciertas voces jóvenes cuyos universos creativos son ricos en matices, como los de la mexicana Socorro Venegas (La memoria donde ardía) o la ecuatoriana Mónica Ojeda (Las voladoras). 

Asimismo, hay un notable vínculo con publicaciones previas de la autora, pudiendo hablarse de una intratextualidad que disfrutarán especialmente aquellos lectores que hayan seguido de cerca la trayectoria de Clara Obligado. Se recuperan los personajes de Jan y Lyuba, de El libro de los viajes equivocados. Jan, que aparece por primera vez en Petrarca para viajeros, se configura como un personaje nómada que está condenado a enamorarse y a ser rechazado por Lyuba, mujer del norte de Rusia. La interrelación literaria puede aplicarse también al ensayo autobiográfico Todo lo que crece, pues los vínculos entre naturaleza-escritura y naturaleza-ciclo vital emergen con fuerza en Tres maneras de decir adiós, sin dejar de lado múltiples cuestiones ecológicas que se configuran como denuncia del cambio climático.  

Orientaciones para la lectura  

Algunos de los elementos que servirán para poner en común nuestras impresiones sobre el libro de Clara Obligado son los enunciados a continuación: 

-Simbología de la ilustración de la portada.  

-La voz femenina como centro de la narración. Genealogía abuela, hija y nieta.  

-Elementos comunes entre los tres relatos. Vínculos entre composiciones a través de los personajes.  

-Formato y registro de los cuentos. 

-Configuración temporal y espacial de los relatos.  

-Temáticas principales que atraviesan el libro. La plasmación del dolor y del duelo.  

-La presencia del espectro. Variaciones y sentidos. 

-Carga significativa de la Odisea homérica en el contexto del libro. Analogía entre los personajes recreados por Clara Obligado y los que recorren el texto clásico.  

-Reconfiguración del motivo del héroe. 

-Alusiones explícitas o implícitas a otros textos. Funcionalidad en el contexto de la obra. 

-Imbricación entre realidad y ficción. Procedimientos autoficcionales.  

-La escritura como respuesta. Reflexiones sobre el proceso de creación.  

-Trasfondo ideológico y perspectiva crítica. 

-Concienciación vegetal.  

-Interpretación final: «Y la abuela recordó el largo viaje del héroe. Odiseo abandonando a su familia, Telémaco protegiendo un árbol, Adina, portadora de vida» (Obligado, 2024: 129).  

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Coloquio sobre Ropa de casa

SEGUNDA SESIÓN DE LECTURA

​Tras una primera sesión dedicada a la presentación de la guía a la lectura de Ropa de casa, este nuevo encuentro con los socios sirvió para intercambiar impresiones y comentarios acerca del libro de Ignacio Martínez de Pisón.

La valoración de los integrantes del club ha sido positiva. La mayoría de los lectores que intervinieron en el coloquio expresaron su satisfacción con la propuesta del club, destacando el estilo sencillo y eficaz de la prosa de Martínez de Pisón. De hecho, muchas de las opiniones giraron en torno al ritmo y la fluidez de la expresión del autor, que logra dotar a su narrativa de un gran poder de sugestión. Otro de los elementos a tratar fue la naturaleza genérica del libro, ya que para muchos estas memorias de juventud del escritor no están muy lejos de ser un relato novelado de unas experiencias particulares. El debate en torno a esta cuestión se saldó con la conclusión de que estamos ante un texto híbrido donde asistimos a la combinación de distintas formas y géneros. Asimismo, varios lectores hicieron referencia al humor que hay en estas páginas y al desenfado con que el escritor habla de su proceso creativo y los distintos aspectos que han marcado su trayectoria como escritor hasta convertirse en uno de los nombres ineludibles del panorama reciente.

Los comentarios acerca de la estructura de la obra dieron pie al debate. Varios lectores destacaron lo mucho que les había gustado la primera parte del libro, en la que Martínez de Pisón describe su infancia en Logroño y Zaragoza. El recuerdo de unos paisajes familiares en ciudades de provincias y el retrato de los personajes que marcaron la primera juventud del autor es evocado con gracia y un punto de nostalgia. En este sentido, varios lectores comentaron el valor que cobra en el libro un tema como la memoria, un aspecto relevante en la trayectoria de Martínez de Pisón, y el peso de lo familiar. Evocación de colegios, lugares cercanos (cafés, bares, cales y plazas de estas ciudades de provincias), los primeros descubrimientos en el cine o la literatura, la huella de tantas figuras de su familia o de algunas personalidades que conoció como Barral y Buñuel y con las que no se atrevió a entrar en contacto.

Para otros, en cambio, los aspectos más sugestivos de estas memorias se encuentran en la segunda parte, donde el autor explica los inicios de su carrera literaria y su relación con algunas figuras relevantes de la narrativa española reciente. En este sentido, alguno de los socios se refirió a que los retratos de Pisón que hace de esos compañeros de generación (Enrique Vila Matas, Bernardo Atxaga, Félix Romeo, etc.) siempre son generosos y llenos de cariño, un aspecto para tener en cuenta, pues suele ser habitual que en este tipo de evocaciones surjan los ajustes de cuentas. El comentario sobre estos comienzos literarios llevó a una reflexión acerca de los obstáculos con que tropieza un escritor al inicio de su carrera y las dificultades para publicar, una cuestión que se dejó para el posterior coloquio con el autor.

Como nota final, algunos de los socios comentaron que la lectura de Ropa de casa los había llevado a explorar otras obras del escritor e, incluso, alguna de las versiones que se han hecho de sus novelas, como es el caso de la serie televisiva que adapta El día de mañana, uno de sus libros más reconocidos. Muchos indicaron que en el futuro seguirán leyendo a Martínez de Pisón y pendientes de su obra.

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Guía a la lectura: Ropa de casa, de Ignacio Martínez de Pisón

Por Álvaro Acebes Arias

ROPA DE CASA PRESENTACIÓN Pincha en este enlace para ver la presentación elaborada por Rosa María Díez Cobo para los socios del Club de lectura de la Universidad de León.

ROPA DE CASA – IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN

TRAYECTORIA DE IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN

Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza1960) es una de las figuras más reconocidas de nuestras letras gracias a una dilatada trayectoria que abarca más de cuarenta años y que incluye más de una veintena de obras narrativas. Novelas y volúmenes de cuentos que lo han confirmado como uno de los autores más sólidos y singulares de la literatura española reciente, aunque dentro de esa labor literaria deberíamos hacernos eco también de sus traducciones, especialmente de autores italianos, de sus libros para jóvenes, sus guiones cinematográficos o de su trabajo como crítico y reseñista para diferentes medios y revistas especializadas.  

Retrato de Ignacio Martínez de Pisón Imagen tomada de https://www.planetadelibros.com/autor/ignacio-martinez-de-pison/000023191

Si tuviéramos que situar la obra de Ignacio Martínez de Pisón en unas coordenadas generacionales, podríamos vincularla a las de lo que se ha dado en llamar “Nueva Narrativa Española”, junto a la trayectoria de autores como Almudena Grandes, Antonio Muñoz Molina, Alejandro Gándara, Adelaida García Morales, Javier Marías, Rosa Montero, Javier García Sánchez, Cristina Fernández Cubas, Julio Llamazares y un largo etcétera. No es fácil delimitar cuáles son las características de este grupo, surgido a mediados de los ochenta, y que precisamente tiene entre sus principales características la falta de uniformidad.  

No obstante, y a pesar de las prevenciones que debe suscitar una concepción tan problemática como la de “generación literaria”, me atrevo a utilizarlo aquí para hablar de los inicios de un gran escritor que comparte con muchos de los nombres que he mencionado antes la precocidad, el apego a la actualidad como motivo novelesco, una pretensión de salir de las coordenadas habituales a los narradores precedentes o el interés por el mundo del cine y los medios de comunicación. Durante estos años, las preocupaciones de los autores españoles más jóvenes se desplazaron hacia asuntos como la búsqueda de la propia identidad, el anhelo por clarificar el lugar del individuo en el mundo o el recurso a la memoria y unos orígenes familiares como medio para desentrañar y explicar las claves de una existencia. Temas que conectaron de forma casi inmediata con los intereses de un público lector que reclamaba novelas entretenidas y que gozaron, además, de un gran respaldo por parte de editores y críticos, ávidos de descubrir nuevos talentos. 

Este escueto y apresurado repaso de los rasgos de aquel grupo en que el podríamos situar a Ignacio Martínez de Pisón puede valer para quien se interese por las primeras obras de un escritor que, sin embargo, ha dado sobradas muestras de su habilidad para cambiar de registro e intereses. En efecto, entre sus primeros libros, acogidos positivamente por la crítica, se cuentan títulos como La ternura del dragónAntofagastaAlguien te observa en secretoNuevo plano de la ciudad secretaFoto de familiaEl fin de los buenos tiempos, Carreteras secundarias, El tiempo de las mujeres María bonita. Novelas y colecciones de relatos publicados entre 1984 y 2003 y que muestran a un escritor interesado por el mundo y los secretos de la infancia y por retratar unos ambientes familiares. Puestos a señalar unos rasgos comunes a todos estos libros podríamos indicar, además, el empleo de un registro irónico y de un humor distanciado, el interés por el mundo urbano, la continuada dialéctica entre fantasía y realidad debido a que las novelas suelen tomar la perspectiva de un niño o una felicísima habilidad para contar, basada en una prosa clara, fluyente, eficaz y que caracteriza a Martínez de Pisón como un narrador consumado. 

A esta primera etapa, en donde ya se advierte un periodo de transición a partir de la publicación de María bonita y, sobre todo, El tiempo de las mujeres, le sigue otra en la que Martínez de Pisón, en consonancia con otros autores de su generación da un giro inesperado y se interna en la traumática realidad española de la guerra y el franquismo. El libro que marca ese cambio en la trayectoria del escritor es Enterrar a los muertos, publicado en 2005, y donde nos encontramos con un híbrido entre novela, reportaje, lección de historia y crónica periodística donde se muestra cuál fue la suerte que corrió el profesor José Robles, amigo del escritor John Dos Passos, y asesinado por agentes de Stalin durante los primeros años de la guerra.  

A partir de ahí, surge un ciclo de novelas de fondo histórico-social en donde se refleja el devenir de la España autárquica y miserable del franquismo, conectando ese pasado doloroso con el presente, y entre las que cabe mencionar Dientes de lecheEl día de mañana o Castillos de fuego. Son novelas de gran calado y equilibradas estructuras que se sitúan en unos ambientes familiares, por lo que es fácil advertir unas concomitancias con la narrativa de su primera etapa, pero es evidente que se han producido cambios. Para empezar, la mirada del novelista sobre la realidad es ahora mucho más compleja y ambiciosa, instaurando una conexión entre esos conflictos íntimos que tienen lugar en el seno familiar y la esfera de lo privado y las penosas circunstancias históricas de la posguerra y el franquismo.  

Sin embargo, en la trayectoria de Martínez de Pisón, como en la de cualquier otro novelista, se plantean idas y venidas, continuidades y similitudes hasta el punto de que toda su obra puede considerarse como un organismo vivo, que crece y se desarrolla reproduciendo características previas y mostrando un indudable parentesco temático que, a la postre, acaba por afirmar la unidad de un proyecto literario. La obra que nos ocupa hoy, Ropa de casa, es en buena medida una síntesis de esas dos fases que he expuesto al tratarse de una memoria personal y un lúcido retrato de época, solo que tomando ahora como punto de partida la propia biografía del escritor. 

Por otra parte, aunque puede señalarse la consagración de Martínez de Pisón como uno de los grandes autores de la literatura española reciente a partir de la publicación de El día de mañana, libro que obtiene el Premio de la Crítica y el Ciudad de Barcelona en el año 2011, su prestigio como narrador se vio afianzado desde muy pronto por los elogios de la crítica y la concesión de numerosos premios, entre los que cabe mencionar el Casino de Mieres de 1984 por La ternura del dragón, el Torrente Ballester de 1991 por Nuevo plano de la ciudad secreta, el NH de Relatos por Foto de familia, el Dulce Chacón y el Rodolfo Walsh de 2005 para Enterrar a los muertos, el Premio San Clemente de 2009 obtenido por Dientes de leche y muchos más reconocimientos que no puedo detenerme en mencionar. Así, hasta llegar al Premio Nacional de Narrativa en 2015 por La buena reputación. Una extensa lista de galardones que, más allá del prestigio que le otorgan como escritor, lo que hace es confirmar a Ignacio Martínez de Pisón como uno de los referentes ineludibles en nuestras letras, maestro en el arte de contar y lúcido intérprete del devenir de nuestra historia.  

POÉTICA 

En una entrevista al hilo de la publicación de una de sus últimas obras, Martínez de Pisón afirmaba que la clave de una buena novela reside en su capacidad para «dejar en la memoria de un lector personajes bien construidos, gente de carne y hueso que el lector puede recibir como si fueran de verdad, como si los hubiera conocido». Teniendo en cuenta esas palabras, parece que la búsqueda de una conexión emocional con el lector es uno de los rasgos determinantes de la poética del escritor zaragozano y un rasgo que lo emparenta con la tradición de grandes maestros que recorre la literatura universal desde el siglo XIX.  

Si ustedes han leído cualquiera de sus novelas y libros de relatos, habrán observado que, entre la amalgama de temas y asuntos que recorren una trayectoria ejemplar, prevalecen las tramas donde la intriga y el suspense son elementos primordiales para conseguir ese interés del público. Objetivos que se apoyan, a su vez, en una mirada siempre centrada en lo cotidiano, atenta a las pequeñas cosas y que se proyecta, además sobre lo individual y lo familiar, profundizando en sus conflictos y mostrando mundos en crisis desde una perspectiva coral con la que desvelar los entresijos de un contexto sociohistórico convulso y agitado.  

Desde esos mimbres, se urden historias que oscilan siempre entre la historia colectiva y el espacio íntimo de los personajes, que emocionan y apelan a lo cercano, en las que a través de personajes descritos en toda su complejidad es posible reconocer unos tipos universales. Ese cuidado en la presentación de unos seres de ficción, a los que se dota de gran riqueza y que, lejos de los estereotipos que cubren al héroe, se nos pueden aparecer contradictorios, podría ser otro de los grandes rasgos que determinan la poética de Ignacio Martínez de Pisón. Cabría añadir, en último lugar, algo que ya se ha apuntado antes y que no es otra cosa que la potencia verbal, ese estilo fluido, limpio y natural, que confiere a sus obras una gran agilidad narrativa, y que no está reñido con el empleo de distintas técnicas literarias, destacando, por encima de todas ellas, el empleo de una polifonía con la que se busca esa imitación de la vida real y sus problemáticas. 

Con estas cualidades no es extraño que la crítica haya descrito a Martínez de Pisón como un narrador de estirpe galdosiana. El propio escritor no tiene reparos en reconocer ese magisterio, al que suma el de otros grandes escritores de la escuela realista del XIX, desde Dickens a Tolstoi, pasando por clásicos modernos como Vasili Grossman y, por supuesto, el de narradores españoles como Juan Marsé o Eduardo Mendoza. Estamos ante una narrativa que, desde la más estricta técnica del realismo clásico, insiste en el compromiso con la realidad y se muestra empeñada en reflejar la dialéctica del individuo con unas circunstancias políticas e históricas. Narraciones sustentadas en el recuerdo, donde la memoria adquiere un papel fundamental, y que, sin embargo, van más allá de una mera reconstrucción de época o del seguimiento de las peripecias de unos personajes que podrían aclararnos el funcionamiento social de un determinado contexto, pues de lo que se trata, en realidad, es de apuntar una interpretación acerca de la condición humana y del lugar de donde venimos.  

El propio autor, por otra parte, ha reconocido su incomodidad con los libros de sus inicios, unas obras en las que dice no reconocerse, y su preferencia, en cambio, por la serie de novelas que empezaron a publicarse con el cambio de siglo. Los fantaseamientos y la imaginación literaria de aquellos primeros libros han sido sustituidos por una literatura que pretende ofrecer una visión totalizadora de un espacio y un momento histórico concretos a partir de un apabullante despliegue de tramas y sentidos y que se construye sobre personajes complejos y verosímiles, con los que Martínez de Pisón logra dar explicación a diversas incógnitas ocultas del ser humano en relación con el mundo y con las esferas privadas en las que se encuentra inmerso. 

SOBRE ROPA DE CASA 

Portada Ropa de casa Imagen tomada de https://www.planetadelibros.com/libro-ropa-de-casa/401316

¿Qué lugar ocupa Ropa de casa en la trayectoria literaria de Ignacio Martínez de Pisón? Mencionábamos anteriormente que podemos ver este nuevo libro del escritor zaragozano como una especie de síntesis de muchos de los temas y preocupaciones que han distinguido su carrera literaria. El propio Pisón no ha tenido problema en reconocer que se trata de un libro donde hace un balance de sí mismo y de su trayectoria como escritor. Una especie de autorretrato («el de un joven más bien corriente, ni alto ni bajo, ni guapo ni feo, ni bueno ni malo, pero dotado, eso sí, del don de saber contar historias», dice en un fragmento) y un libro de memorias que, por cierto, no deja de ser una rareza, pues no es habitual encontrarse a un autor de sesenta años dedicándose a echar la vista atrás y a poner por escrito sus recuerdos.  

La nueva obra de Martínez de Pisón tiene otra particularidad y es que permite trazar puentes con el resto de su obra. Aquellos que hayan leído algunos de sus otros libros encontrarán aquí nuevas claves de lectura, que permiten descubrir el universo de su autor y los materiales y vivencias con los que se han construido sus novelas. Estos lazos confirman algo que ya intuíamos y que no es otra cosa que la coherencia de su mundo novelesco y su fidelidad a unos temas donde la identidad, el estudio de la familia y el peso que adquieren unas transformaciones sociohistóricas sobre lo individual cobran un gran relieve.  

Ropa de casa se inicia con un retrato de los padres del autor y prosigue con hermanos, abuelos y abuelas, primos y tíos hasta presentarnos un completo cuadro de una familia de clase media en las postrimerías del franquismo. Una memoria íntima y personal, capturada a través de pequeños detalles y rituales, retazos de conversaciones, rincones de la casa, expresiones particulares y objetos. No es preciso aquí revelar ningún detalle acerca de esos personajes que pueblan la infancia y primera juventud del escritor, pero sí es aconsejable prestar atención a la variedad de caracteres que aparecen y al retrato que ofrece el autor de dos grandes ciudades de provincias como Zaragoza y Logroño en esos años del final de la dictadura. Los años escolares, el interés por el cine, la formación política, el descubrimiento de la literatura y los primeros esfuerzos como escritor. En efecto, el archivo familiar que nos presenta Martínez de Pisón es también la memoria de un continuo aprendizaje y de unas ciudades en proceso de cambio y que actúan como un personaje más dentro de la trama, algo que no deja de ser habitual en la trayectoria del autor zaragozano. Así hasta llegar a Barcelona, lugar donde surgirá el escritor, y que, a punto de convertirse en sede olímpica, se nos aparece como un escenario efervescente y lleno de promesas de libertad, donde se está cocinando la tan ansiada modernidad. 

La estancia de Martínez de Pisón en Barcelona supone el encuentro con el mundo editorial. El escritor evoca sus inicios en Anagrama y su contacto con algunas de las figuras clave de la narrativa de aquel entonces, que empezaban a dar sus primeros pasos, así como con varios nombres que destacaban dentro del periodismo y la crítica cultural. El saldo final que entrega esa galería de personajes es un retrato del propio escritor en formación, de sus intereses y obsesiones, y que da cuenta de los entresijos de un momento particular de la cultura de la edición y la narrativa de este país, cuando se estaban sentando las bases de un relevo generacional.  

Ropa de casa es, por otra parte, un libro lleno de optimismo y emoción, escrito con una mezcla de lirismo y ternura y donde vuelve a aflorar esa naturalidad con que Martínez de Pisón narra los distintos aspectos de una vida que podría ser la de cualquiera. Una obra hecha de cara a la vida y en la que se entremezclan la crónica histórica, la fábula vital y el repaso de una formación intelectual.  

LECTURA DE ROPA DE CASA 

A modo de conclusión se destacan algunas claves de lectura que pueden servir para comprender mejor el sentido de Ropa de casa 

  1. Atención al título de la obra y a las resonancias metafóricas que encierra, jugando con el sentido de lo familiar y lo doméstico. 
  2. A partir de las experiencias narradas y el peso que adquieren unas circunstancias concretas, ¿puede ser leída Ropa de casa como una novela de aprendizaje?  
  3. Dos momentos cardinales en la trayectoria de Martínez de Pisón: ausencia de la figura paterna y asunción de la paternidad. Relación de esos aspectos con una posible estructura circular.
  4. Peso especial que adquieren las figuras femeninas en la obra, empezando por la madre del escritor y sus abuelas hasta su propia mujer. Ropa de casa como un homenaje a las mujeres de su vida.
  5. La indagación en ese paisaje familiar arroja el retrato de un contexto afectivo donde cobran especial protagonismo expresiones, costumbres y formas de convivencia que son ilustrativas de una época concreta.
  6. Referentes en los que podríamos situar esta obra de Martínez de Pisón, desde Léxico familiar, el libro de Natalia Ginzburg, a las evocaciones pergeñadas por Patrick Modiano. 
  7. Poner en relación el cuadro de ese mundo íntimo de los adultos con la perspectiva del niño que lo descubre y que intenta descifrar sus secretos y misterios, un aspecto que aparece frecuentemente en otros libros de la trayectoria de Martínez de Pisón.
  8. Entre los temas más destacados de la obra ocupan un espacio privilegiado asuntos relacionados con lo familiar, la memoria, la búsqueda de la propia identidad o el retrato crítico del pasado. Atención a los lazos entre lo público y lo privado.
  9. Ropa de casa constituye un esfuerzo por recuperar y preservar unos momentos que, de no ponerse por escrito, se perderían. Aspectos como este invitan a pensar Ropa de casa como un estudio de las relaciones que existen entre escritura y memoria.
  10. En la primera parte del libro, junto a esa memoria familiar, cobra especial relevancia el retrato de la España tardofranquismo, que Martínez de Pisón nos describe desde una perspectiva microhistórica, atendiendo a la formación que se daba en las escuelas o a los ambientes intelectuales que había en la universidad de Zaragoza. Tiempos de cambio descritos con una mirada crítica y en los que asoman los fantasmas de antiguas divisiones.
  11. En la segunda parte gana protagonismo el retrato de unos ambientes culturales e intelectuales y que son los de la Barcelona de los años ochenta. Instantes que confirman la profunda transformación social, política y moral que se había dado en el país.
  12. Atención al ejercicio de desmitificación que realiza el escritor zaragozano sobre algunas de las figuras determinantes de esos contextos culturales.
  13. Diálogo de esta obra con otras de Martínez de Pisón. Desde la lectura de esos títulos precedentes puede enriquecerse la lectura de Ropa de casa.
  14. El libro atesora unas cuantas reflexiones acerca de los elementos desde los que se forja un escritor. Ropa de casa brinda la oportunidad de asomarse a la trastienda del escritor y a los elementos desde los que este se ha construido.
  15. Atención a la importancia que toman las ciudades en Ropa de casa, actuando como otro protagonista y cuyas transformaciones discurren en paralelo a las que vive el propio Ignacio Martínez de Pisón. 
  16. Una mención al tono y estilo de Ropa de casa, caracterizado por su sencillez y espontaneidad, buscando siempre la complicidad y la cercanía con el lector. Esa prosa cautivadora es uno de los puntos fuertes de la obra y a ella se deben en buena medida la emoción y ternura que desprenden sus páginas.  

BIBLIOGRAFÍA 

OBRAS NARRATIVAS DE IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN 

MARTÍNEZ DE PISÓN, Ignacio (1984): La ternura del dragón, Barcelona, Anagrama. 

― (1985): Alguien te observa en secreto, Barcelona, Anagrama. 

― (1987): Antofagasta, Barcelona, Anagrama. 

― (1992): Nuevo plano de la ciudad secreta, Barcelona, Anagrama. 

― (1994): El fin de los buenos tiempos, Barcelona, Anagrama. 

― (1996): Carreteras secundarias, Barcelona, Anagrama. 

― (1998): Foto de familia, Barcelona, Anagrama. 

― (2001): María bonita, Barcelona, Anagrama. 

― (2003): El tiempo de las mujeres, Barcelona, Anagrama. 

― (2005): Enterrar a los muertos, Barcelona, Seix Barral.  

― (2008): Dientes de leche, Barcelona, Seix Barral. 

― (2009): Aeropuerto de Funchal, Barcelona, Seix Barral.  

― (2011): El día de mañana, Barcelona, Seix Barral. 

― (2014): La buena reputación, Barcelona, Seix Barral. 

― (2017): Derecho natural, Barcelona, Seix Barral. 

― (2017): Filek: El estafador que engañó a Franco, Barcelona, Seix Barral. 

― (2020): Fin de temporada, Barcelona, Seix Barral. 

― (2023): Castillos de fuego, Barcelona, Seix Barral. 

― (2024): Ropa de casa, Barcelona, Seix Barral. 

MATERIAL COMPLEMENTARIO SOBRE ROPA DE CASA 

(*) Presentación de Ropa de casa en compañía del escritor y cineasta David Trueba. Librería Rafael Alberti, Madrid, 4/09/2024.  

(*) Presentación de Ropa de casa en compañía de la escritora Eva Cosculluela. Semana Negra de Gijón, 20/07/2025. 

(*) Reportaje sobre Ropa de casa en el programa Culturados. 

(*) Extracto del audiolibro de Ropa de casa, narrado por el propio autor. 

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Coloquio sobre La nostalgia de la Mujer Anfibio

Por Rosa María Díez Cobo

Nuestra segunda sesión del Club de Lectura, dedicada a la española Cristina Sánchez-Andrade y a su novela La nostalgia de la Mujer Anfibio (2022), resultó en un animado intercambio de ideas sobre algunos de los aspectos centrales del libro.  

Ante la consulta inicial sobre el nivel de aceptación del texto, de forma general, la mayoría de las lectoras que participaron en el debate manifestaron su satisfacción con la novela. Las opiniones se movieron entre la ponderación muy positiva y aquellas que, aun encontrando algunos aspectos de la novela menos agradables (por el grado de amargura o desesperanza que les transmitió), la encontraron sugerente o interesante. De forma más puntual, alguna socia mostró sus dudas ante el hecho de que el personaje, Lucha Amorodio, no se encontraría, en su opinión, particularmente del todo desarrollado, opacado entre la colectividad de seres que pueblan la aldea que habita. 

Gran parte del debate se concentró sobre el personaje de esta protagonista, sus orígenes, su evolución y, sobre todo, su inserción en una peculiar saga familiar de mujeres, junto con su hija, Purísima de la Concepción y su nieta Cristal. Se valoró cómo, tratándose de una mujer rural emplazada en un periodo del siglo XX, sus limitaciones de desarrollo personal y libertad eran significativas. También se debatió sobre el papel de los personajes masculinos y su relevancia. Aquí las opiniones se dividieron entre aquellos que apreciaban un rol secundario y poco relevante para la trama y, en el extremo contrario, otras que valoraban la capacidad de varios de estos personajes en ser motores de la historia y articularla. 

En este sentido, se subrayó, cómo en el caso del naufrago inglés con el que Lucha mantiene una fugaz pero intensa relación tras el encallamiento del navío Santa Isabel en Sálvora, el recuerdo de este es el que, a la postre, determina el resto de la existencia de la protagonista y, por consiguiente, es central en la novela pese a su escasa entidad a lo largo de sus páginas. Asimismo, también se debatió sobre la presencia de Manuel, marido de Lucha y cómo, pese a su aparente carácter secundario, resulta esencial para comprender la evolución de la protagonista y en la articulación de los eventos principales de la trama. Aunque sin completo consenso, algunas lectoras subrayaron la función crucial del estrafalario timador Ziggy Stardust que, en la segunda parte de la novela, contribuye a revivir, muchas décadas después, los sucesos del Santa Isabel y sacudir el olvido que se había apoderado —meiga mediante— de los habitantes de la isla que presenciaron o intervinieron en el suceso. 

Desde luego la importancia del personaje colectivo del núcleo de Sálvora – Oguiño no pasó desapercibido a nuestros socios que remarcaron su cualidad de coro, con especial referencia a algunos integrantes como la inolvidable costurera, apodada Ollomol, que encarna un tipo de ideología retrógrada y risible al mismo tiempo, apuntalado esto por las numerosas hipocresías en las que incurre a lo largo de la historia. 

El comentario de la estructura de la obra también ha motivado algunas valoraciones por parte de varios lectores. Para algunos, el planteamiento en flashback, desde el presente de la anciana Lucha hasta los orígenes de su peculiar encuentro con el naufrago y su posterior e irremediable nostalgia supone un acierto y les ha resultado original y atractiva. En opinión de alguna otra lectora, sin embargo, esta estructuración resultaría un tanto brusca o no se hallaría tan bien justificada. Sin duda, este formato puede representar alguna dificultad en cuanto a la ordenación lectora de los acontecimientos pero que, a pesar de ello, no deja de ser esencial para entender la evolución de la protagonista a la par que se desarrolla el enmarque histórico que sigue los sucesos de la transición española sirviendo así esta de hito entre las dos generaciones que representan abuela y nieta. El papel de la memoria es esencial a este respecto, no solo en referencia a la sombra indeleble que el inglés proyecta sobre la protagonista, un auténtico asedio en sus recuerdos, sino que también en la novela se juega con la capacidad del pueblo de recordar los sucesos del naufragio. Como se recordó en la sesión, para la escritora el papel de la evocación familiar propia, la influencia de su abuela que sirvió como transmisora de saberes y recuerdos de un pasado tradicional rural, es crucial también para comprender su obra. 

En relación con la adscripción de la novela a un género literario concreto, se valoró la presencia de modalidades como el realismo mágico, el fantástico, el costumbrismo, el grotesco o el tremendismo. Alguna lectora lo emparentó más concretamente con la tradición gallega de Valle-Inclán o Cela. No cabe duda, cómo se remarcó en el debate generado, que no es fácil, ni tampoco necesario, adscribir una novela, tan rica y compleja en matices, a ningún género o subgénero concreto. Participa de una hibridación que excede cualquier demarcación y recrea, enhebrando distintas influencias y ecos, y construye así un universo auténtico y propio. Aunque, es interesante remarcar que una lectora, de origen mexicano, llamó la atención sobre la similitud del estilo y hechos narrados con la prosa de autores como Juan Rulfo lo que, de nuevo, pone el texto a la par con el ya mencionado realismo mágico. De lo que todos los participantes parecieron estar de acuerdo es en la fuerte carga poética del texto, capaz de crear imágenes irrepetibles basadas en una fuerte sensorialidad. 

Como nota final, varios socios incidieron en el fuerte humorismo de la narración de Sánchez-Andrade, rasgo sin duda distintivo de la autora en muchas de sus obras, especialmente en producciones como Las InviernasAlguien bajo los párpados o su novela más reciente, Habitada. Se recordaron episodios especialmente hilarantes como la visita de Lucha al ginecólogo por primera vez en su vida o la escena en que esta misma trepa a hombros de la costurera antes mencionada y se hace transportar a cuestas constituyendo un cuadro delirante y jocoso. 

En conclusión, La nostalgia de la Mujer Anfibio ha tenido una buena acogida entre los miembros de nuestro Club. Esta obra de Cristina Sánchez-Andrade ha generado opiniones diversas, pero todas ellas han dado lugar a un debate muy productivo.  

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Guía a la lectura: La nostalgia de la Mujer Anfibio, de Cristina Sánchez-Andrade

Por Rosa María Díez Cobo

GUÍA DE LECTURA LA NOSTALGIA DE LA MUJER ANFIBIO Pincha en este enlace para ver la presentación elaborada por Rosa María Díez Cobo para los socios del Club de lectura de la Universidad de León.

CRISTINA SÁNCHEZ-ANDRADE 

Cristina Sánchez-Andrade

(foto tomada de la página Anagrama https://www.anagrama-ed.es/autor/sanchez-andrade-cristina-952)  

Cristina Sánchez-Andrade (Santiago de Compostela, 1968) es una de las voces más sobresalientes y originales de la literatura española contemporánea. Para su tercera novela, Ya no pisa la tierra tu rey (2004), Miguel Mora, en una entrevista en El País, sentenciaba: «Me temo que su novela no se parece a otra». Ese supuesto «temor» funciona como un elogio que se puede extender al total de la bibliografía de Sánchez-Andrade, una voz radicalmente singular. La autora recoge el cumplido con elegancia y retrotrae sus influencias a una genealogía de literatos con estilos únicos como Italo Calvino, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar ―sus favoritos― y Thomas Bernhard o Herta Müller. 

Hija de madre inglesa y padre gallego, este doble legado cultural explicará algunas de sus inquietudes e influencias artísticasEs licenciada en Ciencias de la Información y en Derecho y compagina la creación literaria con la docencia universitaria, la traducción y con colaboraciones periodísticas en medios como El País y La Voz de Galicia. Estas últimas se dividen entre críticas literarias, crónicas de viajes y artículos de opinión sobre asuntos de actualidad. Todas ellas dejan buen testimonio de la rica constelación de intereses que posee la escritora. 

Cristina Sánchez-Andrade htransitado casi todos los géneros literarios poesía, cuento, novela, ensayo aunque, por cantidad y relevancia, es su novelística la que despunta dentro de su producción. La suyaen gran parte de sus narracioneses una prosa lírica, sensual, incisiva, patinada por una suerte de realismo que oscila, por momentos, entre lo mágico y lo hiperrealista. Con buena razón, se ha destacado de la autora su aguda capacidad de percibir la realidad minuciosa retratista de personajes únicos y su distanciamiento de las modas literarias. 

Si tuviéramos que destacar algo dentro de la producción narrativa de la autora, lo que a priori atrae más la atención es su predilección por recrear el universo rural gallego en muchas de sus obras más significativasPara dicha recreación bebe de múltiples fuentes, fundamentalmente de las orales y populares, pero también las históricas, pasando por los ecos de autores literarios de referencia en las letras galaicas como Rosalía de Castro, Valle-Inclán, Wenceslao Fernández Flórez, Rafael Dieste, Álvaro Cunqueiro o Carlos Casares, entre otros. Todo ello se suma a un rico entramado de influencias que pespuntean la obra de la autora y dialogan con corrientes literarias foráneas, como es el caso de sus paralelismos con el gótico sureño estadounidense, tan afín al peculiar cosmos de la escritora.  

Es esta ligazón con lo rural que hace erigirse a la autora como una de las máximas exponentes de la prosa de las «nuevas ruralidades» en la literatura gallega y española contemporáneas. A diferencia de muchos autores últimamente tildados de neorrurales, desarrolla un estilo inconfundible. Así, en sus obras más destacadas dentro de esta tendencia ―como son Las Inviernas (2014), La nostalgia de la Mujer Anfibio (2022) o la reciente Habitada (2025)―, y en algunos de los relatos del volumen El niño que comía lana (2019), visita el entorno aldeano gallego y lo sitúa históricamente, pero reinterpretándolo desde las vivencias íntimas de las voces más humildes o tradicionalmente relegadas del pueblo. No se trata, y en esto radicaría uno de los aspectos más loables y originales de la autora, de un ejercicio de añoranza, sino de un regreso a la ruralidad para transitar nuevas vías.  

Entre ellas, destaca en sus páginas la capacidad de dotar a la mujer rural de un protagonismo indiscutible, de hacerla narradora de sus tribulaciones, desde las más pedestres a las más profundas. Pero no se propone Sánchez-Andrade ajustar sin más cuentas con el pasado agrario galaico, sino insertarlo dentro de una evolución histórica global enlazándolo, certeramente, con nuestra contemporaneidad y, dotándolo, así, de un sentido ulterior que excede los límites de una ruralidad abandonada, vacía o vaciada.  

En efecto, las aldeas en sus narrativas son populosas, un hervidero de gentes lenguaraces, memoria de un tiempo quizá más feliz y próspero para la campiña. Pero no nos engañemos, la escritora no cae en sentimentalismos, sus pueblos no son arcadias felices, sino escenarios poliédricos donde vicios y virtudes son proyectados por igual: ni menosprecio de corte ni alabanza de aldea. Sánchez-Andrade es, quizá, el ejemplo más consistente y depurado del neorruralismo o las nuevas ruralidades en la literatura española ofreciendo, al mismo tiempo, una excelente muestra de las posibilidades de renovación y enriquecimiento de dicha tendencia más allá de los senderos narrativos más transitados. 

CRISTINA SÁNCHEZ-ANDRADE: OBRAS Y RECONOCIMIENTOS

La producción literaria de nuestra autora es extensa y ha sido traducida al inglés, portugués, italiano, polaco y ruso.

Novelas:

  • Las lagartijas huelen a hierba (1999). (Reeditada en 2024) 
  • Bueyes y rosas dormían (2001) 
  • Ya no pisa la tierra tu rey (2003). Premio Sor Juana Inés 2004 
  • Alas (2005) 
  • Coco (2007) 
  • Los escarpines de Kristina de Noruega (2010). Finalista del Premio Espartaco de Novela Histórica 
  • El libro de Julieta (2010) 
  • Las Inviernas (2014). Finalista del Premio Herralde de Novela, PEN Award para la Traducción y PEN Award para la Promoción 
  • 47 trocitos (2015) 
  • Alguien bajo los párpados (2017) 
  • La nostalgia de la Mujer Anfibio (2022) 
  • Habitada (2025) 

Libros de relatos (aparte de otros relatos publicados en volúmenes colectivos): 

  • El niño que comía lana (2019). XVII Premio Setenil al mejor libro de relatos 

Poesía: 

  • Llenos los niños de árboles (2019) 

Ensayo: 

  • (en co-autoría con Alberto Echavarría) Escribir un árbol, plantar un hijo y tener un libro (2020) 
  • Fámulas (2022) 

Además de los arriba incluidos, la autora ha recibido también los siguientes galardones: 

  • Premio Nacional Cultura Viva en la categoría «Narrativa» (2017). 
  • Premio Internacional Julio Camba de Periodismo por el artículo «En manos de Dios» en La Voz de Galicia (2019). 

 

CRISTINA SÁNCHEZ-ANDRADE POR ELLA MISMA Y A TRAVÉS DE LA MIRADA DE OTROS

Aquí puedes explorar enlaces que te ayudarán a pergeñar una visión más completa de la autora y de sus trabajos:

Sobre La nostalgia de la Mujer Anfibio:

Sobre otras obras de la autora:

LA POÉTICA DE CRISTINA sÁNCHEZ-ANDRADE

Trabajadoras del rural gallego

«Conserveiras». Fotografía perteneciente a la serie «Facedoras de Bueu», de Mar Caldas. (En El País https://elpais.com/gastronomia/2025-10-09/percebeiras-conserveiras-regateiras-un-tributo-a-las-trabajadoras-del-rural-gallego-con-guinos-a-maruja-mallo.html).

La prosa de Cristina Sánchez-Andrade es rica en temas y matices. Aquí vamos a intentar sintetizar algunos de ellos para orientar nuestra lectura de La nostalgia de la Mujer Anfibio: 

  • en casi la totalidad de la obra de la autora late un aliento telúrico, de conexión no solo con la tierra, las plantas y los animales, es decir, su aspecto más físico sino, también, en su sentido figurado, con lo ancestral, las raíces, los legados, la memoria; 
  • esta reivindicación del terruño se plasma con la aparición recurrente de entidades naturales que vuelven una y otra vez en sus distintas narraciones como son, por ejemplo, entre otras muchas, los murciélagos, las berzas, las algas 
  • unido a lo anterior, su narrativa es una exhaustiva búsqueda de un lenguaje propio, acompasado al latir del terruño. De ahí nace un lirismo sensual con texturas sinestésicas que fusiona sensaciones y sentidos en sus narraciones; 
  • con algunas excepcionescasi todas sus tramas se sitúan en territorio rural o en ámbitos aldeanos y, en especial, en el rural gallego más tradicional o en trasuntos de este. El gran conocimiento que Sánchez-Andrade posee de este espacio contribuye al detallismo de las descripciones, de los espacios, de las situaciones y de los personajes;
  • el acercamiento a este territorio narrativo es siempre caleidoscópico, no se trata de visiones idealizadoras del agro, pero tampoco estigmatizadoras, sino complejas, con múltiples dobleces, mostrando todas las posibilidades de las relaciones y sentimientos humanos, combinando, a menudo, lo sórdido y mezquino con lo tierno y entrañable; 
  • en su inmensa mayoría, los protagonistas de las obras de la autora son femeninos. En distintas situaciones y localizaciones, sitúa la autora a decenas de mujeres a las que retrata con una gran meticulosidad psicológica a través de diálogos y descripciones. Se trata de féminas de extracción humilde, pero no por ello menos indómitas, valedoras de sus familias y hogares y, pese a las múltiples adversidades, tremendamente poderosas. Por sus líneas se desliza todo un espectro de seres femeninos con distintas ocupacionesmeigas, pescadoras, labriegas, costureras, cocineras… 

Las Inviernas

(foto tomada de la páginhttps://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/las-inviernas/9788433997746/NH_527 ).

  • esto no es óbice para que sus personajes masculinos estén retratados también con gran meticulosidad y, de hecho, si por algo sobresalen los núcleos rurales que dibuja la escritora es por su carácter de personaje colectivo, comunidades ricas en tipologías humanas; 
  • en este último sentido, destacan las personalidades estrambóticas, excéntricas como una estrategia más para dotar a los núcleos humanos que compone de esa variedad y colorido humano; 
  • también en la composición de sus personajes destaca su perfilado a través de duplicidades; es frecuente la presencia de tándems de protagonistas con interacciones siempre muy estrechas y complejas; 
  • Sánchez-Andrade trabaja el humor y la ironía con especial habilidad y perspicacia en todas sus narrativas; en todas sus obras emergen en numerosas ocasiones como un revulsivo contra la sordidez o como una forma de sátira social. De la mano de este aspecto, camina el recurso a la hipérbole, el grotesco y la deformación paródica; 
  • con enorme maestría, en sus narraciones, la autora bordea varios géneros literarios hilvanando realismo, costumbrismo, fantástico, realismo mágico, pero configurando una suerte de mezcolanza propia, original, que no coincide exactamente con ningún género, pero contiene guiños a varios de los mencionados; 
  • aunque algunas de sus narraciones no acontecen en cronologías específicas, en muchas de ellas sí se realiza un encuadre temporal, generalmente con preferencia por la primera mitad del siglo XX y las primeras décadas de su segunda mitad. Los hechos históricos a los que se apunta en los textos a menudo acompasan la evolución de los personajes y sus situaciones; 
  • accionando estos y otros resortes la autora despliega una enorme maestría en la composición de un cosmos rural que, leídas varias de sus novelas, adquiere un aire de familia, conforma un tapiz donde cada hilo, cada mimbre, es parte de un todo orgánico. 

LA NOSTALGIA DE LA MUJER ANFIBIO

INFORMACIÓN CONTENIDA EN LA CONTRAPORTADA (Anagrama, 2022)

La nostalgia de la Mujer Anfibio

La anciana Lucha está a punto de morir asesinada por su marido ante la mirada atónita de su nieta. El origen del rencor acumulado durante décadas se remonta a la madrugada del 2 de enero de 1921. La joven Lucha vivió el naufragio del vapor Santa Isabel en la bocana de la ría de Arousa, frente a la isla de Sálvora. Mientras los hombres celebraban la llegada del año nuevo, las mujeres se enfrentaban solas al rescate de los náufragos lanzándose al mar con sus dornas. Fueron consideradas heroínas, pero también se escucharon rumores acerca de comportamientos no tan épicos, en los que convivían la codicia y el pillaje. Aquella noche Lucha acudió a la playa vestida de novia: arrastraba su larga cabellera, y dejó que la confusión la condujese frente un náufrago desnudo pero tocado con un sombrero de copa. ¿Quién era? ¿Un músico inglés o la encarnación del diablo? ¿Por qué Lucha acabó desnuda como él? Lo que sucedió aquel día marcará su vida, la de su hija y también la de su nieta. 

La combinación de un hecho histórico de enorme repercusión en su día, con la ficción permite a Cristina Sánchez-Andrade hacer un singular recorrido por tres generaciones de mujeres de una pequeña comunidad pesquera llena de personajes memorables (como el enigmático hippie Stardust, o la mojigata Jesusa). Una vez más, la autora mezcla con pericia el realismo más crudo con el delirio surreal, convocando certeros aromas del tremendismo de Cela, el realismo mágico de Cunqueiro y el esperpento de Valle-Inclán. El resultado es una novela fascinante: una reflexión sobre la memoria en la que intervienen secretos y celos, la culpa colectiva y el deseo femenino; un desafío al lector, escrito con una destreza técnica y una prosa excepcional, capaz de crear un juego hipnótico que no concluye hasta la última página. 

ESTRUCTURA, CONTENIDO Y CUESTIONES PARA EL DEBATE

La nostalgia de la Mujer Anfibio tiene la capacidad de condensar en su título lo que podría ser un perfecto resumen de la novela. Se articula como un extendido flashback por el que Lucha Amorodio, la protagonista, ya en un momento crítico de su vejez, revive los hechos acaecidos en su isla de Sálvora natal a raíz del hundimiento del vapor Santa Isabel y del naufragio de su tripulación. Entre los desafortunados, un pasajero inglés que se encontrará fortuitamente con una joven Lucha y provocará en ella una vivencia efímera pero intensísima y que será el arranque de esa «nostalgia» que la asediará por el resto de su vida.  

La narración es una reivindicación del dicho de Carl Jung «la vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir», que Sánchez-Andrade introduce como uno de los epígrafes de la novela. Pero también es un alegato, como muchas otras de sus novelas, del testimonio acallado de los humildes, especialmente de las mujeres; la novela dignifica y enmarca la leve huella de quien atraviesa este mundo por sus márgenes. En esta obra Cristina Sánchez-Andrade recupera vidas en apariencia mínimas y las hace resonar con su destreza literaria. 

La novela se divide en dos extensas partes a su vez parceladas en un número desigual de capítulos. Ambas secciones recorren periodos vitales e hitos de la historia de Galicia y España.  

«Figuras» (1937). Maruja Mallo. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. (En El País https://elpais.com/gastronomia/2025-10-09/percebeiras-conserveiras-regateiras-un-tributo-a-las-trabajadoras-del-rural-gallego-con-guinos-a-maruja-mallo.html) 

Aquí tienes algunas cuestiones que te pueden ayudar a enfocar mejor tu acercamiento al texto: 

  1. Más arriba me he referido al epígrafe de Carl Jung, ¿cómo conecta con la novela el segundo de ellos de Ana María Matute?
  2. ¿Cómo definirías el estilo de la obra?  
  3. ¿Si tuvieras que adjudicarle un género o géneros a la narración, cuáles sería/n? 
  4. ¿Os ha parecido sugerente la estructura de la obra, con la larga retrospectiva que proyecta? 
  5. ¿Qué te han sugerido los sucesos de carácter fantástico como la epidemia de olvido que inocula la meiga entre la población de Sálvora? 
  6. ¿Cómo interpretas el protagonismo femenino dominante en la obra y la recreación de una saga familiar de mujeres? ¿Qué papel juega cada una de ellas ¿Lucha, Purísima de la Concepción y Cristal― y que podrían simbolizar? 
  7. ¿Y qué te parecen los personajes masculinos? ¿Cómo valoras el retrato de Manuel, el marido de Lucha? 
  8. ¿Qué te sugieren caracteres excéntricos como Purísima de la Concepción, Ollomol o Ziggy Stardust, entre otros? 
  9. ¿Cómo consigue Sánchez-Andrade perfilar el retrato de sus personajes? 
  10. ¿Qué aportan los diversos encuadres históricos que se introducen en la obra? ¿Te parecen efectivos? 
  11. La presencia del elemento natural, animales, plantas, mar, tierra, son esenciales en el paisaje rural que esboza la autora. La relación de los seres humanos con la naturaleza también es primordial, no en vano nuestra protagonista es «anfibia», ¿qué aporta esta coalición entre naturaleza y sociedad en la obra? 
  12. ¿Hay alguna escena donde el uso del humor te haya parecido más destacado? 

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(foto tomada de la página Wikipedia  https://es.wikipedia.org/wiki/Cristina_S%C3%A1nchez-Andrade#/media/Archivo:Cristina_S%C3%A1nchez-Andrade_(copyright-_Mar%C3%ADa_Gaminde).jpg 

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Coloquio sobre Sacrificios humanos, de María Fernanda Ampuero

Por Carlos Andrés López Duque

Después de una breve introducción, recordando las preguntas orientativas de la Guía de lectura de la obra, inició la participación del público, tomando como punto de partida la percepción del libro, planteándose que debe leerse despacio, incluso releerse después de una primera fuerte impresión, ya que se trata de cuentos difíciles de digerir, no por falta de calidad sino por la estética visceral propia de la autora.

A continuación, los participantes enfocaron sus reflexiones hacia el sentido del título Sacrificios humanos, como hilo conductor entre los cuentos, proponiendo los enormes sacrificios que el ser humano realiza por encajar en la sociedad normativa, cómo nos sacrificamos por otros y para otros, la manera en que hipotecamos nuestra vida por obtener lo que nos han hecho creer que necesitamos, hasta llegar a la idea de sacrificios a los dioses del machismo, la pobreza y el capitalismo.

A partir de allí, la conversación se centró especialmente en los temas desarrollados por Ampuero en sus cuentos, que despertaron gran interés por su actualidad. Destacaron temas como la violencia hacia el cuerpo, la desigualdad, la violencia familiar (en cuentos como «Hermanita»), la transmisión de una generación a otra de los prejuicios hacia lo diferente (como en el caso de «Sanguijuelas»), la migración y el racismo (en «Biografía»), la violencia contra la naturaleza (en el cuento «Invasiones») donde se realizó como aporte adicional, respecto a los terrenos baldíos invadidos por personas sin recursos, la película El 47.

Hubo, asimismo, una temática en particular que cobró gran interés entre los participantes, que consiste en una lectura bíblica feminista, invirtiendo su sentido, por ejemplo, en el cuento «Edith», un personaje de la Biblia privado de voz, que en el libro recupera tanto la voz como el deseo. Otro ejemplo sería el cuento «Elegidos», donde los Cuatro Jinetes no montan corceles, sino que son cabalgados. Ambos cuentos coinciden en el despertar del Eros femenino, frente a las restricciones e imposiciones religiosas que la venían privando de su propia sexualidad y de la posibilidad de decidir sobre su propio cuerpo. En contraste, se presenta una cruel noción de belleza que excluye a quienes no se corresponden con su estricto canon, generando inseguridades y sentimientos que conducen, especialmente a las mujeres, hacia el deseo de autodestrucción, integrándose, en complemento a la pulsión del Eros, la pulsión tanática propuesta por Freud.

Para la fase final del coloquio, se mencionaron algunos aspectos relacionados con la estética de la obra y su sentido general, donde se consideró que el efecto más potente del terror, en Ampuero, no se encuentra en los elementos fantásticos o sobrenaturales sino en lo cotidiano y real. También se destacaron algunos pasajes poéticos del libro, por ejemplo el final del cuento «Freaks», aludiendo además que, si bien la autora es descarnada y visceral, hay un manejo del lenguaje que se constituye en su poética propia, un uso intencionado del lenguaje para causar el potente efecto de sus historias. Finalmente, se concluyó que el sentido general del libro apunta a la existencia de un amplio conjunto de personas que son consideradas como prescindibles o sacrificables, personas a las que se les atribuye menor valor o importancia, siendo violentadas en diferentes escenarios de la vida familiar o social.

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Guía a la lectura: Sacrificios humanos, de María Fernanda Ampuero

Por Carlos Andrés López Duque

GUIA DE LECTURA SACRIFICIOS HUMANOS Pincha en este enlace para ver la presentación elaborada por Carlos Andrés López Duque para los socios del Club de lectura de la Universidad de León

MARÍA FERNANDA AMPUERO (Guayaquil – Ecuador, 1976)
Escritora, periodista y gestora cultural, cursó estudios en la Universidad Católica de
Santiago de Guayaquil. Ha sido parte del taller de periodismo BBC, del equipo de
redacción en el diario El Universo y fue gerente en 2019 del Plan Nacional del Libro y la
Lectura José de la Cuadra, del Ministerio de Cultura de Ecuador. En 2004 viajó a Madrid
con el propósito de documentar el éxodo de ecuatorianos a España, sin saber que ella
misma se convertiría también en inmigrante.
Ha publicado los libros de crónicas y artículos: Lo que aprendí en la peluquería (2012) con
Dinediciones y Permiso de residencia: crónicas de la migración ecuatoriana en España
(2013) con La Caracola Ediciones. Los libros de cuentos Pelea de gallos (2018) y
Sacrificios humanos (2021) ambos con la Editorial Páginas de Espuma. El libro de ensayo
Visceral (2024) y la antología comentada Dantescas. Cuentos de mujeres que descendieron
a los infiernos (2024) publicada por FERA.
En 2012 fue seleccionada entre los 100 latinos más influyentes de España. El mismo año
ganó el premio Ciespal de Crónica y el de la Organización Internacional de las Migraciones
(OIM) a la Mejor crónica del año. En 2016 recibió el Premio Cosecha Eñe de relato y en
2018 su libro de cuentos Pelea de gallos fue elegido como uno de los diez mejores de
ficción según The New York Times, además de ganar el Premio Joaquín Gallegos Lara
como mejor libro de cuentos del año.

OBRA
La obra de María Fernanda Ampuero esta marcada por una furia telúrica que sacude al
lector, la visceralidad es una de sus principales marcas de identidad, aunque sin abandonar
la construcción de atmósferas e imágenes de gran altura estética. Los diversos campos en
los que se ha desempeñado a lo largo de su vida, sumados a su mirada como migrante y
feminista, le han otorgado una mirada descarnada del mundo, que sabe reflejar muy bien y
hacer sentir hasta el tuétano en sus cuentos.

ESCENA LITERARIA
Escritoras latinoamericanas contemporáneas.

Link de las imágenes de las obras: https://www.hablemosescritoras.com/writers/112

CRÓNICAS

2011  2013

CUENTOS

  2018

  2021

ENSAYO

  2024

ANTOLOGÍA COMENTADA

dantescas, portada, fera, maria fernanda ampuero  2024

LO VISCERAL Y EL GRITO (pintura El grito o Dolor de Guayasamín)

“Como siempre que no puedo entender algo, que la injusticia me retuerce las vísceras, que siento que podría desmayarme de ira, recurro a la literatura” (2024). Así comienza Ampuero el primer capítulo de su libro Visceral, podríamos considerar esta confesión como un fragmento de su ars poetica, como uno de los principios que rigen su escritura y determinan, en gran medida, la naturaleza de sus cuentos. La respuesta literaria a esas emociones de perplejidad, indignación e ira tiene en su caso la misma potencia y busca los efectos de la fuente que los provoca, por ello elige la visceralidad y el grito. ¿Por qué estos rasgos? La motivación está en los efectos: revulsión, abyección, asco, estridencia… sacudir el mundo del lector develando sin pudor aquello que se ha silenciado, lo que se calla en el seno de las familias, de la sociedad misma. 

En su narrativa hay una clara postura de responder al silencio y al dolor con la fuerza más descarnada del lenguaje, alzando la voz como quien rompe una mordaza a gritos. Sus Sacrificios humanos son exhumaciones de dolores sin nombre con la mortaja abierta para apreciar sus marcas en esos cuerpos olvidados; un primer plano de la piedra sacrificial con las huellas de tanta vida segada y de toda la violencia que sobre ella se desató.

PERSONAJES

Son muy variados los personajes que propone, vinculados por estar en situaciones que son, en principio, cotidianas, pero que se van trastocando en terribles a medida que avanza la historia. En ellos podemos apreciar la noción de nuevas monstruosidades, representadas en: inmigrantes, pobres, personas obesas o con diversidad funcional y homosexuales. Asimismo, encontramos monstruos domésticos y sociales, como: feminicidas seriales, pederastas, violadores, secuestradores, xenófobos, gordófobos, aporofóbicos y homófobos violentos. Como también podemos ver personajes que rompen paradigmas como la inocencia y bondad natural de la infancia, la protección e institucionalidad de la familia o la maternidad.  

PERSONAJES MASCULINOS

Aunque su obra tiene un especial carácter de denuncia frente a las diversas violencias de género y un alto compromiso con el feminismo, presenta amplios matices de la masculinidad contemporánea, desde aquellos afectados por trastornos psicológicos causados por traumas, amantes que contribuyen a la revelación del eros sofocado por un esposo brutal o aquellos perseguidos por su sensibilidad y orientación sexual; hasta maridos alcohólicos o maltratadores, asesinos y padres incestuosos.

Alberto, los dos creyentes, El Silba, los surfistas muertos, Julito, un joven rico y uno pobre, un amante y un esposo, John, el freak y su amigo.

PERSONAJES FEMENINOS

Los personajes femeninos predominan y suelen ser, a su vez, la voz narradora, lo cual ratifica esa idea de entregar la palabra voces silenciadas. No son, en todo caso, personajes idealizados, participan también de la crueldad del mundo y, asimismo, la padecen. Desde los estigmas de clase, el rechazo y las burlas por no cumplir los estándares de belleza actuales, el deseo de autodestrucción frente al espejo, hasta quienes viven el maltrato, los ultrajes o encuentran la muerte a manos de desconocidos y hasta en el hogar. 

Diferentes narradoras-personaje, las cuatro monstruas, Mariela, Lucía, María Teresa, Edith y sus hijas y Lorena.

TEMAS RECURRENTES

  • Xenofobia
  • Violencia de género
  • Soledad
    • Lucha de clases (y criminalización de la pobreza)
    • Lo silenciado
  • Los cánones de belleza
  • Eros y Tánatos
  • Nuevas monstruosidades
  • El horror en lo cotidiano
  • Violencia estructural

ATMÓSFERAS 

Horror, siniestro y abyección, sublime  

Sus atmósferas, que parten de las situaciones más cotidianas, se construyen mediante un enrarecimiento progresivo de los acontecimientos. Una oferta de trabajo se torna pavorosa, una huelga hecha revolución como telón de fondo para terribles descubrimientos, un cementerio tornado en fiesta, una casa familiar que pasa del estatus a la maldición, un hogar de ensueño tornado en pesadilla… La constante es la proximidad de los hechos iniciales, el día a día, lo cotidiano, pero de acuerdo con los temas que aborda y su manera de hacerlo, Ampuero se sirve del horror, de lo siniestro y de lo abyecto para provocar no solo temor, también rechazo, asco y repulsión por las situaciones que termina revelando. El aislamiento, la noche y el desamparo son esenciales ingredientes para el efecto deseado en el lector.

ESPACIOS 

Sus espacios suelen ser lugares aislados o doméstico, teniendo especial predilección por estos últimos, ya que el ámbito familiar y la intimidad del hogar le permite a la autora acercarnos a sus personajes más allá de las máscaras o roles sociales, una desnudez muy adecuada para profundizar en sus oscuridades y miserias ocultas. Como también es el escenario simbólico de lo familiar, ese lugar que debería ser de protección y acogida, pero que es también la caja negra donde se guardan celosamente oscuros secretos y traumas, un lugar de dolor que se torna siniestro.

LENGUAJE

Considerando su perspectiva estética, mencionada en la Atmósfera, hay descarnadas descripciones de situaciones violentas, agresiones y la presencia de la muerte como hilo conductor de cada historia. Su lenguaje, en este sentido, es despiadado y se hace eco de voces que se han ahogado en el dolor, la pérdida y la injusticia. Sin embargo, ello no evita que su narración fluya, al contrario, la impregna de una fuerza magmática. Además, sabe tejer este estilo potente, con muy bien logradas imágenes de carácter poético, logrando así el equilibrio de sus historias.

SÍMBOLOS

  • Fantasma
  • Caos y destrucción
  • Grito contenido
  • Eros y Tánatos
  • El cuerpo
  • Sanguijuela
  • El otro
  • La Pietá
  • Laberinto
  • Sexo
  • El monstruo del hogar
  • Los freaks

RECURSOS DE INTERTEXTUALIDAD Y REFERENCIAS ARTÍSTICAS

    • El patrón: radiografía de un crimen (película) de Sebastián Schindel.
    • La novela La sirvienta y el luchador de Horacio Castellanos Moya – El Club (película) de Pablo Larraín.
    • Mariana Enriquez en el cuento «La desgracia en la cara» – Ghostland (película) de Pascal Laugier.
    • La novela La fase del rubí de Pilar Pedraza y de Mariana Enriquez el cuento «Carne».
    • La serie animada Takopi´s original sin de Taizan 5 adaptada por el Estudio Enishiya, de Mónica Ojeda el cuento «Soroche».
    • La película Funny games de Michael Haneke, el documental Cuidado con Slenderman de Irene Taylor Brodsky y el cuento «Mamaita» de Joyce Carol Oates. 
    • La película Vivarium de Lorcan Finnegan y el cuento «El carrito» de Mariana Enriquez. 
    • La Pietá de Miguel Ángel y la película Relatos salvajes: la propuesta (cuarta parte) de Damián Szifron.
    • La novela Mátate, amor de Ariana Harwicz y La casa de hojas de Mark Danielewski. 
    • Verena Cavalcante del cuento recogido en la antología de terror Cabezas en la ventana.
    • La película Promissing Young Woman de Emerald Fennell, el cuento «La mujer del verdugo» de Rodrigo Argüello.
    • La novela gráfica Lo que más me gusta son los monstruos de Emil Ferris.

Entrevistas a la autora: 

https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/2015/34/maria-fernanda-ampuero-la-narrativa-acunada-entre-la-migracion-y-la-crisis

https://www.youtube.com/watch?v=c-_SJCJL6Ko

SUGERENCIAS PARA LA LECTURA DE SACRIFICIOS HUMANOS

  1. ¿Cuáles consideras que son los sacrificios humanos en cada uno de los cuentos y qué motivaciones conducirían a la autora a emplear este título?
  2. ¿Consideras especialmente destacable algún rasgo de la visceralidad de esta autora?
  3. ¿Destacarías, asimismo, algún pasaje de tono poético?
  4. Además de los símbolos propuestos, ¿consideras la presencia de otros símbolos con especial relevancia en su narrativa?
  5. ¿Las temáticas abordadas por la autora necesitaban ser nombradas desde el ámbito literario? ¿Cuáles te han parecido más relevantes?
  6. ¿Considerarías que tienen mayor efecto en el lector los cuentos con elementos sobrenaturales o aquellos que permanecen en el plano de lo real? Recoge algún ejemplo de tu elección.
  7. Dado el especial protagonismo de lo femenino en el libro, ¿Cuál de las protagonistas destacarías y por qué motivos?
  8. ¿Has reconocido algunas referencias intertextuales e interartísticas?

Entrada destacada

Lectura 1: Sacrificios humanos, de María Fernanda Ampuero

 

Título: Sacrificios humanos
Autor: Ampuero, María Fernanda

Publicación: Editorial Páginas de Espuma, 2021
Descripción física: 144 p. 16 x 25 cm
Colección: Voces/ Literatura, 307
ISBN: 978-84-8393-289-6

Calendario

Lugar y horario

Los encuentros tendrán lugar a las 19:00 horas en el salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras.

De forma combinada, ofrecemos el formato híbrido online síncrono a través de Meet.

La autora (información ofrecida por la editorial)

María Fernanda Ampuero nació en Guayaquil, Ecuador, en 1976 y estudió literatura. Colabora con numerosos medios internacionales y hasta la fecha ha publicado dos libros de crónicas, Lo que aprendí en la peluquería y Permiso de residencia. En 2016 ganó el premio Cosecha Eñe de relato. En esta editorial ha publicado dos libros de cuentos, Pelea de Gallos (2018) y Sacrificios humanos (2021), y Visceral(2024), una colección de ensayos entre la autobiografía, la memoria y la autoficción. Los tres han sido traducidos a varios idiomas, situándola como una de las voces más importantes de la literatura latinoamericana actual.

La obra (información ofrecida por la editorial)

Todos podemos ser el demonio del otro. Todos podemos ser el sacrificio humano de ese otro. María Fernanda Ampuero, una de las voces imprescindibles de la literatura latinoamericana actual, nos empuja magistralmente a un universo húmedo, podrido y hostil donde la violencia marca la narrativa de nuestras vidas. En ese mundo se yergue una bestia de muchas cabezas que aterroriza y muerde a los débiles, a los marginales, a los sacrificables en aras del silencio, de la desigualdad, del odio, del abuso, de la muerte.

Así, cada historia es un grito que contempla a las víctimas de estos sacrificios humanos que permanecen cada día en los altares de aquellos que los celebran, los ocultan o miran hacia otro lado.

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Club de lectura 2025-2026

 

 

 

XIII edición del CLUB DE LECTURA UNIVERSIDAD DE LEÓN

 

Si te interesa obtener el
diploma acreditativo con reconocimiento de créditos ECTS, debes matricularte en Extensión Universitaria, en las         XIII Jornadas del Club de Lectura Universidad de León

El Club de lectura  de la Universidad de León propone actividades que no solo están dirigidas al público universitario. La participación abierta a cualquier persona de la sociedad interesada es gratuita. No hay límite de edad ni se exige disponer de ningún certificado de estudios.

Pretendemos reunirnos periódicamente para compartir la experiencia de la lectura y aprovecharla como competencia transversal para completar la formación académica y personal. Las sesiones del Club están abiertas tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad.

Calendario
Fecha de inicio: 30/09/2025
Fecha de finalización: 16/12/2025

Horario
19:00 horas.

Lugar de celebración y formato: presencial /online
La sede del club le lectura se ubicará en dos espacios en esta edición:

  • Facultad de Filosofía y Letras- Salón de Grados:
    • Sesiones de lectura 1: 30 de septiembre, 7 y 16 de octubre
    • Sesión última de lectura 2: 16 de diciembre
  • Biblioteca General San Isidoro- Sala de Conferencias:
    • Sesiones de lectura 2: 21 y 28 de octubre
    • Sesiones de lectura 3: 4, 18 y 25 de noviembre
    • Sesiones de lectura 4: 2, 9 y 12 de diciembre

De forma combinada, ofrecemos el formato  híbrido online síncrono a través de Meet (Por si quieres saber más de Meet: Guía rápida de Google Meet pdf)

FORMAS DE PARTICIPACIÓN (¡importante!)

  1. Si estás interesado en obtener el diploma acreditativo para el reconocimiento de los créditos ECTS,  debes matricularte en Extensión Universitaria de la ULE. Más información sobre esta modalidad en nalvm@unileon.es

    ¡¡¡ No todo el mundo tiene que matricularse !!!

  2. La Universidad de León abre su club de lectura a toda la sociedad, de forma abierta y gratuita. No necesitas  matricularse para poder participar, aunque sí te pedimos que nos manifiestes tu deseo de hacerlo para tenerte en cuenta, enviarte los avisos y recordatorios e invitarte a nuestras sesiones de GOOGLE MEET…  Envíanos tus datos al correo nalvm@unileon.es para que sepamos que contamos contigo. Indícanos:
    – Nombre y apellidos.
    – Correo electrónico (si eres miembro de la ULe, el institucional).
    – Tipo de usuario: Estudiante/ PDI/ PAS /Externo.
    Por lo tanto, si solo estás interesado en participar en coloquios y encuentros (virtuales) de las lecturas, no  es necesario que te matricules ni pagues ninguna cantidad económica, pero sí que nos avises por correo y que nos envíes tus datos.
  3. Puedes participar  a través del blog:  te ofreceremos información de cada una de las sesiones y podrás enviarnos tus comentarios. Además grabaremos las sesiones y las pondremos a tu disposición para que las tengas disponibles siempre que quieras o  por si no has podido asistir al encuentro en directo. Para participar de esto modo tampoco existe ningún requisito.
Entrada destacada

Club de lectura 2025-2026

 

 

 

XIII edición del CLUB DE LECTURA UNIVERSIDAD DE LEÓN

 

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Pretendemos reunirnos periódicamente para compartir la experiencia de la lectura y aprovecharla como competencia transversal para completar la formación académica y personal. Las sesiones del Club están abiertas tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad.

Calendario
Fecha de inicio: 30/09/2025
Fecha de finalización: 16/12/2025

Horario
19:00 horas.

Lugar de celebración y formato: presencial /online
La sede del club le lectura se ubicará en dos espacios en esta edición:

  • Facultad de Filosofía y Letras- Salón de Grados:
    • Sesiones de lectura 1: 30 de septiembre, 7 y 16 de octubre
    • Sesión última de lectura 2: 16 de diciembre
  • Biblioteca General San Isidoro- Sala de Conferencias:
    • Sesiones de lectura 2: 21 y 28 de octubre
    • Sesiones de lectura 3: 4, 18 y 25 de noviembre
    • Sesiones de lectura 4: 2, 9 y 12 de diciembre

De forma combinada, ofrecemos el formato  híbrido online síncrono a través de Meet (Por si quieres saber más de Meet: Guía rápida de Google Meet pdf)

FORMAS DE PARTICIPACIÓN (¡importante!)

  1. Si estás interesado en obtener el diploma acreditativo para el reconocimiento de los créditos ECTS,  debes matricularte en Extensión Universitaria de la ULE. Más información sobre esta modalidad en nalvm@unileon.es

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  3. Puedes participar  a través del blog:  te ofreceremos información de cada una de las sesiones y podrás enviarnos tus comentarios. Además grabaremos las sesiones y las pondremos a tu disposición para que las tengas disponibles siempre que quieras o  por si no has podido asistir al encuentro en directo. Para participar de esto modo tampoco existe ningún requisito.
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Dorothy Parker

¿Ya conoces a Dorothy Parker?

Hoy  traemos unas  brevísimas notas para acercarnos a la figura y la obra de esta autora al cabo de las cuales esperamos haber despertado tu interés para que sigas descubriéndola por tu cuenta.

Vida nueva y brillante

  • Dorothy Parker (1893-1967). Escritora, periodista, dramaturga, guionista, poetisa y crítica estadounidense conocida por sus comentarios ingeniosos, divertidos y a menudo mordaces es una de las principales voces del Nueva York de finales de los años veinte del siglo pasado. Fueron años de libertad y desenfreno que precedieron a la Gran Depresión.
  • Autora adelantada a su tiempo a quien John Keats, autor de su primera biografía, publicada tan solo tres años después de su muerte, describió así:

You Might as Well Live: The Life and Times of Dorothy Parker de Keats, John«Hace mucho tiempo el mundo era nuevo y brillante, y Dorothy Parker era una de las personas más nuevas y brillantes que en él habitaban. Tuvo dos maridos, varios amantes, una mansión en Beverly Hills, una finca en Pensilvania y una serie de apartamentos en Nueva York. Fue una figura principal de la famosa Mesa Redonda del Hotel Algonguin; sus libros de poemas y cuentos eran instantáneos éxitos de ventas; la citaban los mejores articulistas de los mejores periódicos y prácticamente le fueron atribuidos todos los comentarios brillantes de su época». 

Si lo deseas, puedes conocer más profundamente su vida, pues en la Biblioteca Central disponemos de un ejemplar de la  biografía de esta autora: «You might as well live : the life and times of Dorothy Parker».

Obra en prosa

  • De su obra se ha prestado más atención a la prosa, especialmente en los campos de los estudios feministas y los estudios del humor. Parker fue una observadora sensible, conmovedora a veces  a la vez que una escritora  ingeniosa, temida por su certera mordacidad y su afilada lengua  crítica que le permitió retratar no solo su época,  sino unos personajes que aún hoy podemos seguir reconociendo en las sociedades urbanas del mundo occidental.
  • No solo hay ligereza y frivolidad para hablar de temas como el racismo, la hipocresía de la clase media, las absurdas convenciones para la convivencia entre los sexos o  las relacionesMs. Dorothy Parker de pareja; siempre se pone de manifiesto una irresoluble falta de entendimiento entre hombres y mujeres que, sobre todo en el caso de ellas, un siglo después siguen atrapadas en el papel que la sociedad les pide que representen.
  • Puedes ir leyendo estos relatos. Ya nos dirás si te parecen frívolos y/o superficiales (enlaces ofrecidos por Ciudad Seva).

Obra en verso

  • La obra poética de Dorothy Parker no ha recibido hasta ahora mucha atención por parte de los críticos. Tal vez los calificativos de ligera, frívola, ingeniosa o divertida  hayan propiciado esa mirada condescendiente y esa falta de interés. Una lectura más profunda pondría de manifiesto que bajo esos versos ligeros y a veces cínicos laten temas que incomodan y desasosiegan: el desamor, el suicidio, la identidad, la muerte, la pérdida de seres queridos. Sabe jugar con las expectativas y subvertir un tema serio convirtiéndolo en una rima divertida y, lo que es peor, sabe hacer lo contrario:

«Bebe y baila y ríe y miente
ama toda la tumultuosa noche
¡Porque mañana habremos de morir!
Aunque ay, luego nunca ocurra»

Dorothy Parker

Compromiso social

  • Fue militante comprometida con las causas sociales y políticas desde la izquierda norteamericana, acusada de comunista y acosada durante la «cacería de brujas» del senador McCarthy. Durante el periodo de la Guerra Civil Española fue una muy activa defensora de la causa republicana, para quien participó en campañas de recaudación de fondos  e incluso realizó un viaje a España en 1937. Tras esta  experiencia  que la conmovió profundamente escribió el cuento «Soldados de la República», publicado en la revista «The New Yorker». Para conocer mejor este compromiso de la autora en el conflicto español  podemos ver estas dos lecturas: el artículo  de Josefina Cornejo en la  plataforma del Centro Virtual  Cervantes  y  el contundente relato  que hemos citado,  ambientado en un café de Valencia que pone en primer plano la incomodidad del intelectual ante la crueldad de la guerra como realidad y no como idea.

Y un final tan movido como la juventud de una flapper

  • Dorothy Parker intentó suicidarse cuatro veces sin éxito.
  • A su muerte, en junio de 1967, legó su patrimonio al Dr. Martin Luther King.  En abril de 1968 el Dr. King fue asesinado a tiros  y el patrimonio de  la escritora pasó a manos de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color. Hasta el día de hoy, la NAACP se beneficia de las regalías de todas sus publicaciones y producciones.
  • Mientras tanto, las cenizas  de la escritora fueron olvidadas durante 21 años: nadie las reclamó hasta que en  1988 la NAACP construyó un un jardín conmemorativo en la sede  nacional en Baltimore y enterró las cenizas allí… hasta agosto de 2020,  fecha en la que la urna con las cenizas de Parker fue entregada a su familia y enterrada.
  • Hay controversia sobre varios epitafios sugeridos por ella como  «Si estás leyendo esto es que estás encima de mí» o «Esta ronda va de mi cuenta». Finalmente  parece que prefirió «Perdón por el polvo», que aparecía en el monumento conmemorativo de la NAACP.

Genio y figura…

 

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Clausura de las XII Jornadas Club de lectura Universidad de León

 

El martes 17 de diciembre de 2024, tuvo lugar la clausura de las XII Jornadas del Club de lectura de la Universidad de León. Nuestro agradecimiento a quienes lo han hecho posible y a quienes han participado. La despedida de lujo, con la presencia de Eloy Tizón en nuestra Biblioteca Universitaria San Isidoro.

 

Vídeo del encuentro https://videos.unileon.es/video/67654eef8f4208bc3e8b458d

 

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Coloquio sobre Plegaria para pirómanos, de Eloy Tizón

 

Por Ana Abello Verano

Muchos de los socios del club se acercaron por primera vez a la singular poética narrativa de Eloy Tizón a través de su último libro, Plegaria para pirómanos. Su visión crítica contrastó con la de aquellos que habían seguido la trayectoria de Tizón desde su aclamado volumen Velocidad de los jardines.

A lo largo del coloquio se analizaron los rasgos más emblemáticos de la producción de este autor, como la presencia de pasajes poéticos, el peso del culturalismo, la combinación de distintas perspectivas en el marco de una misma historia, el juego con las elipsis o la incorporación de elementos misteriosos que quedan sin resolverse. Gran parte de estos asuntos se vincularon con las características del «postcuento», término explicado en la guía de lectura con el fin de comprender en toda su magnitud el universo creativo de Tizón.

Los lectores coincidieron en destacar la narratividad de los tres primeros cuentos de Plegaria para pirómanos, en los que aparece el personaje de Erizo como hilo conductor, al tiempo que incidieron en la dimensión abstracta y onírica de relatos como «Anisópteros» y «Cárpatos». Uno de los textos más celebrados fue «El fango que suspira», por el retrato postmortem que configura y que no deja indiferente a nadie, aunque «Grafía» también fue una composición muy comentada debido al juego metaliterario que contiene y que permite interpretar la estructura global del libro.

En la sesión hubo tiempo también para leer en voz alta pasajes de gran carga visual y lírica, sin dejar de lado el análisis de los espacios narrativos y las referencias certeras a la sociedad contemporánea que incorporan los relatos.

No cabe duda de que la literatura de Tizón, rica en matices, no se agota en una única lectura. Así, mientras esperamos la visita del autor, seguro que muchos participantes del club vuelven a abrir el libro para sumergirse en sus páginas.

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Guía a la lectura: Plegaria para pirómanos, de Eloy Tizón

 

Por Ana Abello Verano

«Que escribir es, en sí mismo (tiene que serlo), lo contrario del hogar: un lugar inhóspito, manicomial, un sótano con poca luz y humedad excesiva» (Tizón, Técnicas de iluminación, 2013: 73).

Eloy Tizón (Madrid, 1964) está considerado uno de los autores insignes de la narrativa breve en español de finales del siglo xx y principios del siglo xxi. No en vano sus cuentos, traducidos a diversos idiomas, se han recopilado en antologías que recogen la multiplicidad de trayectorias del género en la literatura contemporánea: Pequeñas resistencias. Antología del nuevo cuento español (Páginas de Espuma, 2002, edición de Andrés Neuman), Relato español actual (Fondo de Cultura Económica, México, 2003, edición de Raúl Hernández Viveros), Cuento español actual (1992-2012) (Cátedra, 2014, edición de Ángeles Encinar) y Por favor, sea breve 2 (Páginas de Espuma, 2009, edición de Clara Obligado). A esta nómina debe sumarse su participación en Páginas Amarillas (Lengua de Trapo, Madrid, 1997), Cien años de cuentos (Alfaguara, 1998), Los cuentos que cuentan (Anagrama, 1998) o Qué me cuentas. Antología de cuentos y guía de lectura para jóvenes, padres y profesores (Páginas de Espuma, 2006, edición de Amalia Vilches), entre otros volúmenes. En 2013 fue incluido entre los mejores narradores europeos en Best European Fiction, una antología prologada por John Banville.

La ópera prima de Tizón fue el poemario La página amenazada (1984, Arnao), si bien su trayectoria, sin abandonar nunca la dimensión lírica, ha transitado mayoritariamente por los cauces de la narrativa. Velocidad de los jardines (1992, Anagrama), su primer libro de relatos, contó con una gran acogida crítica y lectora que se ha perpetuado hasta la actualidad. No es casual que este libro se considerase como un título esencial en el proceso de renovación del cuento en la década de los 90, junto con otros como Frío de vivir (1997), de Carlos Castán, Los aéreos (1993), de Luis Magrinyà, El que apaga la luz (1994), de Juan Bonilla o El aburrimiento, Lester, de Hipólito G. Navarro (1996).

La producción cuentística del autor se compone de una serie de títulos que a lo largo del tiempo han confirmado una voz muy personal que aboga por el experimentalismo y destila una gran ambición estética. Así se pueden citar los volúmenes Parpadeos (2006, Anagrama), Técnicas de iluminación (2013, Páginas de Espuma), una reedición conmemorativa revisada por el propio autor de Velocidad de los jardines (2017, Páginas de Espuma), en la que se incluye un prólogo titulado «Zoótropo (Biografía de un libro)», pieza literaria que contextualiza el germen de la obra y los inicios de su escritura, y Plegaria para pirómanos (2023, Páginas de Espuma). Recientemente ha visto la luz en Argentina una selección de sus relatos: La soledad, los viajes, el deseo (2024, Marciana).

En el ámbito de la narración extensa se inscriben las novelas Seda Salvaje (1995, finalista en el XIII Premio Herralde de Novela), Labia (2001) y La voz cantante (2004), todas ellas publicadas en el sello editorial Anagrama. Asimismo, Tizón es autor del interesante ensayo Herido leve. Treinta años de memoria lectora (2019), donde ofrece al lector un repaso de aquellas obras y autores que han marcado su formación como escritor. Las semblanzas que configuran esta obra se encuentran a medio camino entre la reseña y el artículo literario. En sus páginas hay referencias a Antón Chéjov, Franz Kafka, Djuna Barnes, Jorge Luis Borges, Vladimir Nabokov, Felisberto Hernández, Samuel Beckett, Juan Carlos Onetti, John Cheever, Julio Cortázar o Clarice Lispector.

Más allá de su faceta como creador de ficciones, Tizón ha desarrollado en los últimos años una intensa labor como editor (RELEE), prologuista, crítico de literatura y colaborador habitual en múltiples medios periodísticos y revistas, además de impartir talleres de escritura creativa en distintos centros de enseñanza. Asimismo, es el director del I Festival del cuento literario en España, celebrado en la localidad toledana de Torrijos y bautizado como TorrijosCuenta.

Poética narrativa de Eloy Tizón. Hacia el postcuento

Alejándose de decálogos que pueden conducir a un encorsetamiento del cuento, Eloy Tizón aboga por una interpretación del mismo mucho más amplia y flexible, acorde con los derroteros de libertad creativa contemporáneos. Se refiere al término «postcuento» para definir un fenómeno que considera reciente y que lleva a los autores a huir de los tópicos y de la preceptiva más clásica asociada a la narrativa breve.

«El postcuento ha irrumpido con la fuerza de una anomalía o un contagio. El panteón sagrado del cuento ha comenzado a agrietarse y por sus rendijas asoma otra luz, otro aire. Por fin. Ya era hora» (Tizón, Herido leve. Treinta años de memoria lectora, 2019: 593).

Las ficciones que se enmarcan en este membrete del «postcuento» ya no son artefactos narrativos perfectos, piezas de orfebrería donde todo encaja y hay una concatenación de sucesos. Los conflictos claros, con un desarrollo argumental lineal, los personajes totalmente perfilados y los finales cerrados y sorpresivos dejan de ser operativos. En consonancia con este cambio de concepción, cobran también fuerza los silencios, lo no dicho, los espacios para la interpretación, el desbordamiento de la técnica y el proceso de relectura, con la necesidad de un lector muy activo como receptor del texto.

Me referiré a continuación a ciertos resortes que recorren de forma general la narrativa de Eloy Tizón y que nos permitirán acercarnos a las líneas definitorias de su proyecto narrativo.

-Temáticas. Los cuentos de Tizón suponen un retrato de los fracasos y debilidades humanas, en definitiva, de las turbulencias de la vida, esa que el autor define como «un fogonazo de luz solar entre dos bloques de tinieblas» (Quimera. Revista de Literatura, núm. 303, 2009: 8), con cuestiones que nos interpelan como lectores y que nos permiten reflexionar sobre nuestra propia condición.

La escritura del autor pone el foco de atención en el ámbito de lo privado, en la indagación psicológica e intimista. Y precisamente desde esa esfera de lo individual que puede leerse también en clave colectiva surgen una serie de asuntos recurrentes que se plasman desde diferentes aristas en sus libros de cuentos: el amor herido y lejano, la sensación de vacío, la situación de espera, el desconsuelo, la traición, el perdón, el arrepentimiento, el tema de culpa, que recorre muchas piezas, la percepción de la muerte, el duelo, la nostalgia, la juventud y sus límites, la experiencia estética, la pérdida y el sentimiento de orfandad, la pulsión de huida, la desolación, la problemática de la identidad, el mundo como un lugar inhóspito, la belleza, el olvido, las dicotomías entre realidad y ficción o la corrupción de los afectos en el contexto de las relaciones familiares y de pareja, reflejando la complejidad de las relaciones interpersonales. Destaca especialmente la obsesión por el tiempo, una temática vertebral que abarca asuntos como la memoria, la melancolía, los recuerdos y sus contornos volubles, la repercusión del pasado en el presente, y la conciencia de lo efímero. Conviene recordar a este respecto las propias aseveraciones del escritor:

«Concibo la literatura como el arte de apresar algo de la palpitación del tiempo. No sé por qué, pero siempre, desde que era niño, he sido muy consciente de la fugacidad de las cosas. Me conmueve saber que todo está condenado a desaparecer, a irse para no volver, y pienso que la literatura, al igual que las demás artes, nos brinda la gran oportunidad de salvar algo del desgaste, de dar al menos una pátina de permanencia a lo efímero, y así suspender, siquiera sea por breves instantes, la imposición de las horas con su dictadura de los relojes» (Tizón, La familia del aire. Entrevistas con cuentistas españoles, 2011: 76).

-Tramas reducidas al mínimo. Las ficciones de Tizón son fundamentalmente retratos atmosféricos en los que la historia o argumento no cobra tanto protagonismo, en consonancia con su teoría del postcuento. La transmisión de estados anímicos, la abstracción de conceptos y la búsqueda del tono adecuado son más relevantes que la plasmación de los avatares de la trama. Se puede hablar en este sentido de cuentos de acción detenida que reflejan los dilemas subjetivos de los personajes y que tienden en ocasiones a la digresión y al componente autorreflexivo.

Narradores y personajes. Se aprecia un uso bastante frecuente del narrador protagonista, en primera persona u homodiegético. Por lo que se refiere a la configuración de personajes, los personajes tizonianos son seres descentrados, quebrados o a punto de quebrarse, que manifiestan sus conflictos, su intemperie emocional, sus cicatrices, su fragilidad, amparados frecuentemente bajo el velo del anonimato y la caracterización mínima.

-Disolución del tiempo y el espacio. Muchas de sus historias no tienen una cronología clara ni se ubican en un cronotopo concreto. Se observa cierta tendencia a la «deslocalización»; los escenarios se vuelven genéricos, abstractos y, a veces, contienen ciertos toques de ambientación distópica.

-Lenguaje y tono poético. Tizón otorga mucha importancia al modo en el que las historias están contadas, aspirando siempre al rigor expresivo. La envoltura lírica y el cuidado del lenguaje dan lugar a descripciones e imágenes significativas que permanecen en la mente de los lectores. Los propios títulos de los libros ya tienen un efecto emocional en el receptor y están impregnados de ese aire poético tan característico que se encontrará luego entre las páginas, con el empleo de múltiples recursos retóricos: metáforas, personificaciones, aforismos, sinécdoques, paradojas, alegorías, comparaciones, prosopopeyas sinestesias, enumeraciones, asociaciones libres de ideas o repeticiones de construcciones sintácticas.

Sin duda, hay una voluntad de estilo que se sustenta en la preocupación por el ritmo y en los tintes sensoriales, con efectos sonoros, olfativos y, sobre todo, visuales. Resulta llamativa también la atención predilecta que se le concede a los objetos, a partir de los cuales el autor establece reflexiones metafísicas.

«Soy muy visual (lo era antes de dedicarme a escribir; mi primera vocación fue la pintura), por lo que siempre necesito apoyarme en imágenes. Todo lo que he escrito hasta ahora, bueno o malo, está perforado por una mirada, la mía, y confío en que el temblor de esa mirada aporte intensidad a la prosa» (Tizón, El arquero inmóvil. Nuevas poéticas del cuento, 2006: 107)

-Experimentalismo e hibridismo. Si algo define a Eloy Tizón es su afán creativo, lo que se traduce en la búsqueda de nuevos caminos expresivos con los que subvertir la uniformidad. Con el firme propósito de huir de lo previsible, de la repetición de fórmulas ya transitadas, ha asumido riesgos formales en cada una de sus publicaciones, incorporando elementos rupturistas e innovaciones que desafían las normativas clásicas y enlazan con lo fragmentario, la discontinuidad, la ambigüedad y lo sugerido. Asimismo, al autor le interesan mucho las combinaciones paradójicas dentro de una misma creación, como sucede con la tensión que puede darse entre lo trágico y lo cómico, entre la parte sombría y luminosa de lo cotidiano.

-Metaliteratura. El recurso a la metaficción impregna algunas ficciones a través de distintos procedimientos: descripción de los entresijos literarios, interrumpiendo la trama para aclarar algún aspecto respecto a sus técnicas de construcción, referencias al acto de escribir y sus repercusiones, reflexiones generales sobre la literatura y la figura del escritor o inclusión de citas procedentes de otras obras o autores.

-Juego entre biografismo y ficción. En sus piezas se detectan ciertos datos autobiográficos que se entrelazan con la materia literaria.

-Referencias culturales. Las artes están muy presentes en los escritos de Eloy Tizón, que se encuentran influenciados por la música, la fotografía, el cine o la pintura.

Aproximación a Plegaria para pirómanos

La última publicación de Eloy Tizón demuestra el interés del autor por indagar en los límites de la narrativa breve y jugar con sus elementos estructurales. Se trata de un volumen integrado por nueve composiciones que adquiere la forma de ciclo de cuentos, en el sentido de que se aprecian conexiones internas entre las piezas y una voz narradora-personaje que es prácticamente constante. Erizo es el nombre de este personaje que funciona como alter ego del propio creador y que se presenta bajo diferentes variantes vitales sin ordenación cronológica alguna.

En el libro persisten ejes temáticos que ya habían aparecido en la trayectoria previa del autor: la fugacidad del tiempo, la culpa, la espera, la insignificancia de la existencia, la imprecisión o vulnerabilidad del yo en la contemporaneidad, la crudeza de la muerte, el amor y sus conflictos, la soledad, los fracasos emocionales, la añoranza del pasado, el peso de los recuerdos o la experiencia de la pérdida. Sin duda, sus textos siguen poniendo de relieve el carácter escurridizo de la vida, esa que «es mitad magia y mitad espanto» (Tizón, Plegaria para pirómanos, 2023: 181).

El lector inicia la obra con una pieza de carácter más narrativo, justo lo contrario a lo que sucedía en anteriores volúmenes de relatos de Tizón, y va avanzando hacia un territorio más abstracto, con composiciones que rozan lo poético, lo absurdo, la literatura de aventuras, el ensayo, el tono íntimo, lo costumbrista, lo distópico, el género epistolar, el discurso teatral o lo onírico, sin dejar de lado la perspectiva humorística e irónica ni cierta dimensión lúdica. En ese trayecto, además de encontrar registros muy variados, percibirá algunos de los rasgos distintivos de su poética: la tendencia a lo fracturado, el impacto de lo sensorial, el arte de la sugerencia, la relevancia de las elipsis, los finales abiertos, las anécdotas autobiográficas que se mezclan con la invención, el dominio absoluto de los narradores en primera persona, el empleo de imágenes sorprendentes, las referencias culturales al mundo del cine, de la publicidad o de la música, la vertiente lírica de la prosa, y la preocupación por el ritmo.

 A todo ello se añaden el poso de la oralidad a través de giros coloquiales que atenúan ciertas frases filosóficas, y, sobre todo, el procedimiento de lo metaliterario. Plegaria para pirómanos incorpora múltiples referencias y guiños a autores que pueden entenderse como un homenaje a la literatura (en el primer relato, por ejemplo, se tejen redes intertextuales con Franz Kafka, Paul Morand, Jean Cocteau, Vladimir Nabokob, Samuel Beckett, Malcolm Lowry, Julio Cortázar, Charles Bukowski, Juan Benet, Ursula K. Le Guin, Harold Bloom, Janet Malcolm o Terry Eagleton). Pero la metaliteratura va más allá y afecta a otras cuestiones como el control del relato, la explicación del proceso de escritura y las reflexiones sobre la narración y sus implicaciones en el marco de las propias historias, interrumpiendo incluso la focalización diegética con la aparición espontánea de otros itinerarios que pueden interpelar directamente al lector. Así, se detectan juegos polifónicos, digresiones temporales y espaciales, y ciertas estructuras de mise en abyme.

Plegaria para pirómanos es un libro que no se agota en una primera lectura, pues invita al lector a sumergirse en una relectura para descubrir los susurros y destellos de fuego que alberga en su interior. No cabe duda de que Eloy Tizón vuelve a demostrar su dominio absoluto de la palabra y la singularidad de su universo creativo.

Orientaciones para la lectura

Algunos de los elementos que servirán para poner en común nuestras impresiones sobre el libro de Eloy Tizón son los siguientes:

-Sugerencia del sintagma «Plegaria para pirómanos» que sirve de título a la obra.

-Relación entre el título y los cuentos.

-Caracterización de Erizo. Atención a su naturaleza proteica.

-Claves temáticas. Predominancia de ciertos asuntos.

-Enlaces internos entre relatos.

-Despliegue de recursos técnicos.

-Narradores y alternancia de voces.

-Rasgos de los espacios narrativos.

-Presencia de pasajes poéticos o sensoriales. Dimensión lírica y valor expresivo de ciertas imágenes.

-Perspectiva humorística e irónica.

-Culturalismo.

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Coloquio sobre Amores patológicos, de Nuria Barrios

 

Por Natalia Álvarez Méndez

El intercambio de impresiones entre las socias y los socios del club tras el acercamiento a Amores patológicos, de Nuria Barrios, ha sido tan gozoso como la propia lectura. Las personas que han participado en el coloquio han reconocido haber disfrutado con muchos aspectos y no solo con los elementos temáticos, pues se han reseñado, de modo insistente, el empleo del lenguaje por parte de la autora y la potencia del retrato psicológico de unos personajes atados a amores excesivos, a obsesiones y a traumas.

Sorprendente, atrevida, muy original, exploración que incomoda… son algunas de las expresiones utilizadas por las lectoras a la hora de calificar este libro.

Entre los elementos más debatidos sobresale el cuestionamiento de si se trata de una novela o de un libro de relatos.

Más consenso hubo en el reconocimiento de la unidad del libro, construido con un claro hilo temático, así como de la fuerza literaria del humor, de lo onírico, de lo simbólico, del componente lúdico y de lo sensorial en el dibujo del deseo sin caer en lo obsceno.

Si ya algunas socias se habían animado a leer a la vez La impostora. Cuaderno de traducción de una escritora (XII Premio Málaga de Ensayo), ahora se han interesado también por el resto de su obra, incluida su poesía. Una apuesta segura de lectura para seguir disfrutando de la buena literatura.

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Guía a la lectura: Amores patológicos, de Nuria Barrios

 

Por Natalia Álvarez Méndez

La nota biográfica de la editorial Páginas de Espuma presenta los siguientes datos destacados: Nuria Barrios es escritora, traductora y doctora en Filosofía. Es autora de las novelas Todo arde y El alfabeto de los pájaros; de los libros de relatos Ocho centímetrosAmores patológicosEl zoo sentimental y Balearia, y de los libros de poemas La luz de la dinamo, ganador del Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado, Nostalgia de Odiseo y El hilo de agua, ganador del Premio Ateneo de Sevilla. Su ensayo La impostora. Cuaderno de traducción de una escritora ha ganado el Premio Málaga de Ensayo. Como cuentista está presente en numerosas antologías. Imparte clases en el máster de Escritura Creativa de la universidad internacional de Valencia (VIU). Es la traductora al español del novelista irlandés John Banville/Benjamin Black, y sus últimas traducciones son Los muertos, de James Joyce y Mi nombre es nosotros, de Amanda Gorman.

 

POÉTICA Y OFICIO DE ESCRITURA

En su faceta de escritora, algunas de sus publicaciones de poesía —como La luz de la dinamo—, de novela —Todo arde— y de cuentos —Ocho centímetros— confluyen, en parte, con motivos y resortes del libro Amores patológicos.  

En esa línea de confluencia, sobresale una literatura que indaga, que perturba, que se muestra irónica, con el hilo conductor del amor, el dolor, el duelo, la muerte, la familia, en suma, la vida con todas sus luces y todas sus sombras.

La obra de esta autora surge de la conciencia de la literatura como juego, pero también nos revela que la escritura se puede convertir en una forma de pensar el mundo, de penetrar en la realidad a través de lo que nos interpela y nos saca de una recepción acomodada. En sus propias palabras, la escritura

“[…]tiene siempre que descolocar al lector en el aspecto emocional o intelectual que tú quieras” (El Periódico de Aragón, jueves 14 de marzo de 2024).

Cierto es que el poder del pensamiento nos permite mirar y reflexionar de modo distinto al institucionalizado y asumido, nos permite tomar como punto de partida divergente, y como forma de aprendizaje, las preocupaciones derivadas de la incomodidad. Y no menos cierto es que Nuria Barrios posee esa mirada literaria que logra descolocar a quien la lee, potenciada por un trabajo incansable con el sonido de la escritura, con su cadencia adecuada a través de la liviandad de las palabras y sus infinitas capas e interpretaciones.

En este sentido, podemos traer a colación otro de sus libros, el titulado La impostora. Cuaderno de traducción de una escritora, escrito en primera persona durante el confinamiento por la pandemia del coronavirus. En dicho volumen, Nuria Barrios ofrece un ensayo sobre la traducción y acerca de su experiencia en el oficio de la traducción. Plantea la problemática del lenguaje —etimologías, malentendidos, errores—, alude al sufrimiento causado por los retos y dificultades que implica cada elección lingüística, habla de tormento y angustia, aunque también de entrega para captar los matices que hagan justicia a la obra traducida:

“Traduzco alentada por la esperanza de vivir de nuevo el vértigo que provoca la belleza. La sintonía con lo invisible” (La impostora, 2022, pág. 34).

Reflexiona sobre la dificultad, en suma, de captar la capacidad de sugerencia, de connotación y de plasticidad que posee cada palabra, especialmente en el contexto de la imaginación literaria.

A su vez, afirma que la traducción es un viaje a la lengua extranjera, a la materna y al mundo creado en el texto literario. Comenta que hay también, por ello, en la traducción una suerte de exilio en el que el refugio que se pierde o el territorio del que se es expulsada es el de la propia lengua. Llega a decir que la traducción hace “desconocido lo conocido”, a consecuencia de la inseguridad que se experimenta con la lengua materna.

Asimismo, en este ensayo se vertebra su discurso de respeto al lenguaje y a la imaginación con la introducción de reflexiones personales que nos acercan a su concepción de la fabulación. Así, a pocas páginas de cierre del libro, expone:

“He escrito antes en primera persona, pero es la primera vez que ese Yo soy yo. No me interesan los diarios ni la autoficción y, aunque he utilizado elementos de mi vida para escribir, siempre lo he hecho como quien entrega un cordero sacrificial a un dios, que en mi caso es la imaginación. No me importa el cordero vivo, sino su sangre, su olor, las posibilidades nuevas que abre su cuerpo inerte para llegar a ser mucho más de lo que fue. Sin embargo, llego al final de un ensayo en el que he seguido de la mano a ese yo que, de manera inesperada, ha salido a escena empujado por la traducción” (La impostora, 2022, pág. 145).

Esto nos permite adentrarnos en su identidad de escritora:

“[…] ¿Quién soy? Una escritora, contesto. ¿Qué significa eso? Que he construido mi identidad a partir del lenguaje, que he elegido las palabras, no la música, ni los números, ni los pigmentos del pintor, ni el barro o el hierro del escultor, ni el cuerpo de la bailarina, para explorar quién soy. Que elegí que el Verbo se hiciera Carne, mi carne.

La lengua para mí no es un mero instrumento de comunicación, sino una herramienta de indagación, de aprehensión, de creación de la realidad. Es la cuna que mece mis angustias, es el espejo en el que me miro, es la sal en la herida, es la pared contra la que me estrello, es el placer que disfruto, es el odio que exorcizo. Las palabras son mis manos, mis ojos, mi olfato, mi piel… Soy escritora, me digo. Con palabras he tratado de dotar de sentido la existencia, tan carente de sentido. He buscado explicar lo incomprensible: por qué el dolor, por qué el amor, por qué el miedo. Por qué la muerte. Por qué la vida. Solo he enmudecido en épocas en las cuales decidí anestesiarme ante el sufrimiento. No me sentía capaz de soportar la verdad que revela la escritura.

[…] Como escritora trabajo con mi voz, la exploro, la afilo” (La impostora, 2022, págs. 27-28).

 

RECEPCIÓN DE AMORES PATOLÓGICOS

Amores patológicos es el primer libro publicado por la autora, en 1998, en Ediciones B, y editado en 2023 por Páginas de Espuma.

Han pasado, por lo tanto, veintiséis años desde su publicación, lo que nos sitúa en una época muy diferente tanto en relación a la sociedad como al panorama literario. En ese momento, fue una obra muy bien recibida, pero el hecho de que fuera elogiada no oculta el revuelo que causó por el modo de abordar desde la autoría de mujer, desde la voz de la mujer, de modo abierto y sin tapujos, el erotismo y la sensualidad. La propia autora se sorprende ante ciertas reacciones de finales de los años del siglo XX, aunque reconoce que los cambios actuales quizás no tienen todo el alcance que debieran:

 “No hemos cambiado mucho, es algo que me asombra. Creo que la crítica ahora ha aprendido, se ha adaptado a la época y ya no se muestra escandalizada porque entonces hubo críticos muy escandalizados por el hecho de que una mujer escribiera con franqueza del deseo. Eso ya no ha pasado con las reseñas de la nueva edición, pero sigue produciendo el mismo asombro, incluso los lectores me siguen diciendo que les parece una obra muy atrevida. Es curiosísimo cómo cambian las cosas en superficie y lo poco que cambian en realidad” (El Periódico de Aragón, jueves 14 de marzo de 2024).

Es curioso pensar que, durante mucho tiempo, los escritores hombres sí han podido abordar ese erotismo explícito sin que este hecho causara tanto revuelo. Es algo que nos enfrenta a la problemática de escapar de una voz única e institucionalizada, que se convierte en ideológica y que logra uniformar. En La impostora, Nuria Barrios hablaba precisamente de este peligro, aunque centrándose en una anécdota concreta del oficio de traducción —el caso de Salman Rushdie y los traductores asesinados, con la denuncia del peligro de la existencia de “una voz única que quiere la destrucción de las demás”— y apelando a cómo la traducción puede luchar contra ello. Puede que, sin pretenderlo, ella también luchase como escritora contra el discurso uniforme de una época a la hora de enfrentar el erotismo en la literatura. O quizás, que lo hiciera con esa plena pretensión, pues también como traductora toma conciencia de estar en un mundo de hombres. Así, consciente de que “ninguna traducción es neutra”, en La impostora recorre distintos errores de traducción desarrollados a lo largo de la historia que pueden responder a la mirada patriarcal. Argumenta, además, que hay quien piensa que la traducción es un trabajo idóneo para la mujer, fácil, doméstico, como quitando importancia a esta labor. Opta, asimismo, por adoptar la enunciación en femenino en la redacción de su ensayo —la escritora, la traductora, la lectora— para dar voz a las mujeres silencias, ubicadas en los márgenes, a pesar de que da la cifra de que las traductoras colegiadas son el 64%.

Si tenemos todo ello en cuenta, puede que no sorprenda tanto el asombro que causó en su día el libro Amores patológicos, que fue considerado tanto provocador como inesperado, a pesar de antecedentes de línea erótica como los de Ana Rossetti, Mercedes Abad, Almudena Grandes o el premio la Sonrisa Vertical, denominación también esta última de la primera colección editorial dedicada exclusivamente a este tipo de literatura. Por el contrario, en el siglo XXI son muchas las narradoras que abordan lo corporal, lo sensual, lo abyecto en sus poéticas. No obstante, el de Nuria Barrios sigue siendo un mundo original.

 

LABOR DE REVISIÓN

No es objetivo de un club de lectura realizar una labor de cotejo de cuáles han sido los cambios en la nueva edición respecto a la anterior, pero debemos tener en cuenta que es un libro revisado, intervenido, corregido veinticinco años después de su entrega a la primera editorial. De ahí la necesidad de incluir un prólogo de la propia autora en el que desentraña las dificultades a las que se enfrentó:

“Reconocí algunas frases, determinados modos de expresar, cierta mirada sobre el mundo. Reconocí excesos y defectos que he vigilado a lo largo de los años. Y descubrí que esas páginas seguían vivas, que la narración seguía respirando. Ese descubrimiento justificaba el trabajo. Me propuse corregir de manera que el oficio adquirido a lo largo de los años no sofocara el espíritu del libro. Lápiz en ristre, subrayé, taché, rodeé palabras, escribí interrogaciones en los márgenes, lancé flechas para conectar párrafos…” (Amores patológicos, 2023, pág. 17).

Ya en La impostora hablaba de esa futura labor de relectura y corrección de Amores patológicos, una empresa que la enfrenta a “releer, reinterpretar, reescribir y revitalizar” el texto original. En su ensayo, Nuria Barrios manifestaba su admiración por la literatura y meditaba sobre el lenguaje, la palabra y el trabajo invisible de la traductora, y ofrecía también su pensamiento sobre la vida:

“La traducción es el arte de descifrar. Y eso es la vida: la traducción en la que todos estamos embarcados. Desde que nacemos, nos esforzamos en traducir el mundo exterior, en traducir a los otros, en traducir nuestra relación con el mundo y con los otros, en traducirnos a nosotros mismos.

Este ensayo es una exploración existencial de la lengua, que es nuestra casa. Un andar a tientas. Un viaje de descubrimiento” (La impostora, 2022, pág. 26).

No extraña, por ello, que crea que en su labor de revisión de Amores patológicos deban intervenir tanto la lectora como la escritora y la traductora:

“Cada libro explora lo desconocido e implica una transformación. Pero lo desconocido no solo está en el futuro, también está en el pasado. Releerse es abrir la puerta a una interpretación distinta, a una nueva metamorfosis. Es la mejor prueba del misterio que somos para nosotros mismos. En esa oscuridad habita la creación” (Amores patológicos, 2023: pág. 19).

 

FORMA HÍBRIDA

Nuria Barrios emplea una arquitectura híbrida en la construcción de Amores patológicos. De tal modo, este título brinda un libro de relatos que puede ser recibido como novela, o una novela confeccionada como un libro de relatos. En algunas reseñas recientes, como la de Babelia, del 2 de septiembre de 2023, se la define como “una novela construida con fragmentos encadenados”. Sin embargo, ha sido publicado por una editorial, Páginas de Espuma, especializada en cuento.

No se trata de un mecanismo casual, ni mucho menos, pues la autora es sabedora de la relevancia de este aspecto. En ese sentido, asevera:

“La forma es el 90% de los libros. Es mucho más importante el cómo que el qué porque todas las historias son muy parecidas, son de amor, traición, de robo, muertes,… Todas las que se escriben son muy parecidas, cambia una historia según cómo es narrada y ese cómo es el alma de la literatura”. El Periódico de Aragón, jueves 14 de marzo de 2024.

El orden es absolutamente importante en el entramado que enlaza los fragmentos/cuentos, en los que se asocian finales y principios. Y al orden se sumarán las conexiones entre relatos y personajes que ofrecen una lectura de conjunto más completa y significativa.

 

HISTORIAS Y CONTENIDO

Nuria Barrios expone que en su libro delimita la exploración del cuerpo como lenguaje del eros. Nos encontramos, por ello, con varios matices de contenido:

  • Destaca la vertiente de lo físico, lo corporal, lo sensual. Es un libro muy carnal, pero no es procaz. Propone el juego con la pasión, pero de modo literario y elegante.
  • Las historias enmarcan experiencias amorosas, con matices eróticos.
  • Los motivos se centran en pasiones desmedidas, adictivas, de inicio o de fin, pasiones en las que los personajes quieren seguir inmersos, a pesar del sufrimiento. En ese contexto, cobran fuerza las obsesiones, se enfrenta la dificultad de las despedidas amorosas, del duelo, así como de los modos de sobrellevar el amor, el desamor, los excesos, los absurdos, los desequilibrios emocionales, los deseos y los engaños. Todo fluctúa entre la creación y la destrucción, el placer y el dolor, la satisfacción y el penar.
  • Se incide en la evolución que va desde la intensidad del deseo voraz a lo patológico.
  • La etimología pathos (πάθος) procede de la palabra griega que significa emoción, sentimiento, conmoción, sufrimiento. La ‘patología’ remite al estudio de las enfermedades. Lo patológico es lo que denota o implica enfermedad, algo malsano, anómalo, enfermizo.
  • Se presentan elementos temáticos que incomodan y perturban.
  • Pueden cobrar protagonismo algunos fetichismos y perversiones.
  • Se incluye también el ámbito de la familia.
  • Son significativos los umbrales entre el sueño y la vigilia, lo imaginado y lo vivido.
  • Se concede presencia al animal pato en las tramas.

 

RESORTES NARRATIVOS

  • Construcción de un discurso original, con la mirada de la mujer sobre la sexualidad, con inversión de patrones tradicionales e, inevitablemente, una conciencia de género.
  • Se profundiza en la introspección psicológica de los personajes.
  • Combinación de distintos narradores.
  • Narración ágil, con algún toque de lirismo.
  • El lenguaje muy trabajado, con diálogos naturales, sin eufemismos en lo relativo a lo corporal y a los pensamientos negativos.
  • Empleo hábil de sobreentendidos, a través de lo que se sugiere, pero se silencia, y mediante imágenes llamativas.
  • La significación de los sentidos (sin desatender el olfato y el tacto).
  • Cuidado del ritmo, la melodía de las palabras y de las historias.
  • El humor que mueve lo trágico a lo irónico.
  • La literatura como juego.
Entrada destacada

Coloquio sobre Tierra fresca de su tumba, de Giovanna Rivero

 

Por Carlos Andrés López Duque

Después de un repaso inicial por los aspectos centrales abordados en la guía de lectura de la semana anterior, la conversación comenzó en torno al título del libro y la manera como recogía el conjunto de relatos, de manera explícita y simbólica, lo cual condujo a diversas reflexiones sobre la recepción e impresiones generales provocadas por el texto. En este sentido, el efecto causado se dividió en el público entre la paz, producida por su tono poético, y la inquietud, determinada por esa veladura de misterio que se mantiene a través de cada cuento y que en ocasiones no termina de revelarse.

Respecto al sentido del título, se mencionó también que la muerte baña a todos los textos, donde la autora y sus historias se constituyen en aduaneras entre la vida y el más allá, distinguiendo entre una muerte física y una muerte psíquica. También se mencionó la forma en que se articulaban en la portada del libro el título y la imagen del buitre, planteándose esa unión entre belleza y brutalidad de la naturaleza, que contribuyó a comprender una de las intenciones del conjunto de cuentos, en relación con lo que se había denominado en la poética de la autora como: belleza de lo brutal.

En cuanto al tono poético propio de la autora, se mencionaron las descripciones de algunos paisajes —como aquellos de bosque canadiense del cuento «Piel de asno» o el paisaje boliviano del cuento «Socorro»—, como momentos de los personajes presentados con un lenguaje estético especial —como la forma en que se presenta la técnica del origami en el cuento «Cuando llueve parece humano».

Una vez coincidimos en la presencia de lo poético en la obra, se abordaron algunos aspectos temáticos apreciados en los cuentos, destacándose la migración, el desarraigo, la idea de que la naturaleza no se rige por las leyes humanas, el trauma y la presencia destacada de voces que habitan en los márgenes, encargados de realizar las más potentes revelaciones en cada una de las historias.

Lo anterior, nos condujo a los personajes, a la importancia que adquieren en la manera como se desenvuelven a partir de su confrontación entre las leyes humanas y las leyes de la naturaleza, pues sus decisiones y acciones constituyen uno de los motores principales en todos los cuentos, llegando a través de su lectura a la posibilidad de poner en cuestión la legitimidad o acierto de dichas leyes humanas cuando somos llevados a situaciones límite o que nuestra mente no es capaz de afrontar desde la sola racionalidad.

Para finalizar, se mencionaron aspectos simbólicos de la obra, en particular aquellos relacionados con la naturaleza, como el sol y el mar, se hizo alusión también al agua en general, como presencia que contenía sentidos hostiles al hombre y, a la vez, sentidos positivos como el de la lluvia como aquello que despeja y saca lo que está oculto a la luz.

El libro Tierra fresca de su tumba dejó profundas reflexiones de los asistentes, además de algunos interrogantes que se van a plantear en el momento de la visita de su autora, como también una recepción muy positiva sobre su obra, las temáticas que aborda y la originalidad de su estilo narrativo.

Entrada destacada

Guía a la lectura: Tierra fresca de su tumba, de Giovanna Rivero

 

Por Carlos Andrés López Duque

GUIA DE LECTURA TIERRA FRESCA DE SU TUMBA Pincha en este enlace para ver la presentación elaborada por Carlos Andrés López Duque para los socios del Club de lectura de la Universidad de León

Giovanna Rivero nació en Montero, Bolivia, en 1972 y vive en Lake Mary, EEUU. Es escritora y doctora en literatura hispanoamericana.

Es autora de los libros de cuentos Las bestias (1997, Premio Municipal Santa Cruz), Contraluna (2005), Sangre dulce (2006), Niñas y detectives (2009) y Para comerte mejor (2015, Premio Dante Alighieri 2018).

Ha publicado cuatro novelas: Las camaleonas (2001), Tukzon (2008), Helena 2022 (2011) y 98 segundos sin sombra (2014, Premio Audiobook Narration y llevada al cine por el director boliviano Juan Pablo Richter). Entre sus libros juveniles destacan La dueña de nuestros sueños (2005) y Lo más oscuro del bosque (2015, Libro recomendado del año por La Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil).

En 2004 participó del Iowa Writing Program y en 2007 recibió la beca Fulbright. En 2011 Fue seleccionada por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara como uno de “Los 25 Secretos Literarios Mejor Guardados de América Latina” y en 2015 le otorgaron el Premio Internacional de Cuento “Cosecha Eñe”.

OBRA

La prolífica obra de Giovanna Rivero es bella y descarnada como la vida, emanada de la observación y la experiencia sobre nuestra condición ante un mundo complejo y desencantado. Marcada en gran medida por su condición de inmigrante y mujer, su mirada sondea los espacios de la violencia, el desarraigo y la soledad, al igual que la resiliencia y la fortaleza del espíritu humano, mediante un tono poético y muy personal que la destaca en el panorama de la narrativa latinoamericana actual.

CUENTOS

NOVELA

LITERATURA JUVENIL

 

 

 

 

TEMAS RECURRENTES

  • La venganza – concepto de vendetta.
  • La muerte.
  • Desencanto: religión, humanidad, realidad vs pensamiento mágico.
  • Migración.
  • Soledad y sentimiento de desolación.
  • El destino.
  • La familia.
  • Salud mental y tratamientos químicos.
  • Pensamiento animista.

GRIETAS DE LA REALIDAD

  • Si bien la autora nos ubica en historias donde los hechos pueden formar parte de nuestra realidad, no se desprende por completo del aspecto sobrenatural, especialmente en el tercer cuento de carácter fantasmagórico. Late con fuerza en varios de ellos un pensamiento animista que considera no solo la existencia de un alma, sino que integra también la idea de su continuidad más allá de la muerte y su relación con otros seres de la naturaleza. Asimismo, sus cuentos presentan hechos que si bien son factibles, constituyen una transgresión, una fractura tan profunda como para impactar la vida de sus protagonistas, incluso de manera fatal; hechos que podríamos considerar lejanos, improbables, pero que pueblan nuestro mundo, permitiéndonos ver las grietas de la realidad, de lo que consideramos real.
  • La otra grieta que nos presenta, consiste en sus ideas sobre Dios y la religión. Una noción de lo divino completamente ajena a la realidad humana, donde se amparan o hay complicidad desde sus representantes en la tierra ante las acciones más atroces; un Dios de oídos sordos a las más sinceras plegarias, un abandono de los seres humanos ante su destino, un sentimiento de orfandad aunque la fe forme parte de aquello que sostiene a los personajes. En conjunto, una visión posmoderna donde el mundo espiritual se ha secularizado, aunque siga siendo necesario como asidero para afrontar la existencia.

LENGUAJE

En esta obra encontramos un lenguaje maduro, el de una narradora que lleva casi veinte años publicando novelas y cuentos. Su trabajo exhibe una alta conciencia y amor por el lenguaje; la labor de un escultor o un orfebre pueden describir su esmero en los detalles, en pulir cada frase hasta hacerla clara y profunda. El tono es poético, concibe imágenes mediante diversos recursos, alegóricos, metafóricos o simbólicos, otorgando al texto la Belleza de lo brutal, como el título de un libro de cuentos de Ryunosuke Akutagawa, pues aun presentando los hechos más desgarradores, una bella plasticidad se mantiene en cada historia. Por supuesto, debe aquí destacarse su relación con la poesía japonesa y toda su tradición literaria en general, determinada por la comunidad japonesa que migró hacia Perú y Bolivia mencionada en «Cuando llueve parece humano», una tradición que determina su lenguaje cuidado como una gema y también su ritmo sosegado, sin prisas, haciendo de su lectura un ejercicio contemplativo que nos saca del vertiginoso ritmo de nuestro tiempo.

ATMÓSFERAS

Hay una atmósfera de inquietud constante, de misterio, de algo contenido que está a punto de revelarse pero se contiene. Si bien cada historia parte de una revelación intensa y explícita: una violación, un naufragio, la viudedad y la vejez, la locura, la posibilidad de la pérdida definitiva de la memoria o el cuerpo como objeto experimental; todos estos cuentos tienen un algo oculto que se insinúa, pero que la autora demora, a la manera de las digresiones. Además, no deja la gran revelación para el final, a la manera del knock out propuesto por Julio Cortázar o del giro de tuerca ingenioso en el cierre, podríamos considerar que esto lo hace por dos motivos: el primero, al tratarse en su mayoría de cuentos extensos, estas revelaciones dan un segundo impulso al relato para llevarnos hasta el final. El segundo, a la manera de la tradición oriental japonesa, donde el efecto se construye frase a frase, atravesando la narración, por eso su ritmo es pausado, casi contemplativo, lento en apariencia, pero es porque la tormenta y la velocidad se presentan en la interioridad de los personajes.

SÍMBOLOS

  • Cuento 1. El olor, religión y doble moral.
  • Cuento 2. El sabor, el sol y el mar.
  • Cuento 3. La tierra y los fantasmas.
  • Cuento 4. Fantasmas = recuerdos.
  • Cuento 5. El góspel y la salud mental.
  • Cuento 6. El sol.

PERSONAJES

  • Sus personajes son complejos, no seres unidimensionales, sino personas de carne y nervio enfrentados a una realidad descarnada, sin idealización alguna. Personajes en quienes el pasado cohabita con el presente, determinándolo, estando incluso latente a la manera de un fantasma que nos persigue hasta en los pensamientos. Se aprecia también cómo da especial importancia al mundo interior, a la memoria, el recuerdo, los trastornos mentales, el trauma, el peso de las relaciones interpersonales, o la ausencia de ellas, que conducen a sus personajes al desamparo o la soledad.

PERSONAJES MASCULINOS

  • Presenta, a lo largo de la obra, un arco que va desde perpetradores de violencia, cómplices, buscadores de justicia, objetos de venganza e infieles hasta víctimas del amor, hermanos buscando su identidad y esposos sacrificados, generando una imagen de lo masculino diversa y llena de matices.
  • Pastor Jacob, Walter Lowen (padre), Joshua Klassen, indio.
  • Amador, Elías Coronado.
  • Sr. Sugiyama.
  • León, Lucas el ahorcadito.
  • Dani (hermano), Petit Mort.
  • Joaquín.

PERSONAJES FEMENINOS

  • Son las narradoras, las voces de cada historia, propician el tono íntimo, en ocasiones confesional. Mujeres enfrentadas a hechos violentos o traumáticos, a la incomprensión  y la soledad; todas develan un profundo mundo interior y una gran fortaleza de espíritu para levantarse ante la adversidad. No juzgan el mundo en el que viven, sino que actúan conforme a las circunstancias que la vida les ofrece. Personajes fuertes y dispuestos a aceptar la parte que les corresponde en la existencia.
  • Elise.
  • Madre de Elías.
  • Keiko, Hiromi (hija), Braulia (amante del esposo), Emma (inquilina).
  • Socorro, Narradora, madre de la narradora.
  • Nadine Ayadchow, Tía Anita.
  • Joa.

ESPACIOS

  • Debido al tono confesional, varios de los relatos están determinados por el hogar, el espacio íntimo de la casa.
  • Contrastes entre los paisajes propios del origen con el de los lugares a los cuales conduce la migración.
  • En cuanto al mundo exterior, el espacio se presenta generalmente hostil, con gran presencia del sol y el mar. También son fuente de extrañamiento para los personajes, en especial los inmigrantes, que se sienten ajenos tanto en el lugar al que llegan como en su lugar de origen.

NATURALEZA

  • La naturaleza, y los elementos en particular, se presentan como peligrosos u hostiles a los protagonistas. Podemos apreciarlo en las referencias al sol o al mar, como también frente a las inclemencias del clima o las dificultades que genera el trabajo con la tierra. Los paisajes suelen ser fuente de extrañeza, especialmente para el inmigrante, tanto al llegar al país que lo recibe como al regresar a su lugar de origen.

RECURSOS DE INTERTEXTUALIDAD Y REFERENCIAS ARTÍSTICAS

Cuento 1 – La película El prodigio de Sebastián Lelio.

Cuento 2 – La novela Robinson Crusoe de Daniel Defoe, Robinson o los limbos del Pacífico de Michel Tournier, y las películas La vida de Pi de Ang Lee o Midsommar: el terror no espera la noche del director Ari Aster.

Cuento 3 – La poesía de Natsume Seibi y Yoisa Busan y la tradición japonesa.

Cuento 4 – Ambigüedad de Elliot Perlman.

Cuento 5 – Leonard Cohen – Hallelujah y Poemas eróticos de George Bataille.

Cuento 6 – Historias donde se experimenta con personas, como La glándula de Ícaro de Anna Starobinets.

ENTREVISTAS A LA AUTORA 

https://www.hablemosescritoras.com/posts/774

https://www.youtube.com/watch?v=IjotvGnFhTI

SUGERENCIAS PARA LA LECTURA DE TIERRA FRESCA DE SU TUMBA

  1. ¿Cómo crees que se articula el título con el conjunto de cuentos y qué significado le asignas?
  2. ¿Consideras el tono de su escritura como poético y podrías extraer un pasaje que consideres como tal?
  3. ¿Cuál es el rol de los sentidos en estos cuentos, destacarías alguno en particular?
  4. ¿Qué acontecimiento o acción de la historia te ha provocado más impacto al leerla?
  5. ¿Qué símbolos te parecen más sugerentes?
  6. ¿Qué tan cercanos o lejanos a la realidad te parecen los hechos relatados en sus cuentos?
  7. ¿Consideras que hay una evolución o transformación de los personajes a lo largo de cada historia?
  8. ¿Has reconocido algunas referencias intertextuales e interartísticas?
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Coloquio de los socios: Frankenstein, de Mary Shelley

 

 

Nuestra segunda sesión del Club de Lectura, dedicada a la británica Mary Shelley y a su emblemática novela Frankenstein o el moderno Prometeo (2018), resultó en un animado intercambio de ideas sobre algunos de los aspectos centrales del libro.

Al tratarse de un texto de tanta resonancia cultural, uno de los asuntos ineludibles, en el caso de los lectores que no habían leído la novela hasta este momento, fue el acercamiento a un mito, el de la criatura protagonista, que se ha visto muy distorsionada en la larga expansión mediática que ha experimentado a través de las décadas. En general, la reacción de muchos de nuestros socios fue de agradable sorpresa al descubrir un ser completamente diferente al proyectado desde las versiones audiovisuales. Frente al horrendo o bobalicón individuo que se ha reiterado en tantas versiones posteriores, la creación de Shelley es la de una criatura sensible, culta y «filosofante». Cabe indicar también que algunas personas han señalado cómo el drama de este hombre artificial de Shelley les ha despertado especial compasión y empatía, sin duda, unos de los grandes logros de la novela. Se ha destacado cómo la criatura progresa en el texto, adoptando un fuerte simbolismo con lo que implica la evolución del propio ser humano: desde su infancia, desconocedor del medio que lo rodea, hacia su crecimiento y madurez psíquica y mental.

En este sentido, se subrayó, como ya también en la primera sesión de nuestro Club, la fuente rousseauniana en la que se basó Mary Shelley: el «monstruo» es un «ser natural» que evoluciona a la par que sus experiencias personales y sociales. Estas últimas, por desgracia, como ya señalaba el filósofo suizo en sus teorías, conducen a la anónima criatura al desamparo, la soledad, la tragedia y la violencia. De lo que no cabe duda es que el núcleo del texto inclina al lector hacia la reflexión ética, no solo sobre la identidad del Otro, del diferente, sino, también, sobre la incertidumbre que engendran los desarrollos científicos.

Como varios lectores indicaron a lo largo de nuestro encuentro, es una lectura que transmite emociones y que, pese a sus más de doscientos años, aún conecta con nuestras inquietudes y sensibilidades. Varios de nuestros contertulios han repetido en distintas ocasiones que es una novela que, además, plantea las «grandes cuestiones» de la existencia de forma que, de alguna forma, entronca con las corrientes de pensamiento existencialistas del siglo XX y XXI. Por el contrario, ha existido unanimidad en la antipatía que despierta el protagonista humano, Víctor Frankenstein, retratado de una forma más plana, y carente de cualquier gesto de cercanía o de asunción de responsabilidad hacia su propio «hijo».

El comentario de la estructura de la obra también ha ocupado las valoraciones de varios lectores. Para algunos supone un acierto y les ha resultado original y atractiva. Otros, sin embargo, la han encontrado un tanto farragosa o innecesaria. Sin duda, se trata de un texto que, como algunos han señalado, puede representar dificultades en un primer acercamiento, pero, al que, sin duda, merece la pena darle una segunda oportunidad porque tiene mucho que ofrecer, además de informarnos sobre un icono cultural de primera línea. En cuanto a las dificultades que plantea el texto, también se ha incidido en que existen disarmonías en él. Para algunos socios, se trataría de cuestiones relacionadas con la verosimilitud de lo narrado ―lo sorprendente, por ejemplo, de que la criatura alcance tal nivel de conocimiento y madurez en tan solo dos años―, en otros casos, como es ya bien sabido, la novela integra algunas incongruencias internas, fruto, quizá, de algún descuido o despiste de la autora. Hacia estas cuestiones gravitó gran parte del debate, entre los escépticos del mérito de la obra dadas estas quiebras de la verosimilitud y aquellos que las consideran parte consustancial del pacto lector en la literatura, que permite dar cabida a aparentes disonancias en la interacción entre realidad y ficción. El debate fue entretenido y muy enriquecedor porque, a la postre, acometió uno de los meollos de la literatura en su diálogo con la realidad.

En relación con la adscripción de la novela a un género literario concreto, se ha comentado ampliamente su indudable cercanía a la ciencia ficción dada su anticipación de aspectos tan candentes en la actualidad como la inteligencia artificial, la ingeniería genética y la fabricación de seres clónicos y todo el dilema moral y ético que esto plantea. A lo largo de toda la sesión se mencionaron un buen número de películas, en algunos casos adaptaciones de Frankenstein o algunas que, de distintas maneras, recogen sus ecos. En relación con el género, también se elucidaron algunos aspectos de la obra que la sitúan en el Romanticismo y en consonancia con los principios de la novela sentimental. En este sentido, algunos comentarios fueron más bien negativos, puesto que la exaltación de sentimientos de los personajes resulta ya poco acorde a nuestra sensibilidad contemporánea. Sin embargo, como se defendió, hay siempre que encuadrar la obra en su contexto, dentro de unas expectativas y cánones muy diversos a los que pueden dominar en el momento actual.

Aunque ya no restaba mucho tiempo, alguna lectora realizó acertados comentarios finales sobre el gran mérito del retrato tan sensible y certero de paisajes naturales que Shelley realizó, conectándolos con los sentimientos de sus personajes. Dentro del periodo romántico en el que plenamente se encuadra la novela, en verdad, esta recoge perfectamente esta comunión entre naturaleza y espiritualidad.

En conclusión, Frankenstein ha tenido una buena acogida entre los miembros de nuestro Club. La obra magna de Mary Shelley ha generado opiniones distintas, pero todas ellas han dado lugar a un debate muy productivo. Sin duda, cabe destacar la larga vida y onda de expansión de un texto que no presenta visos de decaer en el atractivo e interés que proyecta sobre el público por su misterio y sus cuestiones éticas. Y es que, si hubiera algo que destacar principalmente de nuestros dos encuentros sobre esta novela, es lo loable de que una joven, en los albores del XIX, fuese capaz de dar vida a uno de los textos con más resonancia cultural de toda la literatura universal.

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Guía a la lectura: Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley

 

Por Rosa María Díez Cobo

FRANKENSTEIN Pincha en este enlace para ver la presentación elaborada por Rosa María Díez Cobo para los socios del Club de lectura de la Universidad de León

 

 

 

Retrato de Mary Shelley por Richard Rothwell (1840)

Mary Wollstonecraft Shelley (Londres, 1797 – Londres, 1851) es una de las escritoras británicas de mayor renombre universal. Fue hija de Mary Wollstonecraft y William Godwin, dos nombres icónicos del pensamiento radical e ilustrado británico de finales del XVIII. En plena adolescencia, inició una relación sentimental con uno de los poetas más sobresalientes del Romanticismo inglés, Percy Bysshe Shelley. Junto con este, trabó amistad con literatos británicos tan afamados como Lord Byron o John William Polidori. Pero sintetizar la azarosa y fascinante vida de esta artista no es sencillo y, por ello, os remito a dos de las biografías más completas que se han publicado hasta el momento: Mary Shelley (1987), de Muriel Spark y Mary Wollstonecraft / Mary Shelley (2018), de Charlotte Gordon. Ambas están traducidas al español. También de interés para indagar en la vida de nuestra autora es la película Mary Shelley (2017), de la directora Haifaa Al-Mansour.

Pero, pese a ser autora de un buen número de obras de muy distinta naturaleza y a hallarse toda su vida dedicada al cultivo de la literatura, la figura de Mary Shelley ha trascendido por una sola obra: Frankenstein o el moderno Prometeo (1818). Qué duda cabe, una auténtica proeza para una joven de 20 años en el momento de la publicación de la primera edición.

Más meritorio si cabe es que nuestra autora nunca recibió educación formal reglada y nunca asistió a institución académica alguna por expreso rechazo de su padre. Sin embargo, el bullicioso ambiente literario y cultural en su hogar, junto con el peso de la herencia familiar y su impulso lector y autodidacta nutrió una disposición inquieta y profundamente imaginativa. La posterior asociación de la escritora con Percy B. Shelley y con una serie de referentes literarios del momento, como algunos de los arriba citados, fue el acicate para la conformación de una mente preclara y sintomática de su tiempo. Audaz, rebelde, polímata, su vida y su ficción encarnan el espíritu de una época de encrucijada compleja: entre las corrientes reformistas de la Ilustración; los ecos de la Revolución francesa; la rebeldía romántica; los influjos del gótico y los avances científicos de la mano de la rampante Revolución Industrial.

Frankenstein es un auténtico mito de la edad moderna. Alcanzó el éxito desde sus orígenes entre el público lector, pero fue desdeñada por la crítica académica hasta bien transcurrido el siglo XX. Como su creadora, aglutina todo un compendio de influencias y la convierte en una de las narraciones más representativas de su tiempo.

Pero aportar una visión suficientemente abarcadora de esta obra no resulta sencillo, no tanto por su dificultad como lectura en sí, sino por la enorme cantidad de capas de significado e interpretaciones que se le han aplicado a lo largo de los años. Si a ello sumamos el enorme impacto cultural que ha tenido la obra y su criatura protagonista en forma de reescrituras literarias y de cómic y de versiones e inspiraciones extraliterarias, sobre todo audiovisuales, el resultado es una compleja red difícil de desentrañar.

 Cartel de la exitosa película El doctor Frankenstein (Frankenstein) (1931), de James Whale.

En este sentido, Fred Botting ha llegado a afirmar de una forma un tanto hiperbólica pero elocuente que Frankenstein «es un producto de la crítica, no una obra literaria» («Frankenstein. Contemporary critical essays», 1995). Por este motivo, en nuestra revisión del texto, nos ceñiremos a algunos de los aspectos más representativos del mismo. Para una exégesis a fondo de la novela son muy recomendables las obras críticas Frankensteiniana: la tragedia del hombre artificial (2002), de Pilar Vega Rodríguez y la exhaustiva edición anotada de la obra, Frankenstein anotado (2017), de Leslie S. Klinger, con un hermoso prólogo de Guillermo del Toro.

Mary Shelley: más allá de Frankenstein

Shelley fue autora de un buen número de relatos ―unos cuarenta―, seis novelas, cuatro obras teatrales y diversos diarios personales y de viajes. Pero no conviene olvidar que, además, su vida giró por completo en torno al quehacer literario desde distintas vertientes, desde su infancia hasta su muerte. Así, además de sus creaciones ficcionales propias, contribuyó en diversos volúmenes biográficos como, entre otros, Lives of the most eminent literary and scientific men of Italy, Spain and Portugal (1835-1839); colaboró con periódicos y editoriales y editó y anotó algunas obras poéticas de su ya difunto marido como, por ejemplo, Posthumous poems of Percy Bysshe Shelley (1824). En cuanto a Frankenstein, el trabajo de creación y refinado, mano a mano, junto con Percy para la edición de 1818 se vio sucedida por una profunda revisión del texto por parte de la autora en la que introdujo algunas sustanciales modificaciones para la tercera edición de 1831.

Entre sus obras mejor valoradas o acogidas cabe destacar las siguientes novelas:

  • Mathilda (escrita entre 1819 y 1820), de estilo plenamente romántico, contiene algunos elementos autobiográficos. Dado lo escabroso del asunto del incesto que trata, provocó un rechazo frontal en William Godwin al que Mary Shelley entregó la obra para su revisión y, posteriormente, fue descartada por la propia autora. Permaneció inédita en vida y no se publicó por primera vez hasta 1959.
  • Valperga o, vida y aventuras de Castruccio, Príncipe de Lucca (1823), novela de trasfondo histórico situada en la Italia medieval. Es una de sus creaciones más apreciadas de la autora.
  • El último hombre (1826), duramente criticada tras su publicación, hoy en día se considera una de las primeras ficciones distópicas y postapocalípticas de la historia de la literatura. La acción se sitúa a finales del siglo XXI y es una parábola política de la Inglaterra del momento.
  • Lodore o La hermosa viuda (1835), obra comprometida con el papel de la mujer en la sociedad; tuvo un buen recibimiento por parte de público y crítica.
  • Falkner (1837) vuelve a incidir en la temática de la educación femenina, aunque algunos críticos le achaquen una visión conservadora del asunto. Según algunos críticos, fue la obra favorita de la autora.

 

Portada de El último hombre (Akal, 2020)

Con todo lo emblemática que es Mary Shelley hoy en día, resulta sorprendente que muchas de sus creaciones no han sido traducidas al español. Aunque tampoco tendría que extrañarnos esto teniendo en cuenta que la primera traducción en España de Frankenstein no vio la luz hasta 1944 (Editorial La Pléyade), aunque ya existía una realizada en Argentina en 1912. Las siguientes ediciones del volumen en nuestro país han sido numerosas y muchas de ellas significativamente en sellos orientados al público juvenil dado el estigma ―también en el mundo anglófono hasta hace pocas décadas―, de que se trataba de una historia de escasa sustancia literaria, imaginativa, evasiva, de terror, más apropiada para la sensibilidad adolescente.

Entre los volúmenes de Shelley que existen en nuestra lengua, destacamos los siguientes, además, por supuesto, de las múltiples ediciones de Frankenstein:

  • Cuentos góticos (Valdemar, 1993).
  • Maurice o La cabaña del pescador (Ediciones B, 2001), es un libro infantil que la autora escribió en 1820. Extraviado, se recuperó una copia manuscrita en Italia en 1997.
  • Transformación y otros cuentos (Páginas de Espuma, 2010).
  • Historia de un viaje de seis semanas: a través de una parte de Francia, Suiza, Alemania y Holanda (Colmenar Viejo, 2013).
  • Mathilda (Cátedra, 2018).
  • El último hombre (Akal, 2020).
  • Amar y revivir: cuentos escogidos (Hermida, 2020).
  • Poemas (Visor, 2021), en edición bilingüe, donde se recoge su obra poética que permaneció inédita en vida de la autora y ha sido ignorada hasta tiempos recientes.

¿Recibió algún tipo de reconocimiento literario Mary Shelley? La valía que, como artista, se le otorgó en su tiempo fue bastante contradictoria. Frankenstein consiguió un éxito de público casi instantáneo ―se realizaron numerosas adaptaciones teatrales en vida de la autora―, aunque fue publicada anónimamente y, durante un tiempo, se atribuyó a su marido, quien la prologó y participó activamente en la primera edición. El eco del éxito de su primera creación se reprodujo en sus novelas posteriores que aparecían atribuidas al «autor de Frankenstein», sin mencionar directamente el nombre de la escritora.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Portada del segundo volumen de Valperga (1823) «del autor de Frankenstein»

Hasta mediados del siglo XX los estudios sobre la autora y su obra fueron limitados. En relación con esta omisión, podemos señalar el debate de algunos estudiosos que han llegado a dudar de la atribución de Frankenstein, valorando si debería adjudicarse a su marido. Es decir, se cuestionaba la capacidad de una mujer escritora, además tan joven, de producir por sí sola una novela tan impactante, de tintes macabros.

A partir de los años 70, sin embargo, se multiplicaron exponencialmente los trabajos críticos sobre la novela y sobre su creadora. Es decir, aunque su ópera prima ya tenía por entonces repercusiones claras en el ámbito de la imaginería popular a través de sus muchas adaptaciones cinematográficas, televisivas, de cómic, etc., la academia seguía sin darle el peso que merecía.

¿Y cómo vivió Mary Shelley su éxito y su papel como escritora? Pues, a decir de Isabel Burdiel en su introducción a la edición de Frankenstein en Cátedra (2007), su postura fue ambivalente, por una parte, entusiasta y orgullosa, y, por otra, insegura y modesta. Como bien señala Burdiel, que una mujer alcanzase la fama por su arte en aquellos tiempos la acercaba a la «mala fama», cosa que ya había ocurrido con su madre, autora de la obra pionera del feminismo Vindicación de los derechos de la mujer (1792). Este celebrado volumen, de influencia ilustrada y dentro de los principios de la Revolución francesa, abogaba por la necesidad de que las mujeres fuesen educadas para alcanzar su emancipación y autonomía. Sin embargo, ciertos episodios personales de la vida de Wollstonecraft empañaron la reputación de la autora y de su texto durante décadas.

Mary Wollstonecraft, madre de Mary Shelley, retrato de John Opie (1797)

En el prólogo de Frankenstein a la edición de 1831, Mary Shelley refleja esta oscilación entre el alarde por su temprana pasión por la escritura y un evidente recato ante una excesiva exposición personal y artística:

Cierto es que soy muy reacia a mostrarme a mí misma por escrito; pero mi historia solo aparecerá como un apéndice a una producción anterior y se limitará a los temas que tengan relación únicamente con mi autoría, difícilmente me acusaría a mí misma de violar mi intimidad. No es de extrañar que, siendo hija de dos distinguidas celebridades literarias, pensaba, desde muy pequeña, en escribir.

Frankenstein o el moderno Prometeo

 Información contenida en la contraportada (Edición y traducción de Margarita Carretero González, Comares, 2018)

Celebramos en 2018 el bicentenario de la publicación de Frankenstein, un clásico literario que ha adquirido la categoría de mito moderno, si bien desvirtuado de su concepción original, en buena medida debido a la simplificación que la novela experimentó tras su salto a los escenarios y, más tarde, a la gran pantalla. Gestada en el verano de 1816, cuando Mary Wollstonecraft Godwin todavía no era Mary Shelley y aún no había cumplido diecinueve años, este «moderno Prometeo» y su infeliz criatura vieron la luz el primer día de 1818. Escondida en el anonimato, Mary Shelley reivindicaría su autoría en la segunda edición de la obra, cinco años más tarde, para publicar una nueva edición corregida en 1831, tomada por definitiva y convertida en estándar.

La presente edición ofrece la traducción de la edición de 1818, que mantiene intactos los elementos auto-censurados para la edición de 1831 y está, por tanto, libre de los pasajes ampliados y añadidos para esta última. Debido a los cambios a los que Mary Shelley sometió su obra original, destila la edición de 1831 una visión fatalista del mundo que permite su lectura, si bien solo hasta cierto punto, como relato admonitorio sobre los peligros de la ciencia y de la ambición. La edición de 1818 ofrece una mayor coherencia filosófica interna, está estrechamente ligada al contexto histórico en que la obra se gestó, y propone una exploración audaz de las cuestiones existenciales y morales que plantea la premisa que da origen a la historia. En Frankenstein o el moderno Prometeo, Mary Shelley presenta un estremecedor relato de anhelos, dolor y pérdida que investiga, en última instancia, lo que nos hace humanos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Portada de la obra en la editorial Comares.

Estructura y contenido del libro

Son muchos los que reconocen el mito y a la criatura, pero pocos los que han leído la novela. Por lo tanto, uno de los aspectos que resulta más desconocido de la misma es su singular estructura «en abismo», historias insertas dentro de historias, núcleos narrativos concéntricos organizados en tres volúmenes con diverso número de episodios.

Esto hace de Frankenstein, además de una historia novelesca, un relato dramatizado. Como en la La balada del anciano marinero (1798) de Samuel Taylor Coleridge, que tanto inspiró a Mary Shelley, el primero de sus protagonistas, el aventurero Robert Walton, se ve impelido a escuchar toda la peripecia de Víctor Frankenstein, la cual incluye el relato de su criatura y otras historias conectadas. Es Walton en última instancia quien recoge y transmite todo a través de su diario a una receptora, su hermana Margaret, de la que no llegamos a escuchar nunca su voz.

Estas distintas conciencias autoriales engarzadas suponen un suceder de narraciones reveladoras a través de las que vemos desenvolverse a los personajes. Según Vega Rodríguez, este tipo de estructura en abismo, común en las narrativas góticas, permite, por una parte, incorporar un número variado de discursos y, al mismo tiempo, desde el plano estético, aportar espectacularidad y suspense a la trama (2002: 111).

La organización de esta historia envolvente aporta numerosísimas posibilidades significativas al texto como, por ejemplo, la posibilidad de desarrollar paralelismos entre la aventura de Walton y la experimentación de Frankenstein; también establecer conexiones entre los dos núcleos familiares retratados, los Frankenstein y los De Lacey. Asimismo, facilita que apreciemos a los personajes desde muchos ángulos, que podamos detectar sus contradicciones y autoengaños.

Pero quizá, lo más significativo de la novela de Shelley es que dota de voz en primera persona a la criatura, al «monstruo», quien relata los entresijos de su llegada al mundo, de su educación, de su soledad y desamparo. Este rasgo se considera identificativo de las narrativas fantásticas modernas (Ana Casas y David Roas, Las mil caras del monstruo, 2018), con lo que podemos afirmar que Shelley ya lo anticipó en su narrativa.

Autores como Vega Rodríguez consideran que el corazón del texto realmente descansa en la narración del ser creado por Frankenstein. Todo lo demás es una enmarcación que nos dirige o conecta con su historia. La relación entre perseguidor y perseguido, entre personajes que buscan venganza se entrelaza y se confunde a medida que avanza el texto. Pero la historia del monstruo, para el cierre del volumen, permanecerá inconclusa porque, pese a las palabras del ser, no sabemos si llegará a materializar su promesa de suicidio.

La particular estructura engastada de la novela, sin embargo, genera en algunos puntos giros un tanto rocambolescos para posibilitar el fluir de la trama. Así, se ha señalado lo inverosímil de cuestiones como el hallazgo del diario de Frankenstein por la criatura o el encuentro «casual» de esta con el pequeño William y con Justine. Si comprendemos, sin embargo, que bajo la historia late un cierto sentido de irreversibilidad de las acciones, de imposibilidad de evadir el destino ―especialmente en la edición de 1831― estos hechos en apariencia fortuitos, tendrían un sentido ulterior.

No menos peculiares son algunos acercamientos críticos al texto. Así, por ejemplo, hay autores que consideran que en él todo apunta a que la creación del monstruo ha sido una fantasía de Frankenstein y que, en realidad, la criatura sería una especie de alter ego o doppelgänger por lo que, entre otras cosas, sería Víctor quien habría cometido los asesinatos atribuidos a su creación (Morton Kaplan y Robert Kloss, «Fantasy of paternity and the doppelgänger: Mary Shelley’s Frankenstein», 1973).

Frankenstein: vertientes de un «monstruo»

Ilustración del frontispicio de Frankenstein por Theodor von Holst para la edición de 1831.

Como ya mencionaba en el primer apartado, los frentes desde los que se puede acometer el comentario de la obra son múltiples. Vamos a apuntar algunos de ellos.

→Si algo resulta atractivo de esta obra es que su género resulta un tanto escurridizo:

  • Se la ha considerado tradicionalmente como una novela representativa del gótico y del terror. En realidad, más allá de algunos rasgos de carácter de sus personajes, de aspectos estéticos y «atmosféricos», de la relación entre paisaje sublime y sentimiento, ya no se enmarca propiamente en un género que, para el momento de su publicación, estaba en decadencia e incluso se parodiaba abiertamente en novelas como Northanger Abbey (1818), de Jane Austen. Además, si buscamos algún elemento sobrenatural en la novela, fracasaremos: no existe. Todo tiene soporte realista o científico, aunque hoy en día sepamos que no es posible infundir vida en un ser creado artificialmente como lo hace Víctor Frankenstein.
  • Se ha hablado de ella también como una novela sentimental, muy del gusto romántico, género con especial énfasis en el análisis, fomento y expresión de los sentimientos dentro de un contexto realista. Pero, al igual que ocurre con la adjudicación al gótico, no podríamos adscribirla solo a esta forma literaria. De hecho, la mayoría de los críticos ven la novela como un texto híbrido entre el gótico y la novela sentimental (Isabel Burdiel, 2007).
  • Algunos la han considerado la primera obra de ciencia ficción digna de tal nombre (Brian W. Aldiss y David Wingrove, Trillion year spree: the history of Science Fiction, 1986) o el texto fundacional de este género (Teresa López Pellisa, Historia de la ciencia ficción en la cultura española, 2018). Y es que, con excepción de la leyenda hebrea del gólem, de la que Shelley no parece haber bebido directamente, no existen apenas precedentes sobre relatos de hombres artificiales en la literatura. Sin embargo, encasillar completamente Frankenstein en la ciencia ficción tampoco está exento de dificultades ya que la «sustancia» científica, o de avance tecnológico, ocupa unas pocas páginas del relato y con un desarrollo bastante escaso.
  • Recoge elementos de la prosa epistolar, de la novela de viajes, además de diversas tradiciones más.

Más adecuado es considerarla, por lo tanto, como una narrativa con la magistral capacidad de hibridar influencias y de, con ello, dar lugar a un producto novedoso y particularmente original.

→Uno de los aspectos más debatidos sobre Frankenstein es su origen y su inspiración. A este respecto, las teorías se multiplican enormemente. Lo mismo que ocurre con su género, no hay una sola respuesta cierta; la propia Mary lo corrobora en su prefacio a la edición de 1831 aludiendo a varias inspiraciones. Esbozaremos solo algunas de estas hipótesis.

  • Frankenstein seguramente tiene el honor de ser la obra de la literatura universal de la que en más detalle se conoce su concepción dentro de un contexto de resonancias legendarias: la famosa reunión de Mary, Percy, Lord Byron, Polidori y Jane Clairmont (hermanastra de Mary) en Villa Diodati, a orillas del lago Lemán, en Ginebra, una noche de junio del desapacible verano de 1816. Según Manuel Cuenya para un artículo en el Diario de León en 2010 («Frankenstein de Mary Shelley y sus versiones cinematográficas»), este escenario podría considerarse un auténtico filandón. La suerte de desafío, capitaneado por Lord Byron, que surgió entre los presentes para escribir un texto inquietante inspirado por la lectura de Fantasmagoriana (1812), compilación de relatos alemanes de terror, se cita siempre como el aldabonazo que desató la imaginación de Mary Shelley. Sin embargo, se ha hablado también del aguijoneo de su marido, siempre deseoso de que su pareja, hija de tan ilustres padres, hiciese honor a su ascendencia. Aunque, curiosamente, en el prólogo de 1831, Mary Shelley trata de restar peso a la intervención de Shelley en la novela. Remando al viento (1988), película de Gonzalo Suárez, aunque con muchas licencias poéticas, recrea parcialmente este momento en un interesantísimo filme donde se intenta capturar la personalidad de los protagonistas y la atmósfera creativa del contexto.

 

Villa Diodati en la actualidad.

  • Mary Shelley, más allá del estímulo competitivo con sus amigos, dijo haberse inspirado en un sueño pesadillesco para comenzar a fraguar a su científico con unas primeras palabras resonando en su mente («Era una lóbrega noche de noviembre…»). Recordemos que era muy del gusto de la época conectar lo onírico con la inspiración y se atribuían los malos sueños a la posesión por seres malignos.

 

La pesadilla (1781), de John Henry Fuseli

  • Otro de los frentes que se han argumentado para explicar la trama de la obra es el histórico. La autora, pertinaz lectora, conocía las andanzas de algunos científicos famosos como Johann Conrad Dippel (1673-1734), nacido este, además, en el castillo de la familia Frankenstein, en la actual Alemania. Se trató de un alquimista y químico conocido por, entre otras muchas cuestiones, experimentar con cadáveres. Estuvo rodeado por multitud de polémicas a lo largo de toda su vida. Otras localizaciones y personajes históricos, o novelescos, con apellidos idénticos o similares al del protagonista de nuestra novela se han citado como potenciales fuentes de inspiración (Vega Rodríguez, 2002). También, dentro de las influencias históricas, cabe destacar el auge de los seres mecánicos o autómatas en el siglo XVIII —aunque ya había habido precedentes en siglos previos—, que excitaban la imaginación popular sobre la propia naturaleza de lo viviente y sus límites. Muy interesante sobre este asunto es el estudio El rival de Prometeo. Vidas de autómatas ilustres (2009), de Sonia Bueno y Marta Peirano.

Recreación del famoso «Hombre de palo» del inventor Juliano (Juanelo) Turriano (1500-1585). Testimonio de la fama de este ingenio es la existencia de una calle en Toledo con este nombre.

  • Mary Shelley, además de interesada por la literatura, también lo estaba por los desarrollos científicos, cuestión de la que dejó constancia en sus diarios personales. Unido esto al interés de su marido por el tema, sin duda, favoreció el caldo de cultivo para la elaboración de su narrativa. Como Víctor Frankenstein en la historia, los campos de la «filosofía natural» más en boga en el momento eran la química, la física y la fisiología y algunas de las inquietudes que perseguían estas investigaciones eran, entre otras, la localización del origen, de la «chispa», de la vida. De ahí que fueran muy reconocidos los experimentos realizados por figuras como Erasmus Darwin o Luigi Galvani, ―aunque hay que señalar que en la novela no se menciona en ningún momento cómo Víctor infunde vida a su criatura. Es importante tener en cuenta todo esto para entender que Mary Shelley no se basó en relatos góticos, ni en puras imaginaciones, sino en el ambiente científico de su época, donde ya la figura divina había quedado totalmente arrumbada. No olvidemos tampoco que en lengua inglesa se emplea la denominación «Age of wonder» [La edad de las maravillas] para hablar del efervescente clima científico de finales del XVIII.

Ilustración de los experimentos de Luigi Galvani con la aplicación de electricidad a un cuerpo muerto y su consiguiente activación.

  • La novela contiene muchos rasgos autobiográficos, algo muy del gusto de la novela sentimental y del romanticismo. En concreto, se ha insistido mucho en relación con las diversas situaciones de orfandad que se presentan en la obra o la descripción de la familia como núcleo social ideal siempre amenazado por infortunios. También autoras como Anne K. Mellor han interpretado las dificultades paterno y maternofiliales en el texto como reflejo de los miedos e inseguridades de Mary Shelley hacia la maternidad. En cualquier caso, la novela incluye varios guiños a su propia vida y familia (las siglas de la hermana de Richard Walton, el primer narrador, se corresponden con los de la propia Mary Shelley, es decir M.W.S.; Víctor, el nombre del protagonista, era un pseudónimo que Percy solía utilizar…).
  • Las fuentes literarias de las que bebe Shelley son muy significativas. En especial hay dos textos claves que aparecen reflejados muy claramente en el desarrollo de la obra con alguna que otra mención explícita: El paraíso perdido (1667), de John Milton y La balada del anciano marinero (1798), de Samuel Taylor Coleridge. La primera fue una obra de enorme éxito e influencia en la literatura en lengua inglesa: una epopeya en verso de la caída de Adán y Eva donde, significativamente, el villano, un vengativo Satán, ocupa un lugar protagónico. De hecho, Joyce Carol Oates ha llegado a afirmar sobre la novela de Shelley que es: «en su mayoría, una especie de pátina o réplica de El paraíso perdido […]. La influencia de John Milton sobre Frankenstein es tan general como para figurar prácticamente en cada página» («Frankenstein’s fallen angel», 1984). En cuanto a la obra de Coleridge, a quien Mary conoció personalmente en su casa, en las tertulias literarias de su padre, la influencia es obvia en temas como la expedición marítima y la maldición que asedia al protagonista tras su «pecado», la muerte de un albatros. Cabe mencionar también la retroalimentación que supuso Frankenstein para otras obras literarias de sus coetáneos y amigos como el Caín (1821), de Lord Byron o el Prometeo desencadenado (1820), de Percy B. Shelley. En todas ellas vemos cómo un antihéroe o un rebelde se alza con el protagonismo, todo claramente enraizado al espíritu del momento.

Lucifer, protagonista de El Paraíso perdido, dibujado por Gustave Doré.

  • En conexión con el punto anterior, las fuentes míticas son esenciales desde el momento en que la segunda parte del título se identifica con el personaje mitológico de Prometeo y su acto de hibris, de desmesura, de arrogancia. En la antigüedad griega, la hibris conducía inevitablemente al castigo que, en el caso de Prometeo y muchos otros personajes míticos, era infligido por los dioses y que, en la novela, también sufre Víctor. Este rebelde, para el que existen multitud de variantes clásicas del mito, conecta con la perturbación que el acto de Frankenstein comete al insuflar vida en un ser antinatura. En su Frankensteiniana (2002), Vega Rodríguez desmenuza las distintas versiones del mito de Prometeo y sus lecturas en relación con la obra de Mary Shelley. A través de esta veta interpretativa se ha tendido a adjudicar una lectura alegórica e incluso moralista a la novela. Muchas contraportadas de distintas ediciones de la novela han enfatizado a lo largo de las décadas que se trata de una advertencia contra los excesos científicos. En este sentido, incluso la obra ha dado nombre a un síndrome para designar los miedos hacia el avance inmoderado de la ciencia. Las modificaciones que Shelley introdujo en la edición de 1831 estarían más encaminadas en esta dirección, habiendo la autora recibido muchas críticas a la primera edición. Así, en una de las primeras reseñas en el Monthly Review, se tilda a la novela de «historia burda [que] desafía toda noción de probabilidad y no conduce a ninguna conclusión moral o filosófica» (1818). Sin embargo, si nos ajustamos a la primera edición, en línea con lo que afirma Burdiel en su prólogo a la obra, Frankenstein no debe entenderse simplemente como una fábula moral, sino como algo mucho más complejo, un cuestionamiento plenamente romántico del ser, su identidad y sus representaciones.

→La cuestión filosófica, candente en el momento, a raíz de las teorías de Rousseau, que debatían sobre la naturaleza del ser humano, la educación y la influencia de la sociedad en el individuo. La anónima criatura que modela Frankenstein se ve desamparada por su creador desde el momento mismo de su creación. Arrojado al mundo sin la mínima noción de este, sin el menor conocimiento ni experiencia, aprenderá todo lo que sabe a partir de la observación de una familia modélica, los De Lacey y a través de ellos y de una serie de libros, adquirirá el dominio del lenguaje y un nivel intelectual sorprendente. También a partir del terror y rechazo que causa en quienes con él se cruzan, se prenderá en él la chispa del odio y la venganza y un deseo de apartarse de la humanidad. Es decir, un ser, ejemplo perfecto del «hombre natural» roussoniano, naturalmente inclinado a la bondad, a la pasión por el conocimiento y a la admiración de la belleza y la naturaleza, se transmuta en un ente colérico y homicida. Por esta y por las razones expuestas hasta aquí, Burdiel considera que la mejor clasificación que se le puede aplicar a la novela es la de «filosofante», recurriendo a un término acuñado por el escritor Thomas Bernhard.

→El tema de la identidad reflejada en el monstruo como Otro absoluto y su relación con un «padre» y toda una sociedad que lo repudia frontalmente. Tengamos en cuenta que ni siquiera el relato de su penosa historia en el volumen II de la obra consigue conmover a Víctor. A lo largo de la obra se denomina a la criatura «demonio», «monstruo», «engendro», entre otros apelativos, y solo en puntuales ocasiones se le equipara al humano. Tengamos en cuenta al auge de la fisiognomía en el XVIII y XIX, pseudociencia que discriminaba el carácter del individuo a través de sus rasgos físicos. Solo el ciego patriarca de la familia De Lacey lo escucha sin prejuicio porque su incapacidad visual le impide reconocer su alteridad física. Hay críticos que también apuntan a que la criatura nos conmueve como lectores precisamente porque, a diferencia de Víctor Frankenstein, no lo vemos en toda su diferencia y deformidad. Solo escuchamos sus palabras y, en ellas, no se trasluce lo maligno que Víctor observa en su enorme cuerpo. La criatura es un monstruo en todo el sentido del término, en tanto que fascinante y aterrador.

 

Ilustración de un libro de fisiognomía (siglo XIX).

→Esta lectura, desde posiciones psicoanalíticas, ha tenido muchas amplificaciones. En la actualidad, está teniendo gran auge la interpretación desde la vertiente del posthumanismo, es decir, antes del advenimiento de los robots, los cíborgs o de la inteligencia artificial, ya Mary Shelley anticipó la problemática ontológica que implicaría el surgimiento de un ser artificial pensante o sensitivo. Ente liminal que, aunque con rasgos y características humanos, es lo suficientemente diferente como para suscitar un horror incontrolable en todos los que se relacionan con él. Estaríamos ante un Adán que se mide a su demiurgo, una nueva especie, que pedirá cuentas a su creador de su nacimiento y de su existencia. El drama desgarrador de la criatura, en principio, buena, sensible e inteligente es que nadie es capaz de identificarlo como un sujeto ético, de empatizar con su alteridad y su soledad. Resuena a lo largo de toda la obra la contundente declaración de la criatura: «Si soy malo es porque soy desgraciado». Esta línea interpretativa la desarrolla Margarita Carretero González en trabajos como «The posthuman that could have been. Mary Shelley’s creature» (2016).

→El paisaje, la naturaleza y su conexión con la sensorialidad y la sentimentalidad son centrales en la novela como parte del movimiento romántico. Siguiendo la estela del pensamiento de Rousseau o de Edmund Burke, la percepción y los sentimientos se desatan en función del tipo de escenario natural representado. Recordemos los versos de Percy Shelley dedicados al Mont Blanc donde lo compara con la imaginación del poeta:

¡Oh desierto que solo la tempestad habita,
y en donde arroja el águila los triturados huesos
del cazador; y el lobo, tras de su huella escrita
en la nieve, aúlla al fondo de los bosques espesos!

¡Cuánto horror amontona tu soledad desnuda!
¡Oh piedra atormentada y espectral cataclismo!
¡Como un planeta en ruinas cubre la nieve muda
la sombra desolada del cielo y del abismo!

Más concretamente, vemos que en Frankenstein se reproduce la dicotomía entre lo bello y lo sublime. Mientras que lo primero arranca complacencia, bienestar y agrado, lo segundo se relaciona con lo inefable, lo vasto, lo descomunal, en definitiva, con lo sobrehumano que conmociona el espíritu. Si en los momentos más optimistas la criatura se emociona con el canto de los pájaros y el espectáculo benigno de la vida, cuando se desengaña de la humanidad, se retirará a parajes inhóspitos. Según Hugo Blair (Lectures on rhetoric and belles lettres, 1783) y Dugald Steward (On sublime, philosophical essays, 1810) cataratas, bosques, tormentas, cumbres montañosas, ríos impetuosos u océanos sin confín evocan lo sublime, lo divino. En Frankenstein localizamos varios de estos escenarios, con la recurrencia del glaciar de Chamonix, que Mary Shelley conocía en persona, y el Ártico y su vastedad blanca de «absoluta extrañeza» ―anotación sobre este paisaje realizada por Mary Shelley en el manuscrito de la obra en 1823.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

William Turner, Mer de glace, Chamonix (1812)

→Otro asunto que se debate en los círculos críticos sobre la novela es la cuestión de sus tres ediciones (1818, 1823 y 1831), en especial de la primera, de 1818, y de la última, de 1831, entre las que existen más divergencias. Mientras que para la primera Mary contó con la colaboración de Percy, de quien, por los manuscritos conservados, se observa que hizo muchas propuestas y correcciones, muchas de ellas a nivel estilístico, para la última, fallecido ya su marido, podemos tener seguridad de que es obra totalmente de la autora. Y, sin embargo, la crítica ha estado polarizada sobre cuál de las ediciones es más fiel al espíritu de la historia, cuál más acorde al sentir de Mary Shelley. Durante muchos años, hasta los 70 del XX, se ha tomado como referencia para ediciones y estudios la última edición, que algunos expertos, como Vega Rodríguez, siguen defendiendo por esa certeza de que es la más próxima a la última voluntad de la escritora, sin injerencias externas. En cambio, últimamente hay una mayor tendencia a favorecer la primera edición (Burdiel, 2007; Carretero González, 2018) ya que se considera que es más acorde al impulso original, al aliento romántico que alumbró la trama. También, con el tiempo, se ha reconsiderado más positivamente la intervención de Percy, no como usurpador de la autoría de su esposa, sino como colaborador puesto que, no lo olvidemos, ambos leían y escribían juntos en multitud de ocasiones. En cualquier caso, es interesante considerar ambas ediciones, algo que se puede hacer con la ayuda de Frankenstein anotado de Leslie S. Klinger donde al texto base de 1818 se añaden notas que aclaran e incluyen las modificaciones realizadas en las ediciones de 1823 y 1831. Grosso modo, las principales diferencias entre el primer y la última edición serían:

  • Estilísticas: se corrigen términos, se añaden o eliminan frases o párrafos para pulir el texto.
  • Argumentales: hay cambios de distinta naturaleza con los que Mary Shelley buscó dar coherencia, redondear o hacer más aceptable la trama. Por ejemplo, en la edición de 1818, Víctor y Elizabeth son primos hermanos con lo que sobre su amor y matrimonio planea la sombra de lo pecaminoso. En 1831 Elizabeth pasa a ser una huérfana adoptada sin ninguna vinculación de sangre con los Frankenstein. Otro ejemplo lo detectamos en el capítulo II donde la escarlatina leve que sufre Elizabeth se transforma en severa en la edición 1831 lo que, de algún modo, la exoneraría de responsabilidad por la infección mortal de Caroline Frankenstein. En el capítulo 1 del volumen II en su primera edición, Frankenstein visita el glaciar de Chamonix acompañado de su padre, su hermano Ernest y Elizabeth, pero en 1831 Shelley decide que emprenda la aventura en solitario, quizá para dotar de más sentido a la necesidad espiritual de reflexión y recogimiento del protagonista.
  • Estructurales: en 1831 se introduce un capítulo más a partir del capítulo 1 del original, con lo que las secciones de la última edición no se corresponden numéricamente con la primera.
  • Filosóficas: Víctor Frankenstein, si bien no admite en ninguna de las ediciones una responsabilidad directa en el destino aciago de su criatura, en la de 1831, Shelley realiza una serie de cambios donde se pone un mayor énfasis en la inexorabilidad del sino del científico. En distintos puntos del texto se incide en que, desde su infancia, se vio abocado por un destino fatal contra el que nada pudo oponer. Según algunos críticos, aquí se reflejaría la visión más pesimista y desencantada con la vida que sufrió Shelley a raíz de sus múltiples desgracias familiares.

La larga sombra de Mary Shelley y su criatura

 

 

 

 

 

 

 

 

Ilustración anónima al artículo «Mary Shelley, la joven creadora de Frankenstein» (Juan Antonio Cebrián, El Mundo, 28/11/2004)

Frankenstein es el único mito con autora y fecha de creación, es decir, no se trataría de una reelaboración de leyendas o relatos previos como ocurre con el caso del vampiro, algo muy evidente en El vampiro (1819), de Polidori o el Drácula (1897), de Bram Stoker, que se nutren de muchas fuentes precedentes. Lo curioso es que, a lo largo de los años, se ha fusionado el nombre de Víctor Frankenstein con su criatura, anónima en la novela. Paradójico si atendemos al deseo irrefrenable de huida del creador tras contemplar el resultado de su experimento.

Como ya hemos señalado, desde su primera edición, la novela fue un abrumador éxito de público fraguándose así la construcción de un mito de espaldas en gran medida a su original. Las primeras adaptaciones teatrales, a pocos años de ver la luz la obra de Shelley, marcaron lo que habría de ser la deriva de la historia en pos de sus aspectos más sensacionalistas y espectaculares. Estos los heredarían las versiones cinematográficas y televisivas en el siglo XX y XXI. De esta manera, rasgos como la afasia del monstruo y su comportamiento zombi y asesino; el retrato de Víctor Frankenstein como «mad doctor» [científico loco]; el recurso al galvanismo para infundir la vida a la criatura y muchos otros tópicos se fueron deslizando en el imaginario popular hasta desvanecer en buena medida la historia y los personajes primigenios.

Una versión fílmica que decididamente contribuyó a asentar una idea determinada de la criatura fue la del director británico James Whale en 1931 seguida por varias secuelas. Así se configuró la estética y carácter definitivos del nuevo ser en la interpretación de Boris Karloff.

 

Foto promocional de Boris Karloff para la película La novia de Frankenstein (1935).

Leslie S. Klinger cuantifica en 147 las películas que en su título contienen la palabra Frankenstein desde 1910 a 2014. Y, si pudiésemos singularizar todas aquellas que aluden a algún elemento de la trama o a sus protagonistas, seguramente el número ascendería notablemente. Así, podemos citar la célebre The rocky horror show, tributo humorístico en formato de musical (1973) con una posterior adaptación cinematográfica (1975), inspirada por muchos aspectos de la obra de Shelley. En la cinematografía española contamos con la significativa El espíritu de la colmena (1973), de Víctor Erice, basada en la iconografía de Whale, cuya película aparece explícitamente en la obra del español.

 

 

Fotograma de El espíritu de la colmena.

Productos de toda naturaleza para niños y adultos con la impronta de Frankenstein, extendiendo el falso nombre de la criatura y de su historia, más o menos desfigurada, nos resultarían incontables.

En el plano exclusivamente literario —incluyendo la literatura infantil, juvenil y cómic—, se multiplican las alusiones, inspiraciones, ecos, homenajes…Una brevísima búsqueda solo en la prosa en español de estos últimos años nos da como resultado cuatro volúmenes que contienen el nombre «Frankenstein» en su título y que se relacionan directamente con el texto de Shelley: Frankenstein (2008), antología de relatos homenaje editados por Fernando Marías; El legado del monstruo. Relatos de terror (2018), antología de relatos conmemorativa editada por Jesús Diamantino; la novela El efecto Frankenstein (2019), de Elia Barceló y el estudio La mujer que escribió Frankenstein (2022), de la argentina Esther Cross.

Pero si algo hace de Frankenstein y su mito una creación de plena actualidad es que, en cierto modo, nuestro tiempo renueva patrones similares a los de la época en la que vivió Mary Shelley. El empuje de los avances científicos en los siglos XVIII y XIX, toda su potencialidad y las dudas y miedos que engendró, se repiten en la actualidad con el enorme desarrollo de la inteligencia artificial y la posibilidad de que un ser humano pueda ser sustituido por una máquina. Dónde comienza uno y acaba otro suscitó en su momento, y suscita hoy en día, una contradicción y una transgresión de muchos órdenes: lo natural y lo artificial; la realidad y el simulacro; lo mecánico y lo sensible; lo divino y lo humano. La otredad y el extrañamiento que puede generar un ser fabricado, sin pasado, pero que toma conciencia de sí mismo y de la mirada de los que le rodean engendra un sinfín de cuestionamientos éticos sobre la identidad y la alteridad. Todo esto ya lo perfiló Shelley en su novela.

El número de obras teóricas y ficcionales que han abordado esta cuestión desde entonces son numerosísimas. Pero muy recomendables son, como ensayos, Manifiesto cíborg (1985) y Mujeres, simios y cíborgs (1991) de la estadounidense Donna Haraway, desde el marco del feminismo, el transhumanismo y el posthumanismo. Los ejemplos literarios son incontables, pero podemos mencionar la mítica y varias veces adaptada al celuloide con el título de Blade Runner, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), de Philip K. Dick. En el cine más reciente, tenemos acercamientos que, sin aludir directamente a la obra de Shelley, nos la recuerdan enormemente como Ex Machina (2014), de Alex Garland. En cómic manga, también trasvasada al cine en varias entregas, cabe destacar, con estética ciberpunk, Ghost in the shell (1989-1990), del japonés Masamune Shirow.

 

 

 

 

 

 

 

Cartel promocional británico de la película Ex Machina

A lo largo de esta guía se aportan títulos de obras que te pueden ayudar a profundizar en la autora y su obra. Aquí te recomiendo dos más, también significativos, a cargo de autores españoles: Mary Shelley: la gestación del mito de Frankenstein (Pilar Vega Rodríguez, 1997) y el completísimo estudio sobre Frankenstein y todas sus prolongaciones culturales Frankenstein, el mito de la vida artificial (2000), de Tomás Fernández Valentí y Antonio José Navarro.

A continuación, puedes explorar algunos enlaces que te ayudarán a pergeñar una visión más completa de Mary Shelley, de su influencia y de sus trabajos:

  • Adaptación radiofónica de Frankenstein de Juan José Plans (1995). RNE Audio. [Radioteatro de la obra completa en 25 entregas].
  • Mary Shelley: 200 aniversario de Frankenstein (05/01/2018). Historias de RNE. [Magnífico programa radiofónico de más de 3 horas dedicado a Mary Shelley y Frankenstein y donde se aporta abundante bibliografía y filmografía].
  • 200 años de Frankenstein con Pedro Ruiz-Castell (25/01/2018). RNE Audio. Longitud de onda. [Acercamiento radiofónico a Frankenstein desde la vertiente científica y con interludios de música de cine].

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Episodio 11 de Los Simpsons «El monstruo de Frinkenstein» (Temporada 35)

Por último, podríamos singularizar muchos homenajes de escritores de renombre en honor a Mary Shelley y su magna novela, pero aquí voy a destacar solo dos especialmente elocuentes.

Por un lado, Joyce Carol Oates sopesa una cuestión que debería causar auténtica admiración:

¿Cuántas creaciones de puro lenguaje han pasado de los ritmos idiosincrásicos de las voces de sus autores a lo que podría llamarse una conciencia cultural colectiva? («Frankenstein’s Fallen Angel», Critical Inquiry, vol. 10, nº 3, 1984, p. 548).

Por otra parte, en el prólogo a la edición de Frankenstein anotada por Leslie S. Klinger, Guillermo del Toro dedica bellísimas palabras a la autora y al texto del que hace una certera lectura:

La virtud de esta obra maestra reside en el hecho de que opera sencillamente a varios niveles. Primero, funciona perfectamente como una interesante historia al emplear una narrativa cambiante: una carta, un testimonio y una súplica de tres hombres en busca de significado —el capitán, el científico y la criatura—. […] A otro nivel, la obra es una parábola perfecta si bien una que busca proporcionar una despiadada verdad. Tradicionalmente, la parábola se usa para iluminar la mente, para alumbrar el conocimiento, pero Shelley la emplea para medir la profundidad de nuestra desesperación cósmica: la soledad esencial de nuestra existencia. A diferencia de Milton, ella no se lamenta de la pérdida del Paraíso, sino que, más bien, nos revela que nunca hubo uno. («Introducción: Mary Shelley o la moderna Galatea», Frankenstein anotado, 2017, p. xiii).

Lectura

La lectura de la novela puede revestir varias problemáticas. Una de ellas, como señala Stephen King en su prólogo a la edición ilustrada de Frankenstein de Bernie Wrightson (1983), radica en que las expectativas de un lector que conoce el mito a través de los giros impactantes de las adaptaciones audiovisuales, se estrellará contra una narrativa que, a primera vista, parece cumplir pocas de ellas. El mismo King confiesa que abandonó la lectura del libro cuando lo inició a la edad de 13 años y no la retomó hasta que, obligado, ya adulto, tuvo que enseñar la novela en un curso que impartía en una escuela secundaria. No olvidemos que también el estilo de la obra, que en 2018 cumplió su segundo centenario, responde a los parámetros del Romanticismo lo que, en buena medida, se aleja del tipo de prosa contemporánea a la que podemos estar habituados.

Más allá de estas potenciales dificultades, la obra es un singular compendio de personajes, ideas y temas que nos tocan por su plena actualidad. Es una narrativa que, por su enjundia, merece una segunda lectura, lo que siempre ayudará a captar todos sus matices.

Aquí tienes algunas de las cuestiones posibles sobre las que puedes reflexionar de cara a nuestro coloquio.

→ La estructura narrativa:

  • La función de los diversos narradores que van enmarcando la acción.
  • El desarrollo de la trama en función de la estructura.

→ El género de la obra:

  • ¿Novela gótica o de terror?
  • ¿Novela de ciencia ficción?
  • ¿Novela híbrida?

→ Los personajes y sus relaciones:

  • Las relaciones familiares.
  • El científico y su criatura.

→ La ciencia:

  • Alquimia y/o ciencia.
  • La ciencia como progreso y amenaza.

→ Aspectos filosóficos:

  • La responsabilidad de Víctor Frankenstein hacia su criatura.
  • La educación de la criatura.
  • La criatura en su alteridad y en su conciencia. La criatura como sujeto ético.
  • La actualidad del dilema de la criatura artificial y de sus creadores.

→ Aspectos míticos y literarios:

  • Aspectos del mito de Prometeo y otros mitos en la novela.
  • Influencias literarias recogidas por Mary Shelley.
  • La influencia de la novela de Shelley en la literatura posterior.

→ El paisaje y el sentimiento románticos.

→ La trascendencia popular y mediática de la obra.

 

 

Cartel de la famosa comedia El jovencito Frankenstein (1974), del director Mel Brooks.

Entrada destacada

Club de lectura 2024-2025

Duodécima  edición del Club de lectura de la ULE

Si te interesa obtener el
diploma acreditativo con reconocimiento de créditos ECTS, debes matricularte en Extensión Universitaria, en las         XII Jornadas del Club de Lectura de la Universidad de León

El Club de lectura  de la Universidad de León propone actividades que no solo están dirigidas al público universitario. La participación está abierta a cualquier persona de la sociedad interesada es gratuita. No hay límite de edad ni se exige disponer de ningún certificado de estudios.

Pretendemos reunirnos periódicamente para compartir la experiencia de la lectura y aprovecharla como competencia transversal para completar la formación académica y personal. Las sesiones del Club están abiertas tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad.

Calendario
Fecha de inicio: 24/09/2024
Fecha de finalización: 17/12/2024

Horario
19:00 horas.

Lugar de celebración y formato: presencial /online
La sede del club le lectura está en  la Biblioteca San Isidoro (Campus de Vegazana, León), en cuya  sala de conferencias se celebran todos las sesiones y encuentros de los socios. De forma combinada, ofrecemos el formato  híbrido online síncrono a través de Meet (Por si quieres saber más de Meet: Guía rápida de Google Meet pdf)

FORMAS DE PARTICIPACIÓN (¡importante!)

  1. Si estás interesado en obtener el diploma acreditativo para el reconocimiento de los créditos ECTS,  debes matricularte en Extensión Universitaria de la ULE. Más información sobre esta modalidad en nalvm@unileon.es 

    ¡¡¡ No todo el mundo tiene que matricularse !!!

  2. La Universidad de León abre su club de lectura a toda la sociedad, de forma abierta y gratuita. No necesitas  matricularse para poder participar, aunque sí te pedimos que nos manifiestes tu deseo de hacerlo para tenerte en cuenta, enviarte los avisos y recordatorios e invitarte a nuestras sesiones de GOOGLE MEET…  Envíanos tus datos al correo nalvm@unileon.es para que sepamos que contamos contigo. Indícanos:
    – Nombre y apellidos.
    – Correo electrónico (si eres miembro de la ULe, el institucional).
    – Tipo de usuario: Estudiante/ PDI/ PAS /Externo.
    Por lo tanto, si solo estás interesado en participar en coloquios y encuentros (virtuales) de las lecturas, no  es necesario que te matricules ni pagues ninguna cantidad económica, pero sí que nos avises por correo y que nos envíes tus datos.
  3. Puedes participar  a través del blog:  te ofreceremos información de cada una de las sesiones y podrás enviarnos tus comentarios. Además grabaremos las sesiones y las pondremos a tu disposición para que las tengas disponibles siempre que quieras o  por si no has podido asistir al encuentro en directo. Para participar de esto modo tampoco existe ningún requisito.

Entrada destacada

Club de lectura 2024-2025

XII edición del CLUB DE LECTURA UNIVERSIDAD DE LEÓN

Si te interesa obtener el
diploma acreditativo con reconocimiento de créditos ECTS, debes matricularte en Extensión Universitaria, en las         XII Jornadas del Club de Lectura Universidad de León

El Club de lectura  de la Universidad de León propone actividades que no solo están dirigidas al público universitario. La participación está abierta a cualquier persona de la sociedad interesada es gratuita. No hay límite de edad ni se exige disponer de ningún certificado de estudios.

Pretendemos reunirnos periódicamente para compartir la experiencia de la lectura y aprovecharla como competencia transversal para completar la formación académica y personal. Las sesiones del Club están abiertas tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad.

Calendario
Fecha de inicio: 24/09/2024
Fecha de finalización: 17/12/2024

Horario
19:00 horas.

Lugar de celebración y formato: presencial /online
La sede del club le lectura está en  la Biblioteca San Isidoro (Campus de Vegazana, León), en cuya  sala de conferencias se celebran todos las sesiones y encuentros de los socios. De forma combinada, ofrecemos el formato  híbrido online síncrono a través de Meet (Por si quieres saber más de Meet: Guía rápida de Google Meet pdf)

FORMAS DE PARTICIPACIÓN (¡importante!)

  1. Si estás interesado en obtener el diploma acreditativo para el reconocimiento de los créditos ECTS,  debes matricularte en Extensión Universitaria de la ULE. Más información sobre esta modalidad en nalvm@unileon.es

    ¡¡¡No todo el mundo tiene que matricularse!!!

  2. La Universidad de León abre su club de lectura a toda la sociedad, de forma abierta y gratuita. No necesitas  matricularse para poder participar, aunque sí te pedimos que nos manifiestes tu deseo de hacerlo para tenerte en cuenta, enviarte los avisos y recordatorios e invitarte a nuestras sesiones de GOOGLE MEET…  Envíanos tus datos al correo nalvm@unileon.es para que sepamos que contamos contigo. Indícanos:
    – Nombre y apellidos.
    – Correo electrónico (si eres miembro de la ULe, el institucional).
    – Tipo de usuario: Estudiante/ PDI/ PAS /Externo.
    Por lo tanto, si solo estás interesado en participar en coloquios y encuentros (virtuales) de las lecturas, no  es necesario que te matricules ni pagues ninguna cantidad económica, pero sí que nos avises por correo y que nos envíes tus datos.
  3. Puedes participar  a través del blog:  te ofreceremos información de cada una de las sesiones y podrás enviarnos tus comentarios. Además grabaremos las sesiones y las pondremos a tu disposición para que las tengas disponibles siempre que quieras o  por si no has podido asistir al encuentro en directo. Para participar de esto modo tampoco existe ningún requisito.