Me gustan esos cuentos donde no pasa nada. En realidad, son los únicos en los que todo se hace realmente visible: lo que ya ha pasado y lo que pronto va a pasar. Todo lo que no se cuenta se puede entrever, de forma misteriosa, cuando un escritor de raza maneja los silencios con sabia autoridad. A través del silencio, asoma en esos cuentos la certidumbre de lo que ya ha ocurrido, y también la certidumbre de lo que va a ocurrir. Y sin remedio.
Los cuentos donde no ocurre nada son cuentos fatales. Señalan, sin palabras explícitas, que la vida de los seres humanos se retuerce en medio de una marea irresistible de acontecimientos, que no hay paz en esa sucesión de corrientes y tormentas, y que resistirse a las fuerzas del destino es una tarea inútil. Querríamos algo de paz, pero ganarla, intentar ganarla, supone estar en guerra constante con el mundo, con los demás, con uno mismo.
(Pedro Ugarte, en «Antonio Pereira y 23 lectores cómplices» Eolas 2019. pag. 246)
Y a ti ¿te gustan los cuentos en los que no pasa nada? ¿prefieres los textos concisos y directos a las peroratas floridas? ¿disfrutas con las historias en las que se hace presente lo insólito, el humor e incluso la socarronería? ¿Quieres leer con nosotros algunos cuentos escogidos de Antonio Pereira?
Entonces te espero en nuestro Club de Lectura, el lunes 11 de noviembre para abordar la guía a la lectura de la obra «Antonio Pereira y 23 lectores cómplices». A las 19:00 horas, en la Biblioteca General San Isidoro de la Universidad de León.
La segunda sesión del club de lectura destinada a analizar Reliquias, primer volumen de cuentos de Ana Martínez Castillo, nos ha permitido reflexionar sobre las sensaciones que han generado las composiciones que lo integran. Hemos empezado el coloquio hablando de la estructura tripartita del libro y los nexos temáticos que existen entre los relatos agrupados en una misma sección. Fueron varios los socios que pusieron de relieve que la primera sección, «Ecos», remitía al lector al contacto con el pasado y lo fantasmal, pues los textos resaltaban la vinculación con lo antiguo. Asimismo, se apuntó que la segunda sección, «Reflejos», permitía «vernos reflejados» en los miedos que articulaban los relatos, empatizando mucho con los personajes. En esta parte, los miedos son más cotidianos y las situaciones tienden a participar de la órbita de lo ridículo y absurdo. Finalmente, todos los socios señalaron que en la última sección, «Descenso», se podía apreciar mejor la temática común los relatos. En este sentido, se apuntó la relevancia del inframundo y el más allá como ejes articuladores, así como la presencia continuada del componente religioso.
Una vez abordada la estructura general del libro, empezamos a compartir nuestras opiniones sobre los relatos. Incidimos en las diversas vertientes del miedo que coexistían en la obra. Se mencionó el uso del terror salvaje en «El nido», el relato que más pavor suscitó entre los lectores por su crudeza, el terror macabro que impregnaba la trama de la mayor parte de los relatos y también el empleo puntual de un terror con marcadas dosis de ironía.
Santa Muerte, Laurie Lipton
Sin duda, el relato que más gustó entre el público fue el que da comienzo al universo tenebroso trazado por Martínez Castillo, «Reliquias». Se detallaron las características de ese mundo distópico que desecha lo antiguo y trata de eludir la experiencia del duelo y cualquier tipo de pensamiento acerca de la muerte, por considerar que puede contaminar las mentes de los ciudadanos. Muchos comentarios profundizaron en la caracterización de la Marquesa, personaje que funciona como antiheroína, y en los propósitos de la Hermandad que funda, sin olvidar los homenajes que la ficción guarda con otras composiciones admonitorias ni el papel que desempeñan el resto de personajes, debatiendo incluso el motivo que llevo a la autora a concederles el nombre propio que tienen. «Más allá» fue un relato que también acaparó nuestra atención, puesto que en él el otro mundo aparece concebido como un auténtico lugar de recreación al alcance de todos los ciudadanos, un parque temático que permite a sus clientes visitar a sus muertos más queridos, tratando de mitigan el dolor ante la pérdida. A través del análisis de este texto, varios socios se percataron también del poder subversivo que alberga lo insólito, al poner en primer plano y ofrecer una crítica de elementos inherentes de nuestra sociedad.
Otros aspectos que generaron diálogo fueron los siguientes: el ritmo de la prosa, la variedad de narradores, la técnica o descripción cinematográfica de muchos pasajes y la capacidad de la autora para fusionar variadas referencias literarias del ámbito no realista, principalmente. Respecto al primer aspecto, los socios indicaron que se apreciaba la influencia de la faceta poética de la autora en varios relatos —especialmente en «Reliquias»— si bien ese estilo se va modificando a lo largo del libro, derivando en frases cortas de gran contundencia en la segunda mitad del volumen. Por lo que se refiere a la variedad de narradores y la técnica cinematográfica, se indicó la capacidad creativa de la autora para introducirnos de lleno en el ambiente recreado y empatizar desde las primeras líneas con los personajes. En este sentido, muchos coincidían en cómo se identifica el lector con la madre en las páginas iniciales de «El nido» y en el modo en que, a medida que avanza el argumento, se logra focalizar la atención en la desvalida hija, generando una sensación de indignación y repulsión hacia la actitud de la progenitora. Finalmente, se repasaron algunos de los guiños literarios con los que la autora juega a lo largo del volumen. Todos los socios remarcaron la originalidad alcanzada por Martínez Castillo en «Paciencia», donde se logra una estupenda vuelta de tuerca en relación al cuento de «Caperucita roja». No obstante, coincidimos en señalar que habría más referencias que se nos habrían pasado por alto y que quizás la autora concretaría durante su visita. Ese es uno de los múltiples motivos por los que esperamos impacientes su llegada a nuestro club de lectura.
Ana Martínez Castillo (Albacete, 1978) es profesora de Lengua castellana y Literatura, un trabajo que compagina con su faceta de narradora, poeta, crítica literaria y colaboradora de diversas revistas digitales como Barbar y Vísperas. En el ámbito de la lírica, con una vocación que se inició a una edad muy temprana, destacan sus poemarios Bajo la sombra del árbol en llamas (Ediciones de la Isla de Siltolá, 2016), La danza de la vieja (Ediciones de la Isla de Siltolá, 2017) y Me vestirán con cenizas (Versátiles Ediciones, 2019), participando en compilaciones antológicas como El llano en llamas (2011) y El Peligro y el Sueño.La Escuela poética de Albacete (2016). Con una gran influencia del surrealismo y de autores como Rafael Alberti, Alejandra Pizarnick o Blanca Andreu, su poesía configura un universo de imaginación en el que se atisban espejismos e imágenes misteriosas:
“La trampa es tener / arañas en los ojos /…/ Ya no distingo / Si la noche amenaza / O soy yo / que ando desnuda / y me abrazo / a todo aquello / que sea musgo o plata”; “Grumos de viento / en los dientes / el frío”
El frío (La danza de la vieja)
Bajo la sombra del árbol en llamas / Ana Martínez Castillo. ISBN: 978-84-16682-25-6 Ediciones de la Isla de Siltolá. 56 páginas. Año de publicación: 2016.
Me vestirán con cenizas / Ana Martínez Castillo. ISBN: Versátiles Ediciones. 56 páginas. Año de publicación: 2019.
La danza de la vieja / Ana Martínez Castillo. ISBN: 978-84-16682-85-0 Ediciones de la Isla de Siltolá. 64 páginas. Año de publicación: 2017.
Por lo que se refiere a la vertiente creativa en prosa, su trayectoria ha estado dedicada de forma mayoritaria a la literatura juvenil e infantil, con obras como Hadas que muerden (Editorial Palabras de Agua, 2013, ilustrado por Tania Coello), Gusarapo (Editorial Palabras de Agua, 2014, junto con Ana Rosa Ruiz Sarriá y el ilustrador Ismael Juzgado Pineda) y Cómo cocinar princesas (NubeOcho Ediciones, 2017), álbum ilustrado que se constituye como un manual, un recetario imprescindible, para todo tipo de brujas y que ya ha sido traducido a varios idiomas. Sus cuentos se han recogido en los volúmenes colectivos Cosas que contar (1997), Horror Hispano Monstruos clásicos (2011), 666 (2012), (Per)versiones: Misterios sin resolver (2013), Érase una vez (2013) y Bueno, bonito…¡Maldito! (2013). Asimismo, no se puede dejar de mencionar que se ha dedicado de forma puntual a la adaptación teatral, la narración de viajes, el guión de videojuegos y el artículo periodístico.
Gusarapo / Ana Martínez Castillo y Ana Rosa Ruiz Sarriá. Ilustraciones: Ismael Juzgado Pineda ISBN: 9788494264177 160 páginas. Año de publicación: 2014.
Hadas que muerden / Ana Martínez Castillo .Ilustraciones: Tania Coello. ISBN: 9788494133251 112 páginas. Año de publicación: 2013.
Cómo cocinar princesas / Ana Martínez Castillo. Ilustraciones: Laura Liz
ISBN: 978-84-946926-3-5. 56 páginas. Año de publicación: 2017.
Premios (información extraída de su página web)
Galardonada con el premio de relatos Los nuevos de Alfaguara, convocado por la editorial Alfaguara en su cuarta edición en el año 1996.
Primer premio de poesía en su modalidad de adultos del Féile Filíochta International Poetry Competition 2004 en español (Premio Internacional de Poesía Féile Filíochta 2004).
Primer premio en su modalidad de cuento del XXIV Concurso Literario para Jóvenes 2005, convocado por el Ayuntamiento de Albacete, con el cuento titulado «Extraño episodio en la vida de un opositor».
Tercer premio de poesía en su modalidad de adultos del Féile Filíochta International Poetry Competition 2005 en español (Premio Internacional de Poesía Féile Filíochta 2005).
Finalista del certamen Domingo Santos 2010 con el relato «Sofisticación».
Reliquias (Eolas Ediciones, 2019) es el primer volumen de cuentos de la autora albaceteña dedicado a un público adulto. En esta faceta se aprecia mejor esa atracción por lo misterioso y lo truculento que ya se atisbaba en su lírica. Se ha publicado en la colecciónLas puertas de lo posible (Narraciones de lo insólito), dirigida por Héctor Escobar y la profesora Natalia Álvarez y vinculada al Grupo de estudios literarios y comparados de lo insólito y perspectivas de género (GEIG) de la Universidad de León.
La pretensión de esta colección, que además cuenta con el delicado trabajo de Alberto R. Torices para las labores de diseño y maquetación, es rescatar obras de siglos o décadas pasadas que merezcan ser reeditadas por su indiscutible aportación al panorama no realista español, al tiempo que dar a conocer nuevas voces que construyan originales universos partícipes de las estéticas de lo insólito. En esta segunda línea de difusión se ubicaría el libro de Ana Martínez Castillo, primera publicación inédita de la colección que cuenta con un prólogo de Patricia Esteban Erlés, donde se sintetizan las claves de lectura, facilitando al lector la recepción y cabal interpretación del libro, como ocurre en el resto de obras que integran la colección. Con la zaragozana Esteban Erlés comparte el gusto por el terror como placer estético, puesto que ambas buscan a través de sus ficciones un necesario contraste entre la luz y la oscuridad. Y es que el nombre de Ana Martínez Castillo podría englobarse en la amplia nómina de autoras actuales que sienten especial predilección por articular sus creaciones en torno al extrañamiento y a la dimensión inquietante de la realidad —Mariana Enríquez, Samanta Schweblin, Cecilia Eudave, Valeria Correa Fiz, Raquel Castro,…—.
Dado que Ana Martínez Castillo no tiene ninguna otra obra enmarcada en la prosa para adultos, resulta imposible esbozar los rasgos generales de toda su poética narrativa. Por ello, nos adentraremos directamente en esta primera incursión de la autora en la narrativa breve, para cuyo título ha elegido una palabra tan sugerente como reliquias. El concepto de reliquia remite a algo antiguo y ajado, a un objeto especial que, como se menciona a lo largo del libro, también puede tener su propia vida, convirtiéndose en un espíritu «único y sutil» (Martínez Castillo, 2019: 28). Con este delicado sustantivo, la autora nos recuerda la conexión con el pasado, pero especialmente la fascinación por los objetos de otro tiempo, por esas piezas de colección que, a modo de candelabros ennegrecidos, pueden esconder sombras y carcoma, en definitiva, todo un mundo de posibilidades ominosas.
«El alma es lo que habita dentro de las cosas. Un aliento negro que oxida y corrompe aquello que toca. Todas las reliquias de otro tiempo tienen una, de mayor o menor, digamos efecto. O fascinación, si lo prefiere» (Martínez Castillo, 2019: 28-29).
La imagen que sirve de portada es una de esas joyas de antaño. Nos da una pista muy significativa de los matices de contenido o líneas de desarrollo que podemos encontrar en el interior del libro, todas ellas relacionadas con lo extraordinario y lo tétrico. Nos encontramos ante una imagen post-mortem que nos remite a la práctica de la foto funeraria tan en boga durante el siglo xix y principios del siglo xx. Con esa dicotomía entre lo vivo y lo muerto, entre lo animado y lo inanimado, juega la ilustración de la portada de Reliquias, modificada exclusivamente para esta edición pero manteniendo los tonos grises y amarillentos que prevalecían en los retratos originales. Y es que descubriremos alguna referencia a este tipo de fotografías en cuentos como «Reliquias» y «Elvira»:
«Se trataba de una mujer con una niña sentada en sus rodillas. La niña tenía los ojos abiertos, pero vacíos. Miraban sin ver al objetivo mientras la mujer que la sostenía posaba con rostro áspero, de infinito horror y pena. Ambas vestían de negro, con encajes cerrados al cuello. La niña era como de cera, como las velas que se consumían allí mismo, en el candelabro. Rígida y seca» (Reliquias. 2019: 34).
Asimismo, las citas con las que se inicia el volumen permiten hacerse una idea de los ribetes siniestros y las imágenes escalofriantes que van a predominar a lo largo de las páginas. Estas citas previas están firmadas por la argentina Valeria Correa Fiz, el leonés Leopoldo María Panero —cuyo imaginario ha ejercido una notable influencia en la escritura de Martínez Castillo— y el albaceteño Javier Lorenzo, que considera uno de sus maestros.
Cuando baje —se dijo—a nadie he de contar que todo cuanto vi regresa al frío.
Javier Lorenzo Candel
Estructura y contenido del libro
A nivel estructural, el libro consta de tres secciones, a modo de calas brumosas, tituladas «Ecos», «Reflejos» y «Descenso», siendo la segunda la más extensa al dar cabida a cuatro cuentos, a diferencia de los otros dos apartados que están constituidos por tres relatos. Así, el lector comenzará su viaje en el futuro de connotaciones distópicas recreado en «Reliquias», la composición que da título al volumen, y, orientando sus pasos hacia el más allá, acabará descendiendo a las profundidades. En ese oscuro recorrido, repleto de miradas retrospectivas y fantasmas incesantes, no faltarán momentos de descanso con altas dosis de parodia y humor negro. No obstante, el lector no saldrá ileso de este caserón de tenebrosas resonancias que traza Ana Martínez Castillo en su ópera prima.
El imaginario de la escritora ahonda en diversas figuraciones del miedo: el miedo a las incógnitas que circundan el otro mundo, el miedo al silencio, a la soledad, al legado cultural, a nuestros recuerdos, a los espectros emocionales de los que no podemos desprendernos, a los rincones más inhóspitos de nuestra mente… A esta nómina se suma el temor a la experiencia de la muerte, el descubrimiento de oscuras amenazas que desestabilizan la concepción normalizada de lo real y la disolución de cualquier frontera.
«El miedo. El miedo era algo muy especial. Resultaba estimulante y atraía más que cualquier cosa en el mundo» (Martínez Castillo, 2019: 30).
En el marco de ese amplio panorama que puede abarcar el miedo, el lector del libro, en función del cuento elegido, podrá sentir asombro, aprensión, angustia, pánico, terror o espanto. No obstante, Martínez Castillo sabe muy bien que es necesario aplicar nuevos recursos y técnicas para transmitir y actualizar los miedos esenciales del ser humano, que se perpetúan a lo largo del tiempo.
Los rasgos más destacados del volumen se pueden sintetizar en los siguientes puntos:
Protagonismo o marcada relevancia argumental de personajes o narradores femeninos, como ocurre, por ejemplo, en «Reliquias», «Elvira», «Tocados por la divina mano de Dios», «El nido» o «Más Allá S. L.».
Resortes procedentes de variadas estéticas no realistas. Reliquias aúna varias corrientes de lo insólito, entendiendo este término como un membrete genérico que recoge un conjunto de tendencias alejadas de la codificación realista y caracterizadas por proponer una visión subversiva de la sociedad contemporánea. Podemos percibir especialmente la estética de lo prospectivo y del terror fantástico, que pueden encontrarse combinadas en muchos casos, pues a la autora le interesa este tipo de fusión.
Las ficciones de Martínez Castillo presentan una mirada pesimista hacia el futuro. Predomina la distopía —«Reliquias»— y la narrativa de carácter postapocalíptico —«Tocados por la divina mano de Dios»—, si bien «Hacia el atardecer» también participa de herramientas prospectivas de otro calado. Estas categorías de lo prospectivo son, a juicio de Fernando Ángel Moreno, las que generan en el lector un efecto de «prospección, de replanteamiento de cuestiones socio-culturales» (2010: 121), revelando las incoherencias de nuestro tiempo y haciendo que se reflexione sobre posibles alternativas de mejora.
De todos los resortes de los que se nutre el género fantástico, lo monstruoso se va a convertir en una matriz temática de gran presencia en Reliquias a través de la figura del fantasma —«Paciencia», «Elvira» o «Más Allá S.L.»— y del muerto viviente —«El amor de una madre» y «Tocados por la divina mano de Dios»—. Ya Freud sostenía lo siguiente: «A muchos seres humanos les parece ominoso en grado supremo lo que se relaciona de manera íntima con la muerte, con cadáveres y con el retorno de los muertos, con espíritus y aparecidos» (1979: 241). El tratamiento del fantasma, con su vagar eterno, se presenta en los textos de Ana Martínez Castillo con una gran influencia de la ficción gótica. El zombi, en cambio, permitirá comprender el concepto de «fantástico posmoderno».
El absurdo kafkiano para recalcar la alienación del individuo y esbozar una perspectiva distorsionada de la realidad. Muchas de las situaciones terribles que se narran acaban desembocando en escenas ridículas. El absurdo, en cualquier caso, permite reflejar unas preocupaciones reconocibles como posibles o inherentes a nuestro presente: la identidad, la soledad, la adversidad, la culpa, las cargas familiares, el padecimiento de enfermedades… Piezas paradigmáticas que participan del absurdo serían «Extraño episodio en la vida de un opositor» y «Los chinos», dado que en ambos se aprecia la ausencia de causalidad y el comportamiento de tintes irracionales de sus personajes protagonistas.
Referencias a otras obras y personajes de la literatura. La mayor parte de las tramas se enriquecen con alusiones o guiños a otras ficciones del ámbito no mimético.
Pequeña serenata nocturna, de Dorothea Tanning (1943)
Lectura
Para aproximarnos al conjunto de resplandores antiguos que conforma Reliquias proponemos las siguientes preguntas:
¿A qué crees que se debe la estructura tripartita del libro? ¿Es posible percibir nexos de unión entre los relatos agrupados en una misma sección?
Si tuvieses que elegir uno de los cuentos que componen el libro, ¿con cuál te quedarías? ¿A qué se debe esa elección: a la temática abordada, al punto de vista del narrador, al impacto emocional que genera, al ritmo…?
¿Qué opinión te merece el misterioso personaje de La Marquesa que protagoniza el primer relato del libro? ¿Y esa sociedad distópica en la que se encuentra inmersa?
Aquello que nos produce miedo es algo que, sin saber por qué, también nos atrae y fascina. En el libro confluyen desde miedos heredados de nuestra vida pasada a miedos mucho más cotidianos, abarcando un amplio espectro de matices. ¿Qué tipo de miedo te parece el más logrado? ¿Crees que se produce una actualización de enfoques de nuestras ansiedades?
A lo largo de Reliquias aparecen escenas que destacan por su crudeza y por proponer una marcada contemplación de lo abyecto. Por ejemplo, Mónica se arranca enteras sus propias uñas para luego comérselas en el Hades retratado en «Más allá S.L.» y la anciana de «El amor de una madre» es capaz de comerse de un bocado el conejo que lleva a casa su hijo, quedándose el pelo del animal pegado en sus labios. ¿Qué imagen te parece más perturbadora por acrecentar lo escatológico y, con ello, el sentimiento de repulsión?
¿Cuál es la perspectiva narrativa que más te ha sorprendido para relatar los acontecimientos que atenazan a los protagonistas? ¿Qué efecto puede ocasionar ese tipo de focalización en el receptor del texto?
¿Has detectado alguna influencia del imaginario no mimético en la cosmovisión de los cuentos de Ana Martínez Castillo?
Tal y como mencionamos en su aproximación biobibliográfica, Ana Martínez Castillo presenta una gran versatilidad a la hora de escribir, compaginando su vocación poética con la narrativa ¿Crees que se percibe ese hálito poético, quizás musical, en alguno de los relatos que conforman el libro?
La imagen de portada reproduce una foto post-mortem típica del siglo xix y principios del xx ¿Hay algo en ella que te llame la atención o te resulte conocido?
La segunda sesión del club de lectura dedicada a la novela Agua verde, cielo verde de la canadiense Mavis Gallant ha promovido un dinámico coloquio entre los socios participantes. Esta obra, la primera narrativa larga de una contumaz cuentista como Gallant, supone la exploración de dos aspectos centrales: por una parte, la alta sociedad de origen estadounidense expatriada (por voluntad propia) en Europa en la primera mitad del siglo XX, y, por otro, la conflictividad emocional y psicológica en una tóxica relación materno-filial. Precisamente, nuestros socios gravitaron en sus opiniones y reflexiones mayoritariamente en torno a estos dos aspectos más generales.
Algunos de nuestros lectores, atendiendo a la distancia social y temporal del emplazamiento de la trama, sugirieron que la novela no les aportó reflexiones de demasiado calado. No olvidemos que la autora se centra en un estrato social burgués de su época para canalizar precisamente una crítica hacia la vacuidad, frivolidad e intrascendencia de su condición y de sus actos. Esto ha llevado a algunos lectores a identificar la narración de dicha situación con una “ligereza” prosística que no es tal, al menos, no como así lo pretendió la autora. En cambio, para otros lectores, la peculiar fijación de la escritora por la anécdota y lo anecdótico, lo cotidiano y lo pequeño, supuso una revelación en cuanto que, enfocando lo aparentemente anodino e insustancial, no obstante, Gallant nos revela datos centrales de sus personajes; entre líneas al lector se le plantea el reto de reconstruir vidas mucho más complejas de lo que, en apariencia, nos manifiesta de forma directa la acción narrada.
Fue muy activo el debate en relación a la problemática relación entre las dos principales protagonistas femeninas de la obra: Bonnie McCarthy y Flor McCarthy, hija de la anterior. La novela traza la evolución simultánea del alto grado de dependencia emocional y física entre ambas, propiciada por su madre y asimilada por su hija, y el deterioro mental agudo de la joven. Concretamente, este aspecto psicológico, la progresión de una depresión y sus síntomas, suscitó reflexiones entre nuestros socios, considerando la profundidad psicoanalítica de lo referido por la autora. Asimismo, varios de nuestros lectores convinieron en lo realista y humano del tipo de relación descrita. Es decir, por encima de que la clase social considerada dentro de la novela pueda resultarnos ya un tanto trasnochada por las décadas transcurridas, el valor de las relaciones descritas pervive y transmite un discurso actual, reconocible en nuestras vivencias incluso cotidianas. Lo mismo se puede decir de otros personajes más secundarios en la obra: Bob Harris, el primo George, Doris Fischer o Wishart, individuos que hacen gala de altos niveles de hipocresía, egoísmo e histrionismo pero que, a pesar de la extrañeza que nos pueden llegar a transmitir, considerados en las distancias cortas, nos reflejan vértices de la condición humana bien reconocibles.
Por otra parte, más allá de discrepancias en torno a la frescura o interés de la trama, entre nuestros lectores ha habido unanimidad a la hora de valorar el estilo de la autora. Todos los intervinientes parecen haber coincidido en el uso magistral del lenguaje, sutil, cuidado, cargado de connotaciones, que ejercita Gallant en esta obra. De hecho, uno de los aspectos más comentados en nuestra tertulia fue el marcado simbolismo de distintos elementos de la novela: el color verde, las cuentas de un collar, un caballo en el recuerdo de una niña… De nuevo, en este caso, el mundo prosaico que se nos describe en esta novela se nos revela en su totalidad a partir del brillo de las pequeñas cosas, del lenguaje escondido de las circunstancias que rodean a las acciones tenidas por principales. Pero Gallant difiere, o cancela, lo considerado como central y da protagonismo al suceder mínimo de lo que generalmente queda a la sombra de los eventos centrales.
Mavis Gallant (Montreal, Canadá, 1922 – París, Francia, 2014), de soltera Mavis Leslie de Trafford, es una escritora canadiense con una trayectoria que la llevó desde el ensayo a la novela y al drama pero que sobre todo destacó por su producción cuentística –la mayoría de sus relatos se publicaron en la revista estadounidense The New Yorker.
Es una autora que, por su condición expatriada –vivió casi toda su vida adulta en Francia– y por mantener, sin embargo, el inglés como su lengua literaria, tardó en recibir el reconocimiento a su obra tanto en su Canadá natal como en Francia y, en consecuencia, a nivel internacional (en España solo están disponibles unos pocos volúmenes de la autora, permaneciendo, la mayoría, sin traducir a nuestra lengua). Precisamente, sus avatares personales y su «talante extramuros», al que se refiere Rosa Montero, impregnan autobiográficamente sus novelas y relatos y dotan a su obra de un singular y personalísimo estilo.
De esta manera, si en casi todos los autores encontramos factores biográficos relevantes que se reflejan en sus obras, en el caso de Gallant, además de su residencia fuera de su país natal, hay otras cuestiones personales que la marcaron y que serán relevantes a la hora de interpretar, entre otras, Agua verde, cielo verde, principalmente, la problemática relación con su progenitora y la falta de un domicilio estable durante su infancia.
Y es que Gallant perdió a su padre a una edad temprana –dato que ignoró hasta años después del suceso– y, tras el segundo matrimonio de su madre, fue dejada en manos de un tutor legal y enviada a una sucesión de internados en Canadá y Estados Unidos. Su educación fue bilingüe, en inglés y francés, aunque siempre publicó en inglés a la cual consideraba «la lengua de la imaginación» (The Selected Stories of Mavis Gallant, 1996: XVI).
Gallant comenzó trabajando para el National Film Board of Canada y después como periodista para el diario Montreal Standard. Pero abandonó este último cargo en 1950 y emigró a París donde se volcó en exclusiva en su faceta como creadora literaria. Para comprobar su valía artística, comenzó a enviar relatos a la prestigiosa revista The New Yorker consiguiendo que en 1951 se publicase el primero de sus textos «Madeleine’s Birthday». Pese a la estafa inicial de su agente literario, a partir de entonces, Gallant pasó a contribuir relatos de forma regular a esta publicación que aceptó más de 100 y parte de su obra ensayística.
Publicó los siguientes volúmenes de cuentos: My Heart Is Broken (1964), The Pegnitz Junction (1973), Home Truths: Selected Canadian Stories (1981), Overhead in a Balloon: Stories of Paris (1985), In Transit (1988), y Across the Bridge (1993). Sus relatos publicados en revistas se recogieron en varios volúmenes: The Collected Stories of Mavis Gallant (1996), Paris Stories (2002), Varieties of Exile (2003); también publicado con el título Montreal Stories, y The Cost of Living: Early and Uncollected Stories (2009); también con el título Going Ashore. Green Water, Green Sky (1959) fue su primera novela y A Fairly Good Time (1970), la segunda. También fue autora de una obra teatral What Is to Be Done? (1983) y parte de sus textos ensayísticos se recogieron en el volumen Paris Notebooks: Selected Essays and Reviews (1986).
A pesar de su tardío reconocimiento, Gallant recibió numerosos premios y galardones internacionales; entre ellos, podemos destacar:
Nombrada Oficial de la Orden de Canadá por su contribución a la literatura.
1983 – 1984. Escritora-residente en la Universidad de Toronto (Canadá).
Nombrada Miembro Honorario Extranjero de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.
Galardón Legum Doctor (Universidad de Queen, Canadá).
La Federación de Escritores de Quebec denominó uno de sus premios anuales con el nombre de la autora;
Premio Matt Cohen (Canadá).
Premio Rea (Estados Unidos).
Premio O. Henry (Estados Unidos).
Premio PEN/Nabokov (Estados Unidos).
Prix Athanase-David (Quebec; para autores de dicha provincia canadiense).
Poética narrativa de Mavis Gallant
Su obra alberga multitud de temas e intereses, y posee un estilo muy propio y reconocible. Así, destacaremos los siguientes aspectos, sobre todo en referencia a sus creaciones narrativas:
fuerte «autobiografismo» en personajes y tramas;
prosa desprovista de adornos superfluos que evoca, por momentos, un estilo documental y periodístico;
parca en recursos narratológicos, no obstante, sus textos nos suscitan numerosas dudas, nos hacen intuir que cada tras evento, cada tras personaje, y situación, existe una significación más profunda; de ahí el simbolismo que recorre la escritura de Gallant;
en sus textos dominan el aislamiento, el desarraigo y la desubicación de canadienses, estadounidenses y europeos de clase media-alta, o con un estilo de vida aburguesado o aristocrático, en otros países donde hacen turismo o residen de forma permanente;
el protagonismo dado a extranjeros o expatriados en sus textos implica que asuntos como el multiculturalismo y el bilingüismo también sean aspectos centrales;
muchos de sus personajes principales son mujeres jóvenes, que residen en Norteamérica o Europa y que afrontan situaciones familiares complicadas, en muchas ocasiones sufren presiones para encontrar marido a una edad «conveniente» o se encuentran comprometidas o casadas con hombres a los que no aman;
es llamativo el carácter abúlico y desganado de gran parte de sus personajes, los cuales, a menudo, parecen llevar una vida mayormente ociosa y vacacional (muchas de las tramas de sus relatos acontecen en periodos y lugares de vacaciones);
a menudo sus protagonistas se encuentran sumergidos en profundos conflictos internos y con los que les rodean. Dentro de esta tendencia, Gallant ha singularizado dos temas preferentes: los odios y rencores mutuos que puede generar una relación p/materno-filial y los conflictos de convivencia de pareja;
el peso de lo cotidiano, lo vulgar y de las convenciones y cómo estos limitan y frustran al ser humano provoca que muchos de los personajes de Gallant parezcan estar en constante huida, física o psicológica;
los personajes de nuestra autora son sumamente introspectivos: el pensamiento de los personajes, más que sus acciones, se sitúa en el centro de todas sus narrativas. Sin embargo, como lectores, muchas veces no llegamos a entender las razones y motivos que movilizan a dichos personajes: son singulares, extraños, incluso incomprensibles;
el núcleo de sus relatos a menudo nos resulta intrascendente: las acciones se ocupan de anécdotas domésticas, cotidianas, y, en muchas ocasiones, banales;
muchos de los conflictos que se desarrollan en sus tramas permanecen abiertos, irresueltos;
predilección por la ubicación de las tramas en marcos urbanos europeos, canadienses o estadounidenses (París, Venecia, Ginebra, Madrid, Montreal, etc.), o en clásicos espacios costeros de vacaciones europeos (Costa Azul francesa, Riviera italiana, costa sur de España…);
si su obra parece transcurrir, hasta cierto punto, desconectada de la realidad histórica y social más inmediata, también es cierto que en muchos de sus textos se intercalan referencias históricas que nos sitúan los episodios cotidianos de sus personajes en un marco más amplio.
La autora en sus palabras y en las de sus críticos:
Mavis Gallant integra una nómina de narradoras canadienses que, en los últimos tiempos, está recibiendo una especial atención por parte de la crítica. Se la ha llegado a equiparar a George Eliot, Anton Chéjov, Henry James o Edith Wharton y, entre sus coetáneos, se han trazado paralelismos con Alice Munro, ganadora del Nobel en 2013, John Cheever o John Updike. Munro, no en vano, se ha referido a Gallant como su maestra literaria. También Margaret Atwood se ha declarado fan de su compatriota y otros muchos escritores en el ámbito canadiense e internacional han reconocido su maestría. A pesar de esta notoriedad crítica alcanzada en los últimos años, Gallant aún sigue siendo relativamente desconocida para el público lector. Aqu puedes explorar varios enlaces que te ayudarán a pergeñar una visión más completa de Gallant y de sus trabajos:
YouTube (2006). «Trailer. Paris Stories: The Writing of Mavis Gallant»: https://www.youtube.com/watch?v=iFh_A_unK1s (tráiler de la entrevista a la autora; subtitulado al inglés)
(Madrid: Impedimenta, 2018)
(Boston: Houghton Mifflin, 1959)
(London: Andre Deutsch, 1960)
Agua verde, cielo verde
Información contenida en la contraportada (Impedimenta, 2018)
Mavis Gallant despliega todo su talento en este testimonio whartoniano del descenso a los infiernos de dos mujeres unidas por una enfermiza relación maternofilial. El deslumbrante debut novelístico de una de las narradoras canadienses más reconocidas del siglo XX.
Flor McCarthy lleva una existencia que a muchos podría parecerles idílica. Después del traumático divorcio de su madre, que ya no puede soportar seguir viviendo en América, ambas emprenden un largo viaje por distintos países de Europa. Recalan en ciudades como Venecia, Cannes y París, pero el encanto es solo aparente. Abocadas al exilio, madre e hija dependen de la caridad de sus familiares y, oculta tras un velo de falso glamour, aparece frente a ellas la locura de un desarraigo marcado por la dependencia física y emocional. La vida de Flor se va transformando en una pesadilla expuesta ante las miradas de aquellos con quienes se encuentra a lo largo de los años, como su tímido primo George o los amigos ocasionales de su madre. Su búsqueda de protección aflora tras cada encuentro en una clara derivación de su necesidad de contar con un hogar al que regresar.
Estructura y contenido del libro
Dentro de la bibliografía de la autora, Agua verde, cielo verde es su ópera prima novelística y nos da en buena medida la pauta de los temas e intereses principales de Gallant, que ya exploró en sus cuentos y en los que ahondará esta novela.
El libro se puede interpretar como una cata de cuatro momentos vitales de una de sus protagonistas, Flor McCarthy, en su deslizamiento hacia una anuladora depresión. En dicho proceso, se ve acompañada en todo momento por su madre, Bonnie McCarthy que aparece retratada como responsable del estado psicológico de su hija tras someterla a una infancia de inestabilidad familiar y geográfica, creando enfermizos lazos de dependencia con su hija.
El relato se compone de cuatro episodios carentes de título y de desigual longitud. Excepto por el tercero que supone un salto atrás (analepsis) en la sucesión de hechos narrados, los restantes siguen, cronológicamente, el estado mental de Flor hasta su internamiento en un centro psiquiátrico. La autonomía de lo narrado en cada episodio nos permite acercarnos a ellos como si de relatos independientes se tratase.
Algunos temas y aspectos principales de esta narrativa que cabe destacar son:
se trata de una novela donde tenemos acceso al devenir de todos sus personajes pero, sin embargo, el conocimiento que tenemos de sus pensamientos y sentimientos más íntimos es parcial, incierto;
el conflicto como seña de identidad de los personajes consigo mismos y en su relación con los demás, especialmente en el ámbito familiar;
las dificultades de la vida expatriada;
los conflictos de las clases sociales acomodadas que temen perder sus privilegios y estilo de vida;
la posición de dependencia económica de las mujeres respecto de los hombres;
la represión de los sentimientos y deseos como origen de buena parte de los problemas personales y mentales de los personajes;
la crisis existencial, de encrucijada personal, que aqueja no solo a Flor y Bonnie, sino, también, al resto de personajes (Bob Harris, el primo George, Wishart);
la evocación de la vida vacacional de las clases acomodadas como engañosa, desprovista de un glamour real;
un fuerte simbolismo de las personas, los lugares, los objetos y las acciones;
el desencanto y la decadencia como tono general de la narrativa.
Lectura
Una narrativa tan cargada de conexiones, símbolos y connotaciones nos sugiere más preguntas que respuestas desde las que podríamos abordar su lectura crítica. Aquí podemos considerar algunas de ellas:
¿cómo conecta el epígrafe shakesperiano con el resto de la narrativa?
¿cómo calificarías el estilo de la prosa de Gallant y los recursos empleados en esta narrativa? ¿Te ha resultado compleja de leer o de interpretar?
la voz narrativa en tercera persona parece transmitirnos todo de los personajes, pero, sin embargo, al concluir la obra, sentimos que nos faltan muchas piezas para completar el puzle, para comprenderlos mejor, ¿de dónde crees que deriva esta sensación de extrañeza que nos evocan?
aunque los personajes parecen vivir en un infinito presente vacacional o de ocio, el pasado tiene un enorme peso sobre sus sentimientos y decisiones, ¿cómo condiciona dicho pasado la vida errante de Bonnie y Flor?
nuestros protagonistas son todos expatriados residiendo fuera de su lugar de nacimiento, ¿crees que se hallan bien integrados en sus nuevas residencias?; ¿cuál es su relación con su país de origen y sus nuevos lugares de destino?
“Flor la [a Bonnie] escuchó y pensó: «Y yo que antes creía que mi madre era Dios»” (68). Esta cita es muy representativa de la deriva que toma la relación entre madre e hija en la novela, ¿cómo has interpretado dicha relación?; ¿de dónde crees que surge el conflicto?
«Para los franceses, Bob Harris encajaba superficialmente con el patrón de hombre estadounidense –un grand gosse– y a él le iba de fábula. Sería la última persona del mundo en dar problemas» (51). ¿Crees que esta descripción se ajusta bien al personaje, a sus actuaciones a lo largo de la narrativa?
el protagonismo femenino en la obra es indiscutible y si la relación conflictiva entre madre e hija que se nos presenta puede parecer bastante prototípica, ¿cómo has interpretado, sin embargo, la figura de Doris Fischer y su interacción con los demás protagonistas?
muchos de los personajes pertenecen a clases sociales acomodadas, burguesas, o intentan ascender a ellas. En este sentido, ¿el estilo de vida que desarrollan que te ha sugerido o inspirado?; ¿intenta la autora transmitir una crítica social a través de su retrato?; ¿cómo habéis interpretado al personaje de Wishart dentro de este ambiente burgués?
la obra se abre y se cierra con el primo George, ¿qué papel crees que juega su presencia en la narrativa y en su relación con su tía y prima?;
la novela contiene varios simbolismos, algunos bastante enigmáticos, ¿en concreto, cómo habéis considerado algunos de los siguientes…
el color verde que aparece asociado a diversos objetos y evocaciones en diversos momentos de la obra?
Venecia?
París?
«Jefe» el poni, que Flor evoca en el momento más crítico de su crisis depresiva (108)?
el estado depresivo de Flor?
…y otros que hayáis detectado?
el cierre de la obra, una alucinación del primo George por la cual fusiona en una sola figura las imágenes de su tía, prima y de una chica francesa que se ha cruzado por la calle, ¿cómo lo has interpretado?; ¿qué función crees que cumple en relación con el resto del texto y los conflictos descritos?
Pronto dará comienzo la séptima edición del Club de lectura de la Universidad de León. Te anticipamos el cartel y el programa para este curso (puedes imprimirlos en pdf)
Es que lo hemos puesto tan fácil….Muchos de vosotros las habéis adivinado; estas son las obras cuya lectura abordaremos el próximo curso:
(Solución: Colonia Green Water y logotipo de la plataforma de tecnología GreenSky)
Gallant, Mavis
Agua verde, cielo verde / Mavis Gallant ; traducción del inglés a cargo de Miguel Ros González
Madrid : Impedimenta , 2018
187 p.
978-84-17115-56-2
(Solución: Manuscrito en el que solo falta el cuarto de los elementos en la tetralogía protagonizada por la figura de Fernando de Rojas como investigador)
García Jambrina, Luis
El manuscrito de aire / Luis García Jambrina
Madrid : Espasa, 2019
320 p
978-84-670-5347-0
¡Ya estamos preparando la Séptima edición del Club de lectura de la ULe!
Aún no está abierto el plazo de matrícula, ni siquiera están publicados todos los libros que vamos a incluir en esta edición, pero para que puedas ir disfrutando durante el verano de algunas de las lecturas, te anticipamos los títulos de la séptima edición del Club de lectura de la ULe.
Pero antes, vamos a jugar un poco: las imágenes te ofrecen una pista sobre el título de la obra,, de la que te ofrecemos un breve fragmento. Este año, no sé por qué, nos ha salido todo de color verde, (excepto la última novela, que está tan verde, que ni siguiera se ha publicado aún)
¿Crees que podrás adivinar algún título, todos…? 😉
Déjanos tu respuesta en nuestras redes sociales. La solución… dentro de unos días
A raíz de las opiniones expresadas por los socios del Club de Lectura en uno de nuestros últimos encuentros, hemos considerado necesario hacer una reflexión sobre el modo en el que estamos planteando esta actividad de animación a la lectura.
Cada proyecto tiene una trayectoria y ha llegado el momento de dar un golpe de timón y reorientar, renovar y revitalizar nuestro rumbo. Para ello hemos recabando información de nuestros socios y seguidores: opiniones, comentarios, críticas, preferencias, gustos literarios y/o personales…
Dado que la naturaleza de los asistentes a nuestros coloquios es muy heterogénea, lo lógico sería suponer que sus consideraciones también lo fueran. Sin embargo, hemos escuchado varias críticas mayoritariamente en el mismo sentido, lo que nos ha llevado a replantear la orientación que, desde hace seis años, venimos dando a este Club.
ALGUNAS OPINIONES RECOGIDAS
A pesar de que soy un gran seguidor de lo fantástico, me gustaría explorar otros géneros igualmente alternativos y actuales (Alberto)
Los libros que seleccionáis son todos muy densos, muy duros. ¡Y qué gente tan rara…! Es cierto que los títulos elegidos te ayudan a salir de la zona de confort, pero es que a veces es un agobio, todo es tan feo, todo lo ves negro… Me gustaría intercalar alguna lectura que te ponga contenta (Eugenia)
Por favor, cambiad la línea de lectura, que salgo con un mal rollo de los coloquios que no se me quita ni con las cañas. Es más: un día me dio tanto miedito que no pude volver sola a casa porque era de noche y estaba oscuro, y me tuve que quedar en el Traga hasta que amaneció (Susana)
A ver, yo para leer desgracias y cosas raras me wasapeo con mi suegra, que esa sí que es una bruja, y no voy a un club de lectura (Maribel)
Tras una reflexión honesta y basándonos en las opiniones y propuestas recibidas, hemos trabajado en un nuevo proyecto de dinamización de la lectura que esperamos sea del agrado de nuestros seguidores y que tendrá las siguientes características:
Venus de Milo (*¡Sí hombre, pues como para remar estoy yo…!)
TEMÁTICA
La temática elegida para el nuevo Club de lectura girará este año en torno al tópico literario de la Travesía del Amor (navigium amoris) y sus elementos componenciales o submotivos, según la taxonomía elaborada en su tesis doctoral por Juan Antonio Gómez Luque (ver más abajo el apartado MARCO TEORICO Y REFERENCIAL):
Doble naturaleza de Afrodita-Venus como diosa de la navegación y del amor.
Comparación del acto sexual con la acción de navegar o remar.
Equiparación de la amada con el mar en su peligrosidad.
Comparación de la desazón amorosa con la tempestad marina.
Identificación del final de la relación amorosa con la arribada a puerto.
Ofrecimientos de ofrendas votivas.
MARCO TEÓRICO Y REFERENCIAL
Para situar las lecturas seleccionadas en un contexto que delimite los conceptos de los que nos proponemos debatir en el Club hemos seleccionado las siguientes obras:
Libros
Cazas, Gustavo (1969-) Sexo, literatura y oralidad / Gustavo Cazas
Camas (Sevilla): Butanero ed., 2018
978-84-6969-696-X
Capítulos de libros
Sexi fenicia y púnica/ M. Pellicer Catalán
(Incluido en la obra Los Fenicios en la Península Ibérica, ISBN 848632906X, P. 85-107)
Artículos de revista
Los cuartetos y las redondillas de la poesía del siglo de Oro: mucho más que estrofas / Lope de Armada (Revista de poesía El sexo de los ángeles, ISSN 2222-4444, Vol. 11, Nº 2, 2018, pag. 69)
A falta de ultimar algunos detalles. las lecturas seleccionadas para este nuevo periodo del club de lectura son las siguientes (preferible edición en tapa dura):
Trilogía de las Ciento cincuenta sombras en total , de L. James
Ayer nos reunimos para debatir sobre las inquietantes cuestiones que propone la lectura de Las madres negras, sin duda una de las obras que más debate e intensidad han provocado en nuestro club. Lo más comentado por todos los socios que esperaban al inicio de la sesión y por lo que no pudieron esperar para comentarlo fue la dureza y lo terrible de lo narrado. Para muchos de ellos, las torturas y el maltrato descrito asociado a ciertas instituciones estaba mucho más cerca que de los más jóvenes por edad, por lo que les llamó especialmente la atención y vivieron era crueldad como algo más cercano y significativo.
El personaje Dios fue unánimemente sorprendente e innovador, algo nada esperado que despertó tanta inquietud como odio, e incluso admiración por su construcción, al igual que las monjas, en cuya maldad todavía algunos buscan un atisbo de humanidad. Destacó también la belleza de Pola, que como alguno de nuestros socios señaló, “no es de este mundo”; aunque por la belleza y el simbolismo de lo que encarnan, los personajes de Mida y de su madre fueron los más destacados: la vida sencilla y sin tapujos en comunión con la naturaleza, la desnudez inocente, la unión irrompible más allá de la muerte entre abuela, madre e hija, todos los tópicos asociados a la brujería bajo la luz indicada.
Hablamos y mucho de la maternidad, porque como señalaba Ana, ‘madre’ es la palabra más importante del libro, desde el mismo título. Un tema tan importante como conflictivo, que evidencia la actualidad de los tapujos y prejuicios sobre un valor que siempre se ha considerado como positivo, y que en la novela es casi siempre frustrado y terrible. El simbolismo de la maternidad y de tantos otros elementos fue junto con la mezcolanza de códigos lo más destacado y complejo. Nuestra compañera Amelia (¡gracias!) nos explicó de forma muy acertada y apasionada su lectura simbólica de la novela que, pese a la sencillez que puedan mostrar lo popular de la tradición mezclada con tradiciones muy diversas, alcanza nuevos y muy ricos significados. La presencia gótica y la contemporaneización de lo popular es ya base de nuestra cultura, y se constituye en la nueva tradición oral y en el imaginario actual. La valoración que se da de lo femenino asociado a la naturaleza, tan presente en la obra, adquiere nuevos valores y sigue resultando extremadamente seductor, y sobre todo inquietante.
Hablamos de eso y de mucho más, como la agencialidad femenina, el papel de la transgresión, del fuerte simbolismo y los muchos niveles de lectura, resultando una de las sesiones más intensas y con más debate.
Vídeo del Encuentro de los socios con Patricia Esteban Erlés
Raquel de la Varga Llamazares y Patricia Esteban Erlés