Thelonious Monk (1917-1982): Centenario del Nacimiento del Gran Improvisador del Jazz

Thelonious Monk

Junto con Charlie Parker y Dizzy Gillespie, Thelonious Monk fue un elemento imprescindible de la revolución del jazz que tuvo lugar en la década de los cuarenta. El estilo de tocar el piano único de Monk y su talento como compositor lo convirtieron en un líder en el desarrollo del jazz moderno. El pasado 10 de octubre hubiera cumplido 100 años.

Cuando Thelonious Monk comenzó a tocar su música a principios de la década de los cuarenta, sólo un pequeño círculo de músicos de jazz de Nueva York podía apreciar su singularidad. Sus melodías eran angulosas, sus armonías estaban llenas de grupos discordantes, y usaba las notas y la ausencia de ellas de maneras inesperadas. Para la mayoría la música de Monk era: «un desconcertante desconcierto, deliberadamente excéntrico», como escribió la publicación «Jazz Journal». El debate sobre su talento y habilidad continuó a medida que pasaron los años, pero finalmente Monk vió reconocida toda la calidad e innovación que su música atesoraba. En el momento de su muerte en 1982, fue ampliamente reconocido como el padre fundador del jazz moderno.

Los aspectos de sus composiciones que alguna vez fueron ridiculizadas ahora se analizan en los colegios y universidades de todo el país. Los pianistas aficionados y profesionales continúan citándolo como una gran influencia en sus estilos. Muchas de sus obras, que tienen más de 60 años, son clásicos del jazz. «Round Midnight» se considera «una de las piezas musicales más bellas y cortas escritas en la América del siglo XX», como la definió el productor discográfico Orrin Keepnews en «Keyboard Magazine».

Aunque su carrera fue acosada por obstáculos personales y sociales, Monk siempre creyó en su música. Nunca habló con su público. Raramente concedió entrevistas, prefiriendo dejar que su música hablara por sí misma. Aparte de su esposa y sus dos hijos, su música fue su vida. «Tan absorto estaba en el jazz», comentó Keyboard, «que caminaba por las calles de Nueva York durante horas o se detenía en una esquina cerca de su apartamento en West 63rd Street, contemplando su paisaje privado y ejecutando nuevas canciones y sonidos a través de su mente. Como él mismo lo explicó sucintamente, «simplemente camino y cavo».

Debido a que la música de Monk estaba fuera del alcance de la mayoría de los oyentes, los medios tendían a buscar detalles periféricos sobre los que escribir. Tenían mucho material; como escribía el New York Post , Monk era «uno de los grandes excéntricos del jazz». Durante los conciertos y las sesiones de grabación, se levantaba de su asiento de vez en cuando y empezaba un baile, enfatizando el ritmo que quería que los miembros de su banda siguieran. Con sus sombreros extraños, gafas de sol con marco de bambú y su barba, se convirtió en un tema recurrente para las caricaturas de los suplementos dominicales. Pero la mayoría de los estadounidenses escucharon por primera vez hablar de Monk a principios de los años cincuenta, cuando él y un par de amigos fueron arrestados por supuesta posesión de drogas. Para Monk, fue otro caso de acoso legal que crearía graves obstáculos en su trabajo.

Thelonious Monk nació en 1917 y comenzó a tocar el piano a los cinco años, aprendiendo a leer música viendo a su hermana mientras ella practicaba. A los 11 o 12 años, comenzó a recibir clases; y él acompañó al coro en la iglesia local. Thelonious, un oyente entusiasta, se preocupó por escuchar a todos los músicos que pudo, incluido el famoso pianista James P. Johnson. Era obvio que la música era su destino en la vida.

En 1941, comenzó a trabajar en el ahora legendario Minton’s Playhouse en Harlem, y jugó un papel esencial en el establecimiento del estilo musical que se conoció como bebop. Junto con Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Kenny Clarke y otros, Monk ayudó a dar forma a ese nuevo y emocionante género.

Monk no tenía miedo de arriesgarse. Sus obras son notables por sus elementos disonantes, ritmos inusuales, armonías atípicas. El caso es que Monk fue más allá de bebop, porque estaba interesado en la estructura y no simplemente en el virtuosismo. Desarrolló un estilo de tocar distintivo, bastante percusivo, haciendo pausas durante los solos, aplanando los dedos, a veces usando los codos y dejando notas en los acordes. Como dijo una vez Monk: «El piano no tiene notas equivocadas».

Cabe señalar que Monk no tuvo mucho éxito crítico o de ventas durante la década de los cuarenta o cincuenta. Sus compañeros reconocieron su prodigioso talento, pero el público permaneció apático. Su esposa Nellie fue su pilar, tanto financieramente, ella trabajó como costurera, y fundamentalmente, su apoyo emocional.

En 1957, Monk publicó «Brilliant Corners», uno de los álbumes de jazz más importantes de la década de los cincuenta. El tema principal, con Sonny Rollins (saxo tenor), Ernie Henry (saxo alto), Max Roach (batería) y Oscar Pettiford (bajo), es particularmente complejo. Su estructura poco ortodoxa, los cambios de tiempo inesperados y los ritmos sorprendentes hicieron que fuera un desafío grabarlo, necesitando algo así como 26 tomas, pero el resultado es impresionante. Es atrevido, aventurero e innovador. Una obra fundamental para entender la evolución del jazz moderno.

Brilliant Corners (1957)

Hablando de discos, Monk grabó con una verdadera lista de renombrados músicos, incluyendo a Coleman Hawkins, John Coltrane, Sonny Rollins, Max Roach, Philly Joe Jones, Art Blakey, Roy Haynes, Clark Terry, Charlie Rouse o Miles Davis, con quien compartió una tormentosa sesión de grabación el día de Nochebuena de 1954, de la que todavía se habla hoy.

La palabra que se usa con mayor frecuencia para definir a Monk es «excéntrica». Parece probable que sufrió un trastorno bipolar y se le recetaron medicamentos incorrectos, algo que pudo haber contribuido a su peculiar comportamiento. Es justo decir, que durante la década de los cincuenta lo que se sabía sobre las enfermedades mentales era algo bastante limitado.

Sin embargo, la personalidad pública no necesariamente coincidía con el hombre real, que estaba felizmente casado, era padre de dos hijos y un hombre socialmente comprometido que apoyó varias causas en su comunidad.

Thelonious Monk infundió al jazz y a la música moderna en general, más libertad armónica y libertad de composición, convirtiéndolo en uno de los grandes innovadores musicales. Los últimos años de su vida se vieron afectados por su mala salud, y murió de un accidente cerebrovascular en 1982, de 64 años.

TheloniousMonk

En 1986, se fundó el Thelonious Monk Institute of Jazz en Washington D.C. Una escuela que ofrece educación musical gratuita, una de sus actividades más significativas es el Concurso Internacional de Jazz anual, que promueve los mejores talentos de todo el mundo. El Instituto pretende convertir el jazz en una forma de arte global, que reúne a personas de todos los orígenes.

El singular legado musical de Monk continúa así. Creo que estaría bastante orgulloso de él.

Miles Davis and the Modern Jazz Giants (1959). Grabado en 1954/1956

Misterioso (1958)

Thelonious Monk with John Coltrane (1961)

Monk’s Dream (1962)

Big Band and Quartet in Concert (1963)

Thelonious Monk Quartet (Live in Norway & Denmark) 1966

 

Tom Petty (1950-2017): Adios al Amigo Americano

Ha fallecido Tom Petty, cantante, guitarrista y compositor. Es uno de los nombres esenciales del rock estadounidense, sin embargo era poco conocido en España, donde nunca había tocado en directo y donde su obra siempre ha pasado bastante desapercibida, quedándose en el círculo de los más selectos aficionados.

La historia del rock está llena de músicos que, sin ser necesariamente superestrellas, producen de manera constante canciones y discos que les permiten mantener un recorrido fiel a la esencia de su música, y que se transforman en referencia para cientos de músicos que vienen después. Nacido un lejano 20 de octubre de 1950, Thomas Earl Petty, más conocido como Tom, era uno de esos músicos.

Ya comandando a sus fieles The Heartbreakers, como solista o como miembro de aquel conjunto de luminarias que fueron los efímeros Traveling Wilburys. Tom se destacó por sus canciones llenas de corazón, sus guitarras limpias y luminosas y su voz inconfundible. Compositor de melodías increíbles, especialista en canciones que se te quedan en el alma, Petty es de esos tipos que si te gusta el rock, no puedes dejar de conocer.

Travelling Wilburys: Bob Dylan, Jeff Lynne, Tom Petty, George Harrison y Roy Orbison

La historia de Tom Petty comienza como otras muchas de los años sesenta. A los 11 años, este niño, hijo de un agente de seguros, conoció al personaje que más lo había impactado en su vida: Elvis Presley, quien estaba en Gainsville (Florida), la localidad natal de Petty, para filmar la película llamada «Follow That Dream». A pesar de que Elvis no dijo mucho, el encuentro marcaría profundamente al joven Petty. Al día siguiente, Tom intercambió su tirachinas por una pequeña colección de discos de Elvis y Little Richard. Petty lo recordaba de esta forma: “Así fue como cambió mi vida. Así fue como puse fin a cualquier posibilidad de hacer cualquier otra cosa que no fuera música en mi vida”.

El siguiente paso lógico sería formar una banda. Comienza tocando en pequeños bares con los Epics, quienes pensaron que su nombre era demasiado cursi y decidieron cambiarlo por Mudcrutch, una banda que para 1975 no había conseguido que el Country Rock que tocaban les abriera el camino del éxito.

Y de este bagaje surgieron los Heartbreakers, banda que desde entonces fueron los fieles escuderos de Petty. Estos se encerraban en un estudio de grabación, donde a puerta cerrada y en un ambiente tranquilo, podían experimentar para crear una música que descubría muchas influencias, las favoritas de los integrantes de la banda. Por eso en sus temas hay sutiles referencias a diferentes artistas y géneros, y que a la vez son imposibles identificarlas con exactitud. Se pueden escuchar trazos del Rock británico, ritmos de música afroamericana, Rock sureño, Folk, el Pop más elegante de los cincuenta y sesenta. Todo se conjunta para darle una voz única a los Heartbreakers capitaneados por Tom.

Tom Petty & The Heartbreakers (Fotografía de Michael Ochs)

Con Petty no se trataba de tener un impacto inmediato y desaparecer, su música requiere algo más de escucha, requiere prestar atención, adentrarse en la historia de sus canciones. Es aquí donde entran en juego las letras de Petty. La profundidad, la capacidad de análisis y descripción de situaciones comunes en apenas unas cuantas y precisas palabras, es algo que no está al alcance de cualquiera y en la trayectoria de Tom Petty fue constante.

Tom Petty es ya un clásico del Rock. Quizás sus últimos trabajos no tuvieran el éxito de antes, pero el sello “Tom Petty” nos aseguraba que tendremos algo de calidad. La grandeza de sus creaciones se mide por su desafío a las modas y tendencias musicales imperantes, era imposible encasillarlo, era simplemente “Tom Petty”.

Tom Petty y los Heartbreakers puede que no fueran el grupo más popular y relevante de los últimos años, pero sí fueron de los más auténticos, honestos y perseverantes que existen, y esas son banderas que no muchos pueden enarbolar.

Here Comes My Girl (1979)

Stevie Nicks & Tom Petty (Stop Draggin’ my Heart Around) 1981

Traveling Wilburys (Handle with Care) 1988

Free Fallin’ (1989)

I Won’t Back Down (1989)

Learning to Fly (1991)

Blue Moon Marquee (18/Octubre/2017)

Miércoles, 18 octubre, 2017 – 21:00 H.

Teatro el Albéitar ULE

Blue Moon Marquee son un dúo de gipsy blues pasado por su propio filtro, provenientes de las Badlands de las praderas de las Montañas Rocosas canadienses. Interpretan canciones propias influenciadas por el blues más primitivo, el folk de raíces, el swing y el ragtime.

A.W. Cardinal, de la etnia Metis de Cree, aúlla con una voz potente y toca la guitarra influenciado tanto por el blues como por el jazz. Jasmine Colette, también conocida como Badlands Jazz, es la sección rítmica que no solo toca el contrabajo sino que, a su vez, toca percusiones con los pies.

Sus fogosas actuaciones y su ardiente química en el escenario son la marca de la casa, y lo que hace al público enloquecer.

En la actualidad están asentados en la Costa Oeste de Canadá, pero han estado de gira constante los últimos 4 años. Fueron la banda canadiense más solicitada para los festivales internacionales de jazz de 2016 en su país Vancouver, Victoria, Toronto, Regina, Edmonton, Ottawa, Saskatoon y Montreal, Lethbridge), y ahora pretender darse a conocer al público europeo.

Web oficial: https://www.bluemoonmarquee.com/

Blue Moon Marquee at the Duncan Showroom (2016)

Ricardo Cantalapiedra (1944-2017): De León al Mundo Pasando por Malasaña

Cantautor protesta, a veces de corte cristiano (el, que bordeaba el ateísmo), seminarista, militante comunista, escritor, periodista, guionista, cantante de boleros, gran jugador de billar… Todas estas facetas o fragmentos del puzzle vital de Ricardo Cantalapiedra, nos ayudan a entender a tan peculiar personaje. Rara avis de la música española, su obra no deja indiferente a nadie. Y aunque fue corta, en el tiempo, su peculiaridad ha hecho que se recuerde hasta el día de hoy.

Fallecido a finales del mes pasado. Ricardo Cantalapiedra nació en 1944, y pudo presumir de amistades tan dispares como Julio Iglesias o Marcelino Camacho. Esto resume a la perfección la evolución constante que supuso su vida.

De monaguillo pasó a entrar en el seminario, que posteriormente abandonó. Estudió Filosofía y Periodismo. De su militancia en organizaciones cristianas de base paso a entrar en el entonces clandestino Partido Comunista de España.

Primer single de Cantalapiedra, Editado en 1968

A partir de 1967, con su traslado a Madrid, Ricardo empieza a componer canciones religiosas. Muchas de ellas fueron cantadas insistentemente a lo largo de los siguientes años en la celebraciones litúrgicas. Esas canciones no pasan desapercibidas. Por esos años se funda el sello discográfico Pax, dependiente de la Iglesia Católica, que le ficha.

En 1968 realiza sus primeras grabaciones con tres singles de corte más social que religioso. Posteriormente grabaría dos LPs que se pueden considerar como lo mejor dentro de la canción cristiana realizada en nuestro país: “Salmos de Muerte y Gloria” (1971) y “El Profeta» al año siguiente (1972). Antes había publicado su disco menos conocido: Once Canciones” (1969), producido por Manolo Díaz. Esta obra sufrió el azote de la censura, a pesar de venir avalada por el sello episcopal.

La acción de la censura, esta es una de las constantes en la carrera de Cantalapiedra de aquellos años. Canciones que se cantaban en las iglesias y luego eran censuradas al publicarse en disco. Momentos tan esperpénticos, como censurarle todas las canciones menos una en un recital en Astorga, y cumplir con lo acordado de cantar durante una hora repitiendo constantemente la única canción autorizada con la complicidad y el regocijo del respetable.

El Profeta (1972)

En 1973 deja a un lado la canción religiosa. Graba con Phillips, y edita: “De Oca a Oca y Canto Porque me Toca”. Álbum producido por  Patxi Andión, en el que disecciona sin piedad la sociedad tardofranquista. En 1975 publica “En Casa de la Maruja”. Es un intento casi imposible de convertirse en un cantautor costumbrista, con letras muchos menos comprometidas.

A partir de aquí, Cantalapiedra inicia una lenta despedida de la canción para volcarse a tiempo completo en su vocación de escritor y guionista. Tendrá un postrero acercamiento a la música a mediados de los noventa, transmutado en Rocky Bolero. Actuando en los garitos de Malasaña, cantando canciones tristes para seducir a mujeres alegres, bajo el manto del humo del tabaco y el tintineo del hielo de los combinados.

Queda el recuerdo de este leones universal. Exegeta de un Dios en el que casi no creía. Cronista de un tiempo pasado, cuyo recuerdo es más lejano de lo que testifica el calendario.

Ricardo Cantalapiedra (Recopilatorio de sus Mejores Temas)

.

David Antigüedad (10/Octubre/2017)

Martes, 10 octubre, 2017

Teatro el Albéitar, 20:15 h.

Invitaciones: a partir de media hora antes del concierto en taquilla

David Antigüedad Mangas es un guitarrista clásico nacido en Salamanca en 1993. Comienza sus estudios de guitarra a la edad de 8 años de la mano de Marcos Martín en el Conservatorio Profesional de Salamanca, terminándolo con Premio Extraordinario a los 18, cuando accede al Conservatorio Superior de Música de Castilla y León con los profesores Hugo Geller y Dimitri van Halderen para realizar Estudios Superiores. Dos años más tarde, en 2013, se le concede una beca Erasmus y se traslada a Maastricht (Países Bajos) para estudiar con el afamado guitarrista Carlo Marchione en el Maastricht Conservatorium, donde obtiene el título de Bachelor con distinción en 2015. Actualmente reside en Zaragoza, donde continúa su formación con los profesores Pedro Mateo González y Àlex Garrobé e imparte clases de guitarra en distintas escuelas de música.

A lo largo de los años, David ha participado activamente en varios festivales y concursos, consiguiendo premios como el 1er Premio en la modalidad juvenil del XII Concurso Internacional de guitarra José Tomás – Villa de Petrer (Alicante, 2013) o más recientemente el 1er Premio en el Concurso Permanente de Juventudes Musicales de España (Sabadell, 2016). Ha ofrecido recitales como solista y de música de cámara en España, Países Bajos y Bélgica. Además de con sus profesores regulares, se ha perfeccionado en cursos y clases magistrales con guitarristas de la talla de Joaquín Clerch, Ricardo Gallén, Carles Trepat, Margarita Escarpa, Leo Brouwer, Raphaella Smits, Zoran Dukic, Judicaël Perroy y Miguel Trápaga, entre otros.

Al margen de la música clásica, toca la guitarra eléctrica en diferentes géneros y está interesado en diversos estilos musicales. En este sentido, aunque de formación autodidacta, también ha recibido clases del guitarrista profesional y músico de estudio Juan Cerro, centrándose en la técnica de la guitarra eléctrica y en el estudio del lenguaje moderno y el jazz.

David toca una guitarra del luthier Casimiro Lozano de 2011.

PROGRAMA

Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Sonata en Sol menor para violín solo, BWV 1001(ca. 1720)

Joan Manen (1883-1971)
Fantasía-Sonata, Op. A-22(1929)

Fernando Sor (1778-1839)
Gran Solo, Op. 14 (ca. 1805)

Antonio José Martínez Palacios (1902-1936)
Sonata para guitarra(1933)

Albéniz (Granada) 

Los Cuentos de los Hermanos Gibb: Bee Gees (1967-1972) 2ª Parte

¿Qué sigue a la obra maestra que fue «Odessa» ? Lamentablemente, la actualidad de la banda era otra cuando los Bee Gees registraron su siguiente álbum «Cucumber Castle». Como se puede ver en la imagen de la portada, Robin se destaca por su ausencia. Los hermanos Gibb acababan de pasar por un bache muy difícil, que había comenzado cuando el álbum «Odessa» fue grabado. La relación de Barry con Robin se había deteriorado dramáticamente a medida que 1969 avanzaba, hasta que los dos ya no podían trabajar juntos. Robin saltó del barco, dejando a Barry y Maurice para llevar el nombre de Bee Gees.

Dado el revuelo que ocasionó la marcha de Robin, es sorprendente que Barry y Maurice lograran sacar un álbum tan bueno. (A propósito, la cubierta ligeramente extraña del álbum se explica por el hecho de que estaba vinculada con un especial de televisión, protagonizada por el comediante británico Frankie Howerd junto a los dos hermanos). Mientras que el álbum sufre de la falta de la voz de Robin y lógicamente, de las armonías logradas entre los tres, las canciones son tan buenas como siempre y Barry y Maurice están en una gran forma compositiva. La producción de «Cucumber Castle» es tal vez menos interesante que en los álbumes anteriores, y el grupo empieza a aumentar el número de  baladas para llenar el álbum, algo que será mucho más pronunciado en los próximos años.

Pero hay algunas canciones muy destacables:  «Then You Left me» y «I Was The Child» son grandes canciones de amor en la tradición clásica de Bee Gees. La balada orquestal de corte country «Don’t Forget to Remember» es uno de los grandes clásicos del grupo y llegó al nº 2 de las listas. «The Lord» es una canción divertida sobre el tema de la religión, con un gran trabajo de guitarra, como en la canción de Maurice «My Thing». Algunas canciones no impresionan en una primera escucha, pero temas como «Turning Tide» van adquiriendo un sabor realmente delicioso.

Cucumber Castle (1970)

«2 Years On». Este es el primer álbum que los Bee Gees hicieron juntos después de su traumática separación en 1969. Habían transcurrido dieciocho meses y decidieron que había llegado el momento de volver a intentarlo todos juntos. Los Bee Gees han tenido varios años viviendo en una especie de montaña rusa, en los que han sufrido tragedias, rupturas matrimoniales, problemas internos y problemas con los manager o con compañías discográficas. Y en casi todos los casos la música que produjeron no fue afectada o se benefició de la experiencia. Este no es el caso.

Está claro que al escuchar este álbum, los hermanos Gibb no habían engrasado su nueva convivencia juntos. Muchas de las canciones están escritas por un solo miembro, y el álbum carece de la cohesión de la mayoría de sus otros álbumes. De hecho, es casi como cuatro álbumes diferentes.

Cuando los tres hermanos se unen, en «Man for All Seasons», «Back Home» y «Lonely Days», suenan mucho mejor. Aunque ‘Lonely Days’ se convirtió en su mayor éxito en Estados Unidos hasta la fecha y encabezó un corto período de éxito allí, paralelamente en Reino Unido su éxito comenzó a desvanecerse.

2 Years On (1970)

Cara a su siguiente álbum, «Trafalgar», Los Bee Gees están trabajando mucho más cohesionados después de 2 años agitados. Contiene un sonido más suave de lo que estábamos acostumbrados en anteriores trabajos, y ahora toman menos riesgos musicalmente. Pero también es un grupo que parece ser capaz de escribir sin esfuerzo canciones intemporales.

La primera canción, «How Can You Mend a Broken Heart», se convirtió en el primer número uno en los EE.UU. del grupo, pero una vez más sus ventas se deterioraron en el Reino Unido. Y como en el álbum anterior, las canciones de Barry («Israel», «The Greatest Man in the World» y «Don’t Wanna Live Inside Myself») son creaciones agradables y melodiosas, pero tienen poco peso. Barry realiza una fantástica actuación vocal en «Israel», y la canción suena digna, pero una mirada más cercana revela algunas letras muy flojas. Maurice suministra un par de temas. («It’s Just the Way’ y «Trafalgar» que cuentan con interesantes introducciones de guitarra. No hay ninguna aportación de Robin en solitario.

Este álbum funciona mucho mejor cuando los hermanos escriben y interpretan juntos. «Dearest» y «Remembering» son melodías muy tristes, pero ilustran que los Gibb siguen persiguiendo los temas de la desesperación y la muerte. «When Do I» es una joya de canción, mostrando el rango vocal de Robin, pero en este disco han dejado lo mejor para el final. «Walking Back To Waterloo» demuestra que están en su mejor momento al escribir y armonizar juntos. Esta canción es excitante, y las letras son adecuadamente enigmáticas, al igual que las mejores canciones de los Bee Gees, para que el oyente pueda interpretarlo como quiera.

Trafalgar (1971)

«Tuve una fiesta y nadie vino», dice una de las canciones del que podíamos considerar el último álbum de la etapa clásica de los Bee Gees.. Eso realmente resume el excelente «To Whom It May Concern». Los Bee Gees estaban volviendo a lo que hacen mejor, y claramente disfrutando, pero el álbum fue ignorado en gran medida.

Este es el primer trabajo en la década de los setenta donde los Bee Gees realmente encontraron su inspiración de nuevo. Lograron encajar todo en este disco: melodías inolvidables, nuevas ideas, armonías maravillosas, algunos solos sorprendentes, algunas letras genuinamente extrañas y alguna experimentación muy sorprendente.

El álbum generó un éxito como single en el Reino Unido, el realmente esplendoroso «Run to Me», aunque no dominó las listas de singles de la misma manera que muchas de sus grabaciones de los sesenta. Y entonces el álbum fue olvidado. Pero podría haber habido más éxitos si el público aparentemente no hubiera empezado a cansarse de los tres hermanos y trasladase su atención a nuevos artistas. «Sea of ​​Smiling Faces» es al menos tan bueno como «Run to Me», así como «Alive». El más rockero «Bad Bad Dreams» y armonizan juntos de una manera celestial en «We Lost the Road». «Paper Mache Cabbages and Kings» desafía cualquier categorización. Maurice contribuye con «You Know It’s for You», un pedazo de algodón de principios de los setenta, que suena bastante anticuado ahora. Pero en ‘Sweet Song of Summer’, en el que Maurice experimenta con el sintetizador Moog, los Bee Gees crean una pieza perturbadora que termina el álbum de una forma magistral.

To Whom It May Concern (1972)

Este álbum cierra la etapa más desconocida para el gran público del grupo, y seguramente la más interesante. Poco después se produjo el giro hacia la música soul, estableciendo en Miami su cuartel general, y su irrupción en la música disco.

Ya eran otros cuentos los que nos narraban los hermanos Gibb, de una gran calidad, pero sin esa magia que tuvieron sus primeras grabaciones. Si no las conocen, serán todo un descubrimiento.

Los Bee Gees con su Manager Robert Stigwood

Canciones Destacadas (1970-1972)

Don’t Forget To Remember (1970)

I.O.I.O. (1970)

Lonely Days (1970)

How Can You Mend a Broken Heart? (1971)

Trafalgar (1971)

When Do I (1971)

Walking Back to Waterloo (1971)

Run to Me (1972)

Alive (1972)

Sea of Smiling Faces (1972)

Never Been Alone (1972)

Los Cuentos de los Hermanos Gibb: Bee Gees (1967-1972) 1ª Parte

La carrera de los Bee Gees es una de las más exitosas, aunque más fragmentadas, en la historia del pop. Todo el mundo conoce los singles de éxito masivo y los álbumes de los Bee Gees, más de 400 millones de copias vendidas, que abarca un increíble periodo de 40 años de éxito. Pero, además de su bien conocido material, los Bee Gees, los Hermanos Gibb son / fueron todos prolíficos compositores, músicos y productores. A veces escribían y producían un álbum entero para un artista, a veces sólo contribuían con una canción. A veces incluso sólo aparecen como voces de acompañamiento. Cuando eso se combina con el hecho de que también lanzaron álbumes en solitario y el hecho de que muchos artistas grabaron versiones de sus canciones, la carrera de los Bee Gees es algo parecido a un laberinto para aquellos que quieren indagar en su trayectoria musical.

La imagen que ha quedado en la retina colectiva, es la de la segunda mitad de los setenta, sobretodo a raíz del éxito de «Saturday Night Fever». Instalados como figuras señeras de la música disco, la cual bordaban, esto ha oscurecido el resto de su legado musical, en especial su primera etapa. Hubo unos Bee Gees anteriores al falsete, las camisas de lamé y los hits llenapistas. Hubo unos Bee Gees que hicieron un pop celestial, pura orfebrería, con unas armonías insuperables. Todo ello sazonado con unos arreglos orquestales excelsos, y una pizca de experimentación.

Pero el comienzo de todo se remonta a la segunda mitad de los cuarenta. Barry Gibb nació el 1 de septiembre de 1946 en Douglas, Isla de Man, segundo hijo del matrimonio compuesto por Bárbara y Hugh Gibb, un prominente batería de su época. El 22 de diciembre de 1949 nacieron los mellizos Robin Gibb y Maurice Gibb con 38 minutos de diferencia, lo que hizo de Maurice el menor de los tres hermanos Gibb. En los años cincuenta comenzaron a actuar en un teatro local de Mánchester, como parte de los intermedios entre actuaciones. A finales de esta década, el 5 de marzo de 1958, nació el hermano menor de los Gibb, Andy.

Famous household: Lesley shunned a life of fame to marry and have children, but said all four of the Gibb children had a 'brilliant' childhood

La familia se mudó a Australia en 1958 y se establecieron en Redcliffe al noreste de Brisbane, en Queensland, en donde también realizan presentaciones en teatros y otros escenarios. En un principio se llamaron «The Rattlesnakes», luego «Wee Johnny Hayes & the Bluecats». Fueron presentados a un Disc Jockey de una emisora de radio Bill Gates. Este los renombró como «Bee Gees».

Alrededor de 1960, los Bee Gees estaban actuando en espectáculos televisivos, y en los próximos años empezarían a trabajar regularmente en hoteles en la costa de Queensland. Barry llamó la atención de la estrella australiana Col Joye gracias a su capacidad de escribir canciones, así Joye ayudó a los jóvenes Gibb a tener un contrato de grabación con Festival Records en 1963 bajo el nombre Bee Gees. Los tres hermanos lanzaron dos o tres sencillos en un año, mientras Barry ayudaba con canciones a otros artistas australianos.

Un éxito menor en 1965, «Wine and Women», impulsó a los hermanos para hacer en ese mismo año su primer álbum como banda: «The Bee Gees Sing and Play 14 Barry Gibb Songs». A finales de 1966, la familia Gibb decide volver a Inglaterra, y buscar fortuna con la música allí. Mientras venían de viaje, los hermanos escucharon que «Spicks and Specks», la canción que habían grabado en 1966, había llegado al  nº 1 en Australia.

Bee Gees (Spicks & Specks) 1966

Antes del traslado desde Australia hasta su Inglaterra natal, Hugh Gibb envió unas demos a Brian Epstein quien era representante de The Beatles y era director de NEMS, una tienda de música. Epstein le había dado las demos a Robert Stigwood, quien recientemente se había unido a NEMS. Después de una audición con Stigwood en febrero de 1967, los Bee Gees firmaron un contrato de cinco años donde Polydor Records podría ser la discográfica del grupo en el Reino Unido y Atco Records lo sería por su parte en los Estados Unidos. Rápidamente comienzan a trabajar en el primer álbum internacional y Robert Stigwood lanzó una gran promoción que fuera coincidente con el lanzamiento.

«Bee Gees´ 1st» es su primer álbum con Polydor Records, y los tres hermanos son apoyados por Vince Melouney en la guitarra y Colin Peterson en la batería. Varias canciones hacen uso del vibrato de Robin («Holiday», «Craise Finton Kirk» y «I Can not See Nobody»), mientras que varias canciones con Barry como solista muestran una asimilación de estilos como el R & B («One Minute Woman», «To Love Sombody»)Por supuesto, la influencia de los Beatles es fuerte («In my Own Time», «New York Mining Disaster», «I Close my Eyes»), pero con su toque personal. «Every Christian Lion Hearted Man Will Show You» es una obra maestra de la psicodelia de los años sesenta y «New York Mining Disaster» cuenta las muertes de varios mineros atrapados en una explotación del estado de Nueva York. Los temas de muerte y amor que los hermanos comienzan a explorar en este álbum serían temas que correrían a lo largo de prácticamente toda su carrera. Y los llevaría a los brazos del amor perdido y la tragedia en casi la misma medida, escribirían sobre estos temas mejor que cualquier otro compositor.

Este álbum funciona mejor como muestra de sus talentos tempranos; cada álbum de los Bee Gees sería una progresión sobre estos temas. En el viaje musical de los hermanos Gibb, «Bee Gees´ 1st» es el mejor lugar para comenzar ese viaje.

Bee Gees’ 1st (1967)

Después de Bee Gees´1st», los Bee Gees fueron directamente a elaborar su próximo álbum. “Horizontal» tiene un sonido mucho más potente que el primero y, con más uso de guitarras eléctricas, tiene un matiz mucho más duro. También hay menos confianza en melodías potentes y más en letras abstractas. Esto quizás sea mejor ilustrado por el sencillo «World», que mezcla guitarras con órganos y letras que hacen que el oyente piense un poco. Canciones como «Lemons Never Forget», «Harry Braff» y «The Earnest of Being George» son buenos ejemplos del rock de los sesenta, pero son más olvidables que muchos otros temas de los Bee Gees.

El álbum tiene dos obras de Robin en solitario, «And the Sun Will Shine» (una pista del álbum que permanecerá en el repertorio de gira de los Bee Gees hasta los años noventa). Y por supuesto, el álbum cuenta con el primer single de Bee Gees número uno, el tour de force anti-flower power de «Massachusetts». Vale la pena comprarlo solo por esto.

En general, este álbum es menos agradable que el álbum anterior, y en algunos aspectos menos pulido, pero sin duda nunca es aburrido. Muestra el grupo avanzar y experimentar con nuevas ideas, con resultados en última instancia fruto de mezclas de diferentes estilos.

Horizontal (1968)

Ese mismo año 1968,  los Bee Gees lanzan su tercer álbum. Este es el disco donde el grupo comenzó a realmente a encontrar su camino. La experimentación y el tono incierto de los dos primeros álbumes se reemplaza con una colección más madura, pero aún altamente experimental de canciones. Pero todas las señas principales de Bee Gees están ahora allí. Producción exuberante, melodías deliciosas, letras extrañas, humor oscuro y esas armonías insuperables. Esto es coronado con un trabajo vocal maravilloso, en particular de Robin y Barry. El liderazgo vocal de Robin que llegaría a definir a los Bee Gees a finales de los años sesenta y que contribuiría a dar al grupo una identidad única que los elevaría por encima de otras bandas similares de la época, también está presente y manifiesto.

La verdadera joya del álbum es «I Started a Joke». Esta es simplemente una de las mejores canciones que los Bee Gees grabaran y, aunque es relativamente poco conocida, ha ido revalorizándose con el paso del tiempo. La melodía lúcida y nítida, la producción intensa, las letras de autocompasión (otro tema de los Bee Gees de aquel período), y la desconsolada voz principal de Robin.

Idea (1968)

Para muchos, su punto más alto fue quizá el álbum «Odessa», disco esencial que pudiera aspirar al título de obra maestra. Originalmente empaquetado como álbum doble, con cubierta de terciopelo rojo, los Bee Gees lo concibieron como un álbum conceptual que originalmente sería llamado «Masterpeace». En estricto sentido, «Odessa» no resultó ser un álbum conceptual, aunque aquí y allá se observan rastros de una intención unificadora y un eje temático acerca de un hombre perdido en el mar; musicalmente, tiene una vocación sinfónica y unos arreglos de cuerdas más complejos que en discos anteriores.

«Odessa» posee una redondez absoluta, la banda está a tope, sobre todo Robin, que busca sintetizar una larga historia que comienza con el desastre del barco británico Verónica, perdido en el mar Báltico en 1899. Robin, con su voz, encarna al capitán que se despide de su amante desde ultratumba, para terminar en un crescendo en tonos muy bajos, creando un efecto realmente hermoso, seguido de una calma sepulcral, rota por una guitarra española. El álbum en seguida salta a «You´ll Never See my Face Again», una de las baladas más logradas en la carrera de Barry (que para estas alturas aún no ha descubierto el falsete que lo haría famoso) y en seguida «Black Diamond» que, nuevamente, quizá sea una de las interpretaciones vocales más complejas de Robin.

Otros momentos decisivos del disco son la deliciosa «Melody fair», “First of May” (que después serían la banda sonora del inolvidable film «Melody») y «Lamplight», de una ambición sonora destacable lograda en base a las armonías de los tres hermanos, que casi suenan como un coro polifónico.

Odessa (1969)

Canciones Destacadas (1967-1969)

Every Christian Lion Hearted Man Will Show You (1967)

I Can’t See Nobody (1967)

To Love Somebody (1967)

New York Mining Disaster 1941 (1967)

World (1968)

And the Sun Will Shine (1968)

Massachusetts (1968)

Words (1968)

I’ve Gotta Get a Message to You (1968)

I Started a Joke (1968)

First of May (1969)

Melody Fair (1969)

Black Diamond (1969)

Suddenly (1969)

Odessa (City on the Black Sea) (1969)

 

Yes (Close to the Edge) 1972

Yes, junto con Pink Floyd, fueron los padres fundadores del rock progresivo, un género musical que todavía florece hoy. Ambas bandas estaban en todos los tocadiscos, todos los días, durante la década de los setenta y fueron reverenciados por aquella generación. La imitación es la forma más sincera de la adulación. Había muchos que siguieron sus pasos (es decir, Gentle Giant, Starcastle, Genesis, King Crimson). Todos los imitadores eran buenos, aunque un poco pretenciosos, y ninguno sonaban tan bien como Yes. Al final, simplemente Yes escribió mejores canciones.

El catálogo de Yes es extenso y se mantiene muy bien. Sin embargo, su mejor álbum es «Close to the Edge». Una de las verdaderas marcas de la grandeza es la originalidad. Mientras que el 99% de la música es derivada, Yes elaboró ​​su propio sonido, que era único. Yes contaba además con músicos muy talentosos, verdaderos virtuosos de su instrumento: Jon Anderson con su voz de soprano como voz principal, Steve Howe en la guitarra, Rick Wakeman en el teclado, Bill Bruford en la batería y Chris Squire en el bajo.

Esta obra de 1972, inmaculadamente concebida y entregada por Yes, a menudo se considera que es el pináculo del rock progresivo. Revisitándolo 45 años después, no es difícil ver por qué. «Close to the Edge» es el quinto álbum de estudio de esta banda seminal y uno que consolida el lado experimental de gran parte del trabajo anterior del grupo en una verdadera estructura sinfónica. Es grandioso por el diseño y la intención, rebosante de virtuosismo en todos los aspectos, quizás no exento de pretensión, pero de un tipo gloriosamente perdonable. Representa una evolución en la música rock que puede no ser universalmente aceptada, pero que merece ser explorada por generaciones de aficionados a la música, del pasado, presente y futuro.

Yes en 1972: Chris Squire, Rick Wakeman, Bill Bruford, Jon Anderson y Steve Howe

Recordando que el álbum salió cuando casi el único formato comercial era el vinilo, las leyes de la física exigen una cara uno y una cara dos. Un álbum típico de la época tendría quizás seis pistas en cada lado, y mientras que los rockeros progresivos registraron mucho menos canciones en los 12 pulgadas. La oferta de Yes era inusual al tener solamente tres, aunque ampliamente extendidas. «Close To The Edge» (la canción) ocupa un lado entero y dura 18:50. Iniciando la cara b tienes «And You And I» (10:09) y «Siberian Khatru» («simplemente» 8:57).

«Close To The Edge» (la canción), está estructurada en cuatro partes, o se podría decir movimientos, que reflejan el desarrollo sinfónico a lo largo de las líneas de una sonata clásica. Los instrumentos, que se engranan de manera brillante con un tiempo preciso, a pesar de la avalancha de notas, y la creación de un fantástico sentido de la dinámica. Esta última cualidad es una marca registrada de Yes. Esta canción es un amplio lienzo de intrincados intercambios instrumentales destacados por la voz sublime y poética del cantante Jon Anderson. Su voz cristalina de soprano, era el ajuste perfecto para la banda.

Al igual que la canción que da título al disco, «And You And I» está dividida nominalmente en cuatro secciones, aunque en realidad no es necesario saberlo para apreciar la canción. Es una experiencia completamente más suave y totalmente atmosférica con la apertura acústica de Howe que rivaliza en intensidad con «Stairway to Heaven». Continua el inicio de la canción con un leve sonido de tambor, el tintineo de un triángulo y esos encantadores acordes de guitarra ascendente. Es un momento único de puro deleite; uno que hace a las muchedumbres emitir ruidos primarios cada vez que se interpreta en vivo. Las letras, son un poco menos obtusas, mientras la canción sube y baja en una serie de ciclos perfectamente ajustados. Felicidad pura.

Yes con su productor Eddie Offord. Fotógrafo: Barrie Wentzell

«Siberian Khatru» es rocosa, de hecho, casi funky. Conducida por las poderosas líneas de bajo de Chris Squire y Bruford en la percusión, es un vehículo adicional para una magnífica interacción entre la guitarra y los efectos del teclado, especialmente en la sección media. Un aspecto más amable se introduce a través de las líneas vocales de Anderson, que son regularmente decoradas por las armonías de Howe y Squire.

Al final, «Close to the Edge» sigue siendo uno de los mejores álbumes de la década de los setenta. Todavía es fresco y original, y su encanto sigue siendo tan fascinante como el día que fue lanzado.

Enlace al Álbum

Close to the Edge (En Directo – 1972)

And you and I (En Directo – 1972)

Siberian Khatru (En Directo – 1979)

Claudio Monteverdi (1567-1643): Recordando al Precursor de la Ópera

Retrato de Claudio Monteverdi en Venecia, sobre 1640, por Bernardo Strozzi

Claudio Monteverdi fue un revolucionario musical. A lo largo de la historia de la música, pocos compositores han tenido un impacto más radical en su arte que el italiano, cuyo 450º aniversario de su nacimiento celebramos este año. Sus innovaciones compositivas cambiaron la música para siempre. Por supuesto, no fue el único compositor de su época, pero su genio brilla mucho más que el de sus contemporáneos.

Uno de los logros más importantes de Monteverdi es la introducción del drama en la música. Su trabajo de 1607 «L’Orfeo» se conoce a menudo como la primera ópera, en sentido estricto no lo es, pero es el primer (y el mejor) ejemplo que tenemos de un éxito musical integrado a gran escala. La teatralidad de Monteverdi, sin embargo, fue perfeccionada y desarrollada en sus madrigales: canciones seculares para varias voces en las que exploró las capacidades expresivas y dramáticas de la música.

Al lado de la música secular para la corte, Monteverdi escribió mucha música para la iglesia; De hecho, se convirtió en director de música en la Catedral de San Marcos de Venecia en 1613. Sin embargo, tres años antes, publicó lo que debe considerarse una de las verdaderas obras maestras de la música sacra, su «Vespro della Beata Vergine». Es un trabajo enorme, estableciendo una docena de textos de las vísperas a una asombrosa variedad de estilos musicales, de canciones en solitario a coros con instrumentación completa.

Claudio Monteverdi hacia 1597. Le representa con unos 30 años y es su primer retrato conocido.

Claudio Monteverdi nació en 1567 en CremonaEsta pequeña ciudad del norte de Italia resultó sorprendentemente beneficiosa para el compositor. En primer lugar, fue el hogar del respetado y bien conectado músico de la iglesia Marco Antonio Ingegneri, bajo el cual Monteverdi aprendió a escribir contrapunto correcto en el estilo antiguo (stile antico) basando sus composiciones en obras de otros compositores. Su motete temprano «Quam pulchra es», por ejemplo, está modelado sobre un ajuste del mismo texto por el compositor Costanzo Festa, y sus primeros madrigales tomaron prestados muchos elementos de las piezas escritas por Marenzio, el mismo Ingegneri, y varios otros.

Otra ventaja para Monteverdi fue que Cremona fue el hogar de la familia Amati, famosa por su fabricación de instrumentos de cuerda. Por lo general, pensamos en Monteverdi como compositor vocal, pero es entre sus obras donde encontramos la primera gran floración de la música instrumental de conjunto dominada por los violines, como en los interludios y ritornellos que rodean las arias y coros de su ópera «Orfeo», de algunas piezas de baile y los acompañamientos instrumentales que escribió para sus últimos madrigales.

De hecho, la primera ocupación de Monteverdi cuando salió de casa a principios de la década de 1590 fue como músico de cuerda en la corte de Mantua. Esta corte fue gobernada por la familia Gonzaga y que, junto con la cercana ciudad de Ferrara, estaba justo en el centro de los desarrollos más progresistas del madrigal de finales del siglo XVI. Tanto Mantua como Ferrara tenían grupos especializados de cantantes femeninas y esto alentó un cambio en las texturas de los madrigales. Así, encontramos un trío de voces altas que dominan varias obras («Quel augellin che canta» y «O come è gran martire» entre otros) en los terceros y cuartos libros de madrigales de Monteverdi.

Los trabajos más famosos de su período de Mantua son la ópera «Orfeo» (1607) y las Vísperas (1610). Aunque la ópera se había inventado en Florencia alrededor de 1600, «Orfeo» es la primera obra maestra en ese género.  Las tensiones entre Monteverdi y la familia Gonzaga, le llevó a abandonar su empleo en 1612.

Tomó Monteverdi un año para encontrar un nuevo puesto, pero en agosto de 1613 fue nombrado Maestro di Cappella de la Catedral de San Marcos en Venecia. Durante los siguientes 30 años, estuvo en el centro de la vida musical veneciana. El período hasta 1630 parece haber estado especialmente ocupado y sus actividades eclesiásticas lo mantuvieron ocupado escribiendo misas y motetes. También reabrió contactos con los Gonzaga, proporcionando varios trabajos escénicos para ellos.

Sus clientes privados en Venecia incluyeron a la familia Mocenigo, para quien escribió la ópera «Proserpina rapita», y el más famoso «Combattimento di Tancredi et Clorinda» que fue publicado en su Octavo Libro de Madrigales. Esta última colección contiene un prefacio en el que Monteverdi justifica su uso de nuevos estilos musicales, particularmente el concitato y el rappresentativo . El «Combattimento», con sus acordes repetidos que representan los sonidos de la batalla, proporciona ejemplos de los primeros, y el hermoso «Lamento della ninfa», con sus oportunidades de respuesta dramática, encaja en este último.

Resultado de imagen de claudio monteverdi cremona

Logo de la Celebración del 450º Aniversario de su Nacimiento en su Ciudad Natal de Cremona

En 1637 los venecianos decidieron abrir la primera ópera pública, ofreciendo la oportunidad a Monteverdi de un último gran florecimiento de sus habilidades compositivas. Entró en el reino de la ópera pública con cautela en 1640 con un renacimiento de su «Arianna», pero luego en la misma temporada presentó «Il ritorno d’Ulisse en patria», que se realizó de nuevo en el año siguiente. En 1643 llegó su obra maestra lírica, «L’incoronazione di Poppea». Ese mismo año falleció.

Monteverdi es la figura que sirve de puente entre la música del Renacimiento y la del Barroco, siendo el más talentoso músico de su generación. Vivió mucho tiempo para su época (76 años), lo que le permitió participar de ambos periodos: primero ser un compositor muy relevante de música tardo-renacentista y luego protagonizar la llegada y triunfo del nuevo estilo barroco. Todo esto ayuda a explicar por qué su obra perdura hasta el día de hoy.

L´Orfeo

Vespro della Beata Vergine

Selección de Madrigales

 

 

 

XXXIV Festival Internacional de Órgano «Catedral de León» (2017)

Resultado de imagen de festival de organo catedral de leon 2017

Programa General

CONCIERTO I
Jueves, 21 de septiembre
Catedral de León, 21 h.
David Briggs, órgano
Obras de J. S. Bach, J. F. Haydn, O. Messiaen, M. Ravel, G. Mahler y
D. Briggs

CONCIERTO II
Domingo, 24 de septiembre
Catedral de León, 21 h.
José Luis Estellés, clarinete
Aitzol Iturriagagoitia, violín
David Apellániz, violoncello
Aberto Rosado, piano
Obras de O. Messiaen

CONCIERTO III
Martes, 26 de septiembre
Catedral de León, 21 h.
Klaus Lang, órgano
Obras de Klaus Lang, E. Satie, M. Rossi, J. Froberger y G. Frescobaldi

CONCIERTO IV
Viernes, 29 de septiembre
Catedral de León, 21 h.
Jean-Baptiste Monnot, órgano
Obras de J. S. Bach, F. Liszt y L. Vierne

CONCIERTO V
Domingo, 1 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Eduardo López Banzo, clave y dirección
Cristina Bayón Álvarez, soprano
Laura Martínez Boj, soprano
Alberto Martínez, barítono
Carmina Sánchez Picazo, soprano
Cantantes seleccionados en el VI Curso de interpretación vocal barroca
organizado por el CNDM
Concierto en coproducción con el CNDM

CONCIERTO VI
Jueves, 5 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Giampaolo Di Rosa, órgano
Ciclo de la integral de la obra para órgano de Olivier Messiaen en el XXV
aniversario de su muerte
Concierto patrocinado por el Cabildo S. I. Catedral

CONCIERTO VII
Viernes, 6 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Giampaolo Di Rosa, órgano
Ciclo de la integral de la obra para órgano de Olivier Messiaen en el XXV
aniversario de su muerte
Concierto patrocinado por el Cabildo S. I. Catedral

CONCIERTO VIII
Sábado, 7 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Juan Carlos Asensio, director
Roberto Fresco, órgano
Ex antiquo et novo. Canto gregoriano y órgano contemporáneo.
Música medieval inédita en el archivo de la Catedral de León
Concierto en coproducción con el CNDM

CONCIERTO IX
Jueves, 12 de octubre
Catedral de León, 21 h
Oscar Candendo, órgano
Obras de O. Messiaen, J. M. Sánchez Verdú, J. Alain y C. Tournemire

CONCIERTO X
Sábado, 14 de octubre
Catedral de León, 21 h
Jeremy Joseph, órgano
Obras de C. Marchand, J. Alain, F. Couperin, C. Franck y C. M. Widor

CONCIERTO XI
Domingo, 15 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Carlos Mena, contratenor
Jeremy Joseph, órgano
Obras de D. Buxtehude, J. S. Bach, O. Messiaen, C. M. Widor

CONCIERTO XII
Jueves, 19 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Stephen Tharp, órgano
Obras de J. S. Bach, T. Tikker, A. Guilmant, P. Cochereau, F. Liszt
Concierto en coproducción con el CNDM

CONCIERTO XIII
Sábado, 21 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Paolo Oreni, órgano
Obras de J. S. Bach, G. F. Haendel, C. Franck, L. Vierne

CONCIERTO XIV
Viernes, 27 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Raúl Prieto, órgano
Obras de J. S. Bach, S. Rachmaninov, F. Liszt, V. Horowitz y M. Duruflé

CONCIERTO XV
Sabado, 28 de octubre
Catedral de León, 21 h.
Vandalia
Obras de J. Vázquez y F. Guerrero
Concierto en coproducción con el CNDM

CONCIERTO XVI
Jueves, 2 de noviembre
Catedral de León, 21 h.
Jenifer Bate, órgano
Obras de J. S. Bach y O. Messiaen

CONCIERTO XVII
Viernes, 3 de noviembre
Catedral de León, 21 h.
Música Ficta
Música sacra y profana en tiempos de Monteverdi
450 aniversario del nacimiento de Claudio Monteverdi