Genesis (Trespass) 50º Aniversario

Trespass: Genesis: Amazon.es: Música

La mayoría de los críticos ven «Nursery Cryme» de 1971 como el primer álbum clásico de Genesis, el punto de inflexión progresivo de la banda. Es una visión lógica: su tercer LP trajo al batería, el entonces desconocido, Phil Collins y al guitarrista Steve Hackett al grupo, conformando la formación clásica de la banda, y quizás, la más dinámica en la historia del rock progresivo.Pero todo esto eclipsa injustamente lo que vino antes: «Trespass», el punto de inflexión crucial en la discografía de la banda.

En ese momento, el grupo estaba formado por Peter Gabriel como vocalista, Tony Banks al teclado, Anthony Phillips en la guitarra principal, Mike Rutherford en el bajo y John Mayhew en la batería.

Los dieciocho meses transcurridos entre el debut discográfico de Genesis en marzo de 1969 y su sucesor «Trespass» en octubre del año siguiente, son probablemente el período decisivo en la historia de Genesis. Todos los que conocen ambos discos no pueden dejar de notar cuán impresionantemente la banda había empezado a desarrollar su estilo. Muchas experiencias cruciales de este período sentaron las bases de lo que estaba por venir.

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Anthony Phillips, Tony Banks, Peter Gabriel, John Mayhew y Mike Rutherford. Fotografía: GenesisFan

Una vez que superaron la frustración a raíz de su primer disco, las cosas volvieron a la normalidad. Todos ellos continuaron con sus estudios, pero la música y las experiencias de los meses anteriores se quedarían con ellos. Aunque se reunían con menos frecuencia, usaban cada encuentro para practicar juntos. Esto renovó su entusiasmo por la música, fue lo que los impulsó a abandonar la universidad y convertirse en músicos profesionales. A partir de ese momento, su afán fue superar las debilidades que habían surgido cuando estaban grabando su álbum debut. Genesis había renacido.

El productor John Anthony, quedó fascinado con una actuación de la banda, y los conectó con el responsable de Charisma Records, Tony Stratton-Smith. No fue difícil entusiasmarlo por este proyecto, y pronto, Genesis grabaría un nuevo álbum. Esta fase intensiva en la que la banda escribió canciones (y también grabó un par de demos) y los conciertos en vivo más o menos regulares tuvieron efectos secundarios positivos, recuerda Tony Banks: “Todo fue diferente en este álbum. Habíamos ganado un poco de experiencia en vivo, y cada canción del álbum se había tocado en el escenario antes. Teníamos al menos el doble de canciones para elegir de las que terminaron en el álbum».

Genesis (Febrero 1970) / Fotografía: Official Twitter page for the  fan site

El álbum, lanzado el 23 de octubre de 1970, abandonó las preciosistas experimentaciones de su álbum debut, «From Genesis to Revelation», publicado el año anterior. En este trabajo, la banda se sumergió en imágenes fantasiosas y arreglos exuberantes y prolongados, ayudando a cimentar, sin pretenderlo, el subgénero folk-progresivo.

No es el mejor álbum de la etapa clásica de Genesis, pero ese periodo no se entiende sin este disco. Allí comenzó esa exploración constante del romanticismo de las cosas, los lugares o los sueños. Este trabajo también supuso la despedida del guitarrista Anthony Phillips, que casi supuso el fin de la banda. Descontento por la evolución musical del grupo, y cada vez más agobiado en las actuaciones en vivo, no dudó en abandonarla. Afortunadamente ese fin no se materializó, y lo que se construyó posteriormente, tuvo los sólidos cimientos de esta maravilla llamada «Trespass».

Enlace a la lista de reproducción del álbum

Alejandro Pelayo (Marlango) 17/Septiembre/2020

17-09-2020

 21:00 H.
 TEATRO EL ALBÉITAR

 

Entradas (8 €): a partir de media hora antes del concierto en la  taquilla del teatro
50% de descuento: Comunidad Universitaria, previa presentación de carné  universitario y DNI.

Alejandro Pelayo compositor, pianista y productor conocido sobre todo por su trabajo al frente del grupo Marlango junto a Leonor Watling, presenta su segundo disco en solitario La Memoria de la Nieve de la mano de Altafonte. En el disco colaboran Suso Sáiz, Vicent Huma, Pablo Pulido y Marta Mulero en el violonchelo y estará disponible a partir del próximo 25 de octubre en todas las plataformas digitales y en vinilo.

«La Memoria de la Nieve es la banda sonora de ese instante mágico del invierno cuando empieza a nevar por primera vez y se oye el crepitar de los copos y el frío congela el aliento pero también una metáfora sobre el Alzheimer y lo efímero de los recuerdos. Es un disco minimalista de piano y violonchelo sobre la pérdida y las despedidas, con la impagable colaboración de Suso Sáiz, Marta Mulero y Vicent Huma. Es la música que suena cuando se borran las imágenes, lo cotidiano se vuelve irreal y emocionante, y los recuerdos hacen trampa. Es lo que queda después de la tormenta. Música triste para curar la tristeza».

«Intento con la música defender un territorio donde soy feliz y no permito que nada ni nadie ensucie ese lugar blanco donde mis hijos juegan con mis padres y no existe el dolor ni la enfermedad. Voy al piano a esconderme, a refugiarme cuando necesito cobijo o calor. Estas composiciones son fotografías que han perdido un poco el color, en algunas apenas se intuye el paisaje, otras están veladas. Estas doce piezas repiten una y otra vez el motivo principal de la melodía con el firme propósito de no olvidar, de aferrarse a un recuerdo donde fuimos felices. Cada invierno vuelve a nevar como si la nieve tuviera memoria de los días y de los lugares y después llega la primavera y los recuerdos se van borrando, se van derritiendo con el sol, y todo lo que nos queda, lo único que nos queda es el presente».

https://alejandropelayo.es/

En el adiós a Ennio Morricone. El Sonido del Western Europeo

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«Un ser humano no puede descifrar más de dos niveles diferentes de sonido al mismo tiempo. No estoy hablando solo de música. Físicamente, el cerebro no puede recibir más de dos sonidos a la vez. Si un director mezcla en el diálogo de la columna de sonido general, los efectos de sonido, así como la música, el oído humano no puede distinguir la música. Lo que uno escucha es un ruido muy confuso.» – Ennio Morricone

Cuando me viene a la mente la expresión «compositor de banda sonora», es difícil no pensar en Ennio Morricone en un primer momento. El «Maestro» construyó una obra musical que se extiende por más de 500 películas. Ese es el legado imprescindible de este impresionante autor. Ahora, en el momento de su desaparición física, solo nos queda seguir disfrutando de su obra, que ya está sólidamente asentada en nuestra memoria. Y en ese recuerdo, una parte fundamental son sus trabajos asociados al los Western rodados en Europa en los años sesenta y setenta. Recordémoslo, y que sirvan de homenaje a este autor irrepetible.

El compositor nacido en Roma se hizo famoso por sus trabajos en el Western Europeo, nunca me ha gustado el término Spaghetti Western, sobre todo por su asociación con Sergio Leone, que reinventó el género cinematográfico por excelencia. Creando un sonido arenoso, consistente y austero, en lugar de las orquestaciones exageradas de la mayoría de las bandas sonoras tradicionales del cine del oeste, Morricone creó su propio estilo añadiendo látigos, disparos, silbidos y guitarras eléctricas para crear un elemento narrativo en la música.

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Ennio Morricone y Sergio Leone

La dirección de Leone puso a la música de Morricone en el punto de mira, como protagonista fundamental de la narrativa de sus películas, sirviendo como elemento para enfatizar emociones y sentimientos. Largas escenas con la música y planos de los personajes, transformaron algunos fragmentos de las películas en una especie de Vídeo Clip, combinando sonido e imagen, agregaron significado a las imágenes.

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El Bueno, el Feo y el Malo (Sergio Leone) 1966

El ejemplo por excelencia del Western Europeo. Esta película de 1966 fue la parte final de la «Trilogía del Dólar» de Sergio Leone. Con sus sonidos imitando la llamada del coyote, cantos indescifrables y potentes guitarras eléctricas, la partitura de la película se considera en gran parte como la obra maestra de Ennio Morricone.

Tema Principal

El Éxtasis del Oro

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Hasta que Llegó su Hora (Sergio Leone) 1968

Carta de amor de Sergio Leone al oeste americano, con grandiosas localizaciones y un elenco de estrellas, esta fue la película más ambiciosa de Leone hasta la fecha. Para igualar las imágenes, Ennio Morricone intervendría para lograr una partitura que entrelazara la majestuosidad tradicional del oeste americano, con la violencia y la crudeza del Western Europeo. Morricone utilizaría la inquietante voz de Edda Dell’Orso, el agudo y punzante sonido de la armónica y todo la fuerza de las piezas corales que se enseñorean de la banda sonora.

Tema Principal

El Hombre de la Armónica

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El Halcón y la Presa (Sergio Sollima) 1966

La primera incursión de Sergio Sollima en el Western. Presenta la figura de un antihéroe peculiar, un ladrón andrajoso llamado Cuchillo, interpretado por Tomas Milian, que utilizaba cuchillos en lugar de armas. Morricone tomaría las riendas de la partitura musical de la película y fusionaría el sonido tradicional del género con elementos clásicos, combinando sonidos de pájaros con tambores y guitarras españolas. También en la banda sonora hay una pieza vocal interpretada por la maravillosa Christy.

Tema Principal

Christy (Run Man Run)

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La Muerte Tenía un Precio (Sergio Leone)  1965

La segunda aparición de Leone con su «Trilogía del Dólar», que mantuvo a Clint Eastwood y Gian Maria Volonte, e introdujo al actor Lee Van Cleef en el género. Es una de las favoritas de los fans, y le permitió a Morricone experimentar más con la música.  Introduce  diferentes instrumentos musicales, incluyendo un arpa de boca, que se escucha en el tema principal de la película, una guitarra acústica y un carillón. Los dos últimos se abrieron paso en el clímax final de la película, acompañados de un solo de órgano  y una hermosa pieza de trompeta.

Tema Principal

Rindiendo Cuentas (Duelo Final)

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El Gran Silencio (Sergio Corbucci) 1968

Recordado por sus desolados paisajes nevados y su final desafiante. «El Gran Silencio» de Sergio Corbucci es una película única en el género, y su partitura también lo es. Las partes corales y las guitarras eléctricas, se conjugan con un sonido más íntimo, alejado de la grandilocuencia de otras composiciones de Morricone. Los coros evocadores, el sonido tenue de las campanas y los instrumentos de viento, son el fondo perfecto para visualizar las ubicaciones heladas del film.

Tema Principal

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Por un Puñado de dólares (Sergio Leone) 1964

La película que atrajo la atención del público al género, e introdujo el personaje del «Hombre sin Nombre», y dejó las marcas registradas de la música del Western Europeo. El famoso silbido de Alessandro Alessandroni y la trompeta de Michele Lacerenza resaltan los temas de la película, mientras que el I Cantori Moderni los acentúa para crear uno de los primeros western de Morricone.

Tema Principal

Salario para matar (El Mercenario) reseña - The Spaghetti Western Database

El Mercenario (Sergio Corbucci) 1968

La trama está situada en el México revolucionario. La música en «El Mercenario» se mueve lenta y amenazante con el silbido de Alessandroni a través de pesados arreglos de cuerda, construyendo un crescendo heroico. El tema fue nuevamente utilizado en la película de Quentin Tarantino de 2003, «Kill Bill».

Tema Principal

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¡Agáchate Maldito! (Sergio Leone) 1971

Primeros pasos de Sergio Leone en su despedida del Western, ¡Agáchate Maldito! se centró en la interacción de dos personajes durante el México revolucionario. Ennio Morricone hizo lo mismo, y en lugar de confiar en los sonidos tradicionales del género, creó un tema romántico de inspiración clásica para el personaje de James Coburn que cantaba la voz altísima de Edda Dell’Orso, mientras que el personaje de Rod Steiger recibió un tema mucho más vulgar.  Una partitura muy inusual, pero maravillosa.

Tema Principal

 

Top 10 España en Eurovisión. Nuestros mejores representantes en el Eurofestival

Clasificación de España en Eurovision de 1961 a 2019 | El Correo

Siempre ha habido un sentimiento de frustración en España sobre nuestra trayectoria en el Festival de Eurovisión, quizás nuestras últimas representaciones han ayudado a ello. Desde luego, nuestro palmarés no es para lanzar las campanas al vuelo. En cincuenta y nueve participaciones, hemos logrado dos victorias, cuatro segundos puestos y un tercero. No parecen unos números muy brillantes, pero eso no quiere decir que no hayamos enviado grandes interpretes, con canciones, que en muchos casos, se hubieran merecido mejor suerte.

Me propongo hacer un modesto repaso por nuestra trayectoria por el Eurofestival. Nada hay más subjetivo que hacerlo en forma de lista, que incluye una clasificación. He intentado que no fuera así, centrándome en la calidad de las canciones y su interpretación, más que en gustos personales. Pero estoy seguro que para muchos sobrarán tantas canciones, como otros echaran en falta otras tantas.

De todas formas, sea un divertimento, un recuerdo, un homenaje, o una excusa para la nostalgia. Muchas sirvieron para lanzar carreras musicales, otras para consolidarlas y de otros, nada o casi nada se supo de ellos tras el festival. Sea como fuere, disfruten de todas ellas, que en algún recóndito lugar de nuestra memoria, seguro que siempre han tenido un rinconcito para ellas.

Una gran Ruth Lorenzo devuelve a España al top 10 de Eurovisión

Ruth Lorenzo (Dancing in the Rain) 2014

Nº 10: Esta bellísima murciana nos ha dado la última gran clasificación en el festival, quedando en décima posición en la edición de 2014. Siendo prácticamente una desconocida en España, sus últimos pasos profesionales los había realizado en el Reino Unido, donde fue semifinalista en la edición de 2008 de «The X Factor». En 2014 ganó la representación en el festival en una reñida competición. Su interpretación de «Dancing in the Rain» fue soberbia, con una puesta en escena espectacular, donde simulaba llover sobre el escenario, acorde al título de la canción. Una grandísima voz, que hubiera merecido mucho más suerte, de la que tuvo tras su paso por Eurovisión.

Los diez mejores (y peores) resultados de España en Eurovisión

Bravo (Lady, Lady) 1984

Nº 9: Esta deliciosa canción consiguió para España su único tercer puesto y su mejor clasificación en la década de los ochenta. Bravo se formó en 1982 en torno a la figura de la maravillosa Amaya Saizar, que a pesar de su juventud, ya atesoraba una experiencia musical bastante amplia. Formó parte del grupo donostiarra Trigo Limpio, desde 1975 a 1979. Después de un álbum en solitario, la discográfica creo Bravo con un esquema inspirado en ABBA, dos chicas y dos chicos. Realmente se dieron a conocer a raíz de su éxito en el festival. La canción fue un éxito enorme, no solo en España, llegó al nº 1 en Alemania, y arrasó también en Hispanoamérica. Al año siguiente, después de publicar su segundo álbum, el grupo se disolvió. Solo Amaya continuó vinculada al mundo de la música.

Lista: ¿Cuál es la mejor canción que ha llevado España a Eurovisión?

Paloma San Basilio (La Fiesta Terminó) 1985

Nº 8: Quizás sea la mayor injusticia de todas las participaciones de España en Eurovisión. Lo teníamos todo para llegar a lo más alto. Una gran canción, obra de un compositor de la talla de Juan Carlos Calderón y una interprete de primer orden, como es Paloma San Basilio. Todo hacía presagiar que podíamos llegar al top 5, sin mayores problemas. Pero solo obtuvo treinta y seis votos, y quedó relegada al puesto 14º. ¿Qué pasó?, nadie lo sabe. Era poco «festivalera» según algunos. Paloma San Basilio hizo una actuación sublime sobre el escenario de Göteborg, donde se celebraba el festival, rozando la perfección en cada nota y haciendo gala de una elegancia insuperable. El tiempo no ha hecho más que reivindicar esta canción, que a pesar del fracaso en las puntuaciones, fue un gran éxito para la artista y banderín de enganche del álbum que publicó ese año.

Sergio Dalma en el Festival de Eurovisión de 1991

Sergio Dalma (Bailar Pegados) 1991

Nº 7: Verdadero trampolín para la carrera de Sergio Dalma. «Bailar Pegados» es ya un clásico de la música romántica y de la música popular española en general. Compuesta y producida por dos históricos de la música española, como son Julio Seijas y Luis Gómez Escolar, obtuvo un más que meritorio cuarto puesto, siendo votada por todos los países menos dos. Víctima propiciatoria de algún desalmado en los karaokes, Dalma defendió la canción con la pasión que requería el tema. Además, su estilo vocal, muy italiano, ayudo mucho al éxito de la interpretación. Curiosamente, el festival se celebró en Roma. Se puede decir que Dalma casi jugaba en casa.

Así es la versión a color de la eurovisiva 'Vivo cantando' de Salomé

Salomé (Vivo Cantando) 1969

Nº 6: La edición de 1969 del festival, ha sido la única que ha organizado España, gracias a la victoria del año anterior de Massiel con la mítica «La, La, La». Para aquella España de los últimos años del franquismo, el festival fue la excusa perfecta para dar una imagen actual y renovada del país. No se escatimaron gastos, llegando a alquilar equipos a otras televisiones, para poder emitir en color, ya que RTVE no disponía de la tecnología precisa para hacerlo. En el plano musical, fue seleccionada la catalana Salomé con el tema «Vivo Cantando». El estilo de esta canción resultaba ya un poco desfasado en comparación a lo que eran las corrientes del pop de entonces. Pero es un tema irresistible. Salomé, enfundada en el ícónico mono turquesa diseñado por Pertegaz, con un peso de catorce kilos, la cantó con un desparpajo y una fuerza contagiosa. Secundada por el «vigoroso» Trío Valldemossa en los coros, «hey», Salomé gano el festival, pero… empatada con el Reino Unido, los Países Bajos y Francia en el primer puesto. Un sorprendente cuadruple empate, que empañó un poco la extraordinaria actuación de la cantante.

Raphael - Yo soy aquel (Eurovisión 1966) (con imágenes) | Musica ...

Raphael (Yo Soy Aquel) 1966

Nº 5: Primera de las dos participaciones del genio de Linares en el Eurofestival. «Yo Soy Aquel» fue compuesta por el gran Manuel Alejandro, y desde entonces, se ha convertido en pieza insustituible del repertorio del cantante. La canción quedó clasificada en séptimo lugar, mejorando nuestras anteriores clasificaciones, pero disgustó profundamente al cantante, que llegó a declarar que el certamen estaba muerto. Al año siguiente, 1967, no tuvo reparos en volver a participar con otro tema de Manuel Alejandro, «Hablemos del Amor», que quedó en sexto lugar. Raphael la interpreto fiel a su estilo, con la fuerza y expresividad características en el. Por tercera vez, en 1968, RTVE quiso volver a contar con el, pero declinó la oferta, aduciendo que sus canciones no eran propicias para ese tipo de eventos. ¿Se imaginan a Raphael interpretando el «La, La, La»?

Karina, en el baúl de los recuerdos

Karina (En un Mundo Nuevo) 1971

Nº 4: La selección de nuestro representante en la edición de 1971, ha sido quizás la de mayor nivel de la historia, vean sino: Los Mismos, Nino Bravo, Rocío Jurado, Karina, Cristina, Junior, Dova, Jaime Morey, Encarnita Polo y Conchita Márquez Piquer. Todo ello canalizado a través del programa «Pasaporte a Dublín», que durante el otoño de 1970, con un enorme éxito, eligió finalmente a Karina como representante en el festival. La canción, «En un Mundo Nuevo», es una pieza de orfebrería del pop más exquisito. Compuesta por Tony Luz, guitarrista de Los Pekenikes, además de novio, y futuro marido de Karina, y por el maestro Rafael Trabucchelli, genial productor de Hispavox, y creador de parte del mejor pop de los sesenta y setenta. Todos acompañados por Waldo de los Ríos, arreglista de la canción y director de la orquesta en el festival. Durante los primeros segundos de la actuación de Karina, no se oyeron las primeras palabras de la canción por motivos técnicos (Sólo al final del camino), aunque algunos aseguraron que se había olvidado de la letra. A pesar de este percance, Karina realizó una actuación antológica, creciéndose a medida que la cantaba. Todo ello la permitió quedar segunda en la clasificación final.

Festival de Eurovisión 1968 - Massiel - La la la - RTVE.es

Massiel (La, La, La) 1968

Nº 3: ¿Qué se puede decir de esta canción?, la más recordada de todas nuestras participaciones en Eurovisión. Massiel consiguió el primer triunfo en el festival para España con este tema compuesto por el Dúo Dinámico. La tortuosa historia de esta canción es conocida por todos. El elegido inicialmente por RTVE fue Joan Manuel Serrat, que quince días antes del festival manifestó sus deseo de cantarla en catalán. El Dúo Dinámico se ofreció a defender la canción, pero pertenecían a una discográfica distinta de la que había firmado con RTVE. Finalmente Massiel fue la elegida, pero en ese momento estaba de gira en México. Al día siguiente aterrizó en Madrid, grabó la canción ese mismo día, y de inmediato viajó a París para promocionarla. En ese viaje, hojeó un catálogo del modisto Courrèges, y encontró el mítico vestido que lució en el festival. Se lo tuvieron que hacer por no encontrar ninguno de su talla. Y llegamos al seis de abril de 1968. Royal Albert Hall de Londres, Massiel después de una reñidísima votación, ganó al representante británico, Cliff Richard, gran favorito a ganar con el tema «Congratulations». «La, La, La» era un tema ganador, pero quien realmente le dio la victoria fue Massiel. Con una interpretación arrolladora, casi épica, le insufló un empuje a la canción, que a la postre fue fundamental en su triunfo.

Pastora Soler celebra los 5 años de su actuación en Eurovisión ...

Pastora Soler (Quédate Conmigo) 2012

Nº 2:  Cuando se elaboran listados eligiendo las mejores canciones que nos han representado en el Eurofestival, esta es siempre la gran olvidada. «Quédate Conmigo» es una canción impresionante, conmovedora, que, irónicamente, habida cuenta de nuestros habituales magros resultados en el festival, su décimo puesto nos pareció un gran éxito. Pero como comentamos anteriormente de Massiel, hay que repartir los méritos. La interpretación de Pastora Soler es de las mejores entre nuestros representantes a lo largo de la historia, cuando no directamente la mejor. Es una actuación perfecta, imposible de mejorar. Dotada de una voz prodigiosa, capaz de llegar a registros imposibles. Pastora Soler hizo una interpretación tremendamente intensa y emocionada, sintiendo cada estrofa de la letra. Pero a la vez, fue una actuación contenida, vocal y gestualmente, totalmente alejada del histrionismo en el que hubieran podido caer otras cantantes.

Eurovisión - "Eres tú", de Mocedades, la mejor canción española de ...

Mocedades (Eres Tu) 1973

Nº 1: Creo que a la hora de confeccionar esta clasificación, este ha sido el puesto más fácil de determinar. En cualquier listado elaborado a tal efecto, es muy raro que no aparezca esta canción como la mejor entre todas las participaciones de España. Con este tema inmortal, compuesto por el gran Juan Carlos Calderón, Mocedades obtuvo un segundo puesto que realmente sabe a poco, habida cuenta de la calidad de la canción. La voz sublime de Amaya Uranga, acompañada de las perfectas armonías vocales del resto del grupo, elevaron a esta canción al pedestal de los grandes temas en lengua española. Pero hay que añadir que es una canción conocida en el mundo entero. Nos sorprendería a que países ha llegado su conocimiento. Sin ir más lejos, fue la primera canción, y creo que la única, cantada íntegramente en español, en llegar al top 10 de las listas de Estados Unidos.  Supuso además, el espaldarazo a una carrera artística, conducida por la sabia mano de Juan Carlos Calderón, que daría muchos más frutos fecundos como este.

«People Talking Around». 50 años del renacer de Los Bravos

Los Bravos en 1970: Tony Martínez, Jesús Gluck, Anthony «Andy» Anderson, Pablo Sanllehi y Miguel Vicens. Fotografía: Light 69

Algún avezado lector echará en falta a alguien en la fotografía. ¿Los Bravos? ¿Donde está Mike Kennedy? Hubo vida en esta banda tras la marcha de su rubio cantante. Es más, podíamos decir que abrió su etapa más interesante, musicalmente hablando.

Enero de 1969 marca la salida de Mike Kennedy de Los Bravos. También supuso la finalización de su relación contractual con Alain Milhaud, hasta la fecha, productor y manager de la banda. A partir de ese momento, Milhaud se centraría en el lanzamiento de la carrera en solitario de Kennedy, que se presuponía exitosa. El paso del tiempo demostró lo contrario, pero esa es otra historia.

Los Bravos fueron el gran grupo español de los sesenta, por lo menos a nivel de éxito nacional e internacional, ¿quién no conoce o ha tarareado alguna vez el «Black is Black»?; desde sus inicios en el año 1965 hasta 1969, fueron el grupo puntero y de más éxito de España.

Love and Sympathy (1969)

Rudy´s In Love (1969)

Todo parecía acabado para ellos, pero hicieron varias audiciones en Inglaterra para encontrar un nuevo cantante. Incorporaron a un mozalbete de 19 años Bob Wright, muy simpático, con el que tuvieron relativo éxito y nula conexión.

Aquello duró lo que duró. A finales de 1969, desesperados fueron a buscar, literalmente a su casa en el interior de Inglaterra, a otro vocalista que les había gustado en las audiciones que habían hecho; se trataba de Anthony «Andy» Anderson, hermano mayor de Jon Anderson vocalista del extraordinario grupo Yes. Escuchó la propuesta del grupo, no se lo pensó y entró a formar parte del conjunto.

El cambio fue radical, pasaron de ser un grupo de fans y con todo planificado por la industria discográfica; a ser una auténtica banda, elaborando material propio, haciendo un sonido más actual y complejo. 

People Talking Around (1970)

Every Dog Has His Day (1970)

Los nuevos Bravos grabaron en octubre de 1969 el single “Love and simpathy / Rudi is in love”. Para promocionar la canción, rodaron un corto que se distribuyó bastante por las salas de cine. De estética pop y reminiscencias hippies, con guión de Miguel Vicens, el bajista de la banda. La canción no fue un gran éxito, a pesar del cortometraje. Pero fue su tarjeta de presentación, acompañada por una multiplicación de sus actuaciones en directo, culminadas a final de año en el club J.J. de Madrid, con un éxito total y el reconocimiento de la crítica a la solidez de los nuevos Bravos.

Su salto definitivo fue ganar el Concurso Internacional de Conjuntos que la Discoteca Barbarela, de Palma de Mallorca, organizó en la primavera de 1970, con la canción «People Talking Around».

«People Talking Around», composición de Andy, Es un tema redondo de principio a fin. Producida por Pepe Nieto, sin ningún tipo de florituras, ni coros ni orquestaciones. Con un sonido limpio y unas maravillosas armonías vocales, nos muestran un grupo conjuntado y homogéneo, realmente una banda compacta y unida. no un simple conjunto de acompañamiento para un cantante estrella.

Hagamos una Navidad (1970)

Alegria de Vivir (1970)

La canción llegó al nº 1, y se editó en toda Europa. El éxito les facilitó el acceso a grandes espacios para realizar sus conciertos y una gira por Sudamérica a final de año.

Fin de año que vino acompañado de una maravillosa canción navideña compuesta por Jesús Gluck, «Hagamos una Navidad», que tuvo una acogida discreta. Como la tuvo la que sería la última grabación de Andy con Los Bravos, “Inside your shadow / Caminos del ayer”, en abril de 1971.

¿Qué pasó entonces?, después de un año donde Los Bravos habían vuelto a colocarse en lo más alto de la escena musical, iniciaron una caída en picado que llevaría el grupo a disolverse a comienzos del otoño. Fueron varias causas: una cierta indefinición musical, a pesar de la calidad de sus grabaciones, y sobretodo, pienso que la falta de un mánager, alguien como lo fue en su etapa anterior Alain Milhaud. Un buen profesional que supiera orientar al grupo y promocionarlo como se merecía.

Inside your Shadow / Caminos del Ayer (1971)

De todas formas, pasara lo que pasara. Fueron dos años inolvidables. Musicalmente fue la mejor etapa de Los Bravos como grupo. El renacer fue breve, pero el recuerdo y las canciones que lo acompañaron, son de lo mejor de la música popular española. No hubo un «Black is Black», pero ni falta que hizo.

A partir de ese momento solo quedó Tony Martínez en la banda, con una continua sucesión de miembros en la misma, incluido Jesús de la Rosa, futuro líder de Triana. Hasta que en 1976 regresó Mike Kennedy al grupo, Pero nada o poco cambió. Los Bravos se disolvieron definitivamente a principios de 1977.

Larga vida a Los Bravos.

Los Bravos -- Look Around ( with Anthony Anderson ) - YouTube

Look Around (1970?) Actuación en directo en RTVE

 

REO Speedwagon (Hi Infidelity) 40º Aniversario

La historia de «Hi Infidelity» es la de la persistencia. REO Speedwagon había lanzado ocho álbumes anteriores, con cambio de cantantes entre medias, hasta la llegada de Kevin Cronin, convertido en vocalista definitivo de la banda. También tuvo dificultades para definir su identidad musical. En un disco sonaban como una banda de hard rock, mientras que en el siguiente, como unos Eagles con un sonido más contundente. A pesar de sus problemas, el único lugar donde la banda no desfallecía era en el escenario; giraron sin descanso durante años. Un comentario sobre su compañía discográfica, Epic, por permitir que la banda continuara lanzando discos con un éxito moderado (ocho álbumes y ningún éxito masivo) algo que parece inimaginable hoy.

REO Speedwagon se formó en el campus de la Universidad de Illinois por el batería  Alan Gratzer y el teclista Neal Doughty en 1968, quienes en su mayor parte seguirían siendo el núcleo de la banda durante los suguientes años. Completada por el bajista Greg Philbin, la guitarra de Gary Richrath y el vocalista Terry Luttrell, la banda se había convertido en un elemento fijo en la escena musical local, donde fueron descubiertos por Irving Azoff. Después de que Azoff fuera capaz de colocar al grupo como teloneros en varias giras por el Medio Oeste, especialmente con Bob Seger, REO había ganado suficiente estatura para afrontar su álbum debut homónimo para Epic. Aunque el disco capturó en cierta forma la potencia de su música en directo, el álbum no produjo éxitos y voló por debajo del radar de la mayoría de los críticos.

Hasta finales de la década de 1970, había algo que distinguía cada álbum de REO del siguiente, era el reemplazo ocasional de algún miembro de la banda. El más importante de ellos fue Kevin Cronin, quien asumió como vocalista principal de «REO / TWO», el segundo trabajo del grupo lanzado en 1972. Cronin se fue después de ese álbum pero regresó en 1975 para relevar al sustituto Michael Murphy. Aunque el estilo de canto de Cronin no es reconocido por sus innovaciones, su habilidad para escribir baladas más tarde se convirtió en una parte esencial del sonido de la banda.

REO SPEEDWAGON ROLLS OUT 2020 DATES

REO Speedwagon a finales de los setenta. Fotografía: Aaron Rapoport / Corbis

REO finalmente logró su primer álbum de oro con un disco grabado en vivo, «You Get What You Play For»lanzado en 1977. Con Cronin y Richrath asumiendo el control al frente de la producción, el grupo aprovechó el impulso de «Play For» con el álbum de estudio titulado de forma peculiar «You Can Tune a Piano, But You Can’t Tuna Fish» en 1978. El disco fue el primero de REO en producir un sencillo de éxito, «Roll With the Changes», y moderaron sus inclinaciones hard rock con canciones más orientadas al pop. Con el lanzamiento posterior de «Nine Lives» en 1979, quedó claro que esta fusión era la nueva dirección del grupo.

Cuando REO Speedwagon comenzó a trabajar en el álbum que se convertiría en «Hi Infidelity», no tenían ni idea de que estaban al borde de un éxito comercial monstruoso.

Todo ese arduo trabajo previo, finalmente dio sus frutos en «Hi Infidelity», que se convirtió en el álbum más vendido de 1981, con un total de 10 millones de copias vendidas. Lo que distingue a este disco de los anteriores es, cómo logra capturar parte de esa magia de sus actuaciones en vivo en el entorno de un estudio. Todo el LP está inundado de un eco que lo hace sonar como si lo estuvieras escuchando desde el escenario. También suavizaron algunos de los bordes más duros de sus álbumes anteriores, lo que resultó en un sonido más comercial. Aún más importante es la composición de canciones; esta es su colección de canciones más enfocada hasta la fecha. «Hi Infidelity»· es sólido de arriba a abajo con canciones memorables y algunas de las voces más apasionadas de Kevin Cronin jamás grabadas.

Gary Richrath in memoriam (1949-2015). Fotografía: Bill Parsons

Pero este álbum también supuso la entrada de los REO en la cúspide de las listas de singles, terreno que habían tenido vedado hasta entonces.

La maravillosa «Keep on Loving You» fue el primero en la historia de sus singles publicados en llegar al nº 1. Fue escrito por Kevin Cronin y fue disco de platino. La guitarra principal de Rickrath se eleva sobre el piano, y la voz de Cronin, que expresa todo el sentimiento que destila la canción. Una combinación de factores que fueron ejecutados magistralmente. «Take It on the Run» escrita por el guitarrista de la banda, el fallecido Gary Rickrath, fue la continuación del éxito de «Keep on Loving You». Llegó al nº 5.

REO Speedwagon tuvo que soportar las típicas críticas de evolucionar a una música presuntamente más facilona y comercial. Es cierto que hubo esa evolución, pero «Hi Infidelity» es un álbum extraordinario de principio a fin, aquí no hay rellenos. De un sonido más crudo de los setenta, aterrizaron sin complejos en un rock más suavizado, pero nunca perdieron su identidad rockera por completo. Además, se les puede considerar los creadores de las «Power Ballads» con «Keep on Loving You», que después cultivaron entusiásticamente bandas de reconocido pedigrí rockero como Whitesnake o Scorpions, y nadie se rasgó las vestiduras por ello.

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Franco Battiato cumple 75 años. Recordando su etapa más experimental (1972-1978)

Franco Battiato

Franco Battiato a principios de los setenta. Fotografía: Roberto Masotti

La figura de Franco Battiato es totalmente poliédrica. Iconoclasta y heterodoxo, su evolución musical a lo largo de sus más de cincuenta años de carrera ha sido constante. Además con un detalle añadido. Los cambios han sido radicales, sin ningún tipo de evolución previa. Pasando de su etapa inicial de cantante melódico de finales de los sesenta, a la más completa experimentación, siendo quizás de los músicos más vanguardistas de la década siguiente. El pasado 23 de marzo cumplió 75 años.

Battiato es conocido, sobretodo en España, por su digamos «tercera etapa» musical. la que comienza a finales de los setenta, donde registro ese conjunto de canciones imprescindibles, que están en la mente y el recuerdo de todos. Esa tercera evolución, mezcla de la New Wave y el tecno, todo ello adobado con la impronta única de alguien que ha conseguido ser un estilo en sí mismo.

Precisamente por ser la parte más desconocida por el gran público, y la más chocante para quien no la conozca. Esta entrada se centrará en su actividad musical durante gran parte de la década de los setenta. Donde llevó la experimentación sonora a límites inimaginables. Muchas veces se le ha etiquetado dentro de aquella corriente, más que fecunda, que fueron las bandas progresivas italianas de aquella década. Hay una delgada línea de similitud entre ambos, porque Battiato les superó ampliamente, al no marcarse ningún límite ni frontera en un experimentalismo casi intransigente, que dominaría gran parte de su obra a mediados de los años setenta.

Fotografía: Roberto Masotti

Cuando el joven Battiato comenzó a abrirse camino en el mundo de la música ligera a finales de los años sesenta, probablemente nadie podría haber imaginado que ese chico hubiera podido cambiar de ese género fácil e inmediato a la experimentación más salvaje y luego cambiar de dirección nuevamente, logrando un gran éxito con discos mucho más accesibles y, posteriormente, dedicarse a la música clásica y lírica. Todo esto se puede resumir en la carrera de quien es, quizás, el cantante italiano más particular y ecléctico de la historia.

Nacido en Jonia (provincia de Catania, Sicilia) en 1945. Battiato se mudó a Milán alrededor de los diecinueve años. Al poco tiempo, obtiene los primeros contratos de grabación. Entre 1965 y 1969 publicó cinco o seis singles de éxito no  muy considerable. Estas son canciones de amor, muy simples y muy comerciales (entre otras cosas, ni siquiera escritas por él), de acuerdo con la tendencia seguida por casi toda la música italiana de la época. Los inicios de su evolución musical,  comienzan durante la edición de 1968 de «Un disco per l’estate», el famoso evento de la radio de la época: Battiato se da cuenta de que es completamente ajeno al contexto que lo rodea y, con un valor admirable, rompe sin dudarlo, con cualquier contrato que lo vincule a ese mundo discográfico, que el ya consideraba falso y deplorable.

Fotografía: Roberto Masotti

Sigue un breve período de profunda crisis personal, superado solo con la ayuda de dos nuevos intereses muy fuertes, que a partir de entonces caracterizarán su forma de ser y concebir el arte musical: el sufismo de los místicos del Medio Oriente (no por casualidad la cultura árabe será el centro de los estudios del compositor en la década siguiente) y la música electrónica.

A finales de los años sesenta, de hecho, comenzó a explorar el uso de sintetizadores (por lo tanto, seguramente fue el primero en Italia y uno de los primeros en el viejo continente) y la música clásica contemporánea. La primera de sus innumerables transformaciones se logró, es decir, de un cantante joven y mediocre, a un experimentador y líder radical de la naciente, aunque pobre, escena underground italiana.

Battiato plasmó por primera vez estas inquietudes en los surcos de un vinilo, en 1972, con el revolucionario «Fetus», publicado en una pequeña compañía discográfica alternativa, Bla Bla. Las atmósferas electroacústicas, el uso a veces violento e incluso exagerado del sintetizador, y un vanguardismo sin concesiones, caracterizan este oscuro álbum. La publicación de este trabajo debió ser un verdadero shock para la adocenada escena musical de aquellos años. Comenzando por la imagen de portada (una foto impresionante de un feto). El disco resulta ser un viaje psicodélico, inspirado entre otras cosas por la obra de Aldous Huxley (a quien está dedicado).

Energia / Meccanica (Fetus) 1972

La destrucción del formato tradicional de álbum siguió con «Pollution» (1973), un verdadero trabajo de «rock progresivo de vanguardia», balanceándose entre preguntas existenciales y la cuestión de la contaminación, que se refleja musicalmente con destellos de guitarra eléctrica distorsionada y aumento del uso de teclados. Este  álbum representa quizás uno de los ejemplos más originales del rock del sur de Europa. El omnipresente sintetizador parece luchar contra los sonidos acústicos. El bajo, la batería y el piano se maceran con efectos vocales sutiles y etéreos. Todo ello conforma esta joya indiscutible del rock experimental.

Pollution (1972)

Sobre la base de las nuevas experiencias musicales procedentes del extranjero que está acumulando en este período, y sobre todo, las lecciones que le dio el maestro y amigo Karlheinz Stockhausen, ya desde 1973, Battiato se ha convertido en un músico vanguardista aún más intelectual y volcado en su mundo interior. Hacia finales de año publicó una de sus mejores obras, «Sulle corde di Aries».. La experimentación constante, una electrónica bastante sofisticada y, la influencia de la tradición musical árabe, contraste acústico al maremágnum sonoro, convergen en este nuevo y muy serio trabajo. Ha llegado el momento de «construir algo nuevo», y Battiato lo hace eliminando guitarras, bajos y batería, a favor de instrumentos de viento y de cuerda pulsada.

Sulle Corde di Aries (1973)

Luego, con un nuevo cambio estilístico, Battiato da vida a la cuarta y probablemente última obra maestra de su discografía experimental, el inquietante «Clic» (1974),. Totalmente dedicado a la persona y el trabajo de Karlheinz Stockhausen. Battiato produce siete composiciones cortas e inusuales, casi todas instrumentales de electrónica experimental. Atmósferas suspendidas entre lo sombrío y lo esotérico, movimientos electrónicos y un complejo collage sonoro. Todo ello caracteriza esta pequeña gran obra cuidada en cada detalle por su autor, que alterna piano, órgano, instrumentos electrónicos y todo tipo de «efectos especiales». Ninguna pieza destaca más que las otras,

Clic (1974)

Battiato, sin embargo, comienza a abandonar la electrónica casi por completo. Realiza una breve gira por el sur de Italia como teclista para el Magnetic Frame (grupo formado para la ocasión con algunos amigos de la escena alternativa italiana). Del mismo período es el disco «M.elle Le Gladiator» (1975), un peldaño más bajo para los estándares del compositor. Alrededor de diez minutos de muestras y sobregrabaciones (pero mucho más duras y menos armoniosas que las de «Clic»), que luego dan lugar a unos veinte minutos discontinuos de sonidos de órgano, grabados en la catedral de Monreale. Este álbum se puede considerar una idea fallida y pretenciosa, o por el contrario, es simplemente un disco hecho de «rellenos experimentales» destinados a enmascarar, si no la falta de ideas, al menos la transición creativa del autor.

M.elle Le «Gladiator» (1975)

Después de pasar del pequeño sello de vanguardia Bla Bla al potente Ricordi (¡que paradójicamente parece darle aún más libertad creativa!), Battiato se dedica, al menos durante dos o tres años, a la composición de vanguardia clásica. Pasa sus días frente al piano en un intento de crear nuevas formas de sonido y colabora con músicos clásicos. Los resultados de esta investigación musical están documentados en el álbum «Battiato»(1977).

Za (Battiato) 1977

Cafè-Table-Musik (Battiato) 1977

El álbum «Juke Box» (1978) fue de menor importancia , concebido como la banda sonora de una película para la televisión italiana de la época, pero luego rechazado por los responsables de la misma. Se compone de seis piezas para piano, violín y partes corales. En resumidas cuentas, nada extraordinario.

Juke Box (1978)

Las dos partes largas que componen el último álbum verdaderamente experimental de Battiato, titulado «L’Egitto Prima Delle Sabbie» (1978), lleva la experimentación pianística al límite. En la pista que da nombre al álbum (ganador del premio internacional Karlheinz Stockhausen de ese mismo año), la misma «frase» rápida de piano se repite decenas de veces indefinidamente sin ninguna variación, excepto por la duración de las pausas; Este es probablemente el mejor ejemplo de la capacidad de Battiato para crear atmósferas hipnóticas. La segunda pieza larga, «Sud Afternoon», destaca el componente notablemente percusivo, casi obsesivo, del sonido del piano.

L’Egitto Prima Delle Sabbie (1978)

Pero de repente, Battiato pone en marcha, quizás, uno de los mayores cambios en estilo y género que recuerda la historia de la música popular. La diferencia entre «L’Egitto Prima Delle Sabbie» y su trabajo posterior es desconcertante. «L’Era del Cinghiale Bianco» (1979), publicado para Emi, son canciones pop realmente pegadizas. Habiendo abandonado por completo la vanguardia, Battiato movió su experimentación en el contexto del formato de canción convencional. Para bien o para mal, el género acuñado por el siciliano, y llevado a cabo, aunque en una fase continua de cambio, en la década siguiente, fusiona la música para grandes audiencias y la música más minoritaria, de una manera muy personal. Compone canciones que son agradables para el oído como nunca antes, pero sin perder el poso intelectual de siempre. Quizás se pueda encontrar en el resto de la historia de la música algo que se parezca vagamente a esto, pero el «estilo Battiato» era y sigue siendo algo inalcanzable.

Angelo Branduardi (1974-1979). Los Inicios del Gran Trovador de la Música Italiana

Angelo Branduardi in una foto degli anni '70.

Fotografía: Calle Hesslefors / ullstein bild

Es difícil considerar a Angelo Branduardi como un típico cantante italiano de música pop. Su formación clásica, que culminó con una títulación en violín del Conservatorio de Génova, le diferencia grandemente del cantante melódico al uso. Además, cuando era joven, Branduardi sintió la necesidad de expresarse a través de la voz y las palabras. Entonces gravitó hacia la música de los grandes cantautores como Brassens, Donovan, Dylan, Cat Stevens o Joan Baez, e incluso, comenzó a tocar la guitarra. En una entrevista, declaró que estos dos instrumentos en realidad se complementan entre sí: el violín como hombre y la guitarra como mujer.

A lo largo de los años, tanto en actuaciones en vivo como en sus grabaciones, también tocó otros muchos instrumentos: dulcimer, piano, flauta, saxofón, armónica…

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Angelo Branduardi 74 (1974)

Con respecto a sus letras, Branduardi siempre contó con la inspiración de su esposa, Luisa Zappa, una presencia fundamental y constante en su camino, ayudando a crear textos originales, y traducciones para sus álbumes editados en otros idiomas. De hecho, Branduardi lanzó muchos de sus trabajos en varios idiomas. En la mayoría de los casos, las traducciones no son muy fieles a los originales, incluso si mantienen los mismos temas y tonos; en ciertos casos, constituyen textos que son completamente autónomos y no relacionados.

Angelo Branduardi nació el 12 de febrero de 1950 en Cuggiono, cerca de Milán. Cuando tenía unos meses, su familia se mudó a Génova y allí, en el Conservatorio Niccolò Paganini, Angelo obtuvo su diploma de violín y debutó como solista con la orquesta del Conservatorio. A la edad de quince años, Angelo se mudó a Milán, y aquí se matriculó en el Instituto Técnico de Turismo, donde conoció y tuvo como maestro al gran poeta Franco Fortini. Más tarde, se matriculó en la Facultad de Filosofía y en ese período comenzó a componer, musicando los textos de sus autores favoritos, por ejemplo, “Confessioni di un Malandrino» del poeta ruso Yesenin, una de sus canciones más famosas, se remonta a aquellos años. A principios de los años setenta, Angelo conoció a Luisa Zappa, quien más tarde se convertiría en autora de varias de sus letras, así como en su esposa.

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La Luna (1975)

1974 es el año de su debut discográfico con un álbum homónimo, producido por Paul Buckmaster. Un disco que destaca la poesía de sus letras y la sobriedad de sus arreglos, casi exclusivamente acústicos.

Al año siguiente, el músico lombardo lanzó su segundo álbum, «La Luna«, en colaboración con un nombre destacado en la música italiana: Maurizio Fabrizio. Sin embargo, los elogios al disco permanecen confinados a un círculo muy pequeño de admiradores y críticos.

Alla Fiera dell’Est (1976)

El primer gran éxito llegó en 1976 con el álbum «Alla Fiera dell’Est», que ganó de inmediato el Premio de la Crítica. La obra, siempre rigurosamente acústica, con guitarras y violines en primer plano, está inspirada en cuentos populares de todo el mundo: desde la canción de cuna judía de «Alla Fiera dell’Est», hasta la tradición celta de «La serie dei numeri», al poema alemán de «Sotto il tiglio».

Solo pasa un año, y con «La Pulce d’Acqua», Branduardi renueva su éxito, gracias también al maravilloso encanto de la canción principal del álbum, otro cuento de hadas lleno de referencias míticas y poéticas. Invitado de lujo, el músico sardo Luigi Lai, virtuoso de las «launeddas», un antiguo instrumento de viento. El trabajo también se enriquece gráficamente con nueve impresiones en color de Mario Convertino que ilustran los textos.

La Pulce d’Acqua (1977)

Branduardi es ahora el nombre principal de la canción italiana, pero no solo. En 1978, comenzó una larga gira que lo lleva por Europa, seguido en 1980 por la «Caravana del Mediterráneo», con invitados del calibre de Stephen Stills, Ritchie Havens y Graham Nash.

Entre las dos giras, en 1979, lanzó «Cogli la Prima Mela«, un álbum de gran éxito a nivel europeo, arrastrado por la conmovedora melodía de la canción principal y premiada por críticos de varios países europeos. Ese el mismo año, el cantautor lombardo toca en París en la «Fète de l’Humanité», frente a más de 200.000 personas. También llegará la versión francesa de «Cogli la prima mela», el trofeo Golden Europe y el premio de la crítica al mejor disco del año en francés. La fama del «juglar lombardo» se extiende por toda Europa.

Cogli la Prima Mela (1979)

«Alla fiera dell’est», «La pulce d’acqua» y «Cogli la prima mela» son las tres obras más notables de este período, y probablemente de toda su carrera, que han servido para definir y moldear su estilo inconfundible.

Más tarde, sin embargo, uno no puede olvidar álbumes tan valiosos y verdaderas joyas, como «Branduardi canta Yeats» (1986), cuyas letras son poemas del gran poeta irlandés, traducidas por Luisa Zappa y músicadas por Branduardi. De hecho, siempre hubo una conexión entre su música y la poesía, gracias a la inspiración que recibió del poeta Franco Fortini, su maestro durante un breve periodo de tiempo.

Así, la trayectoria artística de Branduardi es fundamentalmente personal; no hay las concesiones típicas del mundo de las canciones pop y sus escaparates, como el Festival de San Remo. No hay tratamiento de temas políticos, cuando estos fueron abordados ámpliamente por sus contemporáneos en la convulsionada Italia de los setenta. Ni una conexión con las llamadas «escuelas de compositores de canciones» (de Génova, Milán o Roma). Pero en cambio, ha construido un perfil artístico y humano propio, que le ha proporcionado un gran éxito que (incluso con sus altibajos), se ha mantenido desde 1974, el año de publicación de su primer álbum.