Los Pekenikes (Cerca de las Estrellas) 50º Aniversario

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En una breve, pero deliciosa conversación que mantuve con el batería de Los Pekenikes, el genial Félix Arribas, auténtica leyenda nacional de ese instrumento. Hablamos brevemente de este mítico tema del grupo, en el que tiene un protagonismo especial, al realizar la parte vocal del mismo. Me contaba que había realizado una nueva mezcla añadiendo “sonidos espaciales”, por decirlo así, y que era imprescindible en las presentaciones en vivo de la banda. Este año se cumplen 50 años de la publicación de esta auténtica joya del pop español.

Contaba el genial Forges en una de sus viñetas: “que se puede esperar de un país donde todos dicen haber estado en Los Pekenikes”. Sin llegar a tanto, si es cierto que por el grupo pasaron cantidad de músicos en sus diferentes etapas, aquí nos vamos a centrar en su etapa más exitosa, la segunda mitad de los sesenta, donde perfilaron el sonido que les hizo famosos e inconfundibles.

Los Pekenikes surgen a finales de los años cincuenta como un grupo de adolescentes, alumnos del Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, que empiezan a interesarse por la música. Debutan como tales en 1959, haciendo versiones de los éxitos del momento, y ahí empieza esa especie de maldición bíblica con sus cantantes. Hasta el año 1966, donde se transforman en grupo instrumental, pasaron infinidad de ellos, Juan Pardo y Junior entre ellos.

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Formación de Los Pekenikes que grabó “Cerca de las Estrellas”: Tony Luz, Pedro Luis García, Félix Arribas, Ignacio Martín Sequeros, Antonio Brito, Alfonso Sainz y Antonio Obrador.

En 1966, después de la marcha de unos de ellos, el filipino Eddy Guzmán, deciden transformarse en grupo instrumental, animados por el gran éxito de su tema “Los Cuatro Muleros”, que en 1964 tuvo un impacto enorme. En ese año 1966, logran  una gran repercusión con su single “Hilo de Seda” y el larga duración que publican a continuación.

El núcleo fundamental de grupo lo formaban Alfonso Sainz, líder y principal Compositor, su hermano Lucas en la guitarra solista, Ignacio Martín Sequeros al bajo y Tony Luz en la guitarra rítmica. Todo ello sazonado con las impresionantes producciones de Rafael Trabucchelli, creador del famoso “sonido Torrelaguna”, calle de Madrid donde estaban los estudios de Hispavox, compañía de Los Pekenikes.

Su éxito continuó hasta el final de la década, donde la marcha de los hermanos Sainz y un cierto agotamiento de su sonido, provocó una merma en la popularidad del grupo. Además se produjo la partición de grupo en dos, al marchar parte de sus miembros a la compañía Movieplay.

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El grupo a principios de 1968, todavía con Lucas Sainz y Vicente Gasca en su formación. Serían sustituidos por Antonio Obrador y Antonio Brito para realizar el Servicio Militar. Fotografía: Facebook “Los Pekenikes Originales”

Pero en 1968 estaban en el cenit de su capacidad creativa. Una máquina perfectamente engrasada, con el tándem Alfonso Sainz y Rafael Trabucchelli en estado de gracia. Este año comienzan con una cierta experimentación en los arreglos de las canciones, que se plasmaría totalmente en su tercer LP, “Alarma”, que se publicaría al año siguiente.

“Cerca de las Estrellas” es directamente la mejor canción de la fecunda historia de Los Pekenikes. Con leves ecos de la psicodelia que empapaba la música popular de entonces, es uno de los monumentos del pop español de todos los tiempos. Sonaba fresca, novedosa, misteriosa… nada que envidiar de cualquier producción internacional de aquella época. Impregnada toda ella del furor por la naciente carrera espacial de finales de los sesenta.

Cuenta con un continuo cambio de ritmo, con la entrada constante de nuevos instrumentos, que alternan su protagonismo en la canción, con una poderosísima sección de metales, un punteo exquisito de la guitarra solista a cargo del casi recién llegado Tony Obrador (considerado el mejor guitarrista español de los sesenta), y la novedad de una pequeña parte cantada por el batería Félix Arribas.

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Álbum de 1969 donde se incluyó “Cerca de las Estrellas”, aunque fue publicada previamente como single en 1968.

Resumiendo: un pop preciosista y barroco que se encuentra con la psicodelia, con leves retazos progresivos. Un tema que debería encabezar cualquier lista de lo mejor del pop español.

“Buscaré… otro mundo lejos del sol, en las estrellas. Un lugar… donde el tiempo no pasará, en las estrellas”

Enlace al vídeo de la canción. Actuación en RTVE

En el año 2016, el prestigioso músico sueco Ebbot Lundberg realizó una maravillosa versión del tema. Renombrada como “Calling from Heaven”, conoció la canción a través de un familiar de los hermanos Sainz.

Ebbot Lundberg & The Indigo Children (Calling From Heaven) 2016

The Band (Music from Big Pink) 50º Aniversario

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Después de una década de giras como grupo de acompañamiento para otros artistas, The Band lanzó un álbum debut increíble con “Music from Big Pink” en 1968. Al mezclar sus vastas influencias de country, Gospel, rock, folk y R & B, el grupo forjó un álbum que rompió bruscamente con las tendencias, cada día más exageradas, de la  psicodélia y de toda la experimentación  que la rodeaba. El título del álbum proviene de una casa (rosa) cerca de Woodstock, Nueva York, donde varios miembros de la banda vivieron mientras escribían y ensayaban material para este álbum. Si bien muchas grabaciones se realizaron allí, la grabación real del álbum, producida por John Simon, se llevó a cabo en estudios de Nueva York y Los Ángeles.

En cinco años, la banda  pasó de acompañar a un cantante de rockabilly, Ronnie hawkins, a unirse a Bob Dylan. Gran parte de su reputación vino del respaldo musical a Dylan durante su gira por Inglaterra en 1966, donde los fans irredentos del folk se volvieron contra el cantante y compositor por abandonar el género y electrificar su sonido. The Band selló su destino el año siguiente, cuando se unieron a Dylan, que se estaba recuperando de un accidente de motocicleta, en una casa en Woodstock, Nueva York, que llamaron Big Pink y grabaron un montón de canciones que se conocieron como The Basement Tapes.

Aunque un álbum oficial abreviado de esas sesiones no se lanzaría hasta 1975, las canciones comenzaron a aparecer en los registros de discos piratas, en álbumes de otros artistas y, finalmente, en el debut de The Band, que grabaron durante la primera parte de 1968. Aún así, “Music from Big Pink” suena como cosecha propia, como una colección de canciones incubadas y alimentadas por cinco músicos alejados del resto del mundo. Rústico, polvoriento y lleno de sabor de otras épocas, el álbum no tenía mucho en común con todo lo demás que se publicó en 1968.

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Bob Dylan y The Band. Fotografía: Barry Feinstein 

El creador del grupo fue el batería Levon Helm, natural de Arkansas, quien formó el grupo The Hawks con el vocalista Ronnie Hawkins a finales de los años cincuenta. En 1958, el grupo migró a Ontario, Canadá, que tenía un mercado en crecimiento para la música del sur de Estados Unidos, y recorrió clubes allí durante años. En el camino, los canadienses Rick Danko, Robbie Robertson, Richard Manuel y Garth Hudson se unieron en diferentes etapas. Cuando Hawkins se tomó un descanso, el resto de la banda siguió tocando  y pronto migró estilísticamente hacia el blues.

Cuando Bob Dylan se hizo “eléctrico” en 1965, alistó a The Band como su grupo de apoyo, y recorrieron el mundo hasta 1966. Sin embargo, Dylan sufrió un accidente de motocicleta casi fatal y no pudo realizar giras durante casi un año. Se retiró a la ciudad de Catskill, cerca de Woodstock y la banda decidió unirse a él, tomandose un merecido descanso de la giras para probar su propia música.

The Band hizo un esfuerzo conjunto para producir las canciones más “auténticas” posibles. Esta filosofía también se extendió con la adopción del nombre más simple posible, “The Band”. Mientras Dylan compuso tres de las once pistas del álbum, hizo también la ilustración de la portada del álbum. Manuel y Robertson compartieron la mayor parte del resto de las tareas de composición, aunque luego admitieron que eran alumnos aventajados de los diversos enfoques de composición de Dylan.

El aspecto rural de The Band no se limitaba solo a la música. The Band en 1968: Richard Manuel, Garth Hudson, Levon Helm, Robbie Robertson y Rick Danko. Fotografía: Elliot Landy

“Music from Big Pink” es uno de los trabajos más eclécticos de todos los tiempos. Buceando en las raíces de la música americana, aparecen sonidos de country, folk, blues, jazz, gospel, el rock más primigenio…

La música de “Big Pink” fue el comienzo de una revolución en el rock, influenciando a varias bandas y compositores como Grateful Dead, The Beatles o Eric Clapton (que quiso unirse a The Band), Crosby, Stills, Nash & Young, Led Zeppelin y la lista continúa hasta hacerse casi interminable.

Como comentó William Ruhlmann: “La música de “Big Pink” surgió como una declaración musical sorprendentemente, divergente solo un año después de las ornamentadas producciones del Sgt. Pepper, e inicialmente atrajo la atención debido a las tres canciones que Bob Dylan había escrito o coescrito. Sin embargo, cuando “The Weight” se convirtió en un éxito menor como single, el álbum y el grupo tuvieron su propio impacto, influyendo en un movimiento hacia estilos deudores de la música americana tradicional. Con el paso del tiempo, “Music from Big Pink” llegó a ser considerada como un punto de inflexión en la historia del rock, que introdujo nuevos tonos y enfoques en un género en constante evolución”.

Fotografía: Elliot Landy

Con toda su historia detrás de ellos, su primer proyecto se destaca claramente como el más influyente y valiente, al haber allanado un nuevo camino para innumerables músicos. “Hay personas que trabajarán todas sus vidas en vano y no lo conseguiran igualar”, escribió Al Cooper sobre el trabajo de The Band en “Music from Big Pink” en 1968. 50 años después todavía tiene razón.

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Los Brincos (Contrabando) 50º Aniversario

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El próximo 21 de junio visitan León Los Brincos. Solo queda Miguel Morales de la formación original del grupo, pero esto no resta ningún mérito a la formación actual, compuesta por músicos de gran nivel, destacando la presencia en la batería de Felix Arribas, miembro además de Los Pekenikes desde hace más de cincuenta años. Su visita es una buena oportunidad para recordar un disco imprescindible, no solo en la trayectoria de la banda, sino del pop español en general. Estamos hablando de “Contrabando”, del que se cumple este año el 50º aniversario de su publicación.

Los Brincos, sin duda el mejor grupo pop español de la historia, no pasaban por su mejor momento en 1967. Juan Pardo y Junior se habían marchado para comenzar una breve, pero fabulosa andadura como dúo. Juan y Junior se decantaron por un pop más clásico, con excelsos arreglos orquestales. Los “nuevos” Brincos, impulsados por el talento y la ambición de Fernando Arbex, fueron mucho más lejos. Su sonido se volvió más crudo, más en consonancia con las nuevas tendencias que llegaban del Reino Unido, como The Who, The Small Faces o The Kinks. Ya no era un pop de veintañeros, era una banda mucho más madura y evolucionada, que se sumergió en la búsqueda de nuevas texturas musicales.

“Contrabando” probó la viabilidad de la banda después de que Juan Pardo y Junior la dejaran. Los otros miembros originales, Fernando Arbex y Manolo González, reconstruyeron rápidamente el cuarteto con Ricky Morales, el hermano menor de Junior, y Vicente Ramírez. Los Brincos permanecieron fieles a la estética de grupo beat, pero se abrieron a nuevas posibilidades musicales.

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El álbum fue grabado en los estudios londinenses de Pye, Decca y EMI (es decir, el legendario Abbey Road, con el ingeniero Geoff Emerick). Para Fernando Arbex, era esencial establecerse en el mercado internacional y varias canciones fueron grabadas en inglés. Para ayudar a ese impulso internacional, reclutaron a Larry Page, que había tenido éxito con The Kinks y The Troggs. Según Manolo González, Page estuvo involucrado “hasta cierto punto” en la producción y los ayudó a completar un disco que exigía eficiencia y urgencia (ya que los estudios de grabación eran caros en Londres en ese momento).

La banda también grabó otras canciones que nunca se lanzaron y se cree que se perdieron: el Santo Grial de los fanáticos de Los Brincos. Pero todos los contactos de Larry Page no fueron suficientes para que la banda se abriera paso en el Reino Unido, donde dos singles fueron lanzados en la etiqueta del productor, Page One. Sin embargo, antes de que se lanzara el LP, “Lola” y “El Pasaporte” fueron grandes éxitos en España, dejando bien claro que Juan y Junior no se habían llevado a los seguidores del grupo con ellos.

Y para que esta evolución del grupo quedara patente en todo el conjunto, la explosiva portada de Ivan Zulueta se adapta perfectamente a sus contenidos. “Contrabando” rebosa originalidad y las más que evidentes influencias, son transformadas por la banda como algo propio.

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El listado de canciones es mareante: “Lola”, ocho semanas en el nº 1 y reina absoluta del verano de 1967, con una melodía memorable y una sección de metales realmente compleja. “Un Mundo Diferente” es una balada “prepsicodélica” con unas armonías que impactan y el sonido bellísimo de un clavecín. “El Pasaporte”, es un tema trepidante, con un gran trabajo de Ricky Morales en la guitarra y unas líneas de bajo antológicas de Manolo. Y “Big Temptation”, con momentos muy cercanos al pop psicodélico británico. Todo rematado por la mejor canción del álbum y una de las mejores de todo el pop español, “Nadie te quiere ya”.

El éxito de “Lola” dejó claro que la marcha de Juan Pardo y Junior no supuso la muerte de Los Brincos. “Contrabando”· fue la confirmación de esa realidad. Fernando Arbex supo darle una nueva vida al grupo, actualizar e internacionalizar su sonido, y continuar en ese camino de experimentación, que tendría su final en el fascinante último álbum que grabaron: “Mundo, Demonio y Carne” (1970).

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Johnny Cash at Folsom Prison (50º Aniversario)

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Antes de que Johnny Cash entrara en la Prisión Estatal de Folsom, California, el 13 de enero de 1968, había sido un visitante constante de las listas de éxitos de country con éxitos como “I Walk the Line” y “Ring of Fire”. Pero paralelamente al éxito de Cash, se había encarnizado la batalla contra los demonios que lo devoraban. Cabalgando en una montaña rusa de alcohol y caos, alimentado por las drogas, casi hasta su exterminio. Este álbum en vivo cambió todo eso.

La redención que encontró, vino del amor de la que sería la mujer de su vida (June Carter), cuya familia también lo ayudó a superar sus adicciones, y en la ayuda de Bob Johnston, el nuevo jefe de producción de Columbia. Cash había estado actuando en prisiones desde principios de los años 60, pero estos fueron considerados eventos de riesgo, no aptos para la grabación de un álbum en vivo. Cash sabía que su empatía con los hombres encarcelados lo llevaba a niveles de entrega que no podían igualarse con el trabajo en el estudio.

Cash tenía el concepto de grabar un álbum en vivo en una prisión desde que escribió “Folsom Prison Blues” en 1955, y finalmente obtuvo el visto bueno en 1967 de Columbia Records y el productor Bob Johnston. Aun así, Cash financió el proyecto personalmente. Acompañando a Cash en el escenario estaban: “The Tennessee Three”; su banda de acompañamiento, formada por: el guitarrista Luther Perkins, el bajista Marshall Grant, quien había trabajado con Cash desde que se mudó a Memphis en 1954, y el batería W.S. Holland. Ensayaron durante días, una circunstancia poco común para ellos, e incluso fueron visitados por el gobernador de California, Ronald Reagan, durante uno de los ensayos.

Johnny Cash Inside The Walls of Folsom Prison

Johnny Cash y June Carter en el exterior de Folsom. Fotografía: Jim Marshall

El propio Cash no era ajeno a los altercados con la ley. Después de luchar con las drogas y el alcohol, fue arrestado varias veces a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta. Aunque nunca cumplió una condena en prisión, estos incidentes ayudaron a cultivar su imagen de forajido que le acompañó a lo largo de su carrera. Aún así, Cash le da una importancia capital a este álbum y la fama subsiguiente por ayudarle a cambiar su vida.

El concierto en realidad comenzó con actuaciones de Carl Perkins y The Statler Brothers, quienes también se unieron a Cash durante la última parte del concierto. Cash entra en acción con su mítico saludo “Hola, soy Johnny Cash” antes de empezar el concierto con “Folsom Prison Blues”. Cash se inspiró para escribirla después de ver la película “Inside the Walls of Folsom Prison”, mientras servía en la Fuerza Aérea en Alemania Occidental. Si bien no fue un gran éxito originalmente, esta versión en vivo se convirtió en un éxito en las listas de pop, entrando en el Top 40 en 1968 y encabezando las listas de Country.

Muchas de las canciones restantes del álbum encajan bien con el ambiente de la prisión, el dolor y el anhelo de libertad. “Dark As a Dungeon” de Merle Travis, es un vals lento sobre los mineros de los Apalaches, mientras que “I Still Miss Someone” es una canción corta y dulce, con una voz muy melódica, escrita por Cash y su sobrino Roy Cash Jr.

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Johnny Cash durante el concierto en la prisión. Fotografía: Jim Marshall

Cash realizó varias baladas y canciones folclóricas en solitario, con solo su guitarra acústica. “The Long Black Veil” es una canción popular que cuenta la historia de un hombre falsamente acusado, pero que se niega a proporcionar una coartada para salvar el honor de la esposa de su mejor amigo. “Send a Picture of Mother” es una canción original de Johnny Cash, que muestra que sus composiciones son las mejores canciones de este álbum.

June Carter vuelve a subir el nivel con el éxito reciente de 1967, “Jackson”, uno de las canciones más destacadas del disco. El álbum concluye con un cuarteto de canciones específicamente sobre la vida en prisión.

El álbum concluye con “Greystone Chapel”, una canción compuesta por Glen Sherley, que entonces era un recluso en Folsom. Sherley hizo una grabación de la canción y se la pasó a un pastor que visitaba regularmente a los reclusos en Folsom, que la hizo llegar a Cash. La inclusión de esta canción certifica la autenticidad del álbum y su intención.

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Fotografía: Jim Marshall

“At Folsom Prison” llegó al Top 20 en varios países y realmente revitalizó la carrera de Cash, con varias de sus primeras grabaciones haciendo un regreso exitoso en los años siguientes. Cash registraría dos álbumes más en vivo en las cárceles; San Quentin, en California, en 1969 y la prisión de Österåker, en Suecia, en 1972. Pronto también asumió la personalidad de “El Hombre de Negro” para mostrar su solidaridad con todos los oprimidos.

“Visto de negro por los pobres y los hambrientos, por el reo que ha pagado de largo su crimen”.

At Folsom Prison: la historia del álbum más exitoso de Johnny Cash

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Simon & Garfunkel (Bookends) 50º Aniversario

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Muy pocos álbumes realmente encapsulan un momento en el tiempo. Aún menos se conectan profundamente con los oyentes de manera que tal vez no se den cuenta hasta décadas más tarde. “Bookends” de Simon & Garfunkel es uno de esos raros ejemplos. Paradójicamente, es a la vez,  intemporal y un reflejo de su tiempo.

“Bookends” (publicado el 3 de abril de 1968) es el mejor de todos los álbumes de Simon & Garfunkel, y uno de los mejores discos hechos en la década de los sesenta. “En poco más de 29 minutos, “Bookends” es impresionante en su visión de unos Estados Unidos desconcertados en busca de sí mismos”, dijo el crítico de AllMusic, Thom Jurek.

En 1968, se había vuelto obvio que había un oscuro revés en los soleados ideales que caracterizaron la primera mitad de la década de los sesenta. Con disturbios en las calles, el creciente número de víctimas de una guerra sangrienta y una avalancha de asesinatos llenando los titulares, pocos artistas captaron esa sensación de incertidumbre mejor que Simon & Garfunkel.

El Dúo durante las sesiones de grabación del álbum. Fotografía cortesía de George Schowerer.

Amigos de la infancia de Forest Hills, Nueva York. Simon & Garfunkel comenzaron a grabar juntos en 1957 como un dúo al estilo de los Everly Brothers llamado Tom & Jerry. Consiguieron un aceptable éxito con “Hey, Schoolgirl”, antes de separarse después de que esto no tuviera continuidad.

Los dos se reunieron a principios de los años 60 durante el apogeo musical del popular barrio neoyorkino del Greenwich Village. Se separaron nuevamente tras el fracaso de su primer álbum, y luego se unieron ya definitivamente después del enorme éxito de la posterior versión electrificada de “The Sounds of Silence”, incluida en el.

A partir de ese momento, el dúo saltó a la fama con álbumes exitosos como “Sounds of Silence” y “Parsley, Sage, Rosemary y Thyme”. En 1967, el director Mike Nichols se dirigió a Simon para que escribiera canciones para su próxima película, “El Graduado”. Lanzado varias semanas antes de “Bookends”, el álbum de la banda sonora impulsó a la banda aún más al estrellato.

Paul Simon en el estudio de grabación. Fotografía cortesía de George Schowerer.

“Bookends” rara vez es el primer álbum en el que la gente piensa cuando mencionas a Simon & Garfunkel. De hecho, me atrevería a decir que la mayoría de la gente podría tener problemas para nombrar el álbum que contiene éxitos tan masivos como “Mrs. Robinson” y “America”. Tal vez sea porque los dos mayores logros del dúo (“Sounds of Silence” y “Bridge Over Troubled Water”) llevan el nombre de los singles más exitosos del dúo que aparecen en ellos.

El tono social y político en muchas de las letras, muestra cómo Paul Simon tomó en consideración el mundo que lo rodeaba en el proceso de escritura, y realizó un gran trabajo al insertarlo en el álbum, metafórica y descaradamente. Llegó mucho más lejos que otros compositores de la época.

Según el periodista Bud Scoppa, “el disco es una meditación sobre el paso de la vida y el impacto psicológico de las pérdidas irreversibles y en constante acumulación de la vida. El ciclo de las canciones también describe la vida y la muerte del ideal romántico del sueño americano”. 

Art Garfunkel. Fotografía cortesía de George Schowerer.

“Bookends” sigue un concepto unificado, explorando el viaje desde la niñez hasta la vejez. La cara A del álbum marca etapas sucesivas en la vida, cada tema sirve como un delimitador literal del ciclo vital. La segunda cara consiste principalmente en material no utilizado para la banda sonora del “El Graduado”. Las letras de Simon giran en gran medida en torno a la juventud, la desilusión, las relaciones, la vejez y la mortalidad. El álbum se grabó gradualmente a lo largo de un año, y la producción se aceleró en los últimos meses de 1967.

La brevedad del disco refleja su producción concisa y perfeccionista. El equipo pasó más de 50 horas de estudio grabando “Punky’s Dilemma”, por ejemplo, y volvió a grabar partes vocales, a veces nota por nota, hasta que quedaron satisfechos. Simon prestó mucha atención a sus tomas vocales, y se esforzó por lograr que cada línea fuera perfecta. Tomó un papel más importante en todos los aspectos de la producción, y las armonías por las cuales la banda era famosa, desaparecieron gradualmente a favor de las canciones cantadas en solitario por cada miembro.

“Bookends” fue lanzado por Columbia Records el 3 de abril de 1968. En un contexto histórico muy complicado, solo 24 horas antes del asesinato del activista del Movimiento por los Derechos Civiles Martin Luther King, que provocó indignación y disturbios en todo el país. El escritor Pete Fornatale opina que el álbum sirvió como “comida reconfortante” durante aquellos tiempos tan tumultuosos de la nación. El álbum debutó en el Billboard Pop Album Chart el 27 de abril de 1968, ascendiendo al número uno y permaneciendo en esa posición durante siete semanas no consecutivas, permaneciendo en la lista por un total de 66 semanas. En el Reino Unido también llegó a lo más alto de las listas.

Paul Simon con el productor Bob Johnston. Fotografía cortesía de George Schowerer.

Muchos vieron en “Bookends”, un gran avance en la producción y la composición de canciones. “Fue nuestra primera pieza seria de trabajo, diría yo”, dijo Simon en una entrevista de 1984 con Playboy.

En 2012, la revista Rolling Stone incluyó el álbum en el puesto nº 234 de su lista de “Los 500 mejores álbumes de todos los tiempos”. Así mismo, en 1990 apareció en el puesto 21 de “Los mejores 25 álbumes de Rock & Roll de los años 60” de la misma publicación.

En 2010, una línea de la canción “América” ​​- “Todos fueron a buscar a América” – comenzó a aparecer pintada en edificios vacíos y fábricas abandonadas en la ciudad de Saginaw, Michigan, que se menciona en la canción. Un grupo de artistas, que eventualmente se hizo conocido como “Paint Saginaw”, comenzó a reproducir la frase después de que la población de la ciudad había disminuido enormemente a causa de la crisis, señalando que la canción ahora encapsulaba una sensación de nostalgia por una época pasada entre los residentes de la ciudad.

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Hace 50 años, Simon & Garfunkel nos embarcaron en un viaje infinito. Navegando las procelosas aguas de la incertidumbre, la desesperanza, los años perdidos, los años soñados. Quizás para quien siga atravesando esos océanos inciertos, encuentre en las letras de este álbum el mapa para poder arribar al lugar donde crecen las respuestas.

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Versiones de temas del álbum

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Yes (America) 1972

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Bangles (Hazy Shade of Winter) 1987

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The Lemonheads (Mrs Robinson) 1992

 

 

Lalo Schifrin (B.S.O. Bullitt) 50º Aniversario

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Después de establecerse en el mundo de la televisión con el tema principal de la serie Misión Imposible, Lalo Schifrin pronto se hizo igualmente famoso en el mundo de la música de cine, por su trabajo en la banda sonora del thriller protagonizado por Steve McQueen, “Bullitt”.

Estamos ante una de las películas de culto por antonomasia para varias generaciones de espectadores. La icónica persecución por las empinadas calles de San Francisco, está considerada la mejor de la historia del cine. Está película encumbro a Steve McQueen a la categoría de mito, por su contenida, pero a la vez enérgica interpretación del teniente Frank Bullitt. “Sin duda, uno de los mejores filmes de acción que ha dado el séptimo arte. Apasionante historia protagonizada por un impagable McQueen. Con persecuciones, emoción y intensidad”. Fernando Morales: Diario El País.

La banda sonora está a la altura de la película. Schifrin combinó las habilidades que perfeccionó como arreglista para jazzmen como Count Basie, con el trabajo que desarrolló para escribir temas breves y contundentes en bandas sonoras de series de televisión como “The Man from UNCLE” y la citada “Misión Imposible”. El resultado final es una partitura emocionante, que combina hábilmente las técnicas tradicionales de orquestación, con los ritmos y oscilaciones del jazz clásico.

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El Compositor Lalo Schifrin

Esta combinación se presenta perfectamente en el tema principal de la película, un instrumental con elementos de jazz y pop, que comienza con una línea de bajo muy consistente y percutida, donde al protagonismo de la guitarra,  se contraponen ráfagas puntuales de vientos, para crear una melodía hinóptica y oscilante a la vez. Otras de las gemas de esta banda sonora es la extraordinaria “Shifting Gears”, antesala de la mítica persecución automovilística, que presenta líneas alternas de cuerdas y metales, sobre un fondo insistente y martilleante de la sección rítmica. Y “Ice Pick Mike”, un tema que se desarrolla desde el piano y la percusión hasta desembocar en un instrumental de jazz, con una sección de metales potentísima.

Por otra parte, Schifrin ralentiza los ritmos para crear instrumentales exuberantes que logran crear un ambiente más ligero y pausado, sin perder su toque de jazz. Como en “The Aftermath of Love”, donde incorpora suaves líneas de trompeta y flauta sobre ritmos más sosegados.

El resultado final es una banda sonora que tiene éxito tanto como una partitura de la película como un álbum independiente. Esta combinación única hace de “Bullitt” uno de los mejores logros en el catálogo de Lalo Schifrin, y una de las mejores composiciones para películas de acción jamás escritas.

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Suite con los Temas de la Banda Sonora

Lili Boulanger (1893-1918): 100 años de la muerte de un ángel de la música

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“Como amigo de Francia, me gustaría expresar mi asombro de que Lili Boulanger no sea considerada la persona que realmente es, ¡la mejor compositora en la historia de la música!”.

Estas vehementes declaraciones fueron hechas por el director de orquesta Igor Markévitch, que estuvo al frente de la orquesta que realizó el primer registro discográfico de las obras de Lili Boulanger en 1960.

No es el único que ha manifestado una opinión similar al enjuiciar la breve, pero intensa carrera musical de la compositora francesa. Desgraciadamente, esa brevedad fue el fruto lógico de su corta vida. Lili falleció el 15 de marzo de 1918 a los 24 años de edad.

Su corta y dolorosa vida está estrechamente relacionada con la biografía de toda su familia, pero especialmente con la de su hermana mayor Nadia (1887-1979). Y con el Conservatorio de París. A través de su extraordinario talento, pudo alcanzar una gran madurez artística como compositora en el escaso tiempo de su vida.

Lili Boulanger nació el 21 de agosto de 1893. Era parte de la tercera generación de una familia de músicos. La familia Boulanger dominó el Conservatorio de París durante casi dos siglos. La hermana mayor, Nadia Boulanger, permaneció fiel a esta institución hasta su muerte en 1979.

El padre, Ernest Boulanger (1815-1900) fue compositor y director de orquesta y recibió el codiciado “Prix de Rome” a la edad de 19 años, pero luego se dedicó al canto y en 1871 se convirtió en profesor de canto en el Conservatorio de París. Se casó con una de sus alumnas, 43 años más joven, la rusa Raïssa Myschetsky (1858-1935).

Mientras que a su hermana Nadia inicialmente no le gustaba la música. Lili Boulanger empezó a cantar a la edad de dos años y medio. Sin embargo, enfermó de bronconeumonía, de la cual no se recuperó por completo a lo largo de su vida. Las enfermedades infecciosas frecuentes en el tracto gastrointestinal le atormentaron para siempre.

La primera composición de Lili Boulanger fue escrita en 1900, probablemente con motivo de la muerte de su padre. La composición, de la cual solo se quedan bocetos, se llama “La lettre de mort”.

Su primera aparición pública fue el 5 de septiembre de 1901, donde apareció como solista de violín. Además del violín, también tocaba violonchelo, arpa y piano.

En 1909, fue admitida oficialmente en el conservatorio, aunque rara vez se la encontraba allí. Ella se comunicaba por escrito con sus maestros. Lili Boulanger fue una de las primeras alumnas en composición.

En los primeros años de Lili (1910-1911) en el conservatorio, frecuentemente  tuvo que permanecer fuera debido a sus continuos problemas de salud. Desde el año 1912, Lili Boulanger parece haberse centrado específicamente en obtener el prestigioso “Prix de Rome”.

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Nadia y Lili Boulanger en 1913. Fotografía: Agence Meurisse

El primer paso, la admisión oficial a la clase de composición del Conservatorio de París, fue solo una cuestión de forma: su talento, la red de contactos dentro del prestigioso centro y la reputación de sus antepasados ​​allanaron el camino para ella.

Sin embargo, debido a su salud, tuvo que abandonar este objetivo en mayo de 1912. Durante los siguientes seis meses, la enfermedad no le dejó más remedio que tomar un descanso obligatorio.

El año 1913 finalmente le trajo el éxito deseado. Ella ganó el “Prix de Rome” a la edad de 19 años por la cantata compuesta para la ocasión “Faust et Hélène”, siendo la primera mujer en conseguirlo. Con este premio, ahora se la consideraba oficialmente como compositora, era financieramente independiente e inmediatamente firmó un contrato con la editorial Ricordi. Los premiados con el “Prix de Rome” se quedaban en la Villa Medici de Roma para ampliar sus estudios. comenzaron en marzo de 1914 y tuvieron que interrumpirlo en agosto de ese año por el estallido de la Primera Guerra Mundial.

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Lili Boulanger con sus Compañeros en la Villa Medici de Roma (1914)

Desde 1915 en adelante, Lili Boulanger, junto con su hermana, se dedicó a tareas caritativas hasta su muerte, a favor de colegas del Conservatorio reclutados para el frente. Después de un descanso de un año y medio, regresó a Roma en febrero de 1916. Su enfermedad se hizo cada vez más implacable, a menudo atándola a la cama e interfiriendo con su trabajo creativo en Villa Medici. En junio de ese año, regresó a París.

En su trabajo, los acordes oscuros de “Dans l’ inmensa tristesse” reflejan su estado de ánimo en ese momento, que se caracterizó por períodos de depresión severa. En febrero de 1917, abandonó París por orden de su médico, para someterse a una cirugía en Arcachon, cerca de Burdeos, donde ella y su familia tenían grandes esperanzas. Pero el éxito fue de corta duración. Consciente del poco tiempo que le quedaba, Lili Boulanger se esforzó por completar composiciones previamente iniciadas, principalmente las religiosas. A la edad de 24 años, el 15 de marzo de 1918, Lili Boulanger murió de la enfermedad de Crohn (una enfermedad inflamatoria intestinal crónica) y fue enterrada en el cementerio de Montmartre.

Debido a su precaria salud, muchas de las obras de Lili Boulanger solo están disponibles en bocetos, están incompletas o perdidas. De las 64 obras catalogadas, se publicaron 24, 12 no se publicaron, 10 están incompletas o en boceto y se perdieron 18.

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La vida y el trabajo de Lili Boulanger están bien documentados, sobretodo por la información proporcionada por su hermana Nadia. Su trabajo se caracteriza por una profunda religiosidad que probablemente se reafirma por el reconocimiento de la brevedad de su vida acortada por su enfermedad. Al menos 15 de sus 64 obras son religiosas. Otros trabajos transmiten ya en el título un sentimiento bastante pesimista. Su lenguaje musical oscila entre lo tradicional y lo vanguardista, sus obras con orquesta son a veces tremendamente poderosas, en línea con contemporáneos como Igor Stravinsky, y fue una pionera para compositores como Olivier Messiaen y Arthur Honegger.

Entre sus composiciones destacan el Salmo XXIV, Salmo CXXIX (1916), Salmo CXXX  (Du Fond de l’abîme) (1916) y la “Vieille Prière Bouddhique”, que son consideradas sus cuatro obras maestras. Dejó sin concluir la ópera que escribió sobre La Princesse Maleine de Materlinck y, además, de su larga producción también pueden citarse “Pie Jesu”  (1918) y los poemas sinfónicos “D’un Soir Triste” y “D’un Matin de Printemps” (1918).

Lili Boulanger fue una rosa asfixiada por sus propias espinas, pero sin embargo, sus pétalos eran de acero. Y esa rosa nos ha dejado un aroma que ha llegado hasta nuestros días. 100 años después de su desaparición, su recuerdo, y el de su obra, permanece vivo. Alargando perennemente una existencia corta en el tiempo, pero plena y extensa en creatividad y talento.

Resultado de imagen de lili boulanger sus obras

Faust et Hélène (1913)

Veille Priére Bouddhique (1914)

Salmo 24 (“La Terre Appartient à l’Éternel”) 1916

Salmo 129 (“Ils M’ont Assez Opprimé dès ma Jeunesse”) (1916)

Saimo 130 (“Du Fond de l’abîme”) 1917

Pie Jesu (1918)

“D’un Soir Triste” / “D’un Matin de Printemps” (1918)

 

Spécial Bardot: 50º Aniversario

Hay emisiones televisivas que quedan en la memoria colectiva de generaciones de espectadores. El primero de enero de 1968, Francia vivió uno de esos momentos. Ese día se emitió un especial dedicado a Brigitte Bardot. Ella era entonces la máxima estrella del momento, lo llevaba siendo varios años, y a su estrellato cinematográfico, se unía una carrera musical paralela comenzada a principios de los sesenta.

Fue filmado en su casa de la Riviera, la mítica La Madrague, en Saint Tropez, Port Grimaud, París y Londres. Ella canta algunos temas antiguos y ocho nuevas canciones escritas por Jean-Max Riviére, Gérard Bourgeois y Serge Gainsbourg. En este especial destacan sobremanera las compuestas por este último, algunas interpretadas a dúo con él.

Canciones como “Harley Davidson”, “Bonnie & Clyde” o “Comic Strip”, son ya piezas míticas de la cultura popular, y siguen siendo versionadas y reverenciadas a día de hoy. Señalar también la participación de Sacha Distel y Manitas de Plata, que ​fue un guitarrista flamenco francés bastante heterodoxo.

El programa fue emitido en varios países, incluido Estados Unidos con bastante éxito. Fue editado en formato DVD en 2004 bajo el título de “Divine B.B.”, donde se incluían otras actuaciones de ella en televisión.

Selección de los Mejores Momentos del Especial

Títulos de Crédito Iniciales del Programa

Harley Davidson

Comic Strip (Con Serge Gainsbourg)

The Devil Is English

Bubble Gum

Ce N’Est Pas Vrai

La Madrague

Mister Sun

La Bise Aux Hippies (Con Sacha Distel)

Je Reviendrai Toujours Vers Toi

Un Jour Comme un Autre

Contact

Bonnie And Clyde (Con Serge Gainsbourg)

The Moody Blues (Days of Future Passed) 50º Aniversario

Cuando miramos hacia atrás, y pensamos en los Moody Blues desde una perspectiva estrictamente histórica, una cosa queda inmediatamente clara: es sorprendente que la banda pudiera sobrevivir a su efímero éxito inicial, y por supuesto que llegara hasta nuestros días.

The Moody Blues son una banda, que en circunstancias normales, la historia debería haber dejado de lado, un grupo que sería relegado para siempre al simple, y a veces penoso estado del One Hit Wonder y dejado en los márgenes del gran libro de la historia del rock. Después de todo, fue en 1964 cuando este pequeño grupo de R & B obtuvo el número 1 en el Reino Unido con “Go Now”, una versión de una canción de un oscuro cantante llamado Bessie Banks. En ese momento, los Moodys ni siquiera tenían su alineación más famosa. La banda estaba compuesta por Mike Pinder, Ray Thomas, Graeme Edge, Denny Laine y Clint Warwick, los últimos dos de los cuales ni siquiera estarían con el grupo dos años después de “Go Now” y su infructuosa búsqueda de un camino a seguir.

Formación original de The Moody Blues (Mike Pinder, Denny Lane,Clint Warwick, Graeme Edge, Ray Thomas)

The Moody Blues (Go Now) 1964

Con la llegada  de John Lodge y Justin Hayward en 1966, el grupo de repente encontró una dinámica que era cómoda, atrevida y ambiciosa, todo al mismo tiempo. Aunque Pinder y Thomas llevaban componiendo canciones durante años, fue Hayward quien demostró tener un toque especial: un compositor con un don para crear melodías radiables, que eran tan lujosas como accesibles. Los cinco miembros eran formidables compositores, pero en realidad a su sello no le importaba. Decca Records tuvo a la banda bajo control, ya que varios singles no cumplieron con las expectativas de ventas, dejando a la banda con una gran cantidad de deudas. Bajado de ser cabeza de cartel a ser músico de sesión, Decca sintió que podría usar a este grupo tan melódico para un pequeño experimento: traerían la innovación del sonido envolvente a Gran Bretaña.

Con el fin de promocionar un nuevo sistema de sonido, el Deramic Sound System (DSS), y bajo el paraguas de su filial Deram, les encargaron la grabación de una versión “rockera” estereofónica de la “Sinfonía del Nuevo Mundo” de Dvorak. La banda fue enconmedada a un productor de primer nivel (Tony Clarke), una orquesta completa y, lo más crítico, el director y arreglista Peter Knight. Aunque las sesiones iniciales fueron admirables, los Moodys simplemente no pudieron reunir el entusiasmo necesario para finalizar el proyecto. Aún así, con una orquesta a mano (y con el colorido talento de Knight para organizarla), la banda pudo convencer a Clarke de grabar algunas de las canciones del grupo. Aunque Decca inicialmente se horrorizó de que la banda fuera lo suficientemente atrevida para secuestrar su proyecto favorito, lo dejaron pasar, y el resultado fue “Days of Future Passed”, uno de los éxitos más inverosímiles de toda la historia del rock.

The Moody Blues en 1967: Mike Pinder, Justin Hayward, Ray Thomas, Graeme Edge y John Lodge

Para muchos es el big bang del rock progresivo. La adición de una orquesta a sus composiciones, con un protagonismo a veces exclusivo de esta. Elevó las ambiciones y la creatividad de su música a niveles nunca alcanzados hasta ese momento. Hay que añadir dos elementos esenciales de este álbum: el impacto planetario que tuvo la composición de Hayward, “Nights in White Satin”, auténtico clásico intemporal de la historia de la música. Y el uso del mellotron. Se trataba de un teclado capaz de reproducir en tres canales, cintas pregrabadas accionadas con ambas manos: con la izquierda se podían seleccionar 18 ritmos diferentes y con la derecha otros tantos instrumentos. Mike Pinder era prácticamente el maestro de este instrumento, el que más lo desarrolló. Con lo cual, el sonido de la banda tenía un sello inconfundible.

Mike Pinder en primer plano tocando el mellotron

Inicialmente, Deram estaba desconcertada por esta grabación y no estaba seguro de cómo comercializarla. El álbum fue lanzado en el Reino Unido en noviembre de 1967, y en Estados Unidos en abril de 1968. El concepto del álbum se centra en la narración de un día en la vida de un hombre común (presumiblemente un martes durante el verano) desde el amanecer hasta la noche. The Moody Blues y la London Festival Orchestra crearon una mezcla tan articulada de melodías rock y orquestaciones clásicas que es casi imposible determinar si se trata de un álbum de rock con inserciones clásicas, o viceversa. Sin embargo, los aspectos más importantes de esta increíble creación pueden haberse pasado por alto.

Además de la orquestación exuberante y unas melodías excepcionales, el álbum también introdujo una obertura y un epílogo poéticos declamados por Mike Pinder; un concepto estructurado; instrumentos de viento; arpa; varias formas de percusión, incluyendo xilófono, triángulo y gongs; una gran cantidad de otros instrumentos diversos; y por supuesto, la contribución imprescindible del ya citado Mellotron. Esta grabación también presenta las armonías vocales del grupo, que se convertiría en una marca registrada de su inconfundible sonido único durante toda su carrera.

La portada del álbum es una pintura tipo collage, que contiene muchas imágenes entremezcladas, que haciendo honor al título del disco, contienen referencias al pasado (caballeros medievales) y al futuro (naves espaciales). Tanto en términos musicales como visuales, este LP estaba adelantado a su tiempo.

A todos los efectos,”Days of Future Passed” es el primer álbum conceptual genuino en la historia del rock, ya que cada canción se relaciona con un tema central y la historia de principio a fin de una manera muy progresiva, Un logro increíble cuando se considera que este fue solo el segundo esfuerzo de estudio para Pinder, Edge y Thomas y el primero para Hayward y Lodge, anterior a la ópera rock “Tommy” de The Who en casi ¡dos años!.

Otro aspecto que a menudo se pasa por alto de “Days of Future Passed” es que fue el primer álbum de rock en incorporar una orquesta clásica en su totalidad, no solo en ciertos puntos.

Posiblemente debido a su lanzamiento al rebufo del monumental “Sgt. Pepper” o porque la audiencia en 1967 aún no estaba lista para el primer álbum de fusión clásica / rock, este brillante conjunto de música nunca ha recibido el reconocimiento que merece; sigue siendo para muchos sinónimo del éxito de “Nights in White Satin”.

“Days of Future Passed” es un viaje ininterrumpido de 41 minutos y 47 segundos a través de uno. un solo día en la vida de un hombre. “Days of Future Passed” está lleno de emoción, está bien elaborado y aún suena tan rico y nítido como el día de su lanzamiento inicial.

Tal vez en un futuro cercano, esta maravillosa grabación será reconocida como el trampolín fundamental en el que el rock dobló la esquina de la canción pop de dos o tres minutos y se expandió al territorio conceptual. Con suerte, “Days of Future Passed” ya no se pasará por alto.

Enlace al Álbum (Sonido 5.1 + Extras)

The Moody Blues Interpretan Tres Temas del Álbum en la Gala del Midem de 1968 (1-Peak Hour, 2-Tuesday Afternoon, 3-Nights in White Satin)

 

Barbara (1930-1997): 20 Años de la Muerte de la Reina de la Chanson

En 1997, a la edad de 67 años, desapareció repentinamente Barbara. Era un 24 de noviembre, mes que ella odiaba. Veinte años después de su muerte, la dama de negro es sin duda la cantante francesa más respetada, incluso entre las generaciones más jóvenes. Con una obra tan densa como apasionada, es una de las pocas mujeres, tal vez la única, que aparece en el círculo muy limitado de maestros de la canción clásica francesa junto a monumentos como Brel, Brassens o Ferré. Con todos ellos, Barbara simbolizaba la “nouvelle chanson” dejando atrás la generación del cabaret.

Su hipnótica y misteriosa imagen, a menudo la hacen parecer una mujer oscura y seria. Es cierto que Barbara era extremadamente estricta con su trabajo y tan exigente que podía ser feroz con sus colaboradores. Pero a la vez, sus amigos recuerdan su peculiar sentido del humor, las horas que pasaba tejiendo bufandas o cocinando en su casa de Precy-sur-Marne .

Un carácter directamente derivado de las ansiedades que amasaban a esta mujer, cuya infancia fue una pesadilla. Nacida como Monique Serf en 1930, en París, en una familia judía, debe abandonar la capital muy rápidamente para peregrinar por las cuatro esquinas de Francia entre 1940 y 1945, con el fin de escapar del horror nazi. En este momento apocalíptico, ella también debe enfrentarse a un padre incestuoso … Sus tormentos, que vienen de la infancia o el resultado de su problema cardíaco, de los cuales Barbara nunca se atrevió a expresarlos en público. O muy poco. Sus canciones, por otro lado, dicen mucho sobre sus miedos y dolores. En ellas encontró la fuerza para exorcizar sus demonios.

Barbara, vingt ans après

Nacida Monique Serf en 1930 en París, llega Barbara, como Serge Gainsbourg, Michel Polnareff y otros artistas de la misma generación, procedente de una familia judía de Europa Central. Su infancia está marcada por numerosas mudanzas. Después de la Segunda Guerra Mundial, la familia se mudó a Vésinet en la región de París. La niña comienza a tomar clases de canto y teoría musical. En 1947, la familia se trasladó al distrito 20 de París y Barbara se matriculó en el Conservatorio. Aprende algunas piezas clásicas, estudiando a Fauré, Debussy y Shumann. Rápidamente, abandona el conservatorio porque quiere actuar en el escenario. Ella lo intenta en los cabarets de París, pero no logró abrirse paso.

A principios de los años cincuenta, viajó a Bélgica para probar suerte. Elige un nombre artístico, Barbara Brodi, derivación del nombre de uno de sus lejanos ancestros eslavos (Varavara Brodsky) y repite el repertorio de Edith Piaf. Pero después de dos años sin éxito, regresa a París. Actuó en varios cabarets. En 1958 logró una audición en el Ecluse, el cabaret del momento. Ella comienza a darse a conocer, y en julio del mismo año, es invitada a cantar en el espectáculo nocturno del cabaret. Descubierta por Pathé Marconi, grabó su primer sencillo, y lanzó su primer álbum en la primavera de 1959, “Barbara at the Ecluse”.

Durante estos años se mezcló con una multitud de artistas en ciernes entre los que se incluyen Georges Moustaki, Serge Gainsbourg, Serge Lama y Brigitte Fontaine. Su repertorio se expande: a la canción realista de antes de la guerra, agrega textos de Brassens, Jacques Brel y Léo Ferré, luego tímidamente prueba ante esta audiencia sus primeras creaciones.

En 1960, Barbara lanzó un álbum, “Barbara Chante Brassens”, que tuvo un gran éxito. En marzo de 1965, publicó su primer álbum como autora, “Barbara Chante Barbara”. El álbum recibe el premio de la Academia Charles-Cros y definitivamente lanza la carrera de la cantante. Unos meses más tarde, escribe “Ma plus histoire d’amour”, una canción que dedica a su audiencia. Continúa conciertos y giras con éxito. En 1970, publicó “L’Aigle Noir”, su undécimo álbum, que da título también a la canción homónima incluida en el mismo, auténtico icono de su carrera musical. En este álbum rompe con el minimalismo habitual en la producción de sus trabajos, gracias a los esplendororos y ajustados arreglos del genial Michel Colombier.

En medio de la explosión yé-yé, Barbara no cede. Sus canciones son un monólogo interno de melancólica poesía negra, que representa heridas personales que a menudo se pueden identificar, o que hablan sobre el amor en bocetos que intentar sonar románticos. El resultado es una relación con su audiencia que ha sido descrita como un concierto de diván psicoanalítico donde se revela a sí misma en momentos que rayan en la catarsis.

En la década de los setenta, después de una despedida de la escena que no podrá respetar, emprende colaboraciones más o menos fructíferas que la llevan al teatro con “Madame” de Remo Forlani, donde interpreta el papel de una mujer gobernando sola un burdel abandonado en África, y en el cine con “Franz”, bajo la dirección de Jacques Brel. Estas aventuras conducen a fiascos críticos y financieros, pero sus fanáticos la siguen. También colabora con escritores y arreglistas talentosos, incluido François Wertheimer, quien escribió en 1973 el álbum “La Louve”, misterioso y poético. Pero el éxito solo ha agravado la fragilidad de esta compleja personalidad. Asustada por la opresiva adoración de sus admiradores, atormentada por las heridas de su infancia, propensa al insomnio, Barbara intenta suicidarse en 1974 tragando siete tubos de barbitúricos.

Sentimentalmente, Barbara multiplica historias de amor apasionadas y violentas, con hombres de todas las edades. Nunca se casó, tampoco tendrá hijos.

Durante los años ochenta, publicó el álbum “Seule” (1981) y luego coescribió el espectáculo musical “Lily Passion” (1985). Después de dos giras por Francia y el extranjero en 1988 y 1991, regresa a la escena en el Châtelet de París y graba el álbum “Châtelet 93” que le permite ganar el premio de la música a la artista femenina del año en 1994 .